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viernes, 9 de octubre de 2015

Historia de ESPAÑA: La batalla de Lepanto


La Galera Real de Juan de Austria

Entre los siglos XIV y XVI la cristiandad se vio amenazada por los turcos del imperio otomano, que dominaban Tierra Santa, Oriente Medio, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y la Península. Muchas diócesis desaparecieron y muchos mártires derramaron su sangre. Los musulmanes controlaban el mar mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana, mientras los monarcas de este territorio se mantenían divididos y parecían no darse cuenta.
Una gran pinza turca amenazaba gravemente Europa. Su dominio o influencia había llegado por el norte de África hasta casi Marruecos y, apuntando a Viena, hasta Hungría y Transilvania. El Papa Pío V a principios de 1571 exponía a los embajadores de España y Venecia:
“El estado de la cristiandad es de tal fragilidad que…bastaría un soplo para derribarla…agotaré los medios existentes para unir las fuerzas cristianas contra su mayor enemigo…”
El 1 de septiembre de 1571 la flota cristiana quedó lista para partir desde Mesina (Sicilia).
Así nació la Santa Liga entre el Papado, España y Venecia, con una pequeña contribución de la Orden de Malta.
El 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la batalla de Lepanto, en la que la Santa Liga,luchó contra los turcos con un claro objetivo: destruir su escuadra para recuperar la seguridad del comercio marítimo y del cultivo en las tierras costeras.
Lepanto fue un acontecimiento decisivo para la cristiandad y para Europa.
Para entender la enorme trascendencia de aquella batalla, hay que situarse en el momento histórico:

Año de gracia de  1571. En España reina Felipe II, y España reina en el mundo, desde el Mediterráneo hasta las islas Filipinas. Pero en Oriente, precisamente al otro lado del Mediterráneo, la potencia turca es un enemigo formidable. Los turcos, el Imperio Otomano, son los herederos históricos del califato islámico, el mismo Islam que dominó España durante siglos….

Una Liga para defender la Cruz.


Felipe II y el Papa intentan organizar una gran flota para dar la batalla al Turco. Es preciso construir una alianza. La flota española es fuerte, pero no lo suficiente –recordemos que al mismo tiempo estamos en América y en Asia. Hace falta que venecianos y genoveses ayuden; pero los venecianos acarician la idea de llegar a un pacto por separado con los turcos, un pacto que les permita mantener sus rutas comerciales a cambio de concesiones o tributos. Sólo la conquista turca de Chipre, en 1570, y el posterior saqueo de Venecia, convence a los italianos de que no hay componenda posible.

Pío V redobla sus esfuerzos. Felipe II le sigue. Los reinos del norte de Europa (ingleses, alemanes) se desentienden del llamamiento papal, pero los italianos terminan secundando la idea. Hacia el verano de 1571 los cristianos componen su flota: darán la batalla en las mismas bases del Turco. Lo encuentran en las costas griegas, en el golfo de Lepanto.

Felipe II puso al frente de la flota a su hermanastro Juan de Austria, que tenía sólo 26 años, pero venía de sofocar la revuelta morisca en España y gozaba de un prestigio enorme. Junto a él estaban los mejores nombres de la Armada española: los catalanes Requeséns y Cardona y los castellanos Gil de Andrade y Álvaro de Bazán. Con ellos, el genovés al servicio de España Gian Andrea Doria, sobrino del gran almirante Andrea Doria.

Las galeras del Papa las dirigía un viejo señor de la guerra, Marco Antonio Colonna; las de Venecia, otro veterano, Sebastián Veniero, sustituido después por Barbarigo.

Y enfrente, el gran almirante turco, Alí Bajá, con un famosísimo pirata argelino, Uchali o Luchalí, y el gobernador de Alejandría, Mohamed Siroco; junto a ellos, un personaje de fábula, el renegado Pertev Pachá, cristiano convertido al Islam a quien los jefes de la Liga se la tenían jurada.

La Liga cristiana presentaba 231 barcos entre galeones y galeras, 50.000 marineros y galeotes y 30.000 soldados, de ellos 20.000 españoles. Nunca se había visto una potencia semejante en el mar.

Pero la armada turca era mayor todavía: unas 300 naves, con un número de hombres superior a 40.000 soldados, sin contar galeotes y remeros.

La mayor batalla naval librada hasta entonces.


La batalla fue el 7 de octubre. Aquí la Historia y la leyenda parecen lo mismo. Alí Bajá, desde el puente de su “Sultana”, recibió a los cristianos con un cañonazo, invitándoles a comenzar la batalla. Juan de Austria, cortés, respondió con otro cañonazo e izó su estandarte: la cruz de Cristo flanqueada por los escudos de los aliados.



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La bandera de la Galera Real

Las naves cristianas habían avanzado hasta allí formando una gran cruz. Los turcos abrieron sus barcos en una gigantesca media luna. Juan de Austria fijó en el palo mayor de su nao una gran talla del Crucificado donada por la ciudad de Barcelona.
La estrategia de la Liga consistía en encerrar a los turcos en el golfo y atacar en masa. Pero los turcos vieron el peligro y trataron de envolver al centro del ataque cristiano, que mandaba Juan de Austria, mientras los piratas de Luchalí trataban de envolver uno de los flancos cristianos para darle la vuelta a la operación: encerrar a los cristianos en el golfo. No pudieron.

La inteligencia siempre es importante en todas las cosas de la vida, y la flota española, buscando cómo hacer más daño en las filas turcas, tuvo una idea muy brillante. Hasta entonces, la mecánica habitual del combate en el mar consistía en embestir al enemigo con el espolón de proa y abordarlo después. Pero las galeras turcas eran más y estaban mejor armadas, de modo que la flota cristiana se encontraba en inferioridad tanto en potencia de fuego como en número de unidades de abordaje.
Así que a uno de los nuestros, García de Toledo, se le ocurrió que recortando los espolones podría instalarse más artillería en la proa y aumentar el fuego directo contra el enemigo justo antes del abordaje, barriendo la cubierta y reduciendo la resistencia del rival. La idea funcionó de maravilla.
El mismo García de Toledo fue quien sugirió dar la batalla lo más cerca posible de la costa griega, junto a las bases turcas, para reducir la capacidad de maniobra del enemigo; muchos marineros musulmanes, al verse en peligro y tan cerca de su costa, optaron por saltar al agua e intentar llegar a nado hasta la orilla.

Hay que imaginar el aspecto que podían ofrecer todos aquellos barcos escupiendo fuego; no sólo el fuego de los cañones, sino también el de los arcabuces, porque don Juan de Austria había mandado repartir a su cuantiosa infantería, el Tercio de Mar, por todas y cada una de las galeras cristianas, de manera que no había barco que no tuviera una buena porción de infantes disparando sobre el contrario; la infantería española y la italiana, respondieron con fuego en abundancia.

Los venecianos, todo hay que decirlo, desmintieron su fama y pelearon con mucho arrojo; su jefe, Barbarigo, murió en su puesto. Tras el choque vinieron los abordajes. La batalla duró en total cinco horas. En pleno combate, Don Juan de Austria, para paliar la inferioridad numérica, mandó soltar a los galeotes –los remeros que movían las galeras, generalmente penados- y les ofreció la libertad si se sumaban al asalto. Ni que decir tiene que todos lo hicieron.
De hecho, fue uno de estos remeros quien cortó con un hacha la cabeza del almirante turco, Alí Bajá. La Historia no ha retenido el nombre de este remero español. Lo que sí ha retenido es el nombre de un gran personaje que combatía en la galera “Marquesa”. Nos lo cuenta un documento oficial que venía a decir así:

“Cuando se avistó la armada del Turco en esta batalla naval, el tal Miguel de Cervantes estaba malo y con calentura…... el dicho Miguel de Cervantes respondió que qué dirían de él, y que no hacía lo que debía, y que más quería morir peleando por Dios y por su rey, que no meterse so cubierta con su salud. Y peleó como valiente soldado con los dichos turcos en la dicha batalla….. Y acabada la batalla, cuando el señor don Juan de Austria supo y entendió cuán bien lo había hecho y peleado Miguel de Cervantes, le aumentó cuatro ducados más de su paga. De dicha batalla naval salió Miguel de Cervantes herido de dos arcabuzazos en el pecho y en una mano, de lo cual quedó estropeado de la dicha mano. De lo cual doy fe y firmo…”

El balance de Lepanto.


Miguel de Cervantes, en efecto; que luego, en Don Quijote, recordará esta batalla como “la más alta ocasión que vieron los siglos”. La verdad es que hay pocas dudas sobre el balance de la batalla.

Los turcos perdieron 250 barcos, 130 de ellos apresados por la Liga; los cristianos sólo perdieron 17. Los turcos perdieron cerca de 24.000 hombres; los cristianos, la mitad de esa cifra.
Además, 8.000 turcos fueron apresados y su almirante y sus capitanes murieron en el combate. Todos menos el avieso pirata berberisco, Luchalí, que consiguió escabullirse antes de que acabara la batalla.
Don Juan envió al Rey el estandarte de Alí Bajá. Y a los hijos del jefe turco, apresados en la batalla, se los envió al Papa.
Fue una gran victoria. Fue también la última gran batalla naval que vio el Mediterráneo.

Después se ha hablado mucho del verdadero peso que Lepanto tuvo en la Historia, disminuyendo su importancia.
A Felipe II se le ha reprochado que no supo explotar la victoria: pudo haberla aprovechado para barrer de piratas la costa del norte de África y tomar Argel, pero no lo hizo. 
La propia Liga cristiana también pudo haber desembarcado en las costas griegas…... pero se disolvió muy poco después de la batalla.
Los venecianos no tardaron en llegar a pactos con los turcos.
Felipe II, por su parte, tenía otros problemas en Flandes y en las rutas americanas.
El Gran Turco no tardó en recomponer su flota: el Mediterráneo oriental seguiría siendo suyo.

….Sin embargo, Lepanto fue importantísimo respecto a la situación anterior:
Primero: a los turcos se les asestaba un golpe que nadie esperaba.

Segundo: las ambiciones del sultán en el Mediterráneo occidental se desvanecían.

Tercero: España manifestaba de manera muy clara su hegemonía en Europa, especialmente frente a Francia e Inglaterra.

Cuarto, y quizá lo más decisivo: la Cristiandad lograba detener el avance del Islam en un momento de gran peligro.

Después de Lepanto, ya nadie dudó de que Occidente, a pesar de sus guerras internas y sus profundas enemistades, podía defenderse contra el Imperio Otomano.

Nota: amplio resumen del brillante artículo de José Javier Esparza, en http://gaceta.es/
Por la transcripción:

F.J. de C.

Madrid, 9 de octubre de 2.015

sábado, 17 de enero de 2015

Los atentados de París: Desde el terrorismo y la amenaza yihadista hasta la libertad de prensa. “Yo no soy Charly” .



Para el mundo occidental, en general, y en particular para Europa y para España, la amenaza del terrorismo yihadista representa un enorme peligro del cual los últimos atentados de París solamente son un ejemplo.
Podría decirse que esto es una guerra en toda la regla como así lo declaró el Presidente G. W. Bush después del atentado del 11S.

Seguidamente se cita un amplio resumen del interesantísimo artículo Barbarie y libertad de expresión (*) que ha publicado el Gral Juan Chicharro  en  el diario digital “República” y cuya lectura íntegra  a través del enlace que figura al pié  recomiendo vivamente.

También se cita la  revista francesa “L’homme nouveau” que ha publicado un brillante artículo  sobre estos temas y finalmente otra referencia a laCarta semanal” del Arzobispo de Oviedo Jesús Sanz Montes,  que lleva por título 'Je suis chrétien, seulment' (Yo soy cristiano, solamente).


  • Barbarie y libertad de expresión (amplio resumen):

“Esto es una guerra en toda regla. La que nos ha declarado el fanatismo islámico y en la que España es objetivo explícito, tanto por su historia como por su situación geográfica”...….. “Estamos ante una auténtica cruzada inversa por parte de una rama salvaje -y creciente- del islamismo más radical, que pretende imponer por el peor de los medios violentos, como es un terrorismo brutal, una mala -pésima diría- interpretación del Corán. Por tanto, creo que debemos seguir luchando con todos los medios a nuestro alcance contra este enorme peligro para occidente” ….Ahora bien, a pesar de lo anteriormente expuesto, hay que hacerlo con inteligencia y no cometiendo determinados errores. …... “Je suis Charlie” es hoy elslogan difundido por todo el orbe. Una proclama que defiende la libertad de expresión a ultranza de la que disfrutamos los que tenemos la fortuna de vivir en un estado de derecho. Una libertad de expresión de la que me proclamo ferviente defensor, sin duda.Dejando esto bien sentado, me pregunto si esta proclamada libertad de expresión no tiene límite alguno. Dicen que mi libertad termina donde empieza la del otro y en cuanto a la de expresión pienso si no sucede lo mismo…....si sabemos que el dibujo de las caricaturas de Mahoma -muchas de ellas absolutamente irreverentes- ofenden gravemente a los sentimientos religiosos de más de mil millones de personas en el mundo ¿a qué viene esa persistencia en dibujarlas?. Y, además, vanagloriarse de hacerlo.Imaginémonos, por un momento, la misma situación pero a la inversa. O sea, que las figuras fueran las de Jesucristo, de la Virgen María o del Papa. Pienso que seríamos muchos los ofendidos gravemente. Sí, ya sé que también lo han hecho desde ese semanario francés, y desde otro parecido en España también, y no sucede nada. Claro que en mi opinión eso es síntoma claro de la degradación moral en la que ha caído nuestra sociedad relativista.Digámoslo claro: la libertad de expresión no es infinita. No todo vale. NO. Creo que lo que ha hecho persistentemente Charlie Hebdo no es para mí el ejercicio de una legítima libertad de expresión, sino una irresponsabilidad, una provocación innecesaria y que además es lo que quiere la cúpula islamista radical….A partir de aquí lo que vamos a ver es una radicalización de unos y de otros -que no lo eran-, y se va a entrar en una espiral de violencia imparable que es lo que busca el ISIS y Al Qaeda, quienes se mueven en el terror como pez en el agua….Aplaudo la eficacia de Francia, pero al mismo tiempo yo apelaría a no continuar abonando la cantera de futuros yihadistas mediante el libelo y la blasfemia contra sus creencias. No tiene sentido racional y, además, resulta estúpido, inútil, ofensivo y contraproducente, incluso aunque sólo sea bajo un punto de vista de estrategia militar…..
  • Artículo de la revista francesa L’homme nouveau.
La revista francesa L’homme nouveau ha publicado un brillante artículo que viene a coincidir con lo anteriormente expuesto y que frente al eslogan:  “Je suis Charlie” que ha sido repetido por doquier como un mantra, esta revista francesa ha dicho, con notable valentía en estos momentos,  lo siguiente:
«Yo no soy Charlie: la libertad de expresión y la libertad de prensa no dan derecho a insultar, despreciar, blasfemar, a pisotear o burlarse de la fe o de los valores de los ciudadanos, ni a atacar de modo sistemático a las comunidades musulmana o cristiana. No, yo no soy Charlie y nos choca ver a Mahoma como una boñiga con turbante o a Benedicto XVI sodomizando niños. No es cuestión de tolerancia o librepensamiento: el insulto es una violencia. Charlie murió por haber minimizado los riesgos del Islam radical. Pensó que por vivir en un país cristiano podía insultar de forma segura. Yo no soy Charlie, pero soy cristiano. No he pensado ni por un solo instante que tenían que morir, o que habían encontrado lo que merecían. Paz a sus almas y que Dios les acoja, si ellos quieren, en su misericordia. Pero yo no soy Charlie».

  • Carta semanal del Arzobispo de Oviedo Jesús Sanz Montes.

Por su parte, el Arzobispo de Oviedo Jesús Sanz Montes, en su Carta semanal que lleva por título 'Je suis chrétien, seulment' (Yo soy cristiano, solamente) y en la que repudia la matanza en la capital de Francia contra la revista Charlie Hebdo pero en la que aprovecha para pedir respeto por las creencias religiosas.  
 "Yo sólo soy cristiano. Por eso condeno esta matanza, al tiempo que leo con agrado a los que tienen la lucidez de condenar los execrables atentados que han acabado con estas vidas, y tienen la libertad de denunciar también la violencia que entraña siempre el insulto, el desprecio, la mofa, la ridiculización, la blasfemia, todo lo que injustamente hiere hasta la ofensa los sentimientos y las creencias de las personas que los tienen y las profesan, porque esto a su modo también es violencia.El prelado añade además que "hay gente que está siendo asesinada por estos fanáticos extremistas por tener sencillamente un nombre cristiano, una fe cristiana, una vida cristiana. En Siria, Afganistán, Nigeria, Libia... matan a cristianos, secuestran a niñas cristianas, expulsan a cristianos de su tierra, roban sus casas y sus iglesias, sin que casi nadie de Occidente lo denuncie, ni se hagan conjuras intergubernamentales, ni se convoquen manifestaciones callejeras, ni se lloren a los que inocentes de toda provocación y ofensa, son masacrados sencillamente por ser diferentes, por ser cristianos sin serlo contra nadie".



F.J.de C.

Madrid, 17 de enero de 2.015

miércoles, 14 de enero de 2015

El Vaticano ante el peligro del terrorismo yihadista.


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El Vaticano permanece en alerta terrorista máxima, al ser considerado un objetivo sensible por las ocasionales referencias que hacen a él los yihadistas en sus mensajes. Las autoridades italianas están monitorizando el peligro.
Tras las informaciones publicadas en Italia sobre posibles atentados, el Vaticano mantiene la alerta terrorista "máxima", si bien "no ha habido ninguna novedad sobre amenazas" precisas tras los atentados de París, y la alarma "todavía no se ha confirmado".
El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano,
dijo que lo que sí es real es que "desgraciadamente" el Vaticano "ha sido más veces citado y evocado en los mensajes del autoproclamado 'califato' (yihadista), y la bandera negra sobre la cúpula de San Pedro no es un signo difícil de interpretar" que, dijo, él no ve "como algo simbólico". Es por ello por lo que el Ministerio del Interior no subestima ningún indicio ni hipótesis, "ni siquiera las aparentemente más efímeras".
El portavoz vaticano, Federico Lombardi,desmintió que el Estado haya recibido "señales de riesgo específico de los servicios de seguridad de otros países". Apuntó que se mantiene "la atención y una prudencia razonable", pero insistió en que "no existen señales de motivos concretos ni de riesgo específico".Por ello, instó a no alimentar lo que denominó como "preocupaciones infundadas" que, según dijo, podrían "inútilmente turbar la vida, el clima de trabajo e incluso los intereses de tantos peregrinos y turistas que visitan el Vaticano diariamente".
Por otra parte y en relación con toda esta complicada problemática, conviene recordar que el pasado 28/11/2014 el Papa Francisco visitó Turquía, país en el que la comunidad cristiana cayó del 32% al 0,2% del total nacional en un siglo.
El contexto mundial, antes de los luctuosos sucesos de París, sigue estando afectado por el terrorismo de impronta islámica: el 80% de los atentados ocurridos durante el 2013 tuvo lugar en cinco naciones musulmanas -Afganistán, Irak, Nigeria, Pakistán y Siria- y el 66% de las víctimas fatales fue ocasionado por cuatro grupos fundamentalistas islámicos -Estado Islámico, Boko Haram, Talibanes y Al-Qaeda y afiliados-.
En su viaje, el Papa se reunió con el presidente turco, Erdogan y otras autoridades políticas y religiosas, recibió a refugiados y oró junto al mufti. En diferentes discursos  recordó los puntos que unen a cristianos y musulmanes y condenó cualquier justificación religiosa para la violencia: “la violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena, porque el Todopoderoso es Dios de la vida y de la paz”; denunció el fundamentalismo y señaló la necesidad de que musulmanes, judíos y cristianos, "gocen – tanto en las disposiciones de la ley como en su aplicación efectiva – de los mismos derechos y respeten las mismas obligaciones".
En su vuelo de regreso a Roma, en diálogo con periodistas Francisco aseguró:
“Yo le he dicho al presidente Erdogan que sería bonito que todos los líderes islámicos, ya sean líderes políticos o religiosos, digan claramente que condenan el terrorismo. La mayoría del pueblo islámico agradecería oír eso por boca de sus líderes religiosos, políticos y académicos. Todos nosotros necesitamos una condena mundial. Es importante que los islámicos que tienen una identidad digan que el Corán no es eso”.
Tal como hiciera  Benedicto XVI en 2.006, Francisco ha puesto el dedo en la llaga y ambos, con estilos y matices personales distintos han dejado muy clara la exhortación en torno a la violencia perpetrada por extremistas en nombre del Islam y el llamamiento a los moderados de esa fe para que los denuncien claramente.
Así ambos papas  exponen una línea doctrinal inequívoca que orienta toda la  diplomacia papal hacia el Islam, evidente para quien lo quiera ver.
F.J.de C.
Madrid, 14 de enero de 2.015







domingo, 4 de mayo de 2014

La destrucción del Estado occidental: El factor islamista en el separatismo catalán.

Seguidamente reproduzco íntegramente un interesante artículo de Federico Jiménez Losantos en Libertad Digital, en el cual aborda el grave problema del separatismo catalán desde un punto de vista muy inquietante dado que relaciona “El caos previsible en una república catalana independiente “ con “..el núcleo más peligroso del islamismo en toda Europa que se radica en Cataluña, según informes de la Secretaría de Estado de los EEUU ….”, dado que:  “...Para el Islam, cualquier Estado es impuro y todos pueden ser unidos, separados o destruidos para favorecer la Yihad, la única política legítima en nombre de Alá…”

Y añade FJL:“No es la primera vez que un proyecto totalitario y antioccidental ve en el separatismo catalán una herramienta favorable a la destrucción de una de las más antiguas naciones-estado de Europa. Stalin diseñó el PSUC como un factor de desintegración de España que favorecía las posibilidades revolucionarias auspiciadas por Moscú….”
F.J.deC.
A continuación, el artículo completo:

El factor islamista en el  separatismo catalán.

Si España tuviera un Gobierno digno de ese nombre y no ese gallo que parlotea de política interior en Uzbekistán, aprovecharía al máximo la información publicada esta semana por El Mundo sobre los islamistas radicales que Artur Mas ha llevado en sus listas y tiene como recogevotos entre los cientos de miles de musulmanes instalados en Cataluña. Es tan inequívoca la información, es tan evidente la relación del islamismo radical con el tráfico de drogas a gran escala –costumbre habitual entre los que piensan que los vicios de Occidente hay que explotarlos, sea el de la democracia, sea el de consumir opiáceos- que bastaría con una información exhaustiva ante las cancillerías europeas para que en Francia, Alemania, Holanda e Inglaterra, países con un grave problema islamista en su población, se alzara un muro de prevención contra el separatismo catalán.Hay además un precedente que supone un aval importantísimo: el reciente informe del Departamento de Estado de los USA que considera a Cataluña como el núcleo más peligroso del islamismo en toda Europa. No Londonistán, ni los turcos en Alemania, ni los quemallantas de la banlieue en las grandes ciudades francesas, sino Barcelona en particular y Cataluña en general. La razón es que en esa desventurada región todavía española se ha instalado –nada menos que en las listas electorales del partido gobernante- el sector paquistaní, que es el más duro dentro del islamismo, el más irreductible, el más ideologizado, el mejor organizado y el que acolchona y fertiliza mejor las actividades terroristas, sea enviando mujaidines a matar infieles en Oriente sea preparando fechorías desde las mezquitas que disfrutan en Occidente de la libertad que los países islámicos niegan a las demás religiones, sobre todo a la cristiana.No es la primera vez que un proyecto totalitario y antioccidental ve en el separatismo catalán una herramienta favorable a la destrucción de una de las más antiguas naciones-estado de Europa. Stalin diseñó el PSUC como un factor de desintegración de España que favorecía las posibilidades revolucionarias auspiciadas por Moscú. Dada la disciplina existente en los partidos de la Komintern, nadie puede dudar de que si Stalin no hubiera visto en el nacionalismo un factor que debilitaba a las fuerzas políticas democráticas españolas, jamás habría permitido la existencia del PSUC, amalgama de cuatro partiditos, entre ellos una sección del PSOE. Hubiera corrido la misma suerte del POUM, que era un partido comunista de raíz genuinamente catalana y cuyos líderes –especialmente el traductor Nin- sí tenían una predisposición catalanista, al menos en el ámbito cultural, si bien no llegaron nunca al separatismo. Eran también "internacionalistas".Para el islamismo, una balcanización de España gracias al separatismo catalán supone una plataforma extraordinaria como retaguardia del islam combatiente en toda Europa. El caos previsible en una república catalana independiente sería un caldo de cultivo ideal para el radicalismo islamista, terrorismo incluido. Para el Islam, cualquier Estado es impuro y todos pueden ser unidos, separados o destruidos para favorecer la Yihad, la única política legítima en nombre de Alá.Para España, este factor supone una baza diplomática de primera magnitud, que acaba de un plumazo con todas las campañas de "internacionalización del conflicto". ¿Pero la utilizará Rajoy o va a seguir aspirando a pactar con Mas, el político amigo del islamismo, si aplaza el referéndum? El Rey, que se pasa el día en el Golfo, podría igualmente alertar del peligro en los países islamistas conservadores. Para el Jefe del estado y del Gobierno, la ocasión es perfecta. Es muy de temer que la dejarán pasar, como todas.

Federico Jiménez Losantos

Madrid 4 de mayo de 2.014

sábado, 12 de octubre de 2013

Beatificación en Tarragona a 522 mártires del siglo XX.

La ceremonia de beatificación de 522 mártires bajo el lema «los mártires del siglo XX en España, firmes y valientes testigos de la fe», tendrá lugar el 13 de octubre 2.013 en Tarragona.
Con esta celebración el número de mártires canonizados y beatos españoles ascenderá a un total de 1.523 personas.Prefirieron morir antes renegar de su fe en Cristo, pero antes de que les arrebataran la vida también supieron perdonar. Así se podría resumir en una sola frase la biografía de los 522 mártires de la persecución religiosa de los años 30 del siglo XX que serán beatificados en Tarragona.
La ceremonia, que se celebrará al aire libre en el Complejo Educativo de la ciudad tarraconense, estará presidida por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Angelo Amato, en representación del Papa Francisco. Le acompañarán 93 obispos, entre ellos, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, C. E. E., cardenal Antonio María Rouco Varela, el arzobispo de Tarragona, Jaime Pujol y todos los demás prelados catalanes. Además estarán presentes más de 1.200 sacerdotes, 2.200 religiosos y numerosas autoridades y familiares de los mártires. Se espera que cerca de 20.000 personas asistan a la misa. La beatificación,no permitirá la entrada de banderas ni pancartas, porque no es un acto político ni reivindicativo, es un acto religioso histórico, ha subrayado este jueves el secretario general y portavoz de la C. E. E. el jesuita Juan Antonio Martínez Camino.
Para el historiador Santiago Mata, autor del libro «Holocausto católico», los mártires del siglo XX son «la mejor medicina contra el rencor». «Estas personas -señala-son ejemplares porque en las peores circunstancias han sabido perdonar. Ellos, que eran quienes más motivos tenían para estar enfadados, son los que nos dan una lección de perdón, de paciencia, que es aplicable a todos los momentos y sobre todo a este de crisis».

A todo esto, ¿podría repetirse hoy una persecución tan salvaje contra los católicos como la del siglo pasado, que comentamos? Es probable, aunque no descartable que lo pudiera ser; ni en ESPAÑA ni en Europa, dado que el comunismo, principal y feroz enemigo de la fe cristiana, si no derrotado por completo, ha perdido, afortunadamente, ese vigor criminal que tenía. Sin embargo la cristofobia no ha desaparecido, antes al contrario en los paises de mayoría islámica con fuertes impregnaciones fundamentalistas persiguen a los cristianos, de forma inhumana por su religión habiendo crecido con tal virulencia que algunos lo llaman «el circo de los leones del siglo XX». La verdad es que los cristianos que viven en esos países están sufriendo hoy por su profesión religiosa cristiana la cárcel y la muerte, pero, no olvidemos que la sangre de los mártires es semilla de cristianos

F. J. de C.

Madrid, 12 de octubre de 2013