Mostrando entradas con la etiqueta San Fermín. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta San Fermín. Mostrar todas las entradas

viernes, 7 de julio de 2017

San Fermín 2.017. ¡Felices fiestas!

diario_navarra.750.jpg

Los orígenes de las fiestas de San Fermín, santo Patrón de Navarra se remontan a la Edad Media y están relacionados con tres celebraciones: los actos religiosos en honor a San Fermín, intensificados a partir del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas desde el siglo XIV.
Actualmente comienzan el dia 6 de julio prolongándose hasta el 14 del mismo mes, siendo el día 7 de julio la festividad del Santo.
La novela “The sun also rises” (“Fiesta”), escrita por Ernest Hemingway en 1926, animó a personas de todo el mundo a participar en las fiestas de Pamplona.Este gran escritor americano fue un heraldo universal de las fiestas de Pamplona. Su contribución fue decisiva para que unos festejos domésticos, apenas conocidos fuera de España, se convirtiesen en una de las citas festivas más famosas del mundo y centro de atracción desde entonces de miles y miles de turistas extranjeros, muchos de ellos seducidos por la pluma del Premio Nobel.
Todavía se conservan abiertos en Pamplona muchos de los establecimientos que frecuentó Hemingway en sus diferentes visitas a la capital navarra como, el Hotel La Perla y el café Iruña, todos en la céntrica Plaza del Castillo y el Hotel Yoldi, taurino por excelencia.
Lamentablemente esta “Fiesta” mundialmente famosa ha degenerado en los últimos años debido fundamentalmente a dos circunstacias:
  1. La politización que mediante una vergonzosa “guerra de banderas” han impuesto tanto el Ayuntamiento pamplonés regido por  Bildu (un partido filoetarra)  y la Comunidad en manos de GeroaBai (franquicia navarra del PNV).
  2. Las  deleznables agresiones sexuales a mujeres durante los Sanfermines 2.016; recordemos que en dicho año las denuncias por este delito se multiplicaron por cuatro, aunque según los expertos muchos de estos incidentes jamás fueron a parar a la comisaría.En este año un serie de medidas publicitarias, con el famoso eslogan “no es no” y sobre todo extremando la vigilancia para mantener el orden público y disuadir y castigar a los posibles violadores.
En relación con el primer tema, desgraciadamente, tanto los vecinos de Pamplona como todas las personas que visitan la ciudad  estos días han podido ver que en el Ayuntamiento de Pamplona ha ondeado la bandera de la Comunidad Autónoma Vasca durante el chupinazo que da inicio a las Fiestas de San Fermín.Ese hecho ha constituido una flagrante, grosera y obvia vulneración de la ley  y con él se ataca el ser mismo de la identidad navarra, poniendo al mismo nivel de representación institucional, en un Ayuntamiento de Navarra, a la bandera de la Comunidad Foral y a la bandera de otra Comunidad Autónoma.
El alcalde de la ciudad, Jose Asirón, de Bildu, ha consentido en que se ice esa bandera, poniéndola al mismo nivel que la bandera que une a todos los navarros. Resulta evidente que esta insistencia en vaciar de contenido los símbolos propios de Navarra proviene del empeño por construir en esta Comunidad el proyecto nacionalista vasco, empeñado en difuminar la identidad propia NAVARRA, en la identidad de la comunidad vecina.
Recuérdense los anhelos expansionistas  (Anschluss) de Adolf Hitler para Alemania. De forma bastante parecida, el “naZionalismo”  vasco ha deseado siempre la anexión de Navarra porque sin Navarra es imposible la configuración de lo que ellos llaman Euskal Herria “Nafarroa esukadi da” (Navarra es Euskadi) y sporque ellos saben que anexionándose  Navarra matan a España. “El día que Euskadi fagocite a Navarra, España habrá muerto”, como bien decía el insigne profesor e historiador Claudio Sánchez Albornoz, (Madrid, 7 de abril de 1893-Ávila, 8 de julio de 1984)y que fue presidente del Gobierno de la República en el exilio(1.962 – 1.970).
No es por tanto asunto baladí esta “guerra de banderas” sino que encierra unos propósitos muy claros   de las pretensiones de los partidos anti navarros y por ende anti españoles.
Por lo demás  deseamos a los queridos pamplonicas y navarros en general unas muy felices fiestas de San Fermin y que canten esa “jotica” que dedicaban a su Presidenta Uxue Barcos (uxue en vascuence significa paloma):
"Presidenta, palomica. Navarra tiene bandera. No queremos la de fuera. No te pases ni un poquico",
porque los que ayer colocaron la ikurriña en el Ayuntamiento de Pamplona, quienes lo toleraron, se han pasado bastante más que "un poquico".
F.J. de C.
Madrid, 7 de Julio de 2.017


jueves, 7 de julio de 2016

San Fermín, siete de julio. Ernest Hemingway.

Hemingway.gif
E. Hemingway
Introducción:
Hoy 7 de julio, San Fermín, creo obligado, a la par  que interesante recordar al ilustre escritor norteamericano, Premio Nobel,   Ernest Hemingway (Oak Park, Illinois, 21 de julio de 1899 – Ketchum, Idaho, 2 de julio de1961).
Este gran escritor americano fue un heraldo universal de las fiestas de Pamplona. Su contribución fue decisiva para que unos festejos domésticos, apenas conocidos fuera de España, se convirtiesen en una de las citas festivas más famosas del mundo y centro de atracción desde entonces de miles y miles de turistas extranjeros, muchos de ellos seducidos por la pluma del Premio Nobel.
Todavía se conservan abiertos en Pamplona muchos de los establecimientos que frecuentó Hemingway en sus diferentes visitas a la capital navarra como, el Hotel La Perla y el café Iruña, todos en la céntrica Plaza del Castillo y el Hotel Yoldi, taurino por excelencia.

La primera novela importante que publicó Ernest Hemingway llevaba el título de “The sun also rises” (“Fiesta”). Se trataba de una novela ambientada en las fiestas de San Fermín.
“Fiesta”, publicada en octubre de 1926 por la editorial neoyorkina “Scribner’s”, la escribió durante el año 1925 en base a la experiencia sanferminera de los años 1923 y 1924.
En esta novela dejó patente su autor el cariño que le tenía al Café Iruña, pues buena parte de la obra, tanto escenas como diálogos, la centra en este establecimiento, que lo llega a citar expresamente en catorce ocasiones, citándolo también indirectamente decenas de veces bajo el nombre genérico de el café o el café de la plaza.
Estamos ante una novela de amor, ante una curiosa historia entre Jake Barnes y Brett Ashley, en donde Hemingway utiliza como base de la narración su propia experiencia en la I Guerra Mundial, con posteriores escenarios en París, y especialmente en las fiestas de San Fermín. Dentro de esta última ambientación el Café Iruña es uno de los escenarios más importantes.
En la novela vemos a un grupo de amigos que tienen en común su nacionalidad estadounidense y el hecho de ser todos ellos residentes en París.Pero no sólo la irrealizable historia de amor es el instrumento que el escritor norteamericano utiliza para contar las sensaciones y vivencias de su generación. Recordemos que Fiesta también habla de un grupo de jóvenes, norteamericanos en su mayoría y residentes en París, que deciden desplazarse a Navarra para pescar, conocer las fiestas de San Fermín y asistir a las corridas de toros. Dos escritores, un periodista, una lady inglesa y un aristócrata arruinado establecen un juego de relaciones afectivas y de rivalidad que alcanzará su cenit en el ambiente festivo. Así como el escenario parisino ensombrece la historia en un aire de patético sinsentido, el fondo de la fiesta y de los toros le aporta tragedia y trascendencia.
Hemingway temía que el título Fiesta, con el que encabezó su manuscrito y los sucesivos borradores, no fuera entendido por quienes desconocían las corridas de toros y buscó en la Biblia un título alternativo. El resultado fue The Sun Also Rises (El sol también vuelve a salir).
Se ha dicho muchas veces que esta novela contiene algunos errores, pues el autor llega a entremezclar en un solo acto acontecimientos como las vísperas (6 de julio) y la procesión de San Fermín (7 de julio), así como otros muchos pequeños detalles. Pero no hay que olvidar que no estamos ante un libro de historia, sino ante una novela.La novela debe ser leída a la luz de la época. No debemos olvidar que es una de las primeras visiones de la fiesta por parte de un extranjero. Hemingway no deja de ser un corresponsal de guerra que transmite una realidad inaudita para un occidental de los años 20.
La fiesta brava significa en ese libro el contraste con la generación que perdió su destino entre las bombas y buscó en vano recuperarlo en las noches de Paris. En ese contexto las corridas significan una oportunidad de redimir la valentía y superar la tragedia a través del rito.

Es una novela que se ha llevado al cine, hecho este que no gustó a su autor:

Pamplona hoy,

diario_navarra.750.jpg

noticias_navarra.750.jpg

F.J. de C.

Madrid, 7 de julio 2.016

martes, 8 de diciembre de 2015

Flos Sanctorum: Vida de San Francisco Javier.

EST 301.861_sg.jpg

Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznáres de Javier, más conocido como Francisco de Javier o Francisco de Jasso (7 abril1506 – 3diciembre1552) fue un religioso y misionero navarro de la Compañía de Jesús nacido en el Castillo de Javier de la Villa homónima y fallecido en la isla de Sanchón (China).

castillo_javier1.jpg
El castillo natal de Francisco Javier.
Donde el río Aragón empieza a regar las fértiles tierras de la ribera de Navarra existía un castillo medieval, edificado en el siglo XIII sobre otro más antiguo y renovado por sus padres.
 Coronado de macizas torres y rodeado de un foso con altos muros y puentes levadizos, demostraba a las claras su carácter defensivo frente al vecino Reino de Aragón.
Fue canonizado por la Iglesia Católica con el nombre de San Francisco Javier.

Francisco de Javier fue un relevante misionero jesuita, miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús y estrecho colaborador de su fundador, Ignacio de Loyola.

Se destacó por sus misiones que se desarrollaron en el oriente asiático y en el Japón. Recibió el sobrenombre de Apóstol de las Indias.
El papa Alejandro VII, en el año 1657,  incorporó como patrono del reino de  Navarra  a San Francisco Javier que a partir de entonces comparte con San Fermín.

Cronología del Santo:

7-4-1506. Nace en el Castillo de Javier (Navarra, España).

1525. Marcha a París para estudiar en la Sorbona.

15-8-1534. Hace los votos de Montmartre con Ignacio y otros cinco compañeros.

24-6-1537. Ordenado sacerdote en Venecia.

1540. Destinado a las Indias.

7-4-1541. El mismo día de su 35 cumpleaños sale de Lisboa.

6-5-1542. Llega a Goa. Desde allí, durante unos 7 años evangeliza buena parte del sur de la India, Ceilán, Malaca, etc.

15-8-1549. Llega a Kagoshima, Japón.

1551. Regresa a la India y hace nuevos proyectos.

3-12-1552. Muerte en la isla de Sanchón, frente a las costas de China.

12-3-1622. Es canonizado junto a San Ignacio, Santa Teresa, San Isidro Labrador y San Felipe Neri por el Papa Gregorio XV.

1904. San Pío X le nombra Patrono de las Misiones.

Francisco Javier en París.

París siempre ha tenido fama de ciudad alegre y divertida; pero ninguno de sus barrios era tan bullicioso y jaranero como el Latino, donde se hacinaban los cincuenta colegios que componían la Universidad de la Sorbona.
 La sociabilidad innata de Javier unida a su jovialidad será una constante hasta el fin de su vida.
 La extrema severidad de los reglamentos de esos Colegio Mayores no era obstáculo para Javier para escapar del colegio de noche y respirar un poco de libertad por las timbas y tabernas, que tanto abundaban en el barrio Latino.
 A Javier le gustaba beber, jugar a las cartas y, sobre todo, cantar, pero sin caer en obscenidades.
 Y así hasta tropezar con Iñigo de Loyola.

La conversión de Francisco Javier.

Un buen día Javier se encuentra con un estudiante guipuzcoano, cojitranco, reconcentrado y muy devoto, con 16 años por encima de los suyos: era Ignacio (Iñigo) de Loyola.
 Y providencialmente acabaron hospedándose en la misma habitación del Colegio Mayor de Santa Bárbara.
 Mientras Javier era un joven fogoso, de porte distinguido y apuesto, con anhelos de gloria, queriendo brillar en el mundo... Ignacio sólo ambicionaba glorificar a Dios y servir a la Iglesia.
 Pero Javier ante la reiterada pregunta de Ignacio "¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?" terminó por renunciar al mundo y hacerse jesuita jurando sus votos.

Posteriormente viajó, viajó siempre, durante toda su vida de activo misionero. Enseñaba, bautizaba, confesaba, creaba fe, esperanza, amor. La Iglesia crecía cada día, viéndole a él, escuchándole. Para él no existía el país imposible. Y un día quiso conquistar la inmensa China. Navegó, llegó a una isla, veía la costa del continente firme. Se sintió enfermo.
Javier fue probablemente el poeta que cantó esos versos del más puro acto de amor a Jesucristo:

“No me mueve, mi Dios, para quererte / el cielo que me tienes prometido. / Ni me mueve el infierno tan temido / para dejar por eso de ofenderte. / Tú me mueves, Señor, muéveme el verte / clavado en una cruz y escarnecido. / Muéveme el ver tu cuerpo tan herido. / Muévenme tus afrentas y tu muerte. / Muéveme, al fin tu amor,  y en tal manera, / que, aunque no hubiera cielo,  yo te amara, / y, aunque  no hubiera infierno, te temiera. / No me tienes que dar porque te quiera. / Pues, aunque lo que espero, no esperara, / lo mismo que te quiero te quisiera”.

El Divino Impaciente.

José María Pemán, (*) en su inmortal obra, “El Divino Impaciente” describe muy bien, en sus sonoros versos, la biografía de San Francisco Javier  y su relación con su amigo Ignacio de Loyola:

DE IGNACIO A JAVIER:
“Te quiero siervo de Dios... / ¡pero sin jugar a santo!... Lo has de ser con menos brío: / cuando suena mucho el río / es porque hay piedras en él. / Virtud que se paladea / apenas si es ya virtud. /  No hay virtud más eminente / que el hacer sencillamente / lo que tenemos que hacer.../ El encanto de las rosas / es que, siendo tan hermosas,  / no conocen que lo son. / Pedro Fabro: en Javier fundo / mi ilusión y mi placer; /  que si yo gano a Javier, Javier me ganará un mundo... Vencida su inexperiencia / domada su vanidad / de él espero, si me es fiel, / milagros de santidad...”
IGNACIO A JAVIER QUE MARCHA HACIA LAS INDIAS
“Pídele a Dios cada día / oprobios y menosprecios, / que a la gloria, aun siendo gloria / por Cristo, le tengo miedo... / Ni el rezo estorba al trabajo, ni el trabajo estorba al rezo. / Trenzando juncos y mimbres / se pueden labrar, a un tiempo, / para la tierra un cestillo / y un rosario para el cielo... / Mientras tanto, Javier mío, / porque no nos separemos, / llévame en tu corazón, / que en mi corazón te llevo”.
JAVIER, AGOTADO, VA HABLANDO CON DIOS, en el EPILOGO de su obra: “Postrado a tus pies benditos,/ aquí estoy, Dios de bondades, / entre estas dos soledades / del mar y el cielo infinitos.../ Vencida de tanto hacer / frente al mar y a su oleaje, / ya va a rendir su viaje la barquilla de Javier.../  No puse nunca, Señor,/ la luz bajo el celemín... / Me diste cinco talentos /y te devuelvo otros cinco... / Cuida a mi gente española... / Y si algún día mi casta / reniega de Ti y no basta,/ para aplacar tu poder,/  en la balanza poner sus propios merecimientos.../ pon también los sufrimientos / que sufrió por Ti Javier... / Sí... no me ocultes tu rostro... / Ya va a buscarte tu siervo...” (Javier va dejando caer la cabeza...).

En Roma, en la iglesia del Gesú, se puede ver la imagen del Santo,  su brazo derecho levantado, agotado, como  si estuviera dando la absolución, bendiciendo o bautizando. Javier murió a los 46 años.  Sin duda fue el Impaciente, pero un impaciente divino, que conmovió el mundo, los siglos y la historia habiendo vivido solamente cuarenta y seis  años.
F.J.de C.
Madrid, 8 de diciembre de 2.015

(*) Nota: José María Pemán,(Cádiz, 1987 - Cádiz, 1981) poeta,dramaturgo, escritor, articulista y orador español católico  entre sus numerosísimas obras destaca El Divino Impaciente que estrenada en 1.934 en Madrid obtuvo un clamoroso éxito en pleno auge de la II República.