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viernes, 31 de julio de 2015

San Ignacio de Loyola y los jesuitas







La Iglesia celebra la festividad de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, el día 31 de julio.
Iñigo López de Loyola,  nació en Loyola (Guipúzcoa) en 1491 y murió en Roma en 1.556. Recibió una educación  elemental,aunque con una base religiosa sólida.  Dedicado a la milicia, tuvo una intensa actividad tanto militar como cortesana.En mayo de 1521, se encontró defendiendo como soldado la fortaleza de Pamplona contra los franceses; durante la batalla, una bala de cañón le alcanzó, hiriéndole en una pierna y rompiéndole la otra,como consecuencia de la cual tuvo que guardar una penosa y larga convalecencia; esta circunstancia dio un giro radical a su vida pues durante ese tiempo tuvo la oportunidad de leer la «Flos Sanctorum» (Vidas ejemplares de Santos), la «Vita Christi» de Rodolfo de Sajonia, y el «De imitatione Christi» de Thomas Kempis. Estas lecturas y su afición por los libros de caballería le llevaron a perfilar un nuevo ideal caballeresco dentro de su época: el de caballero de Cristo, un caballero andante en defensa de Dios. Y de acuerdo con dicho ideal, decidió romper con su vida anterior e irse a los Santos Lugares.Más tarde,viajó a París, ciudad en la que permaneció entre 1528 y 1535. Se matriculó en la Sorbona y durante este período acabó de perfilar lo que iba a ser la Compañía de Jesús. Conoció, entre otros, a Pedro Fabro, Francisco Javier, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Bobadilla y Rodríguez, hombres que se constituirían en los futuros pilares de la nueva "Compañía de Jesús".


En 1.534 funda la Compañía de Jesús.


José María Pemán, en su obra  “El Divino Impaciente”  (dedicada a San Francisco Javier) narra con verso ágil las andanzas en París de este grupo insigne de los primeros seguidores  del de Loyola, dedicando  unos versos  a narrar la biografía de Iñigo de Loyola:  


“....En el cerco de Pamplona, siendo mozo,
le alcanzó una bala la canilla,
y aunque le desjarretó los huesos todos,
libró del trance por maravilla.
Sólo un vicio le quedó del que no pudo librar:
una indecisa cojera que le da cierta manera
casi graciosa de andar....”


y sigue Pemán:


“... Estando herido, en Loyola,
el Flos Sanctorum leía,y
en leyéndolo, le hervía
su buena sangre española
de tal modo, que ya ansia,
calzando siempre más puntos que el que más,
llegar a ser más Santo
que fueron juntos todos los Santos de ayer.
Según ha dado a entender,
ahora anda en trance de ir a Roma,
con intención secreta de conseguir
licencia de Fundación,
pues, según parece,
sueña no sé qué empeño futuro.
Y triunfará, de seguro;
que cuando en algo se empeña,
paso a paso, bien o mal,
repartiendo por igual la suavidad con el mando,
cojeando, cojeando, llega siempre hasta el final........”


Para enmarcar históricamente su biografía,subrayemos que el Concilio de Trento donde ya destacan algunos de los  nuevos teólogos jesuitas citados mas arriba, se celebra en Trento (Italia) entre 1.545 y 1563.
En  1.492 Colón descubre América; en 1502, llega allí, Francisco Pizarro y hacia 1.520 se produce la conquista del Perú.
Las misiones jesuíticas en América, entre las cuales se destacan, “Las reducciones de Paraguay” fueron poblados indígenas organizados y administrados por los misioneros jesuítas en el Nuevo Mundo como parte de su obra civilizadora y evangelizadora.
Mucho después, ya en el siglo XX, también veremos a algunos jesuitas liderando la controvertida “Teología de la Liberación”, pero ese tema ya se sale del contenido de este artículo.
Resultan ser especialmente significativas las actividades de la Compañía de Jesús en el ámbito de la enseñanza. La nueva orden religiosa nace y se desarrolla con un selecto grupo de compañeros universitarios de Ignacio, formados todos en la Universidad de París y sus nuevas vocaciones se reclutan en residencias universitarias cercanas a los centros docentes mas famosos de la época: París, Padua, Coimbra, Lovaina, Colonia, Valencia entre los años 1540 y 1544.
En España además de sus centros de enseñanza medias tiene algunas de las universidades privadas mas prestigiosas como la Universidad Pontificia de Comillas de la cual dependen centros como la ingeniería ICAI (Madrid), economía y derecho ICADE (Madrid) y Deusto, Instituto Químico de Sarria, Cataluña, etc.etc.
Finalmente, permítanseme dos anécdotas personales:
La primera, quiero recordar aquí mis felices años de niñez en los años 50 del siglo XX cuando pasaba con mis padres y hermanos largos veranos en San Sebastián; en contra de lo que sucede ahora, las iglesias se llenaban incluso en días laborables y no digamos los domingos y festivos con los fieles llegando hasta la calle pues no cabían materialmente en el templo; el dia de San Ignacio, 31 de julio, se celebraba la festividad del Santo,en toda Guipúzcoa,y particularmente en la iglesia de los Jesuitas de San Sebastián, de forma tan solemne como apoteósica y se cantaba al final de cada misa, con gran devoción, el himno de San Ignacio, en vascuence por cierto, alguna de cuyas estrofas todavía recuerdo:
“Ignacio gure patroi handia /Jesusen Compañía/ fundatu….”.
En segundo lugar, recordar a un excelente catedrático de matemáticas, ya fallecido, de la Facultad de Físicas de la Universidad Central, el Padre Alberto Dou Mas de Xesás,(Olot 1915- San Cugat del Vallés 2.009), sabio jesuita y excelente matemático e ingeniero de caminos, uno de los primeros que introdujo en España los abstrusos conceptos de la Matemática moderna.
F.J.de C.
Madrid, 31 de julio de 2015


 


viernes, 1 de agosto de 2014

San Ignacio de Loyola, en su fiesta del 31 de julio.




La Iglesia celebra la festividad de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, el día 31 de julio.
Iñigo López de Loyola,  nació en Loyola (Guipúzcoa) en 1491 y murió en Roma en 1.556. Recibió una educación  elemental,aunque con una base religiosa sólida.  Dedicado a la milicia, tuvo una intensa actividad tanto militar como cortesana.En mayo de 1521, se encontró defendiendo como soldado la fortaleza de Pamplona contra los franceses; durante la batalla, una bala de cañón le alcanzó, hiriéndole en una pierna y rompiéndole la otra,como consecuencia de la cual tuvo que guardar una penosa y larga convalecencia; esta circunstancia dio un giro radical a su vida pues durante ese tiempo tuvo la oportunidad de leer la «Flos Sanctorum» (Vidas ejemplares de Santos), la «Vita Christi» de Rodolfo de Sajonia, y el «De imitatione Christi» de Thomas Kempis. Estas lecturas y su afición por los libros de caballería le llevaron a perfilar un nuevo ideal caballeresco dentro de su época: el de caballero de Cristo, un caballero andante en defensa de Dios. Y de acuerdo con dicho ideal, decidió romper con su vida anterior e irse a los Santos Lugares.Más tarde,viajó a París, ciudad en la que permaneció entre 1528 y 1535. Se matriculó en la Sorbona y durante este período acabó de perfilar lo que iba a ser la Compañía de Jesús. Conoció, entre otros, a Pedro Fabro, Francisco Javier, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Bobadilla y Rodríguez, hombres que se constituirían en los futuros pilares de la nueva "Compañía de Jesús".

En 1.534 funda la Compañía de Jesús.

José María Pemán, en su obra  “El Divino Impaciente”  (dedicada a San Francisco Javier) narra con verso ágil las andanzas en París de este grupo insigne de los primeros seguidores  del de Loyola, dedicando  unos versos  a narrar la biografía de Iñigo de Loyola:  

“....En el cerco de Pamplona, siendo mozo,
le alcanzó una bala la canilla,
y aunque le desjarretó los huesos todos,
libró del trance por maravilla.
Sólo un vicio le quedó del que no pudo librar:
una indecisa cojera que le da cierta manera
casi graciosa de andar....”

y sigue Pemán:

“... Estando herido, en Loyola,
el Flos Sanctorum leía,y
en leyéndolo, le hervía
su buena sangre española
de tal modo, que ya ansia,
calzando siempre más puntos que el que más,
llegar a ser más Santo
que fueron juntos todos los Santos de ayer.
Según ha dado a entender,
ahora anda en trance de ir a Roma,
con intención secreta de conseguir
licencia de Fundación,
pues, según parece,
sueña no sé qué empeño futuro.
Y triunfará, de seguro;
que cuando en algo se empeña,
paso a paso, bien o mal,
repartiendo por igual la suavidad con el mando,
cojeando, cojeando, llega siempre hasta el final........”

Para enmarcar históricamente su biografía,subrayemos que el Concilio de Trento donde ya destacan algunos de los  nuevos teólogos jesuitas citados mas arriba, se celebra en Trento (Italia) entre 1.545 y 1563.
En  1.492 Colón descubre América; en 1502, llega allí, Francisco Pizarro y hacia 1.520 se produce la conquista del Perú.
Las misiones jesuíticas en América, entre las cuales se destacan, “Las reducciones de Paraguay” fueron poblados indígenas organizados y administrados por los misioneros jesuítas en el Nuevo Mundo como parte de su obra civilizadora y evangelizadora.
Mucho después, ya en el siglo XX, también veremos a algunos jesuitas liderando la controvertida “Teología de la Liberación”, pero ese tema ya se sale del contenido de este artículo.
Resultan ser especialmente significativas las actividades de la Compañía de Jesús en el ámbito de la enseñanza. La nueva orden religiosa nace y se desarrolla con un selecto grupo de compañeros universitarios de Ignacio, formados todos en la Universidad de París y sus nuevas vocaciones se reclutan en residencias universitarias cercanas a los centros docentes mas famosos de la época: París, Padua, Coimbra, Lovaina, Colonia, Valencia entre los años 1540 y 1544.
En España además de sus centros de enseñanza medias tiene algunas de las universidades privadas mas prestigiosas como la Universidad Pontificia de Comillas de la cual dependen centros como la ingeniería ICAI (Madrid), economía y derecho ICADE (Madrid) y Deusto, Instituto Químico de Sarria, Cataluña, etc.etc.
Finalmente, permítanseme dos anécdotas personales:
La primera, quiero recordar aquí mis felices años de niñez en los años 50 del siglo XX cuando pasaba con mis padres y hermanos largos veranos en San Sebastián; en contra de lo que sucede ahora, las iglesias se llenaban incluso en días laborables y no digamos los domingos y festivos con los fieles llegando hasta la calle pues no cabían materialmente en el templo; el dia de San Ignacio, 31 de julio, se celebraba la festividad del Santo,en toda Guipúzcoa,y particularmente en la iglesia de los Jesuitas de San Sebastián, de forma tan solemne como apoteósica y se cantaba al final de cada misa, con gran devoción, el himno de San Ignacio, en vascuence por cierto, alguna de cuyas estrofas todavía recuerdo:
“Ignacio gure patroi handia /Jesusen Compañía/ fundatu….”.
En segundo lugar, recordar a un excelente catedrático de matemáticas, ya fallecido, de la Facultad de Físicas de la Universidad Central, el Padre Alberto Dou Mas de Xesás,(Olot 1915- San Cugat del Vallés 2.009), sabio jesuita y excelente matemático e ingeniero de caminos, uno de los primeros que introdujo en España los abstrusos conceptos de la Matemática moderna.
F.J.de C.
Madrid, 31 de julio de 2014

 


jueves, 17 de octubre de 2013

SUBMARINOS S - 80: Las vicisitudes de un gran proyecto español.




En este blog se ha tratado ampliamente el tema del nuevo submarino español S-80, tanto la descripción de sus características como los problemas aparecidos en su diseño, problemas que, por otra parte, son bastante normales en todos los procesos de creación de un nuevo producto máxime si este alcanza la enorme complejidad y responsabilidad de un submarino.
La Armada española ha pasado en pocos años  de disponer de ocho submarinos operativos, cuatro de la serie S-60 y otros cuatro de la serie S-70 a tener en estos momento solamente dos, ambos serie S-70: uno operativo y otro en reparación completa (“Gran Carena”, en la jerga naval).
Seguidamente reproduzco de la revista Atenea un interesante artículo del Almirante Tafalla en el cual analiza con conocimiento de causa y rigor las vicisitudes que está atravesando el desarrollo del mencionado proyecto.


F.J.de C.
Madrid, 17 de octubre de 2.013


La enfermedad de Navantia.

A. Tafalla
Es fácil confundir los síntomas -el encarecimiento y retraso del submarino S-80- con la enfermedad que se padece: la que ha contraído, y todavía sufre, Navantia, empresa que por otro lado sabe diseñar y construir magníficos buques de guerra.
Como Navantia es una empresa de capital público, creo que podría considerarse correcto que uno de sus accionistas levantase la voz en esta especie de virtual junta general que constituimos todos los españoles. Se une además, en mi caso, la condición de antiguo marino de guerra y comandante de quilla -es decir primer comandante- del Patiño por lo que puedo apoyarme en ciertas experiencias propias.
Cual doctor ante un enfermo repasemos pues, primero, los síntomas. El sobrepeso del primer S-80 y los problemas con la planta AIP (sistema para producir, sin necesidad de aire atmosférico, la electricidad que propulsa al buque) son los principales síntomas del enfermo, que están rodeados de un silencio que para sí quisiera el más discreto de los doctores.
No nos detendremos mucho en los síntomas, pues nos vamos a centrar más en la enfermedad e incluso en su posible cura. Los repasaremos pues vertiginosamente.
El sobrepeso no es algo que surja de repente, un mes antes de la botadura del S-81. Ha tenido que ser detectado progresivamente por los ingenieros del proyecto varios años antes ¿Por qué pues no se informó y reconoció antes el problema? Creo haber encontrado la causa en algo que está pasando en la plantilla de Navantia desde el 2004.
Lo del AIP es algo de diferente naturaleza a lo anterior. Siempre tuvo riesgo y la prueba es que se financió inicialmente como un proyecto de I+D. Pero había alternativas por si se retrasaba; en principio no tiene nada que ver con lo del sobrepeso. La empresa Abengoa, que diseño el reformador de bioetanol -que debería producir el hidrogeno necesario para la generación de electricidad-, se encuentra al parecer en un atolladero sin salida a la vista. Pero hay otras soluciones. Al menos dos identificadas, que no acaban de explorarse por razones políticas, en principio no achacables a Navantia.

*
Submarino de Isaac Peral expuesto en su
antigua ubicación en Cartagena (Murcia)
Desde el inicio, se quiso dotar al S-80 de una propulsión AIP, no por lo que lo demandase nuestra comunidad submarinista, sino más bien para dar viabilidad, frente a posibles clientes extranjeros, a un astillero como el de Cartagena, que no podía sobrevivir con una cartera de tan solo cuatro buques para la Armada. Y esta supervivencia de Cartagena -con un producto de alto valor tecnológico- lo era también para Navantia, que se enfrenta a una competición cada vez mayor en las otras clases de buques que diseña y construye. Y con Navantia, perdura una manera de construir buques de guerra que ha paliado en parte la indiferencia con que las elites -y consecuentemente el pueblo- español han contemplado siempre a su marina de guerra.
Había pues, mucho en juego. Quizás incluso, la supervivencia de Navantia con el carácter que hoy tiene. Una privatización como la de Iberia o las cajas de ahorro seria una pesadilla para casi todos, pues no podemos imaginarnos a donde nos conduciría.
Repasemos ahora esta enfermedad de Navantia que sus síntomas han revelado. En el 2004, un recién llegado gobierno socialista nombró presidente de esta empresa estatal a una persona altamente politizada. Pero eran tiempos donde la ideología, la temeridad u optimismo sin base y la ignorancia -en este caso sobre la industria naval- campaban por sus respetos en el campo político. Seguro que lo recuerdan Uds.
Los cambios que este presidente -que duro 5 años- introdujo entre los ingenieros y técnicos de la entonces Izar -posteriormente Navantia- no fueron inspirados por criterios técnicos y sembraron, adicionalmente, el miedo a perder el puesto caso de oponerse a la línea oficial. Aquí creo que radica el foco de lo del sobrepeso del S-80: miedo a expresar un criterio puramente técnico. Del 2009 hasta la fecha se ha sucedido un vertiginoso carrusel de presidentes aparentemente incapaces de arreglar el entuerto, pues quizás lo que el nivel politico estropeó exige un nivel político para enderezarlo. Solo una decidida acción de la cúpula del Ministerio de Defensa -sin excusarse en dependencias de otros organismos oficiales o buscar escapes con reorganizaciones de dudosa eficacia- puede salvar a la última industria militar estatal, que no solo ha sobrevivido, sino cosechado resonantes éxitos hasta la fecha.
Respecto a la ubicación de la jefatura del programa S-80 y sus relaciones con el resto de órganos técnicos de la Armada creo que -apropiadamente-deberíamos seguir a San Ignacio de Loyola en aquello de En tiempos de tribulación no hacer mudanza.
Pero no todo fue malo del 2004 al 2009. La cruz que arrastraba Izar -que englobaba los astilleros públicos civiles con pérdidas enormes y ayudas ilegales según la UE- fue parcialmente aliviada durante este periodo, con la notable excepción del astillero de Puerto Real -entre otros- auténtica piedra al cuello, por su rentabilidad y tamaño, que todavía hoy lastra a Navantia, la sucesora de Izar. En estas página web de ATENEA he ventilado ya hace año y medio alguna de mis ideas sobre la reconversión de Navantia, imprescindible -a mi juicio- para su supervivencia.
Navantia ha vendido hasta la fecha magníficas fragatas a clientes extranjeros de la mano de Lockheed Martin, que es la mayor empresa en el mundo del armamento. También vendió en su día submarinos -los Scorpenes- asociada, más bien arrastrada, por los franceses de la semiestatal DCNS. Solo que esto último acabo mal, mientras que los acuerdos con los americanos gozan todavía de buena salud, tanto con los sistemas de combate de los buques de superficie, como para los del S-80.
En el caso de los tres portaviones vendidos a otros clientes, Navantia ha ido sola en la venta, pero en otras ocasiones se ha perdido mercado por motivos políticos -como en el concurso con los rusos- pese a tener un producto claramente superior.
El mercado de buques de guerra es uno muy político, donde tener algo bueno -como en su día serán sin duda los S-80- posibilita, pero no asegura la venta. Especialmente si se sale tarde y cubierto por la espesa capa de humo tóxico con la que algunos adversarios comerciales -ayudados por los habituales pesimistas nacionales- están cubriendo el futuro de nuestro submarino.
Por eso creo que habría que imitar con los S-80 el modelo que exitosamente se ha seguido con los buques de superficie e ir a una asociación naval técnica y comercial conjunta hispano norteamericana -tutelada oficialmente por las dos marinas- especialmente favorecida en esta ocasión por el hecho que estos últimos no diseñan submarinos convencionales.
Una posdata final: no me preocupo de las ventas de Navantia por motivos personales -pues nunca he recibido ni un euro de ellos- sino por entender que su futuro y el de mi Armada están unidas. Esta última si que me motiva.
















Ángel Tafalla, Almirante.


sábado, 3 de agosto de 2013

San Ignacio de Loyola y los jesuitas.

Basílica de los jesuitas en Loyola, Guipúzcoa.

Escribo este artículo tres días después (es decir, dentro de su octava) del 31 de julio, fecha que la Iglesia celebra la festividad de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas.
La vida y la obra de este gran personaje siempre han merecido interés, pero este año adquiere un mayor relieve, si cabe, con la elección del cardenal Bergogglio, primer jesuita Sumo Pontífice de la Iglesia.

Iñigo López de Loyola,  nació en Loyola (Guipúzcoa) en 1491 y murió en Roma en 1.556. Recibió una educación  elemental,aunque con una base religiosa sólida.  Dedicado a la milicia, tuvo una intensa actividad tanto militar como cortesana.En mayo de 1521, se encontró defendiendo como soldado la fortaleza de Pamplona contra los franceses; durante la batalla, una bala de cañón le alcanzó, hiriéndole en una pierna y rompiéndole la otra.

En 1.534 funda la Compañía de Jesús.

Como dice José María Pemán en “El Divino Impaciente”:

“....En el cerco de Pamplona, siendo mozo,
le alcanzó una bala la canilla,
y aunque le desjarretó los huesos todos,
libró del trance por maravilla.
Sólo un vicio le quedó del que no pudo librar:
una indecisa cojera que le da cierta manera
casi graciosa de andar....”

y sigue Pemán:

“... Estando herido, en Loyola,
el Flos Sanctorum leía,y
en leyéndolo, le hervía
su buena sangre española
de tal modo, que ya ansia,
calzando siempre más puntos que el que más,
llegar a ser más Santo
que fueron juntos todos los Santos de ayer.
Según ha dado a entender,
ahora anda en trance de ir a Roma,
con intención secreta de conseguir
licencia de Fundación,
pues, según parece,
sueña no sé qué empeño futuro.
Y triunfará, de seguro;
que cuando en algo se empeña,
paso a paso, bien o mal,
repartiendo por igual la suavidad con el mando,
cojeando, cojeando, llega siempre hasta el final........”

Para enmarcar históricamente su biografía,subrayemos que el Concilio de Trento donde ya destacan algunos nuevos teólogos jesuitas se celebra en Trento (Italia) entre 1.545 y 1563.

En  1.492 Colón descubre América, en 1502 llega allí, Francisco Pizarro y hacia 1.520 se produce la conquista del Perú.
Las misiones jesuíticas en América, fueron poblados indígenas organizados y administrados por los misioneros jesuítas en el Nuevo Mundo como parte de su obra civilizadora y evangelizadora. Mucho después, ya en el siglo XX, también veremos a algunos jesuitas liderando la controvertida “Teología de la Liberación”, pero ese tema ya se sale del contenido de este artículo.

Resultan ser especialmente significativas las actividades de la Compañía de Jesús en el ámbito de la enseñanza. La nueva orden religiosa se origina en base a un selecto grupo de compañeros universitarios de Ignacio, formados todos en la Universidad de París y sus nuevas vocaciones se reclutan en residencias universitarias cercanas a los centros docentes mas famosos de la época: París, Padua, Coimbra, Lovaina, Colonia, Valencia entre los años 1540 y 1544.

En España además de sus centros de enseñanza medias tiene algunas de las universidades privadas mas prestigiosas como la Universidad Pontificia de Comillas de la cual dependen centros como la ingeniería ICAI (Madrid), economía y derecho ICADE (Madrid) y Deusto, Instituto Químico de Sarria, Cataluña, etc.etc.

Finalmente, permítaseme recordar dos anécdotas personales:

La primera, quiero recordar aquí mis felices años de niñez en los años 50 del siglo XX cuando pasaba con mis padres y hermanos largos veranos en San Sebastián; en contra de lo que sucede ahora, las iglesias se llenaban incluso en días laborables y no digamos los domingos y festivos con los fieles llegando hasta la calle pues no cabían materialmente en el templo; el dia de San Ignacio, 31 de julio, se celebraba la festividad del Santo,en toda Guipúzcoa,y particularmente en la iglesia de los Jesuitas de San Sebastián, de forma tan solemne como apoteósica y se cantaba al final de cada misa, con gran devoción, el himno de San Ignacio, en vascuence por cierto, alguna de cuyas estrofas todavía recuerdo:
“Ignacio gure patroi handia /Jesusen Compañía/ fundatu….”.

En segundo lugar, recordar a un excelente catedrático de matemáticas, ya fallecido, de la Facultad de Físicas de la Universidad Central, el Padre Alberto Dou Mas de Xesás,(Olot 1915- San Cugat del Vallés 2.009), sabio jesuita y excelente matemático e ingeniero de caminos, uno de los primeros que introdujo en España los abstrusos conceptos de la Matemática moderna.

F.J.de C.