Dedicado especialmente a todos mis lectores - tocayos que celebran el día 3 de Diciembre su Santo patrón.
Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznáres de Javier, más conocido como Francisco de Javier o Francisco de Jasso (7 abril1506 – 3 diciembre1552) fue un religioso y misionero navarro de la Compañía de Jesús nacido en el Castillo de Javier de la Villa homónima y fallecido en la isla de Sanchón (China).
En Roma, en la iglesia del Gesú, se puede ver la imagen del Santo, su brazo derecho levantado, agotado, como si estuviera dando la absolución, bendiciendo o bautizando.
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Javier murió a los 46 años. Fue canonizado por el papa Gregorio V, con el nombre de San Francisco Javier en 1.622 y en el año 1657, el papa Alejandro VII, le incorporó como patrono del Reino de Navarra que a partir de entonces comparte con San Fermín.
Francisco de Javier fue miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús y estrecho colaborador de su fundador, Ignacio de Loyola, destacando por su labor como misionero en el Oriente asiático, el sur de la India, Ceilán, Malaca, llegando a Kagoshima, Japón.
Falleció en la isla de Sanchón, frente a las costas de China y en 1904 San Pío X le nombra Patrono de las Misiones y recibió el sobrenombre de Apóstol de las Indias.
El castillo natal de Francisco Javier.
Donde el río Aragón empieza a regar las fértiles tierras de la ribera de Navarra existía un castillo medieval, edificado en el siglo XIII sobre otro más antiguo y renovado por sus padres.
Coronado de macizas torres y rodeado de un foso con altos muros y puentes levadizos, demostraba a las claras su carácter defensivo frente al vecino Reino de Aragón.
El Divino Impaciente.
José María Pemán, (Cádiz, 1987 - Cádiz, 1981) brillante intelectual, escritor, poeta, dramaturgo, y orador entre sus numerosísimas obras destaca El Divino Impaciente obra teatral estrenada en 1.934 en Madrid en pleno auge de la II República.
obteniendo un clamoroso éxito; en esta obra, Pemán,describe muy bien, en sus sonoros versos, la biografía de San Francisco Javier y su relación con su amigo San Ignacio de Loyola:
Dice Ignacio a Javier:
“Te quiero siervo de Dios... / ¡pero sin jugar a santo!... Lo has de ser con menos brío: / cuando suena mucho el río / es porque hay piedras en él. / Virtud que se paladea / apenas si es ya virtud. / No hay virtud más eminente / que el hacer sencillamente / lo que tenemos que hacer.../ El encanto de las rosas / es que, siendo tan hermosas, / no conocen que lo son…..
…. “Pídele a Dios cada día / oprobios y menosprecios, / que a la gloria, aun siendo gloria / por Cristo, le tengo miedo... / Ni el rezo estorba al trabajo, ni el trabajo estorba al rezo. / Trenzando juncos y mimbres / se pueden labrar, a un tiempo, / para la tierra un cestillo / y un rosario para el cielo…
Dice Javier, en el epílogo de la obra,agotado, hablando con Dios:
….. “Postrado a tus pies benditos,/ aquí estoy, Dios de bondades, / entre estas dos soledades / del mar y el cielo infinitos.../ Vencida de tanto hacer / frente al mar y a su oleaje, / ya va a rendir su viaje la barquilla de Javier.../ No puse nunca, Señor,/ la luz bajo el celemín... / Me diste cinco talentos /y te devuelvo otros cinco... / Cuida a mi gente española... / Y si algún día mi casta / reniega de Ti y no basta,/ para aplacar tu poder,/ en la balanza poner sus propios merecimientos.../ pon también los sufrimientos / que sufrió por Ti Javier... / Sí... no me ocultes tu rostro... / Ya va a buscarte tu siervo...” (Javier va dejando caer la cabeza...). ...Señor, en Ti espero/Sí... no me ocultes tu rostro/Ya va a buscarte tu siervo...In te, Domine, speravinon confundar in aeternum!
Sin duda, Francisco de Javier fue el Impaciente, pero un impaciente divino, que conmovió el mundo, los siglos y la historia habiendo vivido solamente cuarenta y seis años.
F.J.de C.
Madrid, 2 de diciembre de 2.016