La Iglesia celebra la festividad de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, el día 31 de julio.
Iñigo López de Loyola, nació en Loyola (Guipúzcoa) en 1491 y murió en Roma en 1.556. Recibió una educación elemental,aunque con una base religiosa sólida. Dedicado a la milicia, tuvo una intensa actividad tanto militar como cortesana.En mayo de 1521, se encontró defendiendo como soldado la fortaleza de Pamplona contra los franceses; durante la batalla, una bala de cañón le alcanzó, hiriéndole en una pierna y rompiéndole la otra,como consecuencia de la cual tuvo que guardar una penosa y larga convalecencia; esta circunstancia dio un giro radical a su vida pues durante ese tiempo tuvo la oportunidad de leer la «Flos Sanctorum» (Vidas ejemplares de Santos), la «Vita Christi» de Rodolfo de Sajonia, y el «De imitatione Christi» de Thomas Kempis. Estas lecturas y su afición por los libros de caballería le llevaron a perfilar un nuevo ideal caballeresco dentro de su época: el de caballero de Cristo, un caballero andante en defensa de Dios. Y de acuerdo con dicho ideal, decidió romper con su vida anterior e irse a los Santos Lugares.Más tarde,viajó a París, ciudad en la que permaneció entre 1528 y 1535. Se matriculó en la Sorbona y durante este período acabó de perfilar lo que iba a ser la Compañía de Jesús. Conoció, entre otros, a Pedro Fabro, Francisco Javier, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Bobadilla y Rodríguez, hombres que se constituirían en los futuros pilares de la nueva "Compañía de Jesús".
En 1.534 funda la Compañía de Jesús.
José María Pemán, en su obra “El Divino Impaciente” (dedicada a San Francisco Javier) narra con verso ágil las andanzas en París de este grupo insigne de los primeros seguidores del de Loyola, dedicando unos versos a narrar la biografía de Iñigo de Loyola:
“....En el cerco de Pamplona, siendo mozo,
le alcanzó una bala la canilla,
y aunque le desjarretó los huesos todos,
libró del trance por maravilla.
Sólo un vicio le quedó del que no pudo librar:
una indecisa cojera que le da cierta manera
casi graciosa de andar....”
y sigue Pemán:
“... Estando herido, en Loyola,
el Flos Sanctorum leía,y
en leyéndolo, le hervía
su buena sangre española
de tal modo, que ya ansia,
calzando siempre más puntos que el que más,
llegar a ser más Santo
que fueron juntos todos los Santos de ayer.
Según ha dado a entender,
ahora anda en trance de ir a Roma,
con intención secreta de conseguir
licencia de Fundación,
pues, según parece,
sueña no sé qué empeño futuro.
Y triunfará, de seguro;
que cuando en algo se empeña,
paso a paso, bien o mal,
repartiendo por igual la suavidad con el mando,
cojeando, cojeando, llega siempre hasta el final........”
Para enmarcar históricamente su biografía,subrayemos que el Concilio de Trento donde ya destacan algunos de los nuevos teólogos jesuitas citados mas arriba, se celebra en Trento (Italia) entre 1.545 y 1563.
En 1.492 Colón descubre América; en 1502, llega allí, Francisco Pizarro y hacia 1.520 se produce la conquista del Perú.
Las misiones jesuíticas en América, entre las cuales se destacan, “Las reducciones de Paraguay” fueron poblados indígenas organizados y administrados por los misioneros jesuítas en el Nuevo Mundo como parte de su obra civilizadora y evangelizadora.
Mucho después, ya en el siglo XX, también veremos a algunos jesuitas liderando la controvertida “Teología de la Liberación”, pero ese tema ya se sale del contenido de este artículo.
Resultan ser especialmente significativas las actividades de la Compañía de Jesús en el ámbito de la enseñanza. La nueva orden religiosa nace y se desarrolla con un selecto grupo de compañeros universitarios de Ignacio, formados todos en la Universidad de París y sus nuevas vocaciones se reclutan en residencias universitarias cercanas a los centros docentes mas famosos de la época: París, Padua, Coimbra, Lovaina, Colonia, Valencia entre los años 1540 y 1544.
En España además de sus centros de enseñanza medias tiene algunas de las universidades privadas mas prestigiosas como la Universidad Pontificia de Comillas de la cual dependen centros como la ingeniería ICAI (Madrid), economía y derecho ICADE (Madrid) y Deusto, Instituto Químico de Sarria, Cataluña, etc.etc.
Finalmente, permítanseme dos anécdotas personales:
La primera, quiero recordar aquí mis felices años de niñez en los años 50 del siglo XX cuando pasaba con mis padres y hermanos largos veranos en San Sebastián; en contra de lo que sucede ahora, las iglesias se llenaban incluso en días laborables y no digamos los domingos y festivos con los fieles llegando hasta la calle pues no cabían materialmente en el templo; el dia de San Ignacio, 31 de julio, se celebraba la festividad del Santo,en toda Guipúzcoa,y particularmente en la iglesia de los Jesuitas de San Sebastián, de forma tan solemne como apoteósica y se cantaba al final de cada misa, con gran devoción, el himno de San Ignacio, en vascuence por cierto, alguna de cuyas estrofas todavía recuerdo:
“Ignacio gure patroi handia /Jesusen Compañía/ fundatu….”.
En segundo lugar, recordar a un excelente catedrático de matemáticas, ya fallecido, de la Facultad de Físicas de la Universidad Central, el Padre Alberto Dou Mas de Xesás,(Olot 1915- San Cugat del Vallés 2.009), sabio jesuita y excelente matemático e ingeniero de caminos, uno de los primeros que introdujo en España los abstrusos conceptos de la Matemática moderna.
F.J.de C.
Madrid, 31 de julio de 2014