Mostrando entradas con la etiqueta ABC. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ABC. Mostrar todas las entradas

domingo, 7 de enero de 2018

Sobre los Reyes Magos, las «drag queens» y los pasos de Semana Santa.

Mosaicos bizantinos de San Vital y San Apolinar de Rávena (siglo VI)
Las cabalgatas de Reyes son una tradición española muy reciente, de finales del XIX (posterior a la de los gigantes de las fiestas populares, que también representaban a los tres reyes del mundo, eso sí, con sus señoras). Nos la copiaron los polacos y pocos más. En la católica Italia reparte regalos la Befana, una especie de bruja benigna inventada por los fascistas, como el Olentzero abertzale de los vascos, a partir de imperceptibles vestigios del folklore neolítico. Ninguna de estas tradiciones flojillas tiene pinta de poder resistir por mucho tiempo a la globalización. Seguramente la ofensiva queer contra las cabalgatas pretende atacar al cristianismo, pero la relación del cristianismo con las cabalgatas es muy superficial. A decir verdad, las cabalgatas mismas son un índice de descristianización de la Navidad en aras del consumo de masas, al que se apuntan con entusiasmo todos los progres de la alcaldesa comunista de Madrid Manuela Carmena….. (En el barrio de Madrid Puente de Vallecas se celebró una “cabalgata de Reyes” con la participación de una 'drag queen' y dos artistas de cabaret en una de las carrozas). 
Jon Juaristi (Bilbao, 6 marzo 1951) escritor, articulista en ABC y catedrático de Literatura Española en Alcalá; ha dirigido la Biblioteca Nacional y el Instituto  Cervantes y manifiesta hablar seis idiomas y leer algunos más.Políticamente él mismo se considera una persona conservadora, pero no de una derecha extrema que no volverá a militar en ningún otro partido político dado que “contra eso ya estoy inmunizado”.  
En la última década, convertido al judaísmo, dedica una parte de sus artículos a la crítica de la judeofobia (en la que incluye el antisionismo) y a la defensa del derecho a la existencia del Estado de Israel.
Ha publicado numerosas obras de ensayo sobre filología, historia, literatura y es articulista habitual de ABC, de donde reproduzco su reciente artículo (7 / 01/2018) :
“KABALGATAS”
“ Mientras no exijan la presencia de «drag queens» en los pasos de Semana Santa…EN el Museo de Historia de Hong Kong se exhiben las tres gigantescas figuras de los dioses guardianes de la Puerta, el tercero de los cuales, Yu, tiene el rostro negro. Los otros dos son un anciano de barba blanca y un recio mozo, probable resultado del desdoblamiento de una misma divinidad. Los hindúes sospechan que el taoísmo les copió su propia trinidad, Krisna, Indra y Varuna, y los budistas le acusan de haber añadido a la dualidad original del Tao, Ying y Yang (o sea, las dos direcciones opuestas de un mismo camino), la figura del bodhisattva Yu Di. Yo (no Yu) pienso en los Reyes Magos. En el Evangelio (Mateo, 2,1) se habla de unos magos de Oriente que se presentaron en Jerusalén preguntando dónde había nacido el Rey de los judíos y poniendo así en marcha, involuntariamente, la maquinación criminal de Herodes que llevaría a la matanza de los Inocentes (acontecimiento, por cierto, sólo mencionado por el susodicho evangelista). Mateo no concreta el número de los magos. La Iglesia antigua, por diversos motivos, acabó decidiendo que fueran tres, lo que tenía a su favor el número de ofrendas que le hicieron al pequeño Jesús, oro, incienso y mirra, a los que se les asignó muy pronto un simbolismo teológico: oro como Rey, incienso como Dios y mirra (una resina empleada en el embalsamamiento de cadáveres) como hombre. Sin embargo, durante los primeros siglos del cristianismo, los magos no tuvieron nombre ni número fijo. En los bajorrelieves de algunos sarcófagos aparecen más de tres, sin llegar a ser muchedumbre. Tampoco eran reyes todavía. Por magos, hasta la era cristiana por lo menos, se entendía exclusivamente a los mazdeístas persas o, en un sentido restringido, a su clero. Pero ya en los Hechos de los Apóstoles aparece un Simón Mago, samaritano, que ofrece a Pedro y Juan comprarles el don de hacer milagros (de donde vendría el nombre del pecado de simonía, o sea, el de mercadeo de cargos eclesiásticos). Según algunos apócrifos cristianos, Simón se rompió la crisma en Roma durante una exhibición de vuelo libre. En los mosaicos bizantinos de San Vital y San Apolinar de Rávena (siglo VI), aparecen los tres magos con sus nombres teóricamente iranios (Melchor, Gaspar y Baltasar), tocados con barretinas rojas y vistiendo leggings, como los indepes de la CUP o como los escitas de las llanuras pónticas (lo que viene a ser lo mismo). Todavía no eran reyes y, blancos los tres, parecen representar las edades del hombre (mocedad, madurez, senectud). Su promoción a la realeza, así como el ennegrecimiento de Baltasar, fueron innovaciones medievales para hacerlos simbolizar los tres linajes de la humanidad (Sem, Cam y Jafet), correspondientes a las tres partes del mundo (Asia, África y Europa). ……….”
F.J. de C.
Madrid, siete de enero de 2.018 

sábado, 6 de enero de 2018

Flotilla de submarinos de la Armada Española, I.

Introducción.
Los asiduos seguidores de este blog conocen que uno de los temas de la actualidad que aquí se tratan con frecuencia es el relacionado con Defensa y más en concreto con el Arma  Submarina, principalmente española pero también de otros paises y en particular de Iberoamérica.
En el presente artículo se reproduce una interesante entrevista con el Capitán  de Navío Dº Alejandro Cuerda  en la que pasa revista con precisión y claridad a la situación presente y futura del Arma Submarina en ESPAÑA.
Entrevista.
con el Jefe de la Flotilla y Base de submarinos de Cartagena citado.
Por la transcripción:

F.J. de C.

Madrid, 6 enero de 2.018



Comandante de la Flotilla de Submarinos, el capitán de navío Alejandro Cuerda es el jefe de la Base y la Escuela de Submarinos de Cartagena /

El capitán de navío Alejandro Cuerda Lorenzo (Cádiz, 1965) es desde hace seis meses el comandante de la Flotilla de submarinos de la Armada Española. También es el jefe de la Base y de la Escuela de Submarinos, situadas en el Arsenal de Cartagena. Fue comandante del submarino S-62 Tonina de 2003 a 2005.Nos acompaña a su despacho no si antes advertirnos, al subir por las escaleras, sobre el torpedo que preside la entrada: “Es el original que utilizó Isaac Peral en sus pruebas”.-¿En qué estado se encuentra la flotilla de submarinos?-Los tres Submarinos han alcanzado ya los 30 años de vida, siendo el “Galerna” el más veterano con 34 años, le sigue el  “Mistral” con 32 años y por último el “Tramontana” con 31 años. Si bien es cierto que son submarinos que ya tienen acumuladas miles de horas en inmersión y años de operatividad, la Armada no ha escatimado en costes para dotarlos de un mantenimiento específico y amplio a lo largo de todo su ciclo de vida operativo. Este factor ha servido para mantenerlos a un nivel alto de seguridad.
-¿A qué revisiones se les somete para evitar accidentes como el del argentino ARA San Juan? -Los mantenimientos de tipo preventivo se realizan durante seis semanas a cada submarino, sin excepción, cada cuatro meses, en los denominados Periodos de Inmovilización Programada. En dichos mantenimientos se hace un seguimiento específico de los equipos que están trabajando en continuo y sufren mayor desgaste, revisando especialmente los circuitos críticos que afectan a la seguridad en inmersión. Cada cinco años de operatividad, el submarino es revisado en su totalidad, en lo que se denomina las “obras de gran carena” que suelen tener una duración de entre 18 y 24 meses.  Estas obras las realiza Navantia. El pasado mes el Consejo de Ministros aprobó ya la gran carena del submarino Galerna. Igualmente se hará con el Mistral (2019) y el Tramontana (2023), lo que nos permitirá extender otros cinco años la operatividad de estos tres submarinos de la serie S-70.-¿Cuáles son las misiones más comunes que realizan los submarinos españoles? ¿Y las zonas de interés donde suelen desplegar?-Nuestros submarinos realizan una media de 110-120 días de mar al año, de los cuales, y aproximadamente: un 40% de los días están dedicados a realizar misiones nacionales principalmente de vigilancia y control del mar; un 10% lo dedicamos a la participación en ejercicios internacionales con nuestros países aliados, principalmente con la OTAN; y un 50% de los días, nuestros submarinos son desplegados en operaciones reales en nuestra zona principal de actuación, que es el Mediterráneo, en apoyo a las operaciones que actualmente tiene la OTAN de lucha contra el terrorismo (Operación Sea Guardian), y intercambio de información con la operación de la Unión Europea de lucha contra la inmigración ilegal (Operación Sophia).
Los tres submarinos de la clase Agosta o serie S-70 de la Armada Española, en una imagen del mes de abril pasado / ABC
-¿Por qué es una capacidad que España no se puede permitir perder?-Disponer de submarinos ofrece a las naciones que los tienen un importante poder de disuasión hacia otras naciones o fuerzas que pretendan desestabilizar una región. Aparte de eso, los submarinos ofrecen una considerable capacidad de obtención de inteligencia de forma encubierta, lo que significa que las unidades o fuerzas de las que se está obteniendo información no alteran su comportamiento, como sí ocurre cuando esa información es obtenida desde plataformas que pueden ser detectables. Finalmente, el valor estratégico del Estrecho de Gibraltar y las rutas de tráfico marítimo que discurren por él es indudable y disponer de submarinos que puedan contribuir a ejercer la soberanía tiene un potencial sin par.-¿Con cuántos efectivos cuenta la flotilla de submarinos?-Aproximadamente  330 contando la Escuela de Submarinos, donde se forman todos los submarinistas de la Armada.  En la Escuela de Submarinos  se forman cada año unos 50 nuevos submarinistas de media.-¿Con qué clase de armamento se equipan los submarinos españoles?-Nuestros submarinos portan torpedos antisubmarinos tipo L5 y  F17 Modelo  2 y anti buques tipo F17 Modelos 1 y 2. Estos últimos son filoguiados mediante un “hilo” desde el submarino hasta el blanco por lo que su precisión es muy alta. Los torpedos son, al igual que el diseño de los submarinos, de origen francés.  También se dispone de minas de fondo que se lanzarían desde los mismos tubos lanza-torpedos que los torpedos. Por otra parte nuestros submarinos disponen de una buena capacidad para la infiltración y exfiltración de forma encubierta de equipos de operaciones especiales, pertenecientes a la Fuerza de Guerra Naval Especial.
-¿Cómo es la jornada laboral durante una misión de submarinos?-La jornada laboral durante los despliegues se divide por guardias de mar (normalmente a tres guardias, unas 8 horas al día de guardia).  Para mantener el adiestramiento se realizan toda clase de ejercicios durante las guardias y, a diario, al menos uno de carácter general para toda la dotación. No obstante se procura respetar los periodos de descanso mínimos ya que la navegación en inmersión requiere alto grado de atención y no da mucho margen de error, aun así la realidad es que hablamos de 24 horas en estado de alerta durante el tiempo que dure el despliegue por lo que hace falta un buen estado de forma física y una actitud muy positiva ya que no se dispone prácticamente comunicación con el exterior y en determinadas circunstancias eso puede ser lo más duro.-¿Cuándo se espera que entre en servicio el submarino S-80?-La previsión actual es en 2022. La Armada, para ello, tiene que designar la primera dotación del S-81 a finales de 2019, ya que el proceso de formación y adiestramiento de esta dotación es largo al tratarse de un concepto completamente nuevo para nuestra Arma Submarina.-En comparación con otras armadas de nuestro entorno… ¿cómo está España respecto a los submarinos?-Hasta la llegada del S-80, en el que se producirá un gran salto tecnológico, podemos decir que la Armada cuenta con unos submarinos veteranos, pero bien mantenidos, a los que se les ha ido dotando de sensores y equipamiento como comunicaciones satélite y periscopio optrónico, que hacen que nos encontremos a la altura de los países de nuestro entorno en cuanto a capacidades.  En este sentido y descontando las naciones a las que la necesaria renovación de la flota submarina les ha llegado antes (Italia, Portugal y, en menor medida, Grecia) nos encontramos en igualdad de condiciones que, por ejemplo, la Armada Holandesa, o incluso mejor ya que nosotros tenemos un proyecto prometedor de submarinos que estará en servicio dentro de 5 años, y Holanda aún no ha comenzado con ese proceso.
-La familia del Arma Submarina fue golpeada por el accidente del ARA San Juan argentino, arrebatando la vida a 44 colegas. Desde el prisma de su experiencia, ¿qué pudo provocar el fatal desenlace?-Los hechos ciertos que sabemos es que la última posición del submarino fue a 240 millas al este de la costa del golfo de San Juan el día 15 de noviembre. Se recibió un mensaje donde se advertía de una entrada de agua por el “snorkel” (tubo de inducción para ventilar el aire y recargar el motor) que le provocó un incendio y un cortocircuito en la batería. A raíz de ello, se comunicó que seguían navegando con la mitad de la batería disponible y la mitad de su capacidad propulsora. Tres horas después se produjo un ruido hidroestático violento que se conoció una semana después. ¿Mi hipótesis? La avería eléctrica pudo complicarse con otra entrada de agua que le dejó sin propulsión, sin batería y sin gobierno. Eso en medio de la mala mar pudo provocar que se fuera al fondo y que superara la cota de colapso (450-500 metros de profundidad) y ahí implosionara.-¿Qué dificultades entraña la búsqueda de ese submarino hundido?– Encontrar el ARA San Juan es un reto sin precedentes porque la zona de búsqueda equivale al tamaño de España y tiene una orografía submarina muy diversa con profundidades de 200 a 3.000 metros.-¿Qué conlleva ser submarinista?-Un espíritu diferente, que impregna a todos. Desde el jefe de la Flotilla al más moderno de los marinos submarinistas. Todos con orgullo de ejercer, más que un trabajo, una vocación de servicio a España.

Vista de la proa del submarino Mistral, en el Mediterráneo /

jueves, 16 de febrero de 2017

El Capitán Teodoro Palacios, combatiente de la División Azul y héroe de los gulags soviéticos.

El Cap. Palacios con dos compañeros. 

La División Azul ó División 250, (Einheit spanischer Freiwilliger de la Wehrmacht),fue una unidad de voluntarios españoles que sirvió entre 1941 y 1943 en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial,  contra el comunismo de la Unión Soviética.

En total, más de 40.000 soldados españoles sirvieron en esta División Azul en Rusia. Unos 8.000 de ellos fallecieron, y más de 10.600 fueron heridos, 2.140 quedaron mutilados (unas 20.000 bajas en total). 572 fueron hechos prisioneros de guerra por el ejército soviético. Sólo unos pocos lograron sobrevivir a los largos años de privaciones y trabajos forzados durante su cautiverio. Mientras que la mayor parte de los soldados alemanes, italianos, rumanos y de otras nacionalidades fueron puestos en libertad tras cinco años en los campos de internamiento, la mayor parte de los prisioneros de guerra españoles de la División Azul hubieron de esperar hasta doce años.
Seguidamente reproduzco un interesante artículo de José María Zavala publicado en LaRazón:

en el que glosa una entrevista suya con Torcuato Luca de Tena (1923-1999), autor del libro “Embajador en el Infierno”  en el que trata del calvario que pasaron los soldados de la División Azul en un campo de concentración ruso así como la emotiva llegada al puerto de Barcelona desde Odessa el 2 de abril de 1.954, del buque Semíramis, con los 286  antiguos combatientes , entre los cuales  el capitán de Infantería Teodoro Palacios Cueto, (Potes, 1912 - Santander 1.980) que había sido capturado por los rusos en el frente de Leningrado. Fue el único laureado de la División Azul en vida. A su muerte había alcanzado ya el grado de general de brigada, y fue ascendido a general de división a título póstumo, tal y como consta inscrito en la lápida de su tumba.
El tema histórico de la División Azul ha sido tratado en la película “Embajadores en el infierno”, dirigida en el año 1.956 por José Mª Forqué; el guión de la misma está basado en el libro de Torcuato Luca de Tena al que e refiere el artículo de J.M. Zavala que reproducimos al pié.
F.J. de C.
Madrid, 16 de febrero de 2.016.
Nota: Ver también otros dos artículos sobre este tema en:

http://fj-lasideasdejeugenio.blogspot.com.es/2011/06/cine-espanol-del-bueno-embajadores-en.html

http://fj-lasideasdejeugenio.blogspot.com.es/2013/04/la-division-azul-regreso-espana-de-los.html




En mayo de 1996, mientras investigaba las vidas entrelazadas del duque de Cádiz y de su primo el infante don Alfonso, hermano menor del Rey Juan Carlos I, por encargo del gran editor Rafael Borràs, tuve el privilegio de conocer en persona a Torcuato Luca de Tena. Prolífico escritor, diplomático y director del diario «Abc», Torcuato Luca de Tena (1923-1999) me brindó su generosa hospitalidad, invitándome a su casa y dejándome consultar su valioso archivo personal, del que pude exhumar algunos documentos interesantes para mi libro «Dos infantes y un destino».Pero lo que más me ilusionó en aquella ocasión fue llevarle a su residencia una sencilla edición de bolsillo de su libro «Embajador en el infierno», la cual había devorado mientras realizaba las prácticas de Milicias Universitarias en El Ferrol del Caudillo, como entonces se llamaba. Torcuato estampó con su estilográfica esta afectuosa dedicatoria, que todavía hoy conservo entre otros emotivos tesoros de mi biblioteca: «Para José María Zavala, colega en las artes del periodismo político y de la Historia. Con un abrazo».El buque fantasmaAcomodados en sendos orejeros, charlamos él y yo a continuación sobre esa obra suya que tanto seguía impresionándome. El 28 de marzo de 1954, Torcuato embarcó en una lancha motora de la Policía turca, en el puerto de Estambul, en busca del Semíramis, un buque «poblado de fantasmas», en sus propias palabras. Fletado por la Cruz Roja Francesa, el barco había zarpado de Odesa la víspera y traía a bordo 286 hombres rescatados de los campos de cautiverio soviéticos en condiciones penosas. La duración de la reclusión de esos antiguos combatientes enrolados en la División Azul, que lucharon con valor admirable contra el comunismo durante la Segunda Guerra Mundial, oscilaba entre los once y los dieciocho años. Una eternidad, ante la cual la mayoría de los infelices hechos prisioneros había sucumbido.Desde el principio, llamó la atención de Torcuato la presencia de un hombre sereno y modesto, sentado con disimulo entre la multitud. Algunos de sus compañeros le indicaron que debía hablar con él, señalándole como a un gran héroe. Averiguó su nombre: Teodoro Palacios Cueto, nacido el 11 de septiembre de 1912 en Potes, Santander.Con cuarenta y un años, el capitán de Infantería Palacios había sido capturado por los rusos en el frente de Leningrado, cerca de Krasni-Bor. A partir de ahí empezó su propio Gólgota por una decena de campos de concentración, desde Cheropoviets hasta el peor infierno de Jarkof. En Jarkof, precisamente, fue sometido con sus camaradas a trece horas diarias de trabajos forzados en una fábrica de trilladoras, durante las cuales nadie recibía ni un mísero mendrugo de pan. A su regreso al campamento, algunos soldados morían de inanición abandonados en la nieve. Al día siguiente, cuando los forzados pasaban de nuevo por aquel lugar, camino de la fábrica, tropezaban con los cadáveres congelados hasta que el jefe del campo tuviera a bien darles de baja.En el averno de Jarkof, nuestro protagonista perdió veinticinco kilos y volvió a presenciar la dantesca escena iniciada en el campo de Cheropoviets, consistente en comerciar con los alimentos no digeridos por los enfermos de disentería, separándolos de los excrementos para lavarlos con nieve, hervirlos y comerlos.Teodoro Palacios había resurgido demasiadas veces de sus cenizas, como el Ave Fénix, sobreponiéndose a la muerte cada vez que le confinaban horas interminables en una celda de castigo, desnudo por completo, a cincuenta grados centígrados bajo cero; o las veces que le trasladaban de campo de concentración, hacinado en el vagón de un tren de mercancías sin probar bocado alguno durante días enteros. Cuando los verdugos se «apiadaban» de los prisioneros, ofreciéndoles arenques para comer, quienes mordían el anzuelo, desaforados por la hambruna, se morían de sed luego al verse privados de agua.El capitán Palacios jamás claudicó. Ni siquiera cuando se negó a realizar trabajos agrícolas, ante un piquete de soldados con armas cortas y perros policías, ya que aquello según él violaba la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra; o al someterse voluntariamente a tres huelgas personales de hambre; o incluso ante las feroces represalias por escribir cuatro cartas directas al ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, denunciando el trato inhumano a los cautivos en los campos.Su loable pundonor, y sobre todo sus profundas convicciones religiosas, obraron el milagro de hacerle vivir para contarlo. Condecorado con la Gran Cruz Laureada de San Fernando, falleció de un infarto en 1980.DE ALFÉREZ A GENERALTeodoro Palacios, alférez durante la Guerra Civil española, falleció en el Sanatorio Madrazo, de Santander, a causa de las secuelas cardíacas que dejaron huella en su corazón durante el calvario en los gulags soviéticos. Veintiséis años después de su regreso de la URSS a bordo del Semíramis, sus restos mortales recibieron cristiana sepultura en el cementerio de Ciriego, el 29 de agosto de 1980.Siendo teniente coronel, era condecorado por su valor en la cruenta batalla de Krasny-Bor, que costó la vida a tantos divisionarios. Fue el único laureado de la División Azul en vida. A su muerte había alcanzado ya el grado de general de brigada, y fue ascendido a general de división a título póstumo, tal y como consta inscrito en la lápida de su tumba. Sus memorias, confiadas a Torcuato Luca de Tena en el libro «Embajador en el infierno», merecieron el Premio Nacional de Literatura en 1955.
José María Zavala


miércoles, 1 de julio de 2015

El derribado Muro de Berlín que algunos aspiran hoy reconstruir.


El Muro.

El periodista Carlos  Herrera (Cuevas del Almanzora, 1956) ha sido galardonado con el premio Mariano de Cavia por su artículo «Muros de ayer y hoy», publicado en ABC el pasado 7 de noviembre.


Carlos Herrera, fotografiado en su domicilio sevillano

Dicho premio es el que cuenta con mayor prestigio en las letras españolas dentro de su especialidad.
Carlos Herrera lleva más de treinta y cinco años en la trinchera del periodismo, tanto en la radio, donde es lider de audiencia en las mañanas como en sus artículos de opinión. Desde la atalaya que le proporciona la veteranía, despojado de prejuicios, se confiesa liberal y creyente en la integridad y el ser humano, por encima de todo.
Entrevistado por  Inés Martín Rodrigo reproduzco, resumidos, algunos párrafos de dicha entrevista que se puede leer íntegra en:


“.....Llegó un momento en el que algunos querían distorsionar la historia del derrumbe del muro de Berlín, que yo creo que había que recolocar en su sitio. Esa era la intención del artículo: contestar a los que consideraban que era una anécdota en la historia, que el muro cayó por una inanidad de los tiempos. Fue una de las grandes barbaridades de la historia, que creó el comunismo y que todos los comunistas del resto del mundo, justificaban como podían. No es aceptable que, una vez pasados los años, algunos quieran lavarle la cara al muro.”“...De Gaulle ...fue el único, con voz y autoridad, que se atrevió a decir: Eso es una barbaridad y, además, acabará barrido por la historia.”“...Todos los que añoran la regulación de lo colectivo son individuos de los que tenemos que sospechar….”“... Yo soy liberal; a mí me gustaría ser socialdemócrata, porque siéndolo todo es mucho más cómodo, lo tienes todo pagado e, ideológicamente, no eres sospechoso; siendo socialdemócrata llega un día que te invitan en la barra de los bares, pero no lo soy. Y, como liberal, considero que el ejercicio de la libertad de los individuos lleva a que cada uno muestre lo que lleva dentro, y algunos lo que llevan dentro es una escombrera ideológica o un vertedero de ideas…”“....El populismo consiste en aspirar al poder para, después, utilizarlo en su propio beneficio. Las armas que utiliza son las ideas simples para problemas complicados, y las del rencor de todos aquellos que son desfavorecidos por épocas crueles, como la que estamos viviendo. Surge en Europa cuando una dificultad social permite que algunos aparezcan como salvadores, que argumenten barbaridades en forma de eslogan, y haya quien lo compre. Luego llega al poder y cambia las reglas de juego, impide la libertad de expresión, para perpetuarse. Es lo que tenemos que denunciar permanentemente. El populismo ha llegado a su máxima expresión con la puesta en escena de algunas políticas de la extrema izquierda española….””…...sustituir el lenguaje de las ideas por silbatos habla mucho de quienes lo utilizan…”….es el intento de levantar nuevos muros, que en un momento como el que estamos viviendo me parece no sólo suicida, sino deleznable
….”

Seguidamente, el texto íntegro del artículo premiado:

«Muros de ayer y hoy»

Parece mentira, pero hace de aquello veinticinco años. Creo que en Europa sólo De Gaulle había sido lo suficientemente valiente para anticipar el fracaso del comunismo y la caída, ladrillo por ladrillo, de los regímenes del Este, en los años sesenta, que es cuando tenía mérito, y no cuando se veía la carcoma de los sistemas absurdos, dictatoriales e inútiles de más allá de Berlín. Hermann Tertsch lo ha descrito a lo largo de todos estos años con precisión de relojero. Recuerdo cada una de sus crónicas sobre el derrumbe de los fantoches socialistas que manejaron al capricho de Moscú las vidas de los pobres desgraciados de aquellos lares. Los relatos acerca de la caída y muerte de los Ceauscescu, por ejemplo, desde los tumultos de Timisoara hasta las revueltas de Bucarest, son historia del periodismo europeo, español. Muchos creían en su buena fe que aquello no iba a ocurrir nunca: estaban convencidos de la viabilidad de sistemas centralizados, liberticidas, planificadores de la realidad como si esta no dependiese del libre albedrío de los hombres. Eran artificiales operativos de felicidad programada que sólo fueron capaces de distribuir miseria y terror a partes iguales. Como es sabido, el error de un portavoz alemán oriental precipitó la masiva presión de berlineses sobre las inexpugnables y asesinas fronteras de cemento con las que se simbolizaba la división de Europa. Egon Krenz, sucesor agónico del malvado Honnecker, no tuvo más remedio que autorizar la apertura de lo que ya estaba abierto por la presión popular, con lo que la llamada República Democrática de Alemania se disolvió como un azucarillo en el caliente café de la libertad. Todos los que apenas unos meses antes seguían defendiendo la rocosa firmeza de los sistemas comunistas del Este no tuvieron más remedio que aceptar a regañadientes su derrota; buscando, eso sí, todo tipo de excusas para justificar el fracaso palmario de sus ideales.Veinticinco años después nadie en su sano juicio quisiera volver a aquella tragedia colectiva que fue el comunismo en la Europa sojuzgada por Stalin y sus continuadores en el Oriente continental. Un puñado de nostálgicos reivindica cada cuanto la vida placentera que para ellos significaba un régimen de privilegios, pero nadie les hace caso. Es la Europa occidental, la que se libró del martillo socialista gracias a los soldados de la libertad, americanos, franceses, ingleses fundamentalmente, la que alberga el renacimiento de un leninismo arcaico, una rabia bolchevique, absolutamente paradójica en pleno siglo XXI. La pobre República española, sometida a tensiones extremistas desde ambos lados del arco ideológico, pudo caer del lado estalinista. Ello no ocurrió y sobrevino un régimen como el franquista que, evitando una dictadura comunista al servicio y gloria de la práctica soviética, instauró un régimen autoritario no solventado hasta que la biología hizo su trabajo. La Transición hizo el trabajo pendiente a mediados del siglo anterior y puso en marcha España cuando quedaban veinticinco años para traspasar las fronteras del siglo XXI. Cabe poca discusión acerca de ello.Hoy, veinticinco después de derribar el hormigón que hería a Europa como una cicatriz retráctil, hay fuerzas políticas empeñadas en levantar muros tanto físicos como ideológicos. Desde aquellos que padecen la ensoñación de un nuevo orden justiciero basado en igualitarismos estériles, hasta aquellos otros que aspiran a elevar hormigones de separación en territorios y personas que llevan viviendo juntos desde hace muchos más años de los que su memoria cultural puede evocar. Resulta sarcásticamente doloroso que cinco lustros después haya quien quiera que Europa viva una extirpación quirúrgica absolutamente absurda y contraproducente en función de aspiraciones decimonónicas y supuestos beneficios delirantes más propios de egoísmos infantiles que de análisis serenos de conveniencia.
Carlos Herrera.

Nota :
En este blog hemos dedicado varios artículos a conmemorar la destrucción del Muro:
F.J. de C.
Madrid, 30 de junio de 2.015

sábado, 7 de junio de 2014

Artículo de opinión: De cómo La sociedad española se va encanallando, sin reaccionar ante nada,ni cortar el paso a los salvajes.

El diario ABC de Madrid, publica hoy  07/06/14,

un interesante artículo bajo el título de “La cosecha” que me complace reproducir íntegramente.

Su autor, Serafín Fanjul, Madrid, 1945, es  doctor en Filosofía y Letras, especialidad en filología semítica, por la Universidad Complutense de Madrid. Se licenció también en Historia de América y en 2011 fue elegido miembro de la Real Academia de la Historia.Actualmente catedrático de Literatura Árabe en la Universidad Autónoma de Madrid.Fue director del Centro Cultural Hispánico de El Cairo y colabora como columnista en el periódico ABC y colaboró igualmente en, La Gaceta y en el diario electrónico Libertad Digital.
F.J.de C.
Madrid 7 de junio de 2.014


La Cosecha.
La sociedad española se va encanallando paulatinamente, sin reaccionar ante nada, sin cortar el paso a los salvajes, cada quien en su instante y su lugar. Como las injurias salen de balde, Rubianes era un gracioso y los candidatos (y candidatas) hipostáticos ( e hipostáticas) a ser Rubianes fueron legión. Hasta con subida a lo más alto.En abril de 1941, Adolf Wagner, ministro de Educación de Baviera, tuvo la ocurrencia de prohibir en las escuelas la presencia de crucifijos e imágenes religiosas, e igualmente ordenó sustituir las oraciones por cánticos nazis. La protesta de las madres, a la puerta de los colegios, y la consiguiente recogida de firmas fueron tan virulentas que a las dos semanas revocó el decreto. Pero los nazis más conspicuos insistieron en las nuevas normas, logrando que el asunto subiera de tono. Una pastoral del cardenal Faulhaber (17 agosto 1941) hizo que al final el mismo Hitler hubiera de intervenir, dejando las cosas como antes y liberando a cincuenta y nueve sacerdotes católicos, previamente internados en Dachau por manifestarse contra la abolición de las fiestas religiosas del calendario; y desautorizando al ministro.Cómo habría terminado la historia, de haber perdurado el nazismo, nunca lo sabremos, y no vale la pena elucubrar sobre ucronías. Pero algo sí es seguro: la voluntad de resistencia –incluso frente a un régimen implacable con toda disidencia: poco después fueron ejecutados los hermanos Scholl por repartir panfletos– puede detener los abusos y actos impuestos desde arriba. Y no digamos si proceden de una minoría sin poder ni autoridad.Estamos en la España de 2014 y mientras recuerdo a aquellas madres bávaras que, en situación arriesgada y precaria (con los maridos en los frentes de guerra), defendieron sus convicciones y su fe, miro a mi alrededor y veo una sociedad en descomposición, donde no se respetan creencias ni símbolos, con impunidad absoluta para el abuso y el incumplimiento de las leyes y las sentencias de los tribunales, y con minorías –que serían de risa, si el poder ejecutivo representase dignamente al Estado– exigiendo la institucionalización del robo de viviendas, el pago de un salario obligatorio (auténtica sopa boba) y la subversión del orden constitucional, simplemente porque ellos gustan de jugar a ser «la vanguardia de la clase obrera». Menudos obreros.Pero no debemos quedarnos en la anécdota inmediata de achacar el auge de movimientos de orates a la codicia de algunos empresarios de medios audiovisuales siempre dispuestos a vender, o regalar, sogas a quien quiere ahorcarlos (o dice querer, que esa es otra), al fomento, en suma de la telebasura; o en la bobaliconería de no pocos periodistas bien de derechas que rivalizan por presentarse como amigos de tal o cual chiquito Matasiete, el último grito del aperturismo liberal; o en la promoción, mediante la repetición (volvemos a Goebbels) mucho más allá del aburrimiento, del mismo personaje, cuyos méritos intelectuales, académicos y políticos permanecen inéditos. Todo eso es la parafernalia evidente, la consecuencia inevitable de tener una masa acrítica y poco ilustrada sin más criterio que dejarse influenciar por impulsos elementales: buenos/malos, ricos/pobres , explotadores-poderosos/explotados, etc.La catástrofe de la Educación –que requiere un tratamiento particular– y la dejación de obligaciones, desde el fin de la dictadura, de los sucesivos gobiernos, escondiéndose detrás de las transferencias a las comunidades, han producido infinidad de casos inimaginables y desmoralizadores desde la raíz, como que se tardase treinta años, nada más, en conseguir que en la sede del Gobierno vasco ondease la enseña nacional; o que, en la actualidad, en cientos de ayuntamientos (no se sabe ni cuántos: muchos) vascos y catalanes se esconda o veje nuestra bandera; o, a fortiori, que casi un tercio de la población española no pueda estudiar en español, prodigio del que se hacen lenguas propios y extraños, pero no pasa nada, de momento. Desde hace tiempo nos hemos acostumbrado a las injurias, los desprecios, los atentados a símbolos, autoridades, instituciones. Y no pasa nada, por ahora.La sociedad española se va encanallando paulatinamente, sin reaccionar ante nada, sin cortar el paso a los salvajes, cada quien en su instante y su lugar. Como las injurias salen de balde, Rubianes era un gracioso y los candidatos (y candidatas) hipostáticos (e hipostáticas) a ser Rubianes fueron legión. Hasta con subida a lo más alto. Nadie reacciona ni se defiende, todo lo más lloran y se lamentan en alguna tele amiga, de las pocas que quedan. Pero los plañideros a veces ostentan mando en plaza y se limitan a deplorar la brutalidad de los indeseables, sin asumir jamás sus responsabilidades ni ejercer sus funciones: algo tendrían que ver en los microscópicos incidentes de Valencia en enero de 2012 el ministro del Interior, la delegada del Gobierno, el presidente de las Cortes Valencianas etalii que no me caben. Y aquella sí fue una hoja de ruta para futuras algaradas, con un Gobierno que rehúye sus obligaciones: en Gamonal, el alcalde de Burgos abandonado por el Gobierno de su partido; en Colón, poco después, cincuenta policías heridos, maniatados por sus mandos políticos; en Barcelona, «okupas» triunfantes porque ni Generalidad ni Gobierno central estiman que deben restaurar el orden; Ceuta y Melilla, más coladeros que fronteras, con la Guardia Civil de espectadora.Si el Gobierno no garantiza el orden público, ¿cómo puede simular sorprenderse por el batacazo electoral (dos millones y medio de votos perdidos respecto a 2009, seis y medio respecto a 2011). Aunque, sabido es, la primera misión de un político es negar las realidades adversas, hasta que le pille el toro. Y, como siempre, el problema es… la comunicación. La misma cantaleta que oímos en tiempos de Suárez («No hemos sabido explicar…»); de González («H’entendío el mensahe…»); ahora, otra vez. En lugar de sacar adelante, en dos años y medio, las reformas legales prometidas (ley del Aborto, ley del Menor, ley de Enjuiciamiento Criminal, Código Penal, cadena perpetua, profesionalización absoluta del Consejo del Poder Judicial), la culpa es… del paisaje. Es decir, la comunicación.Pero si la situación –como se decía en el siglo XIX– actúa de tal modo, o sea no actúa, es por constituir un buen reflejo de la sociedad: nadie se defiende, nadie responde, nadie se mueve. Quienes se divierten paseando banderas de la II República, ornamentadas con estrellas rojas, círculos, hoces, martillos y demás chamarilería folclórica, no encuentran nada enfrente, hasta la hora de las cañas o de irse a cenar, que tampoco hay que pasarse. Pero sobre el resto flotan atonía e inopia, eso que políticos y periodistas denominan pomposamente «madurez del pueblo español». Madurez para no mover un dedo ni abrir la boca cuando se llegó a la penúltima ignominia: abuchear a la Reina (¿qué hicieron los presentes silentes?). Ahora ya hemos alcanzado el último peldaño (me parece imposible superarlo): un separatista catalán (Salas i Martín de nombre), otro gracioso, afirma que la Infanta Leonor «le recuerda a la niña del exorcista». Pongan los lectores el calificativo, a mí solo se me ocurre uno. Y por cierto: ¿dónde están nuestras madres bávaras?
SERAFÍN FANJUL.
Real Academia de la Historia,

ABC

lunes, 9 de diciembre de 2013

Partidos políticos: “Lo PEOR de lo PEOR”.



El profesor de filosofía y brillante articulista, Gabriel Albiac escribe diariamente una columna en el periódico ABC de Madrid, en la que da muestras continuamente de su rigor al analizar la actualidad desde un punto de vista independiente de cualquier obediencia a institución, cofradía o partido. Hoy publica uno de esos artículos esclarecedores que destapan lo que esconden políticos arribistas,  oportunistas y  demagogos “lo peor de todo”  y que medran gracias a la insensatez de los muchos ingenuos que los apoyan.
Este es su artículo de hoy, 9/12/2013:

LO PEOR de lo PEOR

 Que haya quienes aún cifren la esperanza de regeneración en el ascenso de cosas como UPyD  o Izquierda Unida es el síntoma más exacto de que estamos muertos.Moralmente muertos.UPyD fue la ficción creada para que una de lasmás perseverantes “apparatchiki” del PSOE, Rosa Díez,  no se quedara sin sueldo al cabo de tantos años de vivirdel erario público. Ni mejor ni peor que Zapatero oRubalcaba. Idéntica. Dirigente en los tiempos más tenebrosos del socialismo, los del GAL y Felipe González, ministra del Gobierno Vasco del PNV que quiso poner querella a un Antonio Mingote cuyo sentido del humor le pareciera “una agresión clarísima” contra el honor de la patria vasca. Intentó el asalto a la secretaría general del PSOE. Fracasó. La depuraron. Lo normal en política. Justo antes de que la dejaran sin escaño europeo y sin sueldo, se montó un partido paraseguir llegando holgadamente a fin de mes.Es respetable.Y exactamente lo que hacen todos los profesionalesde la política. Aquel que quiera seguir manteniendo con sus impuestos a un miembro muy notorio de esa casta no tiene más que votar por Rosa Díez. Acertará, sin duda.
La historia de Izquierda Unida es otra. La de unanacronismo que perdura, cuando todas las determinaciones materiales y morales para su existencia han caducado. Decía el viejo Karl Marx que es propio de la triste condición humana “sufrir aún más a causa de los muertos que a causa de los vivos”.Izquierda Unida es, desde hace ya tres decenios,un amasijo de cadavéricos lugares comunessin pies ni cabeza, al frente del cual se hallan algunosde los sujetos más incompetentes entre la incompetentemuchedumbre de los políticos españoles.No se ha beneficiado demasiado, es cierto, dela suntuosa corrupción que volvió ricos a sus vecinossocialistas. Pero es que, a diferencia de ellos, IUjamás ha tenido acceso al poder. Jamás, hasta lasúltimas elecciones andaluzas, de las cuales es prontoaún para contabilizar qué es lo que habrá salido.Pero ha tenido muy cerca la lección de los camaradassindicalistas, cuya capacidad para parasitarfondos de Estado es uno de los acontecimientos.más desoladores de la España en la cual vivimos.Aquellos que sueñen con una dictadura tan épicamenteasesina como la soviética, o tan homicidamenteestúpida como la cubana, no se equivocaránapostando por los hombres de Cayo Lara.¿Qué nos queda? Una constancia que no es loque se dice muy alegre (pero a la realidad no la modifica un ápice que sea alegre o no): los partidos políticos son en la España de hoy  una peste para el ciudadano. Una peste ineluctable. No hay manera de evitar que nos obliguen a pagar sus finanzas, estemos con ellos de acuerdo o no. No hay manera de controlar la desastrosa gestión que ejercen del Estado.Y el único consuelo que nos queda es ignorarlos.A sabiendas de que eso, a ellos, les trae perfectamente al fresco.Un estólido masoquismo ciudadano va a hacermedrar a UPyD e IU. Lo peor de todo.En un país en el cual todo, en política, ha sido siempre quintaesencia de lo malo.

Gabriel ALBIAC,
Catedrático de Filososfía en la Universidad Complutense de Madrid.

Por la transcripción:
F.J.deC.

Madrid, 9 de diciembre de 2.013