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miércoles, 6 de mayo de 2020

Vidas ejemplares: Beato Ceferino Giménez,«El Pelé».



Introducción.
Barbastro es una ciudad española de la provincia de Huesca, la tercera ciudad más poblada y la séptima de Aragón. Es, además, la capital de la comarca del Somontano de Barbastro; su diócesis, erigida en el siglo XII, cuenta con catedral y seminario.(*1)
Se hizo dolorosamente famosa durante la Guerra Civil (1.936 -1.939) al ser la diócesis de ESPAÑA donde se produjo la mayor  persecución religiosa del país y donde murieron asesinados por la horda roja el 87% de sus sacerdotes, desde su obispo el hoy Beato Florentino Asensio  y más de 200 sacerdotes y seminaristas  de la diócesis junto con el protagonista de este artículo el también  Beato Giménez Malla, alias «El Pelé».
«El Pelé»
Ceferino Giménez Malla, alias «El Pelé» es, hasta hoy,  el único representante de la etnia gitana elevado a los altares; en efecto fué beatificado el  4 de mayo, de 1997 por el Papa San Juan Pablo II.
Ceferino Giménez Malla, conocido familiarmente como “el Pelé” nació en Fraga (Huesca), el 26 de agosto de 1861, fiesta de san Ceferino Papa, de quien tomó el nombre, y fue bautizado ese mismo día. Como su familia, Ceferino también fue un gitano que vivió siempre como tal, profesando la ley gitana tanto en su formación como en el desarrollo de su vida. Todavía joven se casó, al estilo gitano, con Teresa Giménez Castro, una gitana de Lérida y se establecieron en Barbastro. En 1912 regularizaron su unión celebrando el matrimonio según el rito católico.Ceferino era ya por aquellos años, “un mocetón robusto; hombre cabal y honrado y muy devoto de la Virgen y de la Eucaristía, generoso con los más necesitados y preocupado por la catequesis de los niños”, según dice su biógrafo A. Royo.
Al principio de la Guerra Civil española, en agosto de 1936, cuando un grupo de milicianos rojos  estaban golpeando a culatazos a un sacerdote, Ceferino que lo presenciaba, los reprendió por su conducta lo que provocó la ira de éstos pues además llevaba consigo un rosario; en consecuencia, lo apresaron y condenaron a muerte. 
En la Misa de la Beatificación, el Papa San Juan Pablo II dijo sobre el nuevo Beato: 
“La frecuente participación en la Santa Misa, la devoción a la Virgen María con el rezo del rosario, la pertenencia a diversas asociaciones católicas (por ej. la Tercera Orden de San Francisco) le ayudaron a amar a Dios y al prójimo con entereza. Así, aun a riesgo de la propia vida, no dudó en defender a un sacerdote que iba a ser arrestado, por lo que le llevaron a la cárcel, donde no abandonó nunca la oración, siendo después fusilado mientras estrechaba el rosario en sus manos……..”
Tratante de caballos y  artesano de cestería afirman los testigos de su proceso de Beatificación que siempre decía la verdad en los tratos sobre caballerías. En cierta ocasión habiendo vendido una caballería que tenía un defecto y al darse cuenta a la noche, a la mañana siguiente fue a visitar al comprador para aclararle su error. En la feria de Vendrell, en otra ocasión, compró unas mulas, sin saber que eran robadas; el dueño las reconoció, acusó a Ceferino, y los llevaron a la cárcel. Dº.Nicolás Santos de Otto (*2) le defendió, demostrando su inocencia y el juez lo dejó libre.
Su martirio si sitúa en el contexto de la persecución religiosa que sufrió la Iglesia española desde el año 1931 hasta el fin de la guerra el 1º abril 1939. Dicha persecución comenzó nada más proclamarse la Segunda República, con la quema de conventos y graves injurias a religiosos y sacerdotes. Después, el gobierno frente populista fue emanando leyes anticlericales cada vez más radicales, para crear un  clima contrario a la Iglesia que cristalizó en los asesinatos de sacerdotes y la despiadada persecución a partir del año 1936 con el triunfo del frente popular; miles de sacerdotes, religiosos y seglares católicos fueron víctimas de esta persecución.
En la diócesis de Barbastro la persecución fue especialmente encarnizada por influjo de los milicianos comunistas y anarquistas que venían de Cataluña.
Si el fin que perseguían era el de aniquilar al clero, en Barbastro casi lo consiguieron, pues fue asesinado el 88% del clero incluyendo su obispo y también un gran número de seglares por el simple hecho de pertenecer a organizaciones católicas o simplemente practicantes de la religión.
«El Pelé no es ni ladrón ni tramposo; ¡es San Ceferino, el patrón de los gitanos!».

La Iglesia celebra su fiesta el día 4 de mayo.
F.J. de C.
Madrid, 6 de mayo de 2.020
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NOTAS.
*1.- La ciudad de Barbastro es también la cuna del fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivá de Balaguer (1.902 - 1975), canonizado el 6/10/2002 por San Juan Pabl II con el nombre de  Sanjosemaría
*2.- Dº José Nicolás de Otto y Escudero  (Barbastro, 1886 - 1955).Catedrático de Derecho Canónico en las Universidades de Oviedo, Murcia, Valladolid y Zaragoza era amigo personal y abogado del beato Ceferino.
Se da la circunstancia de que Dº José Nicolás fué tío-abuelo del titular de este blog.  




miércoles, 17 de octubre de 2018

San Juan Pablo II, el Papa que “introdujo a la Iglesia en su tercer milenio”.


Juan Pablo II ,de nombre secular Karol Józef Wojtyła​ (Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el Papa número 264 de la Iglesia católica desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005; fue canonizado en 2014, durante el pontificado del Papa Francisco.
Tras la elección, hace hoy 40 años, de Karol Wojtyla, como Juan Pablo II, las palabras del cardenal Stefan Wyszynski, primado de Polonia a su compatriota fueron proféticas: «Vas a introducir a la Iglesia en su tercer milenio».Wyszynski, estuvo bajo un control constante del régimen comunista polaco;en septiembre de 1953 fue encarcelado en Rywad, y más tarde puesto bajo arresto domiciliario en Stoczek y en el monasterio abandonado de Komacza en las montañas Bieszczad. 

Seguidamente se reproduce el interesante artículo de José R. Garitagoitia , Doctor en Ciencias Políticas y Derecho Internacional Público, publicado en ABC, 16/10/2018:
La elección que cambió Europa
El primer Papa eslavo de la historia aceleró la transformación de la Europa surgida tras la II Guerra Mundial, y culminó con el fin de la Guerra Fría. Cuando aquella tarde escuchamos sus primeras palabras -«¡No tengáis miedo!»-, no imaginábamos el impacto que iba a tener en sus veintisiete años de pontificado. Quienes vivimos aquellos acontecimientos recordamos el amplio lapso de tiempo que transcurrió entre la fummata blanca, a media tarde, y el primer saludo desde el balcón central de la basílica, cuando ya había oscurecido. ¿Qué sucedió entre tanto? Me lo contó años más tarde el primer nuncio en los países bálticos tras la caída del Telón de Acero. Justo Mullor, ya fallecido, escuchó de Juan Pablo II que, después de aceptar la elección, una vez recibido el saludo de los cardenales, pidió ser llevado a la capilla de la Virgen de los Lituanos, bajo la basílica vaticana. La insólita petición alteraba el programa, pero el nuevo Papa estaba decidido a comenzar su ministerio arrodillado ante esa imagen. Desde el primer momento dirigió la mente y el corazón a aquellas naciones del Este de las que tomaba origen. Fue precisamente el nuncio Mullor quien, tras la caída del Muro de Berlín (1989), le recibió en la primera visita de un papa a territorio exsoviético.El 4 de septiembre de 1993 Juan Pablo II aterrizó en Vilnius. Nada más llegar se dirigió al santuario de la puerta de la Aurora. Ante la patrona de los lituanos, un emocionado Wojtyla volvió con el recuerdo a la gruta vaticana la tarde de su elección. Manifestó su alegría por ver cumplida su petición, y recordó los años de sufrimiento con la «imposición del silencio sobre Dios y la paralizante privación de la libertad humana». Al día siguiente, desde esas tierras «que forman un puente natural entre Europa del centro, del norte y del este», dirigió un saludo especial a la cercana Rusia.Karol Wojtyla tuvo conciencia clara de sus raíces eslavas y de su misión: debía hablar ante Europa y ante el mundo de aquellas naciones «frecuentemente olvidadas». Lo proclamó en Varsovia, desde la plaza de la Victoria, en junio de 1979. Con el Papa polaco, la Ostpolitik vaticana experimentó un cambio de óptica, centrándose en la identidad de los pueblos del Este europeo, y no tanto como táctica para una negociación. Wojtyla concebía una Europa unida, con dos pulmones, uno occidental y otro eslavo, extendida desde el Atlántico hasta los Urales.La influencia de Juan Pablo II fue espiritual, ética y cultural, y tuvo también efectos políticos. Su presencia y su voz encendieron la mecha del movimiento popular que empezó con la primera visita a Polonia, en 1979, y llevaría a las transformaciones democráticas que tuvieron lugar diez años después: entre los meses de junio y diciembre de 1989 fueron desmoronándose uno tras otro los regímenes satélites de Moscú. «Pueblos enteros han tomado la palabra -reconocería ante el Cuerpo Diplomático al término de aquel año excepcional-, manifestando los inagotables recursos de dignidad que posee la persona».Antes, en junio de 1988, envió una delegación vaticana al más alto nivel para la celebración del milenario del cristianismo en tierras de la antigua Rusia. La carta personal del hoy san Juan Pablo II al que fuera último secretario general del Partido Comunista soviético, entregada en aquella ocasión, fue el primer paso para la histórica visita de Mijail Gorbachov al Vaticano, el 1 de diciembre de 1989. Fue el comienzo de una relación especial entre ambos eslavos. Juan Pablo II reconoció en Gorbachov un líder que, a pesar de sus errores, dejó caer el muro que dividía artificialmente Europa, tomando distancia de las intervenciones de la URSS en Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968). Por su parte, el líder soviético reconoció el papel decisivo de Wojtyla «como defensor sincero y activo en todo el proceso de la unificación de Europa».La cita es de una carta que me escribió con motivo de la investigación académica sobre la transformación de Europa Central y Oriental que me ocupa hace algunos años. Gorbachov precisa que Juan Pablo II no sólo reivindicó «el reconocimiento de las raíces cristianas de la civilización europea», sino que también «actuó como un gran político contemporáneo que persiguió con coherencia alcanzar una victoria: conseguir que la dignidad de la persona esté en la esencia de toda sociedad». Su insistencia en reclamar la libertad, y la constante referencia a la verdad de la persona como necesario complemento son los ejes del legado social y político de quien contribuyó a la transformación de Europa.
F.J. de C.
Madrid, 16 de octubre de 2.018



viernes, 11 de noviembre de 2016

Historia reciente: El 9 de noviembre de 1.989 fue destruido el Muro de Berlín.

Puerta de Brandenburgo en el antiguo cauce del Muro de Berlín.



Un año más, en este blog recordamos  y conmemoramos la destrucción , que no caída, del Muro de Berlín.

Ver enlaces al pie.

La “destrucción”, que no caída, del Muro de Berlín merece un recordatorio muy especial no solamente en este  27º año del acontecimiento  sino todos los años de nuestras vidas.

Alemania, Europa y el mundo civilizado en general deben recordar siempre que durante 28 años y 128 días los comunistas dividieron artificialmente una nación soberana separando, cruelmente, mediante el MURO sus gentes y sus tierras.
La destrucción del Muro fue posible gracias a la doble cruzada anticomunista  de San Juan Pablo II y de Ronald Reagan, y gracias también a la perestroika de Gorbachov,  a la revolución de “terciopelo” checoslovaca, a las elecciones polacas de junio de 1.989 y a la apertura de la frontera húngara del verano de ese mismo año.

El 13 de agosto de 1.961, el gobierno títere de Moscú, presidido por el alemán comunista Walter Ulbricht,  ordena levantar el “muro de la infamia” ; se trataba de cortar el éxodo masivo de alemanes que huyendo del “paraíso comunista” de Alemania del Este pretendían alcanzar la libertad en la Alemania Occidental. A los pocos días, el 17 de agosto cayó fulminado por los “vopos”  Peter Fletcher,  la primera de las más de doscientas víctimas que perdieron la vida tratando de cruzar el Muro y escapar del comunismo.


F.J.de C.

Madrid, 9 de noviembre de 2.016

lunes, 9 de noviembre de 2015

El Muro de Berlín fue destruido el 9 de noviembre de 1.989.


Puerta de Brandenburgo en el antiguo cauce del Muro de Berlín.

La “destrucción”, que no caída, del Muro de Berlín merece un recordatorio muy especial no solamente en este vigésimo sexto año del acontecimiento  sino todos los años de nuestras vidas.
Alemania, Europa y el mundo civilizado en general deben recordar siempre que durante 28 años y 128 días los comunistas dividieron artificialmente una nación soberana separando, cruelmente, mediante el MURO sus gentes y sus tierras.
La destrucción del Muro fue posible gracias a la doble cruzada anticomunista  de San Juan Pablo II y de Ronald Reagan, y gracias también a la perestroika de Gorbachov,  a la revolución de “terciopelo” checoslovaca, a las elecciones polacas de junio de 1.989 y a la apertura de la frontera húngara del verano de ese mismo año.

El 13 de agosto de 1.961, el gobierno títere de Moscú, presidido por el alemán comunista Walter Ulbricht,  ordena levantar el “muro de la infamia” ; se trataba de cortar el éxodo masivo de alemanes que huyendo del “paraíso comunista” de Alemania del Este pretendían alcanzar la libertad en la Alemania Occidental. A los pocos días, el 17 de agosto cayó fulminado por los “vopos”  Peter Fletcher,  la primera de las más de doscientas víctimas que perdieron la vida tratando de cruzar el Muro y escapar del comunismo.


Por nuestra parte, en este blog hemos dedicado y lo seguiremos haciendo, varios artículos para  recordar y conmemorar la destrucción del Muro de Berlín. Seguidamente se facilitan enlaces a los cuatro últimos:

F.J.de C.

Madrid, 9 de noviembre de 2.015

sábado, 8 de noviembre de 2014

Veinticinco años de la destrucción del Muro de Berlín.



Con motivo del 25 aniversario de la caída del muro, los museos y memoriales de la ciudad relacionados con la efeméride dan lo mejor de sí. Uno de los puntos de obligada visita es el mirador de Bernauer Strasse, que forma parte del Memorial del Muro. Desde la plataforma se puede contemplar uno de los tramos más largos que quedan en pie de lo que un día fue el Telón de Acero.

El día 09 de Noviembre de 2.014 se cumplen veinticinco años de la DESTRUCCION (que no caída) del Muro de Berlín.
Recordar el horror para no permitir que se repita jamás.


Para el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, dos artistas alemanes, los hermanos Bauder, han 'recreado' el Muro con 8.000 globos iluminados a lo largo de 15 kilómetros. El próximo 9 de noviembre, estos globos se soltarán simultáneamente como símbolo de la unificación de Berlín.

Se terminó así una dolorosa etapa comenzada el 13 de agosto de 1.961 cuando el gobierno comunista de Walter Ulbricht comienza a levantar el “muro de la infamia” para cortar el éxodo masivo de alemanes que huían desde el Este comunista hacia el Oeste libre .
Era la medianoche del 13 de agosto y lo que primero fueron alambres de púas terminó convertido con los años en una pared de 45 kilómetros que dividió a Berlín en dos.
El 24 de agosto murió la primera de las casi doscientas personas que perdieron la vida tratando de cruzarlo.Los intentos de fuga fueron miles; con éxito,  fueron solo algunos. El intento fallido más conocido fue el de Peter Fechter el 17 de agosto de 1962 que fue herido de bala y dejado morir desangrado a la vista de los medios occidentales.
Peter Fechter

Nombres y rostros de los casi 200 muertos, se pueden observar en el memorial que les rinde tributo. La primera víctima fue una mujer, Ida Siekmann, que murió tras saltar desde su casa para intentar alcanzar el lado occidental.

Alemania, Europa y todo el mundo civilizado en general deben recordar siempre que durante 28 años y 128 días los comunistas dividieron cruelmente una nación soberana separando mediante un muro sus gentes, sus tierras, aunque no se cumplió la tremenda profecía de Honecker, el cruel presidente de la entonces República Democrática Alemana, R.D.A.:
El Muro de Berlín seguirá de pie en los próximos cincuenta o cien años”  profetizó, y amenazó  Erich Honecker,  en enero de 1989; el muro cayó derribado el nueve de noviembre de ese mismo año.

La “destrucción”, que no caída, del Muro de Berlín merece un recordatorio muy especial no solamente en este vigésimo quinto año del acontecimiento  sino todos los años de nuestras vidas; su derrumbamiento, gracias a la doble cruzada anticomunista  de San Juan Pablo II y de Ronald Reagan, y gracias también a la perestroika de Gorbachov,  a la revolución de “terciopelo” checoslovaca, a las elecciones polacas de junio 89 y a la apertura de la frontera húngara del verano de ese mismo año, constituye un símbolo del hundimiento de un sistema tan perverso como el comunista.

Una conmovedora historia: Los muertos sin nombre de Junak.



Huesos clavados en un árbol cerca de la frontera entre Bulgaria y Grecia

Seguidamente se reproduce la conmovedora historia de los huesos clavados en un árbol cerca de la frontera entre Bulgaria y Grecia ¿Quiénes son los muertos del bosque de Yunak?

La antigua alambrada de señalización, a unos 1200 metros de la frontera real con Grecia. La frontera estaba fuertemente controlada. A pesar de ello, en Alemania Oriental circulaba el rumor de que era la ruta de huida menos arriesgada.

El Muro de Berlín y la frontera entre las dos Alemanias eran solo una parte del sistema de vigilancia militar del “Telón de Acero” que se extendía por los Estados Comunistas del Bloque Oriental de Europa. Los rumores, los mapas incorrectos y la falta de información hicieron creer a muchos ciudadanos de la antigua Alemania Oriental que los controles en la frontera búlgara eran menos intensos y era más fácil huir por allí. Un error de fatales consecuencias. La mayoría de los intentos de huida terminaban en detenciones. Tras dos semanas de prisión en Sofía, los reos eran trasladados a las cárceles de Alemania del Este. Otros morían en el intento de escapar, acribillados a tiros en la franja de la muerte. Pero aun cuando hubieran conseguido atravesar la alambrada, todavía no estaban en Occidente. Únicamente habían activado la señal de alarma y comenzaba la persecución. La frontera real se encontraba todavía a 1500 metros.
La frontera entre Bulgaria y Grecia. En la antigua línea divisoria entre el Pacto de Varsovia y la OTAN se yerguen los restos de un destacamento militar abandonado y de una alambrada de señalización. Un antiguo guarda fronterizo búlgaro le muestra al periodista Paul Tusek un árbol que se encuentra en este lugar. Es un árbol especial: un árbol en el que hay clavados huesos humanos. Cuando estaba en servicio, le dijeron que eran los huesos de una pareja de la antigua Alemania del Este, asesinados a disparos cuando intentaban escapar. Junto con el periodista Dieter Roser, Paul Tusek sigue un rastro que despierta aciagos fantasmas del pasado.
Ambos periodistas entrevistan a oficiales de las fuerzas fronterizas búlgaras, a agricultores de los pueblos aledaños y a expertos. Indagan en los archivos de Sofía, Veliko Tarnovo y Berlín. ¿Por qué se ha investigado tan poco sobre este oscuro capítulo de la historia alemana? Y, ¿quiénes son los muertos del bosque de Yunak?.....

A modo de epílogo.

Tuve la fortuna de visitar Berlín por primera vez, en 1990 a las pocas semanas del comienzo de la destrucción del muro de la vergüenza, y no me duelen prendas manifestar que ante las ruinas de lo que representó aquella ignominia, me emocioné intensamente y apenas pude articular  una oración por las almas de los caídos que se atrevieron a traspasarlo en esos años.


El autor de estas líneas fotografiado en 1990 junto a restos del Muro.

Entre los múltiples artículos dedicados en este blog a este tema, me complace señalar los siguientes:

F.J.de C.
Madrid, 8 de noviembre de 2014