Mostrando entradas con la etiqueta los Albertos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta los Albertos. Mostrar todas las entradas

domingo, 27 de noviembre de 2011

La Constitución española y la igualda ante la ley, que no ante la justicia. Segunda parte de "El Indulto"

Dº Emilio Botín presidente del Banco de Santander y Zp "negociando"


““Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Cap II, art. 14 de la Constitución 1.978.”
 Esta idílica declaración parece que no se corresponde exactamente con la realidad, como podemos ver en algunos ejemplos:

1º.- Miguel Francisco Montes Neiro, de 61 años, es el preso común más antiguo de España,el recluso no saldrá de la prisión hasta el 2021, fecha en que expira el cumplimiento de las condenas por cometer 24 delitos menores y cinco fugas pero no tiene delitos de sangre.Año tras año sus peticiones de indulto han sido rechadas mientras muchos presos terroristas de Eta, con sangre hasta las orejas salen de la carcel por la puerta grande sin cumplir apenas la cuarta parte de sus penas o son extraditados a paraisos extranjeros donde viven a cuerpo de rey.

2º.- Caso "Los Albertos". El 14 de marzo de 2003 el Tribunal Supremo dictó sentencia firme contra Alberto Alcocer y Alberto Cortina por el ‘caso Urbanor’: tres años y cuatro meses de cárcel por delitos de estafa y falsedad documental; ocho años después y a pesar de la existencia de sentencia firme contra ambos primos se han librado de  ingresar en prisión; se da la peculiar circunstancia de que ambos personajes son íntimos de S.M. el Rey con quien comparten cacerías etc.
 
3º.- Caso Banesto, 1993: Mario Conde, presidente de Banesto hasta que fué destituido por el Banco de España, cumplió carcel durante catorce años, despues de una serie de procesos penales sobre cuya limpieza y Justicia el interesado ha escrito varios libros muy interesantes y esclarecedores.

4.- El indulto a Alfredo Saénz, (ver también el post de 26/11).
El agudo periodista Jesús Cacho escribe en su digital VozPopulihttp://www.vozpopuli.com/botin-el-indulto-de-saenz-y-el-caballo-de-horta-osorio:Ha sido un indulto vergonzante, un indulto de tapadillo.......”
Por su parte,Mario Conde, que conoce bien al personaje indultado así como su trayectoria bancaria, pues no en balde A. Saénz ocupó la presidencia de Banesto a finales de 1.993 tras la intervención de la entidad por el Banco de España y consiguiente expulsión de MC, escribe un interesante artículo: http://www.fundacioncivil.org/2011/11/indulto-sistema-y-sociedad-civil/    
que merece la pena ser leido en su integridad.
Dice MC, entre otras cosas, en el artículo mencionado:

“”El indulto a Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, inundó ayer las redes sociales y generó una repulsa social de proporciones nada desdeñables. Me encontraba en Ourense, en la galería Sargadelos. para presentar …....mi ultimo libro, “de aquí se sale” y pude pulsar entre el público asistente la tensión interna que la decisión del gobierno, aireada de manera parcial por los telediarios, les había provocado............... Por mi parte me dediqué, ante la demanda de los asistentes, que superaban la cifra de doscientas personas..., a exponer el asunto de la manera mas aséptica posible, y lo hice alejado de cualquier connotación personal, porque el caso, lo que ha sucedido, tiene mucha mas importancia de la que parece si se efectúa un adecuado análisis político. He aquí la síntesis de mis palabras en ese momento.
Sáenz conoció todo lo real en torno a Banesto. Supo, obviamente, el estado real de sus cuentas y la falacia de los dictámenes con los que se pretendió cubrir la decisión política. Lo supo de primera mano y nadie mejor que él.Pero no se trataba solo de conocer las cuentas de un gran banco. La cosa iba mucho mas allá porque se engañó a cientos de miles de accionistas. Y se puso en marcha una comedia política con una Comisión de Investigación ¡de una entidad privada!, y ante el fracaso de todo ello se dispuso que la solución era poner a trabajar a la Justicia Penal con la excusa de que yo quería cambiar el Sistema, como reconoció Pascual Sala, hoy Presidente del Tribunal Constitucional, en una cena en la que uno de los asistentes, que escuchó esas palabras literales, resultó ser familiar agnaticio mío.
Sáenz se dio cuenta de la dimensión política del caso. El relato de la verdad tendría unas consecuencias terribles para el Sistema, porque los españoles descubrirían su verdadero funcionamiento. Pero, claro, además se percató de la posibilidad de hacer un gran negocio porque oficialmente Banesto tenía que valer poco -decían que nada- y realmente valía mucho. Así que se puso en contacto con D. Emilio Botín, cuya familia -y lo comprendo muy bien- siempre deseó adquirir Banesto y le transmitió la información real, por lo que, haciendo uso de su derecho a comprar regalado, el Banco de Santander ofertó por Banesto 800 pesetas por acción cuando oficialmente debía valer cero.
Botín tenía información de primera mano. Se la dio la persona que mejor conocía la verdad: Alfredo Sáenz. Al tiempo, Botín entregó a Sáenz de modo gratuito un paquete de acciones del uno por ciento de Banesto, valorado en muchos miles de millones. Nadie recibiría un paquete de acciones de una entidad quebrada. Claro que no. Y menos aceptaría ser presidente de la misma, como sucedió con Sáenz una vez que Botín compró el Banco. Emilio Botín en mas de una ocasión ha reconocido -y es de agradecer-que el mejor negocio de su vida ha sido la compra de Banesto. Desgraciadamente los rumores que hoy afectan al banco no son buenos. Su precio por acción al día de ayer es un exiguo 3.2 €. Pero eso no quita que en su día compró a precio de saldo una entidad muy poderosa y muy valiosa. Solo su tecnología, viva al día de hoy, valía miles y miles de millones.
En fin, así fueron las cosas y uno ya puede imaginar que el conocimiento preciso, concreto, detallado tiene un valor incalculable. No es el banco,  sino que, parafraseando a la campaña electoral americana, diría: es el Sistema, estúpido. Cientos de miles de personas engañadas, pactos subterráneos, manipulaciones del Banco de España, manejo de la Justicia, de jueces y Fiscales, de medios de comunicación….Se comprende que no es cualquier cosa. Es sencilla y llanamente el desnudo integral mas obsceno que imaginarse pueda. Y todo eso ha vivido y sigue viviendo, como el mejor conocedor de todo el proceso, en la cabeza de Alfredo Sáenz.........................................
Al Sistema le pasa lo que decía un cínico acerca del matrimonio. Si quieres que el matrimonio perdure -aseguraba- nunca digas la verdad y fomenta de modo progresivo las ausencias entre los cónyuges..... En el caso de Alfredo Sáenz, su destino en el Santander, al margen de su buen o mal hacer como banquero, al margen de una cualidad profesional que no le niega nadie, -lo humano es otra cosa- se encuentra protegido por cuanto acabo de decir..................
Pero sigamos. Quien ha decidido es un Gobierno en funciones, supuestamente de izquierdas. Y el delito que ahora se indulta consistió, según las sentencias del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional, en comprar a un juez -Estevill- para que a cambio de dinero metiera en prisión preventiva a unos inocentes, clientes de Banesto, con el fin de hacerles pagar unos dineros que no debían.  Y ese es el delito que el Gobierno de Zapatero -el de la izquierda moderna y radical- ha indultado mientras se encontraba en funciones. Además, y para mayor inri, lo hace en contra del propio Tribunal Supremo que informó negativamente sobre la decisión.
La pregunta jurídica es: ¿Tiene competencia el Gobierno en funciones para adoptar esa decisión?. Pues creo que no. Puede tomar decisiones ordinarias y de trámite, pero un indulto, en tanto que es negar el principio de separación de poderes, no es un acto de trámite. Máxime cuando implica rechazar por dos veces decisiones firmes del Tribunal Supremo. No, para nada es de trámite................................
La pregunta política es: ¿que razones han llevado al Gobierno y en su caso a la oposición a tomar esta decisión?. Pues no constan, pero es licito que cada uno se forme el criterio que mejor crea que explica semejante decisión...................................
¿Es recurrible la decisión?. Si claro que lo es, por desviación de poder. Por nulidad, porque el Gobierno en funciones no puede adoptar, no tiene legitimación para adoptar esa decisión. Puede ser discutible, pero que lo decidan los tribunales. ¿Quien puede recurrir? Pues los perjudicados por el delito de Sáenz. ¿Lo harán? No tengo ni la menor idea.
¿Y no les preocupa al Gobierno y la oposición el coste político de esta decisión?. Pues no.Primero porque saben que la sociedad española traga todo lo que sea porque, al final, como se ha demostrado, les vota y en paz....................
Pero lo de menos ahora es el indulto a Sáenz. El asunto va mas allá. Personalmente me alegro porque despeja muchas dudas. Ya no hay excusas, no caben ciegos ante las evidencias, ya solo quedan mercenarios. estamos ante una prueba mas, otra, de como funciona el sistema. Controlando los medios por via económica se controla la sociedad civil, y esta deglute lo que sea. Es la mejor prueba de como conciben las relaciones reales de poder. Como dice un amigo mío es lo que hay. Y quienes han decidido recibieron hace unos dias millones, muchos millones de votos de una sociedad que decía querer ser sociedad civil y asumir las riendas de su destino…..Es el principio, ¿como se andará el resto del camino?
F.J.

sábado, 22 de enero de 2011

De jueces,banqueros y sentencias, (2ª parte).

Alfreedo Saenz en la Audiencia de Barcelona.
 
Seguidamente reproduzco un interesante artículo relacionado con el anterior post de fecha 20/01/11 en este mismo bog.
El artículo, procedente de El Confidencial www.elconfidencial.com
está escrito por Carlos Herranz si bien podría ir firmado por Mario Puzo autor de El Padrino a la vista de los hechos y circunstancias que en él se narran. No tiene desperdicio.
F.J.

Hace años que no tiene residencia fija en Barcelona. Pedro Olabarría vive a medio camino entre Alemania, país del que es natural su mujer, y Canadá. Una excentricidad propia de una persona acomodada si no fuera porque su exilio voluntario de España tiene mucho que ver con el episodio que esta semana ha recobrado plena actualidad, es decir, la sentencia del Tribunal Supremo por la que Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander y en el último tramo de su exitosa carrera, queda inhabilitado para el ejercicio de su profesión de banquero.
Como se ha recordado esta semana a raíz del caso, el breve paso por la cárcel de este empresario vasco afincado en Barcelona en 1994 terminó desentrañando una trama mayor de corrupción en la que participaba un juez llamado Pascual Estevill. Sin embargo, el origen de su cruzada no fue contra el magistrado corrupto que le condenó a prisión y le embargó sus bienes, más tarde expulsado de la carrera judicial tras la condena del Tribunal Supremo, sino contra el banquero, presidente de Banesto para más señas, que instigó esa persecución judicial.
Precisamente, ese banquero aupado entonces a la cima de Banesto por el Banco de España, recién intervenido y destronado Mario Conde a finales de 1993, estaba familiarizado y acostumbrado a tratar con la élite de Barcelona, esa aristocracia empresarial que hacía de Cataluña el motor industrial del país. Todos se conocían. No en vano, durante ocho años, Alfredo Sáenz fue presidente de Banca Catalana en comisión de servicios especiales, ya que la era filial del Banco Vizcaya, donde el financiero hizo carrera como ejecutivo estrella bajo el manto de Pedro Toledo.
Antes de que Sáenz pisara la marca catalana, Olabarría Delclaux ya había hecho carrera como empresario de éxito en la Barcelona de los 80. Su espíritu emprendedor le apartó del negocio familiar de construcción en el País Vasco para probar fortuna primero como asalariado. La pujante Ciudad Condal tenía reservado para él un puesto como directivo en la emergente Motor Ibérica (Nissan), donde progresó hasta el punto de disputar la confianza de los japoneses al todopoderoso Juan Echevarría, ex suegro del ahora líder político Joan Laporta.
Sus méritos no fueron suficientes para quedarse al frente del gigante del motor, por lo que Olabarría probó fortuna, junto a varios socios, como empresario. Y su primera apuesta fue claramente ganadora. Con el mercado del papel por los suelos, compró a precio de saldo la mayoría del fabricante Torras Hostench con la aspiración de dar la vuelta a la compañía. Sin embargo, nadie le podía decir que su inversión sería más rentable en tan poco tiempo gracias a los petrodólares que regaron la Península a mediados de esa década. Un golpe de suerte.
En 1984, el grupo kuwaití KIO irrumpió en España con la compra de la papelera Inpacsa, fundada y controlada por la familia de José María Porcioles, ex alcalde de Barcelona, asfixiada por las deudas. Tras la inyección de liquidez, en sólo un año la compañía ya arrojó beneficios, lo que hizo que KIO, bajo la batuta del emergente Javier de la Rosa, decidiera ampliar su inversión en el sector papelero. Así, en 1986, el grupo inversor kuwaití adquirió un paquete del 24% de Torras Hostench, aún en suspensión de pagos, a la familia Olabarría.
Aquella operación hizo que el empresario vasco ascendiera de división dentro del establishment catalán. Su pequeña gran fortuna nació entonces, con la venta de una compañía papelera que años más tarde, con un plenipotenciario Javier de la Rosa, terminaría convirtiéndose en el holding desde que el financiero catalán articularía todas las inversiones de KIO. Desde entonces, Olabarría pasó a la categoría de inversor, colocando su patrimonio en empresas y sectores de diversa índole, donde participaba en los órganos de administración.
Una deuda con Banesto.
Una de esas inversiones fue la que supuso toda una ruina moral. La suspensión de pagos de Harry Walker, una compañía de suministros donde era accionista minoritario, desencadenó una implacable persecución por parte de Banesto como principal acreedor. El celo de esa cruzada corrió a cargo del responsable del banco en Cataluña, Miguel Angel Calama, y del asesor jurídico externo, Rafael Jiménez de Parga, aunque el supervisor último de la operativa era un tal Alfredo Sáenz, al que Olabarría responsabilizó siempre de su paso por la cárcel.
El tesón del agraviado por demostrar la tropelía cometida a su persona dio lugar a una causa mayor, que terminó descubriendo al juez Estevill como ejecutor de sentencias por encargo entre la clase empresarial catalana. Olabarría no aspiraba a tanto. Tal vez por eso, tras la tormenta que sacudió entonces a los pilares de la poderosa Barcelona, el empresario vasco optó por pasar a un discreto segundo plano cada vez más lejos de España. Había demasiados compañeros de casta que habían quedado al descubierto a consecuencia de su cruzada.
Aunque ha tenido que pasar 16 años, el Tribunal Supremo ha ratificado y ampliado la sentencia condenatoria a Alfredo Sáenz. El consejero delegado del Santander recurrirá por defecto al Tribunal Constitucional, como ya han confirmado desde el banco de Emilio Botín. Todo para evitar y dilatar la ejecución de una sentencia firme. Una reacción que puede conceder muy buenos réditos judiciales, como bien saben otros ilustres condenados, como Cortina y Alcocer(Los Albertos), que han evitado cárcel, aunque no deshonra, por el caso Urbanor.
En ocasiones, la fama, la gloria e incluso el reconocimiento social es para aquellos que han sido condenados por el Tribunal Supremo, el papel de Olabarría tiene bastante en común con la causa emprendida años después por Pedro Sentieri y Julio San Martín contra la pareja de primos, de quienes fueron socios. Sus logros, como los de cualquier antihéroe, están condenados al silencio y premiados con el destierro. Sus  victorias son sólo morales, aunque esa sea la mayor de las recompensas.
Escrito por Carlos Herranz