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miércoles, 8 de julio de 2015

Siete de Julio, San Fermín.La bandera de Navarra, roja y con las "cadenas"


Los proetarras de Bildu imponen ilegalmente que  la "ikurriña" ondee junto a la bandera Navarra






Esta es la verdadera y única bandera de Navarra




Los orígenes de las fiestas de San Fermín, santo Patrón de Navarra se remontan a la Edad Media y están relacionados con tres celebraciones: los actos religiosos en honor a San Fermín,intensificados a partir del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas desde el siglo XIV. En los inicios, la fiesta conmemorativa de San Fermín se celebraba el 10 de octubre, pero en 1591 los pamploneses, cansados del mal tiempo, decidieron trasladar la fecha original a julio y hacerla coincidir con la feria. De este modo nacieron los Sanfermines. En su primera edición duraron dos días y contaron con pregón, músicos, torneo, teatro y corridas de toros. Posteriormente se fueron añadiendo otros actos como fuegos artificiales y danzas, y se prolongaron hasta el día 10.Actualmente comienzan el dia 6 de julio prolongándose hasta el 14 del mismo mes, siendo el día 7 de julio la festividad del Santo.
Con el siglo XX los Sanfermines alcanzaron su máxima popularidad. La novela "The sun also rises" ("Fiesta"), escrita por Ernest Hemingway en 1926, animó a personas de todo el mundo a participar en las fiestas de Pamplona. Además, en este último siglo se incorporaron nuevos elementos como el Riau-Riau, suspendido desde 1991, el Chupinazo, o el programa cultural.  

Las elecciones del 24M han dejado el Ayuntamiento de Pamplona en poder del partido filo etarra Bildu que ha obtenido solamente 5 ediles (cuando la mayoría absoluta la componen un mínimo de 14); ello ha sido posible por la alianza de todos contra UPN, que obtuvo 10 ediles dado que la suma de los 5 de GeroaBai (franquicia navarra del PNV), mas los socialistas navarros PSN y el partido filial de Podemos con 3 ediles se han coaligado para que el señor Jose  Asiron sea el primer alcalde Bildutarra de Pamplona y por tanto partidario de la anexión de Navarra a las Vascongadas.
 El separatismo vasco, en todas sus marcas y pelajes, desde la aristocracia financiera de Neguri al lumpen de las “herrico tabernas” batasunas, ha mostrado siempre una voracidad insaciable respecto de Navarra, viejo Reino pirenaico que mece entre sus robles el embrión de España, la cuna y la leche nutricia de la Patria española, heredera de la Hispania romana y visigoda, forjada con la espada y la Cruz al final de los siglos de Reconquista frente al  Islam por Castilla y Aragón, hijas del viejo roble navarro. Hoy, con un alcalde filoetarra de Bildu, Jose Asiron, gobernando la capital navarra, Pamplona encarna ya el centenario delirio separatista de convertirse en Iruña, la capital de esa ucronía a la que llaman Euskal Herria.
Recuérdense los anhelos expansionistas  (Anschluss) de Adolf Hitler para Alemania. Fueron precedidos por la devolución del Sarre en 1935, y seguidos por la crisis de los Sudetes, la ocupación de Checoslovaquia de 1939 tras los acuerdos de Múnich, y la invasión de Polonia que, finalmente, supuso el detonante de la Segunda Guerra Mundial.
De forma bastante parecida, el “naZionalismo”  vasco ha deseado siempre con gula y con lujuria la anexión de Navarra por dos razones fundamentales. Sin Navarra es imposible la configuración de lo que ellos llaman Euskal Herria “Nafarroa esukadi da” (Navarra es Euskadi)  que, más que una ubicación geográfica inexistente en los arcanos de la Historia es una consigna política abominable que ha llenado los tanatorios de muertos y a los españoles de luto. La segunda razón es afluente de la primera, ellos saben que anexionándose  Navarra matan a España. "El día que Euskadi fagocite a Navarra, España habrá muerto", como bien decía el insigne profesor e historiador Claudio Sánchez Albornoz, (Madrid, 7 de abril de 1893-Ávila, 8 de julio de 1984)y que fue presidente del Gobierno de la República en el exilio(1.962 - 1.970)
Navarra es, pues, la cuna de España. Si la fagocitan los separatistas vascos, España morirá, Y esa es una posibilidad cada vez más cercana teniendo en Pamplona un alcalde filoetarra de Bildu. Esperemos que el capote de San Fermín nos quite de encima ese toro.  
F.J.de C.
Madrid, 8 de julio de 2.015
Notas históricas tomadas de Eduardo García Serrano   




jueves, 11 de julio de 2013

El “Encierro y los sanfermines”







En este vídeo se ofrecen  las primeras imágenes de 'Encierro', un espectacular largometraje documental que narra el punto de vista de los corredores que participan en los encierros de Pamplona durante las fiestas de San Fermín (del 6 al 14 de julio)

En efecto, el sábado 6 de julio dieron comienzo las tradicionales fiestas de San Fermín con el lanzamiento del “chupinazo”; con casi veinte minutos de retraso sobre la hora prevista, una vez que se hubo retirado la gran ikurriña que tapaba, ilegalmente, la fachada del Ayuntamiento.
La alegría se desató en la plaza, donde miles de personas corearon gritos de «San Fermín», con el pañuelo en la mano, dispuestos a iniciar nueve días ininterrumpidos de juerga permanente, hasta el mismo día 14, que se clausurarán las fiestas con el cántico del “pobre de mi”.



Los orígenes de las fiestas de San Fermín, santo Patrón de Navarra, se remontan a la Edad Media y están relacionados con tres celebraciones: los actos religiosos en honor a San Fermín, intensificados a partir del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas desde el siglo XIV.
En los inicios, la fiesta conmemorativa de San Fermín se celebraba el 10 de octubre, pero en 1591 los pamploneses, cansados del mal tiempo, decidieron trasladar la fecha original a julio y hacerla coincidir con la feria. De este modo nacieron los Sanfermines. En su primera edición duraron dos días y contaron con pregón, músicos, torneo, teatro y corridas de toros. Posteriormente se fueron añadiendo otros actos como fuegos artificiales y danzas, y se prolongaron hasta el día 10.Actualmente comienzan el dia 6 de julio prolongándose hasta el 14 del mismo mes, siendo el día 7 de julio la festividad del Santo.
Con el siglo XX los Sanfermines alcanzaron su máxima popularidad. La novela "The sun also rises" ("Fiesta"), escrita por Ernest Hemingway en 1926, animó a personas de todo el mundo a participar en las fiestas de Pamplona. Además, en este último siglo se incorporaron nuevos elementos como el Riau-Riau, suspendido desde 1991, el Chupinazo, o el programa cultural.

Un buen amigo de Pamplona, Manuel Martínez Velasco, que vive y ha vivido con intensidad los Sanfermines describe, en el artículo que sigue,   una visión  de sus propias vivencias cuando corría y que le valieron una cornada de de 17 cm. en la ingle producida cuando corría los sanfermines el 13 de julio de 1976.

F.J.de C.

Artículo de Manuel Martínez Velasco:

Es dificil conseguir que alguien baile al son que uno toca. La naturaleza humana se rebela ante esta clase de situaciones y chirrían los comportamientos. No obstante, un DJ (disc-jockey) lo consigue muy a menudo, y si tiene talento, muy fácilmente.Con los animales ocurre algo parecido, lo denominamos “Doma”, y consiste en que un animal realice determinados movimientos aprendidos gracias a un entrenamiento concienzudo que se basa en aprovechar sus instintos naturales.
En la Tauromaquia, y dejando al lado el espinoso tema de la muerte del toro, se produce un hecho peculiar de contacto hombre-animal con la cuestión de la dominación revoloteando. Un toro bravo, y un hombre que jamás se han visto, se sitúan en un escenario que el toro no conoce y que, por lo tanto, es nuevo para él, y un hombre que si que es “dueño” del escenario y su distribución, para ejercer un ejercicio de “Doma” sobre la marcha: Torear. Las vicisitudes que este juego lleva, son conocidas por todos; el “Baile” asociado puede ser un peñazo, puede ser artístico, y puede acarrear muchos disgustos para el torero. Invariablemente, y salvo contadas excepciones, el toro muere.
No enumeraré las suertes distintas que esta tauromaquia lleva consigo ni tampoco profundizaré sobre ellas; simplemente me limito a citarlas como preámbulo y contextualización.

El Encierro de Pamplona es diferente. Muchos lo conocen por verlo en TV, algunos han tenido la experiencia de verlo in situ, bien desde la barrera en la calle, desde una localidad en la Plaza al final de la carrera o bien desde un balcón en la Estafeta en una visión fugaz e intensísima. Otros lo conocemos por haber participado en la carrera.
Es una locura y lo admito; y ahora más por las diferentes connotaciones publicitarias que han propiciado que el acto sea mucho más masivo de lo aconsejable, y sin embargo…sigue siendo maravilloso cuando sale bien.
El toro bravo es un animal de manada, no es como un Oso. Desde que nace, está en manada. Es su forma de ser, está en su instinto. Cuando se habla de otro animal de su grupo, se dice que es su “hermano”.
Desde el instante en que la manada de toros y cabestros sale de los corrales de Sto. Domingo para iniciar la empinada cuesta con la que la carrera comienza, empieza el juego. Es una tauromaquia especial que consiste en ponerte tu delante a la carrera, a toda velocidad, a tope de tus condiciones físicas, con tu adrenalina impregnando hasta el extremo del ultimo pelo de tu cuerpo, para conseguir “templar” la carrera del toro, Conseguir, en una palabra, que te acepte como uno más de la manada, y que corra a tu tren. Al menos durante…nah…es un “nah” de tiempo.
Realizar esto a toda velocidad, siempre con un punto más de potencia por si acaso, y durante 5 u 8 segundos, es la esencia de todo. Es instantáneo, brutal, atávico hasta decir basta…uno se siente parte de algo totalmente distinto y el tiempo psicológico transcurre muy lentamente…hasta a veces sientes que todo se para.
“Pillar toro”. Todo desaparece y estás tú y la manada.
Parece una eternidad. Hueles al toro, oyes su respiración, el sonido de su tranco, percibes que tienes un control absoluto sobre su zancada, el meneo de su cuello, le observas de reojo…el cabeceo…con sus astas a centímetros de tu cintura…el corazón latiendo a tope de sus posibilidades…tu vida en juego…
A toda velocidad. En segundos. Y entonces, ocurre “algo” y sabes que se ha acabado y que debes de irte. No puedes seguir disfrutando de eso más tiempo. Entonces tiras el periódico a un lado, y en esa fracción de segundo en la que el toro se distrae, tu te quitas de su cara para retirarte de la carrera y dejar que sea otro corredor quien te tome el relevo y goce de lo que tu has gozado.
Y te sientes un hombre nuevo, distinto. Y quieres hacerlo otra vez, y otra, y otra….
Porque no hay nada como eso.Nada.












Manuel Martínez Velasco.

viernes, 6 de julio de 2012

Siete de Julio, San Fermín


Los orígenes de las fiestas de San Fermín, santo Patrón de Navarra, se remontan a la Edad Media y están relacionados con tres celebraciones: los actos religiosos en honor a San Fermín, intensificados a partir del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas desde el siglo XIV. En los inicios, la fiesta conmemorativa de San Fermín se celebraba el 10 de octubre, pero en 1591 los pamploneses, cansados del mal tiempo, decidieron trasladar la fecha original a julio y hacerla coincidir con la feria. De este modo nacieron los Sanfermines. En su primera edición duraron dos días y contaron con pregón, músicos, torneo, teatro y corridas de toros. Posteriormente se fueron añadiendo otros actos como fuegos artificiales y danzas, y se prolongaron hasta el día 10.Actualmente comienzan el dia 6 de julio prolongándose hasta el 14 del mismo mes, siendo el día 7 de julio la festividad del Santo.
Con el siglo XX los Sanfermines alcanzaron su máxima popularidad. La novela "The sun also rises" ("Fiesta"), escrita por Ernest Hemingway en 1926, animó a personas de todo el mundo a participar en las fiestas de Pamplona. Además, en este último siglo se incorporaron nuevos elementos como el Riau-Riau, suspendido desde 1991, el Chupinazo, o el programa cultural.
Un buen amigo de Pamplona, Manuel Martínez Velasco, que vive y ha vivido con intensidad los Sanferminesdescribe, en el artículo que sigue,   una visión  de sus propias vivencias cuando corría y que le valieron una cornada de de 17 cm. en la ingle producida cuando corría los sanfermines el 13 de julio de 1976.
 F.J.
Artículo de Manuel Martínez Velasco:
Es dificil conseguir que alguien baile al son que uno toca. La naturaleza humana se rebela ante esta clase de situaciones y chirrían los comportamientos. No obstante, un DJ (disc-jockey) lo consigue muy a menudo, y si tiene talento, muy fácilmente.
Con los animales ocurre algo parecido, lo denominamos “Doma”, y consiste en que un animal realice determinados movimientos aprendidos gracias a un entrenamiento concienzudo que se basa en aprovechar sus instintos naturales.

En la Tauromaquia, y dejando al lado el espinoso tema de la muerte del toro, se produce un hecho peculiar de contacto hombre-animal con la cuestión de la dominación revoloteando.
 Un toro bravo, y un hombre que jamás se han visto, se sitúan en un escenario que el toro no conoce y que, por lo tanto, es nuevo para él, y un hombre que si que es “dueño” del escenario y su distribución, para ejercer un ejercicio de “Doma” sobre la marcha: Torear.
 Las vicisitudes que este juego lleva, son conocidas por todos; el “Baile” asociado puede ser un peñazo, puede ser artístico, y puede acarrear muchos disgustos para el torero. Invariablemente, y salvo contadas excepciones, el toro muere.

No enumeraré las suertes distintas que esta tauromaquia lleva consigo ni tampoco profundizaré sobre ellas; simplemente me limito a citarlas como preámbulo y contextualización.


El Encierro de Pamplona es diferente. Muchos lo conocen por verlo en TV, algunos han tenido la experiencia de verlo in situ, bien desde la barrera en la calle, desde una localidad en la Plaza al final de la carrera o bien desde un balcón en la Estafeta en una visión fugaz e intensísima. Otros lo conocemos por haber participado en la carrera.

Es una locura y lo admito; y ahora más por las diferentes connotaciones publicitarias que han propiciado que el acto sea mucho más masivo de lo aconsejable, y sin embargo…sigue siendo maravilloso cuando sale bien.

El toro bravo es un animal de manada, no es como un Oso. Desde que nace, está en manada. Es su forma de ser, está en su instinto. Cuando se habla de otro animal de su grupo, se dice que es su “hermano”.

Desde el instante en que la manada de toros y cabestros sale de los corrales de Sto. Domingo para iniciar la empinada cuesta con la que la carrera comienza, empieza el juego. Es una tauromaquia especial que consiste en ponerte tu delante a la carrera, a toda velocidad, a tope de tus condiciones físicas, con tu adrenalina impregnando hasta el extremo del ultimo pelo de tu cuerpo, para conseguir “templar” la carrera del toro, Conseguir, en una palabra, que te acepte como uno más de la manada, y que corra a tu tren. Al menos durante…nah…es un “nah” de tiempo.

Realizar esto a toda velocidad, siempre con un punto más de potencia por si acaso, y durante 5 u 8 segundos, es la esencia de todo. Es instantáneo, brutal, atávico hasta decir basta…uno se siente parte de algo totalmente distinto y el tiempo psicológico transcurre muy lentamente…hasta a veces sientes que todo se para.

“Pillar toro”. Todo desaparece y estás tú y la manada.

Parece una eternidad. Hueles al toro, oyes su respiración, el sonido de su tranco, percibes que tienes un control absoluto sobre su zancada, el meneo de su cuello, le observas de reojo…el cabeceo…con sus astas a centímetros de tu cintura…el corazón latiendo a tope de sus posibilidades…tu vida en juego…

A toda velocidad. En segundos. Y entonces, ocurre “algo” y sabes que se ha acabado y que debes de irte. No puedes seguir disfrutando de eso más tiempo. Entonces tiras el periódico a un lado, y en esa fracción de segundo en la que el toro se distrae, tu te quitas de su cara para retirarte de la carrera y dejar que sea otro corredor quien te tome el relevo y goce de lo que tu has gozado.

Y te sientes un hombre nuevo, distinto. Y quieres hacerlo otra vez, y otra, y otra….

Porque no hay nada como eso.
Nada.
Manuel Martínez Velasco.