Juan Evo Morales Ayma (Orinoca, Oruro. Bolivia; 26 de octubre de 1959) es el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia. De familia humilde, compaginó desde niño el trabajo como agricultor y ganadero con sus estudios en el colegio Beltrán Avila de Oruro. Como él mismo ha asegurado, continuó su formación en "la universidad de la vida".
Fue uno de los fundadores del Movimiento al Socialismo (M.A.S.), que encabezó las protestas de octubre de 2003 que desalojaron del poder a Gonzalo Sánchez de Lozada.
Evo Morales, se proclamó este domingo 12 de octubre de 2.014 vencedor de las elecciones de Bolivia, lo que le consolida como el mandatario iberoamericano vivo con más años en el poder que gobernará hasta 2020, cuando cumpliría 14 años en la presidencia.
Pese a que aún no se conocen los resultados oficiales, los sondeos a boca de urna le dan la victoria a Morales en la primera vuelta con cerca de un 60% de los votos, muy por delante del segundo candidato más votado, el opositor Samuel Doria Medina, de Unidad Demócrata (centro derecha), empresario del cemento con cerca de un 25% de los votos.
Al tradicional apoyo entre los indígenas y los bolivianos de menos recursos económicos, Morales ha sumado también a otros sectores, incluso de entornos empresariales y clase media, principalmente por la bonanza económica del país.
En efecto, la bonanza económica es una de las principales claves del éxito de Evo Morales.
El crecimiento económico se nota en las calles de La Paz, donde no cesan de levantarse nuevas construcciones y donde en cada esquina parece estar a punto de abrirse un supermercado nuevo.
La llegada de ingresos ha multiplicado el consumo entre los bolivianos. Según el Ministerio de Economía, de los 100 supermercados que había en el país en 2006 se pasó a más de 400 en la actualidad.Restaurantes, cines y otros centros de ocio han vivido la misma suerte.
Y si vamos a las cifras macroeconómicas, cuando él llegó al poder, enero de 2.006, el PIB de Bolivia era de 8.000 millones de dólares. Ahora es de 32.000 millones; la economía boliviana pues, ha crecido a un promedio anual superior al 5 por ciento y solamente en 2013 Bolivia tuvo un crecimiento del 6,78%, el más alto de la historia del país.
En 2005, cerca del 60% de la población vivía en la pobreza. En 2011, esa cifra se habría reducido hoy al 45%.
Claro que este crecimiento se debe sobre todo a los ingresos por la venta de gas y otras materias primas en unos años en los que los precios de la energía han aumentado espectacularmente; los precios de los minerales y de los hidrocarburos (gas) se han cuadruplicado, lo cual ha sido una buena noticia para el país, aunque la oposición acusa al Gobierno de haber derrochado esa riqueza. Pero pese al ingreso extraordinario que le permitió reducir la pobreza en 15 puntos a mínimos históricos, mantuvo la disciplina fiscal y un endeudamiento razonable, dado que, en todo caso, la Administración de Morales ha sido más juiciosa que las de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, y ha evitado caer así en la ruina económica de este último pais, primer productor de petróleo y que hoy necesita importarlo.
A pesar de su discurso y retórica izquierdista, la política económica de Morales ha terminado por ser pragmática. Ha tenido que ceder a los intereses de los empresarios, sobre todo en el departamento de Santa Cruz, el motor económico del país, y en el que ha vencido por primera vez. También, por su parte, los empresarios han dado su brazo a torcer.
Retos pendientes.
Sin embargo, Morales aún tiene muchos retos pendientes para un nuevo mandato de cinco años, que ha prometido sería el último.
El caos en la justicia, el 80% de los presos están pendientes de sentencia unido al fracaso de la elección popular de los jueces, el deplorable estado de la salud pública y el auge de la criminalidad ligada al narco en el tercer mayor productor mundial de cocaína son temas urgentes.
Caos en la sanidad.
Sus grandes promesas, como una central nuclear en el país, se podrían ver amenazadas si siguen cayendo los precios de las materias primas de las que depende el presupuesto.
Estructura clientelar del régimen que el presidente ha construido durante su largo mandato.
El control sobre los medios de comunicación, cada vez menos independientes.
Aplastamiento de la disidencia, pues el régimen se ha ido acercando paulatinamente hacia la autocracia y la marginación de cualquier disidencia. Han sido procesados decenas de representantes de la oposición, a quienes se les aparta de los principales medios de comunicación y contra quienes se orquestan campañas de demonización. Varias de las principales figuras de la disidencia han terminado arrojando la toalla y abandonando el país.
Carisma.
Evo Morales es un líder populista, pero también popular entre la mayor parte de la población indígena y de los sectores más desfavorecidos y su llegada al poder ha abierto un camino de no retorno en cuanto a la inclusión de una parte de la sociedad. Es un líder con carisma que ha recibido alabanzas de quienes ven en él a un presidente humilde y trabajador, capaz de viajar por todo el país sudamericano para inaugurar obras o reunirse con comunidades locales. Sus detractores, en cambio, ven en Morales una figura despótica y lamentan sus salidas de tono impropias de su rango. De todas formas, en Bolivia no ha aparecido todavía ninguna figura política capaz de medirse en la calle con Morales.
F.J.de C.
Madrid, 13 de octubre de 2.014