domingo, 20 de febrero de 2011

Mario Conde: De presidente en Banesto a estrella de Intereconomía.


El personaje Mario Conde, no deja indiferente; su agitada trayectoria desde que asumió la presidencia de Banesto reviste unos caracteres de película policiaca y de ésa series de Holliwood en las que se narran con detalle los procesos judiciales que acontecen en los Usa tan distintos de los españoles, y no solo en cuanto al derecho procesal se refiere............  ; pero al final, esta serie terminó mal y el protagonista dió con sus huesos en la cárcel después de una serie de procesos amañados por una “justicia” poco o nada justa y mediatizada por el poder de la época, tánto que fué dejada en ridículo por el Tribunal Internaciona de Derechos Humanos.
En este blog hemos dedicado varios artículos a informar sobre las últimas peripecias de MC y en particular sobre sus mas recientes libros, “Los días de gloria” y “Las memorias de un preso” así como de la gestación y nacimiento de la Fundación Civil.
Pienso que es interesante seguir el desarrollo de esta nueva iniciativa de MC  pero me temo que su singladura no va a ser nada fácil pues es bien sabido y la historia reciente bien lo demuestra, que el pecado capital de la envidia no perdona, como tampoco se perdona la inteligencia, el éxito y demás cualidades que adornan a este personaje.
F.J.
Se reproduca integramente un interesante artículo de Nacho Cardero, aparecido en el Confidecial:

“Mario Conde está entre Eduardo Mendoza y Julia Navarro, entre Riña de Gatos del primero y Dime quién soy de la segunda. ¿Se vende mucho el libro de Conde? “El que más”, responde la dependienta de El Corte Inglés. Los Días de Gloria, un texto a caballo entre las memorias y la reivindicación, se ha convertido en un best-seller que ha obligado a reeditar dos de sus obras anteriores. Sus libros los lee todo el mundo. Hasta los que reniegan del ex banquero. Sobre todo estos últimos. ¿Por qué echar la vista atrás? “Porque muchos han escirito desconociendo la historia y yo tenía derecho a decir: el pasado no fue de esta forma sino así”, cuenta Conde. “Nadie se ha atrevido a cuestionar una línea. Nadie me ha llamado ni a mí ni a la editorial”. Exhibe un rostro más ajado que el que luce en la portada del libro. La edad. Los años en la cárcel. Sigue con esa infatigable capacidad de trabajo y fuerza contagiosa, pero menos que antes. Ahora se muestra más sosegado. Los que le conocen aseguran que su reciente matrimonio con María Pérez-Ugena tiene mucho que ver en ello. Las cosas han cambiado. Ha jubilado su cartapacio de banquero por un iPhone.Tambien ha mudado de púlpito para sus alegatos: la Antena 3 de antaño, con el difunto Antonio Asensio al frente del timón, ha dejado paso al Grupo Intereconomía de Julio Ariza. Mario Conde, 62, ha vuelto. Lo hace porque no puede estarse quieto, pero también para lavar su imagen y demostrar que con él se cometió un atropello, que la intervención del Banesto que él dirigía fue un complot bosquejado por González y Aznar. Ahí está la crisis financiera actual y ese agujero sin fondo de las cajas españolas. Ahí está Alfredo Sáenz, consejero delegado de Banco Santander, inhabilitado, condenado a ocho meses de prisión y sentándose todavía en su butacón rojo junto a Emilio Botín. ¿Por qué lo que vale para ellos no valió para Conde? Sí, la opinión pública lo ha redimido, pero no es suficiente. No, al menos, en un país como España, que marca a sus enemigos de por vida y no ceja de recordarles el estigma indeleble de los años pasados en prisión. En Los Días de Gloria, Conde rememora su discurso “Sociedad civil y poder político” de junio de 1993, cuando fue investido doctor honoris causa por la Universidad Complutense en presencia del Rey, Adolfo Suárez, Luis Angel Rojo, Emilio Ybarra, Jesús Polanco, Antonio Asensio y lo más granado delestablishment de aquel momento, un discurso que fue interpretado como el germen de un futuro partido político y que supuso “el principio del fin de mi estancia en Banesto y uno de los grandes pasaportes para penetrar en la ciudadela de Alcalá-Meco”. En él recogía la desafección de la sociedad respecto a la clase política y la necesidad de que el ciudadano tuiviera mayor capacidad de influencia sobre los poderes públicos. Ahora, diecisiete años después, retoma aquellos mismos argumentos. Lo hizo el pasado miércoles 16 de febrero con motivo de la presentación oficial de la Fundación Civil que él mismo preside y entre cuyos objetivos se encuentra, entre otros, “promover los valores de la convivencia democrática, el pluralismo político y social, el respeto y desarrollo de los derechos humanos”. El acto de la Fundación no tuvo lugar en el Paraninfo de la Complutense como sucedió en 1993 sino en el Hotel Intercontinental. No sonó el himno nacional ni elgaudeamus igitur. Tampoco contó con la presencia del Rey, pero congregó a un nutrido grupo de seguidores, mucho de ellos de avanzada edad, que abarrotaban el auditorio y se volcaban con el ex banquero como si fueran groupies de una banda de rock duro. Mario Conde se metió a los asistentes rápidamente en el bolsillo. Levantado de la silla, muequeando, asiendo el micrófono con una mano, gesticulando con la otra, con ese verbo ágil y atropellado propio de una persona al que se le acumulan las ideas en el magín, igual que un predicador norteamericano, ora un salmo, ora un chiste. Saben aquél que dice… En eso es el mejor. Conde es listo e inteligente. Muy listo. Muy inteligente. Quizá demasiado. Así lo han interpretado siempre sus enemigos.“La idea es la misma que expuse en 1993”, nos explica Conde, “pero han transcurrido diecisiete años, ocho del PP y otros ocho del PSOE, y los problemas se han agravado. Es verdad que la sociedad está anestesiada, pero es consciente de lo que sucede. Ha llegado el momento de recuperar parcelas de la democracia directa. ¿Se va a atrever la sociedad a pasar a la acción? Puede que sí o puede que no. Veremos”. El patronato de la fundación está presidido por Mario Conde e integrado por Joaquín Tamames, Iñigo Gómez Bilbao, Daniel Movilla y César Mora, único representante del círculo de colaboradores que rodeaba al banquero en su periplo de Banesto. Mario Conde frecuenta Castellana 36-38, sede de Intereconomía. Escribe en La Gaceta, se le puede escuchar en la radio del grupo y, sobre todo, se ha convertido en la estrella de El Gato al Agua. Se prepara sus apariciones al milímetro, departe con los que entienden que son de su mismo nivel intelectual y no entra en las melés que se organizan en el plató. Cuando acude al programa de televisión, la audiencia se dispara. Su cada vez más habitual presencia ha propiciado que empiecen a circular todo tipo de rumores sobre sus intenciones. “No es cierto que tenga acciones del grupo. Lo que sí tengo es una relación de fidelidad con Intereconomía porque es un medio independiente en el que puedo decir cosas que no puedo decir en ningún otro sitio”. El trato es el siguiente: la televisión gana espectadores al tiempo que Conde consigue transmitir su mensaje -el que enarbola desde su fundación- a más de cinco millones de personas. En la planta baja de la sede del grupo se encuentra El Plató, restaurante y gastrobar del chef Pedro Larumbe. Lo curioso del local es que cuenta con una cristalera que da directamente al estudio de Intereconomía Televisión a través de la cual se pueden seguir en vivo los programas. Al gastrobar acuden la plantilla del grupo, sus tertulianos y los fieles espectadores de la cadena, que se acercan hasta allí para conocer en persona a sus estrellas catódicas. El pasado jueves, coincidiendo con la presencia de Mario Conde en El Gato al Agua, un matrimonio de Canarias se acodó paciente en la barra del bar con el único objetivo de esperar al ex banquero y hablar con él. -¿Podría hacernos el favor de decirle que estamos aquí? –le pidió la pareja a uno de los contertulios que en ese momento se encontraba en el restaurante.-¿Para…? –se interesó el interpelado.-Traemos este sobre para él. Es dinero para su fundación.-Pues bien me lo podrían dar a mí, que también me hace falta.-No, no. Es para la fundación del señor Conde. Encandila a las masas y vende sus memorias como rosquillas. Así es Mario Conde, el otrora miembro de la beautiful al que este año será más fácil verle en la Feria del Libro que en la colorida Feria de Abril.”Escrie: Nacho Cardero.http://www.elconfidencial.com/caza-mayor/2011/banesto-mario-conde-intereconomia-20110220-7014.html  

1 comentario:

aspirante dijo...

El Sr. Conde tiene un terrible delito:
No pertenece a la casta que lleva expoliando España desde tiempo inmemorial.
Es así de simple.
(No sé si su gestión de Banesto fue o no irreprochable, pero lo que tengo por cierto es que la CASTA no admite que se renueve la sangre)