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miércoles, 1 de febrero de 2012

Botin, la Banca, el gobierno y la crisis económica.



Zapatero y Botín conversan amigablemente.
Emilio Botín, máximo preboste de la Gran Banca (y “dos grandes expressos europeos”) ha cambiado sorprendentemente de opinión como veremos más adelante; resulta que ahora sostiene, casualmente con los socialistas desalojados del poder por el PP,  que la mayor parte de la culpa de la crisis económica, ha sido y es de los políticos que no saben gestionarla. Lo publica el diario Expansión el martes 31 de Enero....
…. le han preguntado hoy por el apoyo que en su momento otorgó al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Botín ha contestado que se trata de momentos y contextos diferentes. “Yo siempre digo lo que pienso”, ha remarcado el mandamás bancario.
Humildemente, opino que tiene razón pero solo en parte; yo atribuiría a los políticos, incluido, claro está el (todavía) Gobernador socialista del Banco de España, un 55% de la culpa de la enorme crisis que nos aflije.
Pero la Banca más las Cajas de Ahorros  no es menos culpable del desastre pues como mínimo, podríamos atribuirle sin temor a equivocarnos, un 45% de dicha culpa.  
F.J.

Nota Bene: En la foto adjunta puede verse a Botín y ZP conversando distendidamente en la Ciudad Financiera de la entidad  bancaria, situada en Boadilla del Monte, donde no faltaron elogios entre ambos.
“El éxito del Santander representa el éxito de España”, le decía Zapatero. “Tienes mi apoyo, el de mi Gobierno y, lo sabes, el de toda la población”, continuaba, sonriente, el presidente del Gobierno. Antes, Botín ya le había echado alguna que otra flor: “Estás haciendo un gran trabajo en Economía. Soy optimista respecto a la economía española a corto y a largo plazo”.
Allí estaban, para saludar a Zapatero, no sólo el propio Botín y su consejero delegado, Alfredo Sáenz (hoy día indultado por Zp). Allí estaban también vicepresidentes, como Fernando de Asúa, consejeros comoGuillermo de la Dehesa, directivos como Francisco Luzón… Hasta la entonces presidenta de Banesto,Ana P. Botín hija del presidente de la entidad bancaria.
Sin duda, eran otros tiempos.....

sábado, 22 de enero de 2011

De jueces,banqueros y sentencias, (2ª parte).

Alfreedo Saenz en la Audiencia de Barcelona.
 
Seguidamente reproduzco un interesante artículo relacionado con el anterior post de fecha 20/01/11 en este mismo bog.
El artículo, procedente de El Confidencial www.elconfidencial.com
está escrito por Carlos Herranz si bien podría ir firmado por Mario Puzo autor de El Padrino a la vista de los hechos y circunstancias que en él se narran. No tiene desperdicio.
F.J.

Hace años que no tiene residencia fija en Barcelona. Pedro Olabarría vive a medio camino entre Alemania, país del que es natural su mujer, y Canadá. Una excentricidad propia de una persona acomodada si no fuera porque su exilio voluntario de España tiene mucho que ver con el episodio que esta semana ha recobrado plena actualidad, es decir, la sentencia del Tribunal Supremo por la que Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander y en el último tramo de su exitosa carrera, queda inhabilitado para el ejercicio de su profesión de banquero.
Como se ha recordado esta semana a raíz del caso, el breve paso por la cárcel de este empresario vasco afincado en Barcelona en 1994 terminó desentrañando una trama mayor de corrupción en la que participaba un juez llamado Pascual Estevill. Sin embargo, el origen de su cruzada no fue contra el magistrado corrupto que le condenó a prisión y le embargó sus bienes, más tarde expulsado de la carrera judicial tras la condena del Tribunal Supremo, sino contra el banquero, presidente de Banesto para más señas, que instigó esa persecución judicial.
Precisamente, ese banquero aupado entonces a la cima de Banesto por el Banco de España, recién intervenido y destronado Mario Conde a finales de 1993, estaba familiarizado y acostumbrado a tratar con la élite de Barcelona, esa aristocracia empresarial que hacía de Cataluña el motor industrial del país. Todos se conocían. No en vano, durante ocho años, Alfredo Sáenz fue presidente de Banca Catalana en comisión de servicios especiales, ya que la era filial del Banco Vizcaya, donde el financiero hizo carrera como ejecutivo estrella bajo el manto de Pedro Toledo.
Antes de que Sáenz pisara la marca catalana, Olabarría Delclaux ya había hecho carrera como empresario de éxito en la Barcelona de los 80. Su espíritu emprendedor le apartó del negocio familiar de construcción en el País Vasco para probar fortuna primero como asalariado. La pujante Ciudad Condal tenía reservado para él un puesto como directivo en la emergente Motor Ibérica (Nissan), donde progresó hasta el punto de disputar la confianza de los japoneses al todopoderoso Juan Echevarría, ex suegro del ahora líder político Joan Laporta.
Sus méritos no fueron suficientes para quedarse al frente del gigante del motor, por lo que Olabarría probó fortuna, junto a varios socios, como empresario. Y su primera apuesta fue claramente ganadora. Con el mercado del papel por los suelos, compró a precio de saldo la mayoría del fabricante Torras Hostench con la aspiración de dar la vuelta a la compañía. Sin embargo, nadie le podía decir que su inversión sería más rentable en tan poco tiempo gracias a los petrodólares que regaron la Península a mediados de esa década. Un golpe de suerte.
En 1984, el grupo kuwaití KIO irrumpió en España con la compra de la papelera Inpacsa, fundada y controlada por la familia de José María Porcioles, ex alcalde de Barcelona, asfixiada por las deudas. Tras la inyección de liquidez, en sólo un año la compañía ya arrojó beneficios, lo que hizo que KIO, bajo la batuta del emergente Javier de la Rosa, decidiera ampliar su inversión en el sector papelero. Así, en 1986, el grupo inversor kuwaití adquirió un paquete del 24% de Torras Hostench, aún en suspensión de pagos, a la familia Olabarría.
Aquella operación hizo que el empresario vasco ascendiera de división dentro del establishment catalán. Su pequeña gran fortuna nació entonces, con la venta de una compañía papelera que años más tarde, con un plenipotenciario Javier de la Rosa, terminaría convirtiéndose en el holding desde que el financiero catalán articularía todas las inversiones de KIO. Desde entonces, Olabarría pasó a la categoría de inversor, colocando su patrimonio en empresas y sectores de diversa índole, donde participaba en los órganos de administración.
Una deuda con Banesto.
Una de esas inversiones fue la que supuso toda una ruina moral. La suspensión de pagos de Harry Walker, una compañía de suministros donde era accionista minoritario, desencadenó una implacable persecución por parte de Banesto como principal acreedor. El celo de esa cruzada corrió a cargo del responsable del banco en Cataluña, Miguel Angel Calama, y del asesor jurídico externo, Rafael Jiménez de Parga, aunque el supervisor último de la operativa era un tal Alfredo Sáenz, al que Olabarría responsabilizó siempre de su paso por la cárcel.
El tesón del agraviado por demostrar la tropelía cometida a su persona dio lugar a una causa mayor, que terminó descubriendo al juez Estevill como ejecutor de sentencias por encargo entre la clase empresarial catalana. Olabarría no aspiraba a tanto. Tal vez por eso, tras la tormenta que sacudió entonces a los pilares de la poderosa Barcelona, el empresario vasco optó por pasar a un discreto segundo plano cada vez más lejos de España. Había demasiados compañeros de casta que habían quedado al descubierto a consecuencia de su cruzada.
Aunque ha tenido que pasar 16 años, el Tribunal Supremo ha ratificado y ampliado la sentencia condenatoria a Alfredo Sáenz. El consejero delegado del Santander recurrirá por defecto al Tribunal Constitucional, como ya han confirmado desde el banco de Emilio Botín. Todo para evitar y dilatar la ejecución de una sentencia firme. Una reacción que puede conceder muy buenos réditos judiciales, como bien saben otros ilustres condenados, como Cortina y Alcocer(Los Albertos), que han evitado cárcel, aunque no deshonra, por el caso Urbanor.
En ocasiones, la fama, la gloria e incluso el reconocimiento social es para aquellos que han sido condenados por el Tribunal Supremo, el papel de Olabarría tiene bastante en común con la causa emprendida años después por Pedro Sentieri y Julio San Martín contra la pareja de primos, de quienes fueron socios. Sus logros, como los de cualquier antihéroe, están condenados al silencio y premiados con el destierro. Sus  victorias son sólo morales, aunque esa sea la mayor de las recompensas.
Escrito por Carlos Herranz





miércoles, 13 de octubre de 2010

Algo de humor.- Diccionario de BANCA.


  CLIENTEPersona normal y agradable, que después de abrir una cuenta se convierte en 'Mosca Cojonera'. 
CLIENTE POTENCIAL- Cliente a quien pagamos el desayuno. 
AUXILIARLicenciado en Ciencias Económicas o Derecho, con diversos Masters, amplio conocimiento de otras disciplinas y materias, con dominio de lenguas, que se contrata en los Bancos para archivar papeles. 
FONDO DE RENTA VARIABLEDepósito que realiza un Cliente, y que pasado un tiempo prudencial, pierde. 
FONDO DE RENTA FIJADepósito que hace un Cliente, y que pasado un tiempo prudencial, se le devuelve juntamente con una pequeña limosna. Si el Cliente se queja, es aconsejable pasarlo a Renta Variable. 
FONDO MIXTODepósito que hace un Cliente, a quien le han ido mal los dos anteriores y que, pasado un tiempo prudencial, también lo pierde casi todo. (Es que no aprenden). 
FONDO GARANTIZADODepósito que hace un Cliente que está hasta los cojones de perder dinero, donde llegada la fecha de garantía, se le devuelve íntegramente la cantidad que aportó. Acostumbran a quedarse esperando a que les den alguna cosa más. (Son como niños). 
DEPÓSITO ESTRUCTURADODepósito que hace un Cliente, en el que, si una serie de hechos totalmente fortuitos coinciden, se le da un vale a cambiar por un derivado, que se convierte en una opción de futuro sobre un mercado emergente. El cliente nunca pierde el dinero, eso sí, pero tampoco lo encontrará. 
DEPÓSITO REGALO- Aconsejable para todos los clientes que han pasado por todos los depósitos anteriores y ya no les queda dinero con nosotros. Entonces se le pide que nos lo traigan de otro banco, y se le da una cacerola o una sartén a cambio.