Según el DRAE, Diccionario de la Real Academia, pedofilia o paidofilia, es “la atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes”.
La pederastia, es, también según el mismo DRAE , “Abuso sexual cometido con niños”, por lo que desciende un escalón mas, superando la atracción y pasando al abuso en la perversión.
Parecería como que se intentara que el mundo asocie las palabras pederasta, pedófilo, degenerado, en suma, a la Iglesia Católica como institución y no a un grupo de individuos, obispos, sacerdotes, o religiosos que habiendo cometido un delito hay que juzgar, y en su caso condenar, pero no por su credo ni su pertenencia a la jerarquía eclesiástica, sino por un delito que cometieron, como lo cometen a diario otros que pueden ser incluso, personas muy cercanas a las víctimas: padres, padrastros, hermanos, familiares en distintos grados, vecinos, maestros, etc., y que como profesión pueden tener la de médicos, abogados, ingenieros, etc., y pueden ocupar cargos públicos, semipúblicos o privados de todo tipo; advirtiéndose que algunos medios, casi todos de una tendencia determinada, sienten una extraña fascinación por asociar las palabras Fe, Iglesia Católica, sacerdotes, curas, obispos, cardenales, Vaticano etc. para relacionar la jerarquía eclesiástica a lo más escatológico y podrido del ser humano.
La ONU, por su parte, criticó al Vaticano recientemente en un durísimo informe por no haber reconocido nunca "la amplitud de los crímenes" de abuso sexual contra niños por parte del clero y lo acusó de adoptar "políticas y prácticas que llevaron a la continuación de abusos y a la impunidad de los responsables”.
Sin embargo, no debe olvidarse que fue Benedicto XVI quien dio los primeros pasos hacia una política de "tolerancia cero" contra los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes y que ahora está profundizando Francisco. El actual pontífice no sólo ha expresado en varias ocasiones su absoluta determinación a luchar contra la pederastia dentro de la Iglesia sino que, a sugerencia de los ocho cardenales que le asesoran (a los que se les conoce como el G8 vaticano), ha decidido crear una comisión específica para proteger a los niños de los curas pederastas.
Así lo ha reconocido, por su parte, también, por primera vez en sede internacional de Ginebra, el representante de la Santa Sede, el arzobispo Silvano Tomasi, durante su intervención que ha respondido ante un organismo internacional sobre los casos de pederastia cometidos por sacerdotes. Ha sido en Ginebra, ante el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño."No hay excusa para cualquier forma de violencia o explotación de los niños. Estos crímenes no pueden justificarse nunca, ya sean cometidos en el hogar, en las escuelas, en la comunidad, en el ambiente de los deportes, o en las organizaciones y estructuras religiosas. Esta es desde hace tiempo la política de la Santa Sede.
La Santa Sede ha puesto en marcha políticas y procedimientos diseñados especialmente para tratar de eliminar esos abusos y para colaborar con las autoridades estatales en la lucha contra la pederastia.
Con respecto al último comunicado de la ONU, la Santa Sede respondió a través de otro comunicado, diciendo que toma nota de las observaciones finales del informe de la ONU y que éstas serán sometidas a un estudio y análisis minucioso. No obstante, dijo que lamenta ver en algunos puntos del informe “un intento [de la ONU] de interferir con la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la dignidad de la persona y el ejercicio de la libertad religiosa así como de hacer gala de prejuicios ideológicos ampliando su campo informativo a toda la doctrina de la Iglesia sobre la vida, la reproducción, etc.” .
F.J. de C.
Madrid, 13 de febrero de 2.014