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lunes, 13 de octubre de 2014

EVO MORALES.


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Juan Evo Morales Ayma (Orinoca, Oruro. Bolivia; 26 de octubre de 1959) es el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia. De familia humilde, compaginó desde niño el trabajo como agricultor y ganadero con sus estudios en el colegio Beltrán Avila de Oruro. Como él mismo ha asegurado, continuó su formación en "la universidad de la vida".

Fue uno de los fundadores del Movimiento al Socialismo (M.A.S.), que encabezó las protestas de octubre de 2003 que desalojaron del poder a Gonzalo Sánchez de Lozada.
Evo Morales, se proclamó este domingo 12 de octubre de 2.014 vencedor de las elecciones de Bolivia, lo que le consolida como el mandatario iberoamericano vivo con más años en el poder que gobernará hasta 2020, cuando cumpliría 14 años en la presidencia.
Pese a que aún no se conocen los resultados oficiales, los sondeos a boca de urna le dan la victoria a Morales en la primera vuelta con cerca de un 60% de los votos, muy por delante del segundo candidato más votado, el opositor Samuel Doria Medina, de Unidad Demócrata (centro derecha),  empresario del cemento con cerca de un 25% de los votos.
Al tradicional apoyo entre los indígenas y los bolivianos de menos recursos económicos, Morales ha sumado también a otros sectores, incluso de entornos empresariales y clase media, principalmente por la bonanza económica del país.
En efecto, la bonanza económica es una de las principales claves del éxito de Evo Morales.
El crecimiento económico se nota en las calles de La Paz, donde no cesan de levantarse nuevas construcciones y donde en cada esquina parece estar a punto de abrirse un supermercado nuevo.
La llegada de ingresos ha multiplicado el consumo entre los bolivianos. Según el Ministerio de Economía, de los 100 supermercados que había en el país en 2006 se pasó a más de 400 en la actualidad.Restaurantes, cines y otros centros de ocio han vivido la misma suerte.

Y si vamos a las cifras macroeconómicas, cuando él llegó al poder, enero de 2.006, el PIB de Bolivia era de 8.000 millones de dólares. Ahora es de 32.000 millones; la economía boliviana pues,  ha crecido a un promedio anual superior al 5 por ciento y solamente en 2013 Bolivia tuvo un crecimiento del 6,78%, el más alto de la historia del país.
En 2005, cerca del 60% de la población vivía en la pobreza. En 2011, esa cifra se habría reducido hoy  al 45%.
Claro que este crecimiento se debe sobre todo a los ingresos por la venta de gas y otras materias primas en unos años en los que los precios de la energía han aumentado espectacularmente; los precios de los minerales y de los hidrocarburos (gas) se han cuadruplicado, lo cual ha sido una buena noticia para el país, aunque la oposición acusa al Gobierno de haber derrochado esa riqueza. Pero pese al ingreso extraordinario que le permitió reducir la pobreza en 15 puntos a mínimos históricos, mantuvo la disciplina fiscal y un endeudamiento razonable, dado que, en todo caso, la Administración de Morales ha sido más juiciosa que las de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, y ha evitado caer así en la ruina económica de este último pais, primer productor de petróleo y que hoy necesita importarlo.
A pesar de su discurso y retórica izquierdista, la política económica de Morales ha terminado por ser pragmática. Ha tenido que ceder a los intereses de los empresarios, sobre todo en el departamento de Santa Cruz, el motor económico del país, y en el que ha vencido por primera vez. También, por su parte, los empresarios han dado su brazo a torcer.
Retos pendientes.
Sin embargo, Morales aún tiene muchos retos pendientes para un nuevo mandato de cinco años, que ha prometido sería el último.
El caos en la justicia, el 80% de los presos están pendientes de sentencia  unido al fracaso de la elección popular de los jueces, el deplorable estado de la salud pública y el auge de la criminalidad ligada al narco en el tercer mayor productor mundial de cocaína son temas urgentes.
Caos en la sanidad.
Sus grandes promesas, como una central nuclear en el país, se podrían ver amenazadas si siguen cayendo los precios de las materias primas de las que depende el presupuesto.




Estructura clientelar  del régimen que el presidente ha construido durante su largo mandato.
El control sobre los medios de comunicación, cada vez menos independientes.

Aplastamiento de la disidencia, pues el régimen se ha ido acercando paulatinamente hacia la autocracia y la marginación de cualquier disidencia. Han sido procesados decenas de representantes de la oposición, a quienes se les aparta de los principales medios de comunicación y contra quienes se orquestan campañas de demonización. Varias de las principales figuras de la disidencia han terminado arrojando la toalla y abandonando el país.

Carisma.


Evo Morales es un líder populista, pero también popular entre la mayor parte de la población indígena y de los sectores más desfavorecidos  y su llegada al poder ha abierto un camino de no retorno en cuanto a la inclusión de una parte de la sociedad. Es un líder con carisma que ha recibido alabanzas de quienes ven en él a un presidente humilde y trabajador, capaz de viajar por todo el país sudamericano para inaugurar obras o reunirse con comunidades locales. Sus detractores, en cambio, ven en Morales una figura despótica y lamentan sus salidas de tono impropias de su rango. De todas formas, en Bolivia no ha aparecido todavía ninguna figura política capaz de medirse en la calle con Morales.
F.J.de C.
Madrid, 13 de octubre de 2.014

martes, 26 de noviembre de 2013

Nueva Presidenta en CHILE

Me es muy grato reproducir íntegramente este artículo:

La paradoja chilena.
Artículo de Carlos Alberto Montaner.

Presidenta de Chile, M Bachelet


Michelle Bachelet regresará pronto a la casa de gobierno en Chile. La quieren y, probablemente, lo merece. Ya pasó por La Moneda y abandonó el poder con un altísimo grado de aprobación. Sin embargo, esta vez la han votado para que gobierne de otro modo y lo ha prometido. Habrá salud y educación “gratis”. Va a echar las bases del Estado Benefactor. El gasto público, claro, aumentará sustancialmente, y con él la alegre legión de los funcionarios.No hay duda. Existe inconformidad en el país con el modelo chileno, pese a sus inmensos éxitos y al hecho innegable de que es hoy la primera economía de América Latina. ¿Por qué? Según Mauricio Rojas, “se trata de un largo proceso que tuvo su espectacular eclosión en el año 2011, con grandes movilizaciones sociales que lograron instalar un discurso antisistema que cuestionó los pilares del modelo chileno”.Y agrega más adelante: “el centroderecha chileno creyó que la eficiencia del sistema le daría automáticamente legitimidad y apoyo y descuidó el terreno donde realmente se decide el derrotero de las sociedades: el de las ideas”. Esto lo ha escrito, muy preocupado, en un artículo titulado: “Chile, rumbo al estado Benefactor y la democracia chavista”.Mauricio Rojas sabe de lo que habla. En su juventud fue un marxista fiero, miembro del MIR, y tuvo que exiliarse tras el golpe de Augusto Pinochet para que no lo mataran. Se fue a Suecia. Allí, felizmente, se desasnó. Obtuvo un doctorado en economía en la Universidad de Lund y abandonó las bobas supersticiones marxistas. Luego entendió los errores del Estado Benefactor. Fue diputado por el partido Liberal y vivió intensamente la rectificación de los excesos cometidos por los socialdemócratas, especialmente tras la crisis de los años noventa.Suecia era uno de los países más habitables del planeta, pero el excesivo gasto público –llegó a ser el 67% del PIB– y la intervención del Estado acabaron ahogando la iniciativa de la sociedad civil y arruinando las finanzas. Tras el batacazo, los sucesivos gobiernos suecos, además de recortar gastos, aprendieron a depender más del sector privado y a recurrir al mercado mediante sistemas de vouchers que le devolvían a la sociedad la facultad (y el derecho) de elegir. Lo público y lo privado se armonizaron.La discusión, pues, no debe ser sobre si es conveniente o no erigir un estado benefactor. El tema de fondo es otro: ¿produce suficiente riqueza la sociedad para sostener un modelo de convivencia en el que las personas dispongan de casas confortables, comida variada, ropas adecuadas, estudios y sanidad de calidad, transporte, comunicaciones, diversiones e infraestructuras eficientes? Todo eso es grato, pero cuesta mucho.Los países escandinavos no están a la cabeza del confort planetario porque decidieron crear estados benefactores, sino porque generaron un tejido productivo en el sector privado que les permitió segregar sociedades como las que vemos en Suecia, Noruega, Dinamarca o Finlandia.Suiza es Suiza, o Austria es Austria no porque los bondadosos políticos y funcionarios de esas naciones decidieron dotar a esas sociedades de un alto estándar de vida y repartir la riqueza, sino porque el país cuenta con un aparato empresarial privado altamente competitivo que crea empleos bien remunerados y paga impuestos. Aquí no hay duda de si viene primero el huevo o la gallina.Esa es la asignatura pendiente de Chile. El país, sí, va muy bien, pero no tanto como otros y gracias a las exportaciones de cobre, salmón, vino, vegetales y poco más. Como dice el profesor de Harvard, Ricardo Hausmann: “Las únicas cosas nuevas que ha desarrollado son las AFP (el estupendo sistema privado de jubilación creado por el economista José Piñera), Falabella y Cencosud (tiendas, supermercados). El país tiene sorprendentemente pocas empresas globalmente competitivas, y eso muestra una falta de diversificación que debiera preocupar”.Los gobiernos que necesitan Chile y todos los países no son los que se proponen, primordialmente, distribuir las riquezas, sino los que deciden estimular la creación de empresas privadas vigorosas, competitivas y diversificadas que alimenten y sostengan la aparición de clases medias educadas y, de paso, costeen un Estado eficiente. ¿Cómo se hace eso? Ojalá la señora Bachelet lo descubra antes de provocar un descalabro.

…………..

Comentario de F.J.de C.

Pobre Chile, mal lo veo en unos pocos años, si Dios no lo remedia....
Desde España hemos vivido una experiencia parecida con el nefasto expresidente Zapatero, socialista, naturalmente.
Despues de ocho años de crecimiento económico bajo la presidencia de Aznar, la "populista" e insensata politica económica  de Zapatero (de la otra política prefiero no entrar ahora) arruino a España que estuvo a punto de tener que ser rescatada por la Unión Europea.
Poco a poco y con grandes sacrificios el gobierno de Rajoy, del partido Popular, P.P., está reconduciendo la economia, pero a un enorme coste social y de imagen.
Las politicas populistas y demagogicas es a lo que conducen.
Repito, Pobre Chile......

F.J.deC.
Madrid, 26 de Noviembre de 2.013