Para intentar comprender, siquiera sea parcialmente, el funcionamiento institucional de la Unión Europea, conviene señalar que su entramado organizativo es asaz complicado y bastante distinto de la organización política de sus estados miembros.
Simplificando mucho, los dos principales representantes políticos de la Unión, son:
Herman Van Rompuy, belga, Presidente del Consejo europeo, que algunos llaman, impropiamente, presidente de Europa, dado que ejerce las funciones de política exterior y seguridad común además de coordinar y buscar consenso entre todos los miembros de los múltiples órganos de la Unión (Parlamento, Consejo, Consejo de Ministros, Comisión, Tribunal, etc.). Su mandato es de treinta meses prorrogables una sola vez.
Joao Manuel Durao Barroso, portugués, Presidente de de la Comision Europea, que ejerce sus funciones de más alto comisario ejecutivo (digamos, casi como un primer ministro) así como la más alta representación de la Unión excepto en política exterior y seguridad común.Su mandato es de cinco años.
Sin embargo, hoy por hoy, y principalmente en los asuntos económicos mas vitales para todos los paises de la Unión, el poder fáctico lo detentan la Canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés Nicolás Sarkozy; son ellos dos, junto con el Presidente del Banco Europeo Jean Claude Trichet, los que marcan las directrices y establecen el marco de actuación para las economías integradas en la moneda común; Gran Bretaña, como siempre, va por libre, pues como es bien sabido, entre otras razones, no está integrada en el euro.
La reciente cumbre de otoño de la Unión Europea.
En la reciente cumbre de Bruselas,se manifestó con claridad quién establecerá las nuevas reglas de gestión financiera en la UE.; una gran parte de estos planes ya habían sido acordados entre la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Merkel y Sarkozy –especialmente la canciller alemana– impusieron su criterio para que la Unión asuma una vigilancia reforzada de las cuentas públicas de los países. Esa intervención lleva aparejada una disciplina más severa para los estados que no cumplan los límites de déficit y deuda, y, entre otras sanciones, contempla un depósito económico bloqueado hasta que el país en cuestión consiga solventar la desviación.
Sanciones.
Las políticas económicas cimentadas en la falta de rigor y de austeridad y en el abuso del endeudamiento de unos cuantos paises, como España, entre otros, han forzado a las grandes locomotoras europeas, Alemania y Francia, a tomar el mando ante el temor de que un efecto contagio sometiera estructuralmente la economía europea; estos dos paises, han impuesto en el Consejo Europeo de Bruselas un compromiso de endurecimiento del Pacto de Estabilidad y que el Fondo de Rescate de la Eurozona para países insolventes pase a ser permanente.
Todo ello hará necesaria una reforma del Tratado de Lisboa, en vigor desde diciembre de 2009, que en principio no necesitará ser ratificada por los países y evitará que la Unión se suma de nuevo en la inestabilidad institucional.Pero más relevante que el endurecimiento de los castigos es que exista una voluntad inequívoca de aplicarlos. Lo cierto es que ya había un régimen de sanciones, si bien no tan contundente, y ningún país había sido castigado pese a haber incurrido en déficit excesivo en estos diez años de unión monetaria
En el caso español, más allá de la disciplina y las sanciones, el Gobierno español debería asumir inequívocamente que su principal responsabilidad es evitar la dinámica perversa del endeudamiento desmedido y mantenerse firme en el rigor presupuestario, como ya demostró en su momento José María Aznar con gran éxito.
Modificacion del Tratado de Lisboa.
La idea de modificar el Tratado de Lisboa, que entró en vigor en diciembre de 2009 tras un complejo proceso de ratificación, despierta resquemores, dado que incluiría la retirada del derecho de voto a los paises que incumplan las normas del Pacto de Estabilidad; incluso el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, lo considera inaceptable.Además, para que exista una modificación del Tratado de Lisboa todos los 27 miembros de la UE deben votar unánimemente a favor.
Merkel, a pesar de todo, ha logrado incluso que la posibilidad de suspender el derecho de voto a los países reincidentes en la indisciplina fiscal sea estudiada por el presidente Van Rompuy y que figure en las conclusiones de la cumbre, pese a la gran oposición de los líderes europeos.
Fondo de Rescate.
El nuevo mecanismo de rescate, que sustituye a los 750.000 millones de euros disponibles ahora hasta 2013 para los Estados miembros con problemas, parece ser que no incluirá al «sector privado», como quiere Berlín; Alemania no ganará en todo, aunque es comprensible que Merkel y Sarkozy, cuyos dos países aportan conjuntamente más del 50% del total de la "parte europea" del fondo (440.000 millones de euros), quieran que el resto de socios comunitarios hagan un mayor esfuerzo en sus contribuciones.
Por tanto, la banca y los inversores no asumirán parte del coste de la caída de un país con una reestructuración de deuda. La CE deberá presentar antes de diciembre las ideas para concretar este mecanismo. Fuentes comunitarias ya avisaron de que se posicionarán en contra de esta reestructuración, como también lo han hecho el BCE y varios Estados miembros, entre ellos España, pues el hecho de que España sea una de las víctimas más vulnerables ante los mercados le obliga a recelar de la posibilidad de pasar la bola a la banca, que a la postre encarecería los intereses de sus prestamistas.
Nuevo Presupuesto de la Unión Europea.
La propuesta del Parlamento para aumentar en un 5,9% el presupuesto comunitario, hasta los 130.000 millones de euros,ha chocado frontalmente con la oposición de la casi totalidad de los mandatarios de los estados miembros, para los cuales un incremento del presupuesto de la Unión Europea (UE) por encima del 2,9% para el año 2011 sería "inaceptable", como así lo recoge una carta de protesta firmada por once jefes de Estado y de Gobierno europeos, entre los cuales la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro británico, David Cameron, así como el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
En su declaración final, el Consejo Europeo acordó que el proyecto de presupuestos de la UE y el marco financiero plurianual de las instituciones comunitarias deben reflejar los esfuerzos de consolidación presupuestaria que están llevando a cabo los estados miembros. Una formulación con la que el primer ministro británico, David Cameron, consiguió sumar el apoyo de otros socios comunitarios. Como contrapartida, apoyó la exigencia franco-alemana de modificar el Tratado de Lisboa para implantar un mecanismo permanente con el que hacer frente a futuras nuevas crisis.
Conclusión.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, por su parte, se mostraron satisfechos por los resultados de la cumbre en lo que respecta al endurecimiento del Pacto de Estabilidad y al mecanismo permanente para afrontar futuras crisis.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, la gran triunfadora, junto a Sarkozy, de esta Cumbre, valoró como un éxito los acuerdos alcanzados: "ahora podemos decir que el euro ha sido reforzado".
Para finalizar, el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, tiene el encargo de presentar una propuesta de reforma limitada del Tratado de Lisboa.
F.J.