lunes, 30 de enero de 2012

Ciencia: Astrofisicos suizos detectan planetas fuera del Sistema Solar; premio fundacion BBVA.


Michel Mayor y Didier Queloz
En el siguiente artículo, se cita a los astrofísicos suizos Michel Mayor y Didier Queloz que han sido galardonados por la  Fundación BBVA http://www.fbbva.es por haber desarrollado los instrumentos astronómicos y las técnicas experimentales que han permitido detectar por primera vez planetas fuera del Sistema Solar.
Antes de 1995 pocos astrofísicos creían que fuera posible detectar un objeto pequeño y oscuro situado cerca de otro enorme y brillante como una estrella. Pero en su búsqueda de nuevos planetas más allá de nuestro Sistema Solar, los suizos Michel Mayor y Didier Queloz revelaron al mundo que la Vía Láctea es extremadamente fecunda formando planetas.
Tras idear y desarrollar la técnica de velocidad radial, basada en el efecto Doppler, y conseguir medir en la luz de la estrella la huella de los cambios causados en su movimiento por la atracción gravitatoria entre planeta y estrella, no sólo descubrieron el primer exoplaneta –en la actualidad ya hay un registro con más de 700–, sino que revolucionaron la astronomía.
“Han permitido dar pasos de gigante para comprender mejor el origen y la evolución de los sistemas planetarios”, afirmó Athena Coustenis, investigadora en el Laboratorio Espacial Lesia (Francia), horas después de que la Fundación BBVA concediera el pasado martes 24-01-2.012 el Premio Fronteras del Conocimiento en Ciencias Básicas a estos gigantes.
Poco después, el propio Mayor, que al conocer la noticia se encontraba en el famoso radiotelescopio gigante de Arecibo (Puerto Rico), atendía a LA GACETA, http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/%E2%80%9Cencontrar-vida-fuera-sistema-solar-tal-vez-sea-posible-aqui-20-anos%E2%80%9D-20120
-¿Cómo lograron descubrir el primer exoplaneta?
-A principios de los años setenta desarrollamos un primer espectrómetro optimizado que hacía posible obtener con precisión la velocidad estelar. Este instrumento propició el estudio de los compañeros de viaje más pequeños de las estrellas orbitales similares al Sol –enanos marrones y planetas gaseosos gigantescos–. La fabricación de un nuevo espectrógrafo, a inicios de los noventa, de dos metros de longitud en el Observatorio de Haute-Provence, permitió hallar nuevos resultados con Didier Queloz, que en ese momento era uno de mis estudiantes posdoctorales. Seleccionamos 142 estrellas y a finales del otoño de 1994, empezamos a tener los primeros hallazgos de una variación periódica en la velocidad de la estrella denominada 51 Pegasi.
-¿De cuánto tiempo?
-El periodo era sumamente insignificante, de tan sólo 4,2 días. En ese momento, a nadie se le había ocurrido la posibilidad de que en tan poco tiempo tuviéramos un planeta que contuviera tal cantidad de gas. Por este motivo, Queloz y yo decidimos esperar al inicio de la próxima estación para volver a observar el estado del cielo. Y lo hicimos en julio de 1995.
-Fue entonces cuando se animaron a publicar este increíble resultado en la revista ‘Nature’.
-El artículo debía salir el 23 de noviembre de 1995, pero en octubre comunicamos el resultado en un congreso especializado en Florencia.

-Y la noticia saltó a todos los medios de comunicación.
-La atención que prestaron los medios fue del todo inesperada para nosotros. Sólo entonces nos dimos cuenta de la gran importancia que tiene este trabajo para todo el público.
-¿Qué supuso para el mundo de la astronomía este hallazgo?
-Sin duda, significó el inicio de una nueva era en la astronomía. Si me pregunta desde el punto de vista científico, este descubrimiento es una clara muestra de la gran repercusión que tiene la “migración orbital” en las fases iniciales del proceso de composición del planeta. Un elemento clave para llegar a comprender la diversidad que nosotros apreciamos en los sistemas planetarios solares. Es sobre todo un gran estímulo para todos los que nos dedicamos al área de la astrofísica… y nos permite incluso soñar con la posibilidad de que en el futuro podamos llegar a detectar señales de vida en el espectro de algunos exoplanetas.
-¿Qué condiciones tendrían que reunir para albergar vida?
-Además de ser un planeta rocoso, estar a una distancia de su estrella que permita tener agua líquida en su superficie, una masa no demasiado pequeña para conservar su atmósfera, etc.
-Con las técnicas actuales, ¿podrían conocerse todos estos parámetros?
-No estamos todavía listos para hacer un análisis detallado acerca de la composición química de los planetas rocosos y de masa baja dentro de la zona habitable. Tendremos que esperar varios años para detectar la firma de la vida.
-¿Cuánto?
-Tal vez de aquí a 20 años. No lo puedo predecir con total seguridad. ¡Ya me gustaría!
-En este momento, ¿cuál es el principal reto?
-Tratar de entender la física de la formación de estos planetas, aunque el auténtico desafío es entender si la vida es un fenómeno común en el universo.-También encontrar un planeta similar a la Tierra. Hasta ahora, ¿cuál es el más parecido?
-Con el espectrógrafo Arpas del observatorio de la Silla (Chile), hemos encontrado dos planetas con unos niveles muy bajos de masa en la zona habitable de su estrella anfitriona: Gliese 581, que contiene una masa de aproximadamente siete masas de Tierra y un periodo orbital de 67 días, y HD 85512 b, con una masa de aproximadamente 3,5 masas de Tierra y un periodo también cercano a 70 días.
-Esto significa que las primeras exo-Tierras potencialmente habitables ¿se conocerán en la próxima década?
-Sí.
-Tras conocer su último premio, el director del Observatorio Astronómico Nacional, Rafael Bachiller, dijo: “¡Espero que el Nobel no se les demore mucho!”
-Hay tantos físicos que han obtenido resultados importantes... Estoy seguro de que realizar la selección al Nobel tiene que ser muy complicado entre todos los candidatos potenciales.

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