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miércoles, 14 de enero de 2015

El Vaticano ante el peligro del terrorismo yihadista.


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El Vaticano permanece en alerta terrorista máxima, al ser considerado un objetivo sensible por las ocasionales referencias que hacen a él los yihadistas en sus mensajes. Las autoridades italianas están monitorizando el peligro.
Tras las informaciones publicadas en Italia sobre posibles atentados, el Vaticano mantiene la alerta terrorista "máxima", si bien "no ha habido ninguna novedad sobre amenazas" precisas tras los atentados de París, y la alarma "todavía no se ha confirmado".
El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano,
dijo que lo que sí es real es que "desgraciadamente" el Vaticano "ha sido más veces citado y evocado en los mensajes del autoproclamado 'califato' (yihadista), y la bandera negra sobre la cúpula de San Pedro no es un signo difícil de interpretar" que, dijo, él no ve "como algo simbólico". Es por ello por lo que el Ministerio del Interior no subestima ningún indicio ni hipótesis, "ni siquiera las aparentemente más efímeras".
El portavoz vaticano, Federico Lombardi,desmintió que el Estado haya recibido "señales de riesgo específico de los servicios de seguridad de otros países". Apuntó que se mantiene "la atención y una prudencia razonable", pero insistió en que "no existen señales de motivos concretos ni de riesgo específico".Por ello, instó a no alimentar lo que denominó como "preocupaciones infundadas" que, según dijo, podrían "inútilmente turbar la vida, el clima de trabajo e incluso los intereses de tantos peregrinos y turistas que visitan el Vaticano diariamente".
Por otra parte y en relación con toda esta complicada problemática, conviene recordar que el pasado 28/11/2014 el Papa Francisco visitó Turquía, país en el que la comunidad cristiana cayó del 32% al 0,2% del total nacional en un siglo.
El contexto mundial, antes de los luctuosos sucesos de París, sigue estando afectado por el terrorismo de impronta islámica: el 80% de los atentados ocurridos durante el 2013 tuvo lugar en cinco naciones musulmanas -Afganistán, Irak, Nigeria, Pakistán y Siria- y el 66% de las víctimas fatales fue ocasionado por cuatro grupos fundamentalistas islámicos -Estado Islámico, Boko Haram, Talibanes y Al-Qaeda y afiliados-.
En su viaje, el Papa se reunió con el presidente turco, Erdogan y otras autoridades políticas y religiosas, recibió a refugiados y oró junto al mufti. En diferentes discursos  recordó los puntos que unen a cristianos y musulmanes y condenó cualquier justificación religiosa para la violencia: “la violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena, porque el Todopoderoso es Dios de la vida y de la paz”; denunció el fundamentalismo y señaló la necesidad de que musulmanes, judíos y cristianos, "gocen – tanto en las disposiciones de la ley como en su aplicación efectiva – de los mismos derechos y respeten las mismas obligaciones".
En su vuelo de regreso a Roma, en diálogo con periodistas Francisco aseguró:
“Yo le he dicho al presidente Erdogan que sería bonito que todos los líderes islámicos, ya sean líderes políticos o religiosos, digan claramente que condenan el terrorismo. La mayoría del pueblo islámico agradecería oír eso por boca de sus líderes religiosos, políticos y académicos. Todos nosotros necesitamos una condena mundial. Es importante que los islámicos que tienen una identidad digan que el Corán no es eso”.
Tal como hiciera  Benedicto XVI en 2.006, Francisco ha puesto el dedo en la llaga y ambos, con estilos y matices personales distintos han dejado muy clara la exhortación en torno a la violencia perpetrada por extremistas en nombre del Islam y el llamamiento a los moderados de esa fe para que los denuncien claramente.
Así ambos papas  exponen una línea doctrinal inequívoca que orienta toda la  diplomacia papal hacia el Islam, evidente para quien lo quiera ver.
F.J.de C.
Madrid, 14 de enero de 2.015







sábado, 29 de marzo de 2014

Inmensa popularidad del Papa FRANCISCO.



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El papa Francisco ha superado la marca de su primer año impulsado por una inmensa popularidad. Pero en esto no hay nada nuevo. También Benedicto XVI había alcanzado en el año 2008 idénticos niveles de consenso. Y Juan Pablo II había sido todavía más popular, y durante muchos años seguidos.
Véase cuadro adjunto.
La novedad es otra. Con Francisco, por primera vez desde tiempos inmemorables, un Papa es elogiado no sólo por los suyos, sino casi más todavía por los de afuera, por la opinión pública laica, por los medios de comunicación seculares, por gobiernos y por organizaciones internacionales.

Inclusive ese informe de una comisión de la ONU que en los primeros días de febrero atacó ferozmente a la Iglesia lo ha preservado, inclinándose a ese "¿quién soy yo para juzgar?" ahora asumido universalmente como el lema emblemático de las "aperturas" de este pontificado.
Las "aperturas" de un Papa a la modernidad pueden, por el contrario, explicar el consenso que le llega desde afuera, desde la opinión pública laica. Ésta parece ser la novedad de Francisco.

Una novedad respecto a la cual él está a la defensiva. Ha dicho en su reciente entrevista al "Corriere della Sera": "No me agrada una cierta mitología del papa Francisco. Sigmund Freud decía, si no me equivoco, que en toda idealización hay una agresión".
F.J.de C.
Madrid, 29 de marzo de 2.014
Nota: Info de Sandro Magister,  chiessa.espresso.repubblica.it




viernes, 27 de diciembre de 2013

El papa FRANCISCO, persona del año 2.013.




El importante diario El Mundo,en ESPAÑA;  en Estados Unidos la muy popular revista TIME, en Francia, el no menos importante diario Le Monde han señalado al Papa FRANCISCO como persona del año 2.013 dedicándole numerosos artículos generalmente elogiosos y señalando los  dos hitos históricos han marcado el inicio de este Pontificado: la renuncia de Benedicto XVI y la elección del primer Papa jesuita, iberoamericano y por tanto no europeo así como el hecho singular  de que por primera vez en la Historia de la Iglesia dos Papas conviven desde que el 28 de febrero Joseph Ratzinger dejó de ser Benedicto XVI para convertirse en Papa Emérito.
Seguidamente me complace reproducir un interesante artículo de Juan María Laboa, sacerdote, escritor y doctor en Historia de la Iglesia, publicado en el diario ElMundo; en su artículo J.M.Laboa, entre otras cosas explica como “Una de las razones ofrecidas para nombrar Personaje del Año al Papa Francisco ha consistido en que con él se ha cambiado la percepción que buena parte del mundo tenía de la Iglesia y del Pontificado, y, sin duda, la percepción que el mundo tiene de la Iglesia católica. ….esto gusta a la gente normal del mundo y explica por qué Francisco ha sido elegido Hombre del Año”.



DE LA INSTITUCIÓN A LA MISERICORDIA

POR JUAN MARÍA LABOA*
Bergoglio continúa la estela que inició Juan XXIII para romper inercias históricas y dar más importancia al Evangelio en lugar de a tradiciones y costumbres anticuadas.
Foto: El Mundo
Una de las razones ofrecidas para nombrar Personaje del Año al Papa Francisco ha consistido en que con él se ha cambiado la percepción que buena parte del mundo tenía de la Iglesia y del Pontificado, y, sin duda, la percepción que el mundo tiene de la Iglesia católica. Esto constituye un tema sugerente e importante tanto desde el punto de vista religioso como cultural.
Hace unos años, la revista Time definió la Iglesia católica como la mayor empresa multinacional existente, por su organización, estructuración y ramificación. No es una mala descripción, pero no tiene en cuenta la razón de ser y la especificidad propia de la institución. De hecho, también la Iglesia de la Cienciología o los mormones cuentan con una sólida organización. Por el contrario, en los últimos tiempos, la multiplicación de noticias negativas aireadas por los medios de comunicación han subrayado algunos de los graves problemas surgidos en la Iglesia en algunos países: pederastia, Maciel y sus legionarios de Cristo, el llamado Banco Vaticano, el robo de papeles en la casa del Papa, mensajes a menudo de tonos restrictivos y alejados de la realidad vital de tantos ciudadanos que sufren la angustia de cada día. Todo ello supuso un grave golpe para la credibilidad de una institución cuyo activo principal es precisamente la credibilidad. Por nuestra parte, debemos tener en cuenta la incomodidad con la que muchos católicos han sufrido el talante desconsiderado, la cerrazón doctrinal y la soberbia intelectual inmotivada de algunos de sus obispos más representativos, más acusada en los últimos años, precisamente cuando el pluralismo de ideas y la secularización de la sociedad hubieran exigido otra actitud más humilde, más receptiva, más dialogante. De hecho, muchos católicos se han marginado de la Iglesia, permaneciendo en un cómodo y contradictorio cristianismo a la carta.
La llegada del Papa Francisco parece haber roto el hechizo nefasto, provocando desconcierto y malestar en no pocos y una simpatía y esperanza difusa en innumerables personas de todo pelaje y condición. A esto se refiere Time cuando habla de una percepción de la Iglesia y estoy seguro de que esta es la causa de la elección del periódico EL MUNDO. En el intento de explicarme en qué consiste esta nueva percepción, voy a relacionar la experiencia de dos papas que han intentado últimamente romper inercias, comodidades y egoísmos, y dar más importancia al Evangelio que a tradiciones históricas demasiado humanas que han prevalecido en nuestra historia. Me refiero a Juan XXIII y a Francisco. Apenas inició Juan XXIII (1958-1963) su Pontificado, el pueblo cristiano quedó prendado con el talante del nuevo Papa y se produjo una descomprensión eclesial de tal calibre que pareció que todo lo anterior, el Papado del hiératico y tajante Pío XII –aparentemente tan admirable– resultaba anacrónico y periclitado. Habló de la necesidad de superar costumbres y tradiciones anticuadas y se esforzó por retirar el polvo que los siglos habían depositado en la Iglesia, se quitó importancia, se hizo cercano, abandonando la máscara altanera que muchos mortales se han puesto encima cuando han deseado convertirse en ídolos humanos.
"El Papa desea, al igual que el Concilio Vaticano II, repensar y cambiar las prioridades."
Resulta sorprendente comprobar cómo, sólo con la naturalidad y la humanidad de su comportamiento, este Papa quebró la situación y se convirtió en un Pontífice querido y cercano para católicos y miembros de diversas creencias, proponiendo un modo de actuar, de crear comunidad fraterna y de sentirse miembros de ella. Algunas veces he pensado que la clave de este cambio fue el convencimiento del Papa de que todo hombre es digno de respeto y de amor aunque permanezca en el error, es decir, aunque forme parte de otros grupos religiosos o de ninguno. De forma que, sin aspavientos ni elucubraciones, se rompió la trampa decimonónica que impedía aceptar la libertad de conciencia, movidos por el principio de que solo la verdad tiene derechos y no el error, comprendiendo como error lo que no enseñaba la Iglesia.
La figura, los modos y los ritos de actuación de Francisco nos han cogido por sorpresa. Ofrecen otra idea de Iglesia no tanto por sus principios como por sus prioridades y por su modo de estar en el mundo y traducir el Evangelio. Para comprender esta sorpresa reflexionemos sobre la contradicción viviente que acompaña nuestra vida. Por una parte, somos conscientes de que el mundo cristiano vive en una esquizofrenia que no resulta mortal porque convivimos con ella desde hace muchos siglos. Su Dios hecho hombre muere en la cruz y no tiene donde reclinar la cabeza; pone al samaritano y al padre del hijo pródigo como modelo de conducta; informa de que resulta prácticamente imposible que el rico entre en su Reino; señala que se sentarán a su diestra aquellos a quienes marginamos, excluimos y empobrecemos sin miramiento con nuestra actuación; nos comprometemos a perdonar setenta veces siete; tenemos como regla de conducta las inalcanzables bienaventuranzas; nos pide que llamemos Padre solo a Dios y que seamos conscientes de que todos los hombres somos hermanos; nos aconseja que no busquemos los primeros puestos, porque los últimos serán los primeros.
Predicamos con decisión y autoridad estos mandatos y otros muchos igualmente importantes, pero nuestra organización y modo de relacionarnos tanto en la Iglesia como en la sociedad van por su cuenta en paralelo. El Vaticano como estructura de arte puede ser considera como una obra gloriosa de la cultura humana, pero como punto de referencia del Cristo que no tuvo donde reclinar la cabeza constituye un bochorno; la Curia romana y la forma de gobernar la Iglesia, en la historia del poder y del derecho occidental pueden ser presentadas como un ejemplo, pero dudo mucho que se atengan al mandato de Cristo: «Vosotros no así», no actuéis como actúa el mundo. El modo de gobierno de los obispos, con su mitra egipcia en la cabeza, depende del espesor de cada cabeza y, sobre todo, de su espíritu, pero no cabe duda de que la Historia demuestra que demasiado a menudo esa mitra coronaba un sátrapa más que a un representante de quien vino no a ser servido sino a servir.
Soy consciente de que esta esquizofrenia forma parte de toda Historia humana, basta ver a los políticos de alta ideología, pero a los creyentes se nos puede exigir más coherencia. De hecho, sorprende y anima que el Papa Francisco, audaz y valiente tanto en sus exigencias como en sus formas de vida, nos invite a acudir a las fuentes de la identidad y esencialidad del ser humano. Ha indicado que la Iglesia debe salir de sí misma e ir a las periferias, huyendo del peligro de un narcisismo teológico que la aparte del mundo y encierre a Jesucristo dentro de sus muros. Por el contrario, los cambios y reformas deben basarse en una Iglesia evangelizadora que salga hacia fuera y no en una Iglesia mundana que vive en sí y para sí. Ha dicho que se trata de liberarse de tantas cargas y privilegios materiales y políticos para conseguir una forma de vida apostólica basada en el Evangelio, una forma de vida que, a menudo, termina en martirio, al centrar su existencia y su palabra en el amor y la misericordia de Dios.
En este perfil de Iglesia que parece gustar dentro y fuera de ella, Francisco anima a amar la pobreza y a los pobres y excluidos del mundo, a rechazar la psicología de príncipes o de patronos, a no ser ambiciosos o buscar puestos en el escalafón, a velar sobre tantos hermanos que no conocen un rostro amigo, a cuidar la esperanza como un bien precioso. Nos pide sobre todo y a todos a ejercer un tipo de autoridad que hunda sus raíces en la capacidad de servir. Lo bueno es que no nos pide nada nuevo. Todo ello está presente, por supuesto, en el Evangelio, pero, también, en tantas intervenciones valientes y gozosas de los padres conciliares del Vaticano II. Da la impresión de que el Papa Francisco desea, como el Vaticano II, trasmutar las prioridades, a menudo, dominantes en la Iglesia, abandonando la permanente referencia a las instituciones eclesiásticas, a su autoridad y eficiencia, como centro y medida de la fe y de la Iglesia y convertirse en espacio de comunión y acogida. Repensar y cambiar las prioridades implica además reconocer el valor de la conciencia, de la fe y de los signos de los tiempos como supremos criterios eclesiales. Esto gusta a la gente normal del mundo y explica por qué Francisco ha sido elegido Hombre del Año.

F.J.deC.
Madrid, 27 de diciembre de 2.013







jueves, 5 de diciembre de 2013

Encuentro histórico entre el papa Francisco y Putin en el Vaticano


En el centro de la reunión en el Vaticano, el conflicto en Siria y el compromiso común de esforzarse por la paz en la región. Después, la defensa de los cristianos del mundo. Y, al final, el intercambio de regalos.Recordemos que es ya la cuarta visita de Putin al Vaticano a partir de 2007. Con anterioridad, el presidente ruso se entrevistó dos veces con el papa Juan Pablo II y con el papa Benedicto XVI.
El presidente ruso, Vladímir Putin, visitó el 25 de noviembre de 2.013 al papa Francisco en el Vaticano. Un encuentro histórico que hace encajar las piezas de la recomposición de las relaciones entre la Santa Sede y el Kremlin, con vistas a un reconocimiento mutuo de la respectiva importancia en el escenario político-religioso del mundo.
Francisco había escrito a Putin el pasado septiembre, poco antes de la cumbre del G20 en San Petersburgo, estigmatizando la masacre siria y reconociendo el rol de Rusia en la resolución de los conflictos internacionales. Por su parte, Putin se ha fijado, sobre todo en los últimos meses, el objetivo de presentarse como protector de los cristianos en Oriente Medio.
Una convergencia, la de Rusia y la Santa Sede, que se ha reforzado aún más debido a la cuestión siria: tanto Moscú como el Vaticano se mostraron contrarios a una intervención armada contra Damasco y favorecieron una iniciativa diplomática para lograr la destrucción de las armas químicas del arsenal de el-Asad.
Durante el encuentro en el Vaticano, Francisco y Putin han discutido también sobre la asistencia humanitaria a la población siria y sobre las iniciativas concretas para la solución pacífica del conflicto mediante una fase de negociación que tenga en cuenta los diversos componentes étnicos y religiosos del país árabe.
En el coloquio se ha mencionado también la situación crítica de los cristianos en algunas regiones del mundo, además de la defensa y la promoción de los valores de la dignidad de la persona y la tutela de la vida y la familia.
Después le ha llegado el turno a Oriente Medio y los avances hacia la paz en la región. El presidente ruso ha alabado el esfuerzo del Papa para el cese de la violencia.
En resumen, se ha notado un clima que no se repetía desde 1989, cuando el líder soviético Mijaíl Gorbachov, invitó a Juan Pablo II a Moscú. Putin no ha invitado nunca a un papa a Rusia, pero este encuentro en el Vaticano con Francisco podría tener repercusiones positivas en las relaciones entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa rusa. Quizá podría llevar incluso a un encuentro entre el papa Francisco y Kirill, el Patriarca de Todas las Rusias.
Como conclusión al encuentro, el Papa ha regalado al presidente de Rusia un mosaico que representa una vista de los Jardines Vaticanos. Putin, por su parte, ha ofrecido al pontífice un icono de Nuestra Señora de Vladímir, una de las imágenes más veneradas de la Iglesia ortodoxa. Después se santiguó según la costumbre ortodoxa y besó el icono mariano, que besó a continuación también el papa Francisco.

En resumen, el hecho de que el Vaticano y Rusia estén de acuerdo en temas tan candentes como Oriente Medio, la paz y la persecución a los cristianos, es fundamental. En este momento la capacidad diplomática y la influencia internacional de Rusia en esa zona en concreto es muy grande. Y la autoridad moral que tiene el papa Francisco también es enorme. Por ejemplo, en ámbitos católicos dicen que Francisco ha conseguido detener a Obama, cuando quiso lanzar aquel ataque contra Siria. El presidente ruso y el papa de Roma están profundamente de acuerdo que hay que solucionar el problema sirio por medio del diálogo y la negociación. ¿Cómo conseguir que los cristianos no sean perseguidos en toda esa región de Oriente Medio? Es un asunto muy complicado, ya que depende de cada país de la zona. Pero si hay un acuerdo profundo entre Rusia y el Vaticano sería posible. Es una vergüenza que todavía exista la persecución a los cristianos, así como a miembros de cualquier otra religión.
F.J.de C.
Madrid, 5 de diciembre de 2.013.

Nota: Con info. recogida de RusiaHoy

sábado, 21 de septiembre de 2013

La entrevista al Papa Francisco.





El Papa Francisco ha  concedido una larga entrevista a Antonio Spadaro, director de "La Civiltà Cattolica", revista de los jesuitas de Roma que ha sido publicada al mismo tiempo en otras dieciséis revistas de la Compañía de Jesús en todo el mundo; esta entrevista, realizada durante mas de seis horas a lo largo de tres sesiones,  ocupa veintiocho páginas, lo que es un claro indicio de que su contenido será muy denso y por tanto imposible de resumir en cuatro titulares, mas o menos malintencionados, como hemos podido observar que han publicado los medios españoles y las redes sociales en los que se ha destacado casi  como único aspecto sobresaliente de la misma, la afirmación: “yo no soy un Papa de derechas” .
Para no caer en la misma simpleza de esos medios, me complace reproducir la crónica de un gran periodista italiano, Sandro Magister, http://chiesa.espresso.repubblica.it/
He aquí su artículo:

Las confesiones del Papa que vino de lejos


Hay dos pasajes en los que el papa Francisco desvela uno de los mayores enigmas de su pontificado.Explica con ello porque es tan taciturno sobre las cuestiones en las que los Papas que lo precedieron se han enfrentado más vehementemente con la cultura dominante.El primero de estos pasajes es el siguiente:


“No podemos seguir insistiendo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar.“Las enseñanzas de la Iglesia, sean dogmáticas o morales, no son todas equivalentes. Una pastoral misionera no se obsesiona por trasmitir de modo desestructurado un conjunto de doctrinas para imponerlas insistentemente. El anuncio misionero se concentra en lo esencial, en lo necesario, que, por otra parte es lo que más apasiona y atrae, es lo que hace arder el corazón, como a los discípulos de Emaús.
"Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda e irradiante. Sólo de esta propuesta surgen luego las consecuencias morales.
"Digo esto pensando también en la predicación y en los contenidos de nuestra predicación. Una buena homilía, una verdadera homilía, debe comenzar con el primer anuncio, con el anuncio de la salvación. No hay nada más sólido, profundo y seguro que este anuncio. Después vendrá una catequesis. Después se podrá extraer alguna consecuencia moral. Pero el anuncio del amor salvífico de Dios es previo a la obligación moral y religiosa. Hoy parece a veces que prevalece el orden inverso.
"La homilía es la piedra de toque si se quiere medir la capacidad de encuentro de un pastor con su pueblo, porque el que predica tiene que reconocer el corazón de su comunidad para buscar dónde permanece vivo y ardiente el deseo de Dios. Por eso el mensaje evangélico no puede quedar reducido a algunos aspectos que, aun siendo importantes, no manifiestan ellos solos el corazón de la enseñanza de Jesús".……….El segundo pasaje revelador se inspira en esta observación del papa Jorge Mario Bergoglio:


"La nuestra no es una fe-laboratorio, sino una fe-camino, una fe histórica. Dios se ha revelado como historia, no como un compendio de verdades abstractas".
El padre Spadaro escribe:
"Pregunto al Papa si esto tiene validez también, y cómo, en el caso de una frontera cultural tan importante como es la del desafío antropológico. La antropología que la Iglesia ha tomado tradicionalmente como punto de referencia y el lenguaje con el que la ha expresado siguen siendo referencia sólida, fruto de una sabiduría y experiencia seculares. Y sin embargo, el hombre al que se dirige la Iglesia no parece ya comprender esa antropología y ese lenguaje, ni considerarlos suficientes. Comienzo exponiendo el hecho de que el hombre se está interpretando a sí mismo de modo diferente a como lo ha hecho en el pasado, con categorías diferentes. Y esto se debe también a grandes cambios en la sociedad y a un estudio más hondo de sí mismo.
"El Papa, en este momento, se levanta y va a tomar su Breviario de la mesa de trabajo. Es un Breviario en latín y ya muy ajado por el uso. Lo abre por el Oficio de Lectura de la Feria Sexta, es decir, del viernes de la semana XXVII. Me lee un pasaje extraído del 'Commonitorium Primum' de san Vicente de Lerins: 'Ita etiam christianae religionis dogma sequatur has decet profectuum leges, ut annis scilicet consolidetur, dilatetur tempore, sublimetur aetate' (El mismo dogma de la religión cristiana debe someterse a estas leyes. Progresa, consolidándose con los años, desarrollándose con el tiempo, haciéndose más profundo con la edad)".
Y prosigue el Papa:
"San Vicente de Lerins compara el desarrollo biológico del hombre con la transmisión del 'depositum fidei' de una época a la otra, que crece y se consolida con el paso del tiempo. Ciertamente, la comprensión del hombre cambia con el tiempo y su conciencia de sí mismo se hace más profunda. Pensemos en cuando la esclavitud era cosa admitida y cuando la pena de muerte se aceptaba sin problemas. Por tanto, se crece en la comprensión de la verdad. Los exégetas y los teólogos ayudan a la Iglesia a madurar su propio juicio.
"Las demás ciencias y su evolución ayudan también a la Iglesia a aumentar su comprensión. Hay normas y preceptos eclesiales secundarios, una vez eficaces pero ahora sin valor ni significado. Es equivocada una visión monolítica y sin matices de la doctrina de la Iglesia.
"Por lo demás, en cada época el hombre intenta comprenderse y expresarse mejor a sí mismo. Y por tanto el hombre, con el tiempo, cambia su modo de percibirse: una cosa es el hombre que se expresa esculpiendo la Nike de Samotracia, otra la de Caravaggio, otra la de Chagall y, todavía, otra la de Dalí. Las mismas formas de expresión de la verdad pueden ser múltiples, es más, es necesario que lo sean para la transmisión del mensaje evangélico en su significado inmutable.
"El hombre va a la búsqueda de sí mismo, y es natural que en esta búsqueda pueda cometer errores. ¿Cuándo deja de ser válida una expresión del pensamiento? Cuando el pensamiento pierde de vista lo humano, cuando le da miedo el hombre o cuando se deja engañar sobre sí mismo. Podemos representar el pensamiento engañado en la figura de Ulises ante el canto de las sirenas, o como Tannhäuser, rodeado de una orgía de sátiros y bacantes, o como Parsifal, en el segundo acto de la ópera wagneriana, en el palacio de Klingsor. El pensamiento de la Iglesia debe recuperar genialidad y entender cada vez mejor la manera como el hombre se comprende hoy, para desarrollar y profundizar sus propias enseñanzas".

………..


De estas dos argumentaciones se deduce que el papa Francisco está lejos de ver en la revolución cultural actual el tremendo pasaje de civilización denunciado enérgicamente por los Papas que lo han precedido.
Prevalece en Bergoglio la idea que el hombre nuevo que avanza, más que poner duramente a prueba a la Iglesia, la ayuda a crecer en la comprensión de la verdad y a desprenderse de " normas y preceptos eclesiales secundarios, una vez eficaces pero ahora sin valor ni significado".















Sandro Magister


sábado, 14 de septiembre de 2013

Una carta de Putin al pueblo de los EEUU, publicada en el N.Y.T.





El gravísimo conflicto de Siria y la masacre de inocentes producida por el uso de armas químicas, está poniendo, de nuevo, el mundo  “al borde de la guerra”; tan es así que el Papa Francisco ha hecho un severo llamamiento por la paz y ha presidido el sábado 7 de septiembre, por la tarde una  vigilia en la plaza San Pedro; además, el Papa envió una carta al presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la que pidió que los miembros de la cumbre del G-20 busquen una solución pacífica al conflicto sirio.
Probablemente la presión rusa junto con el indudable rechazo a la guerra de la opinión pública occidental ha forzado el cambio de estrategia en Siria de EEUU, que ha pasado de la amenaza de un ataque militar inminente a dar tiempo a la diplomacia, lo cual ha debilitado al presidente Barack Obama y, en paralelo, está dando fuerza a Rusia y a países "hostiles" a Washington como Irán, según coinciden los expertos. "Es un momento muy difícil para Obama", quien está "atrapado" por una iniciativa diplomática, la de intentar poner bajo control internacional el arsenal químico sirio, con opciones muy limitadas de tener éxito, resumió hoy a Efe Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Iowa.
Mientras, el papel que Rusia ha jugado para lanzar esa iniciativa "ha fortalecido en gran medida la imagen" de su presidente, Vladímir Putin, y la "credibilidad" de Moscú "entre los muchos países a los que no les gusta Estados Unidos ni sus políticas", agregó Schmidt.
En este contexto, se produce una carta del Presidente  Putin al pueblo de los EEUU que ha publicado el New York Times, N.Y.T., muy crítico con EEUU y que ha levantado ampollas entre la clase política en Washington, y ha dado lugar a severas críticas al periódico por atreverse a publicar una carta   que consideran, deshonran a los EEUU, pues entienden que la libertad de expresión y el compromiso con los derechos humanos son dos manifestaciones" de una democracia "excepcional" como la que existe en Estados Unidos y que no son compartidas por Rusia.
Seguidamente reproduzco, traducida, la mencionada carta:

A Plea for Caution From Russia

What Putin Has to Say to Americans About Syria

By VLADIMIR V. PUTIN.- Published: September 11, 2013
"Llamamiento a la precaución desde Rusia"
Los recientes acontecimientos relacionados con Siria me han llevado a dirigirme directamente al pueblo estadounidense y a sus líderes políticos. Es importante hacerlo en un momento cuando no hay suficiente comunicación entre nuestras sociedades.
Nuestras relaciones han pasado por diferentes etapas. Nos enfrentamos durante la Guerra Fría. Pero también fuimos aliados una vez y derrotamos juntos a los nazis. La organización internacional universal, las Naciones Unidas, se estableció entonces para evitar que tal devastación vuelva a suceder.Los fundadores de Naciones Unidas se dieron cuenta de que las decisiones que afectan a la guerra y a la paz deben tomarse solamente por consenso y, con el permiso de Estados Unidos, el derecho de veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas. La profunda sabiduría de esto ha apuntalado la estabilidad de las relaciones internacionales desde hace décadas.
Nadie quiere que las Naciones Unidas corra la suerte de la Liga de las Naciones, que se derrumbó porque carecía de influencia real. Esto es posible si los países influyentes eluden las Naciones Unidas y toman una acción militar sin autorización del Consejo de Seguridad.
El posible ataque de Estados Unidos contra Siria, pese a la fuerte oposición de muchos países y de los principales líderes políticos y religiosos, incluido el Papa, dará lugar a más víctimas inocentes y a una escalada, extendiendo el conflicto más allá de las fronteras de Siria. Un ataque aumentaría la violencia y desencadenaría una nueva ola de terrorismo. Podría socavar los esfuerzos multilaterales para resolver el problema nuclear de Irán y el conflicto palestino-israelí y desestabilizar aún más Oriente Medio y el Norte de África. Podría romper el equilibro del sistema del derecho internacional y el orden.
Siria no está siendo testigo de una batalla por la democracia, sino de un conflicto armado entre el Gobierno y la oposición en un país multirreligioso. Hay algunos defensores de la democracia en Siria. Pero hay más que suficientes combatientes de Al Qaeda y extremistas de todas las tendencias que luchan contra el Gobierno. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha tachado a Al Frente Nusra y al Estado Islámico de Irak y el Levante, que luchan contra la oposición, como organizaciones terroristas. Este conflicto interno, alimentado por las armas extranjeras suministradas a la oposición es uno de los más sangrientos del mundo.
Los mercenarios de los países árabes que luchan allí y cientos de milicianos de países occidentales e incluso de Rusia son para nosotros un motivo de profunda preocupación. ¿No volverán ellos a nuestros países con la experiencia adquirida en Siria? Después de todo, después de los combates en Libia, los extremistas se trasladaron a Mali. Esto nos amenaza a todos.
Desde el comienzo, Rusia ha abogado por un diálogo pacífico que permita a los sirios desarrollar un plan de compromiso para su propio futuro. No estamos protegiendo al Gobierno sirio, sino el derecho internacional. Tenemos que utilizar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y creer que la preservación de la ley y el orden en el complejo y turbulento mundo de hoy es una de las pocas maneras de impedir que las relaciones internacionales se deslicen hacia el caos. La ley sigue siendo la ley y tenemos que seguirla, nos guste o no. Bajo el actual derecho internacional, el uso de la fuerza solo se permite en defensa propia o por la decisión del Consejo de Seguridad. Cualquier otra cosa es inaceptable en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y constituiría un acto de agresión.
No cabe duda alguna de que se usó gas venenoso en Siria. Pero hay muchas razones para creer que no fue utilizado por el ejército sirio, sino por las fuerzas de la oposición para provocar la intervención de sus poderosos amos extranjeros, que estarían al lado de los fundamentalistas. Los informes de que los milicianos están preparando otro ataque —esta vez contra Israel— no pueden ser ignorados.
Es alarmante que la intervención militar en los conflictos internos en el extranjero se haya convertido en algo común para Estados Unidos. ¿Será el interés de Estados Unidos a largo plazo? Lo dudo. Millones de personas en todo el mundo ven más y más a Estados Unidos no como un modelo de democracia, sino que ven que confía únicamente en la fuerza bruta, formando coaliciones bajo el lema "o estás con nosotros o contra nosotros".
Pero la fuerza ha demostrado ser ineficaz e inútil. Afganistán está sufriendo y nadie puede decir qué va a pasar después de que se retiren las fuerzas internacionales. Libia está dividida en tribus y clanes. En Irak la guerra civil sigue cobrándose decenas de muertos cada día. En Estados Unidos muchos trazan una analogía entre Irak y Siria y se preguntan por qué su Gobierno quiere repetir los errores recientes.
No importa cómo se llevan a cabo los ataques o lo sofisticadas que sean armas, las víctimas civiles son inevitables, incluidos los ancianos y los niños, a quienes los ataques tendrían que proteger.
El mundo reacciona preguntándose que si no se puede contar con el derecho internacional, entonces hay que encontrar otras formas para garantizar su seguridad. Así, un número creciente de países trata de adquirir armas de destrucción masiva. Esto es lógico: si tiene la bomba, nadie va a tocarle. Nos hablan de la necesidad de fortalecer la no proliferación, cuando en realidad esto se está erosionando. Tenemos que dejar de utilizar el lenguaje de la fuerza y volver a la senda de la diplomacia civilizada y del acuerdo político.
En los últimos días ha aparecido una nueva oportunidad para evitar la acción militar. Estados Unidos, Rusia y todos los miembros de la comunidad internacional deben aprovechar la disposición del Gobierno sirio para colocar su arsenal químico bajo el control internacional para su posterior destrucción. A juzgar por las declaraciones del presidente Obama, Estados Unidos considera esto como una alternativa a la acción militar.
Yo saludo el interés del presidente en continuar el diálogo con Rusia sobre Siria. Tenemos que trabajar juntos para mantener viva esta esperanza, como acordamos durante la reunión del G8 en Lough Erne, en Irlanda del Norte, en junio y volver a la vía de las negociaciones.
Si podemos evitar el uso de la fuerza contra Siria, esto mejorará el clima de las relaciones internacionales y fortalecerá la confianza mutua. Para nosotros será un éxito compartido y abrirá la puerta a la cooperación en otras cuestiones fundamentales.
Mi relación laboral y personal con el presidente Obama está marcada por una creciente confianza. Lo agradezco. Estudié detalladamente su discurso a la nación del martes. Y quiero decir que estoy en desacuerdo con el énfasis que hizo en la excepcionalidad estadounidense, afirmando que la política de Estados Unidos es "lo que hace diferente a Estados Unidos. Es lo que nos hace excepcionales". Es extremadamente peligroso animar a la gente a verse como algo excepcional, sea cual sea la motivación. Hay países grandes y países pequeños, ricos y pobres, los que tienen una larga tradición democrática y aquellos que todavía están buscando su camino a la democracia. Sus políticas son diferentes, también. Todos somos diferentes, pero cuando pedimos las bendiciones del Señor, no debemos olvidar que Dios nos creó iguales.  















V. PUTIN,
Presidente de Rusia