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sábado, 5 de octubre de 2013

Memoria historica: La huelga general revolucionaria de Asturias de octubre de 1.934.





La huelga general revolucionaria de Asturias de octubre de 1.934, fue un movimiento revolucionario que se produjo entre los días 5 y 19 de octubre de 1934. Este movimiento estuvo alentado desde amplios sectores y por importantes dirigentes del PSOE y la UGT, como Largo Caballero o Indalecio Prieto y de forma desigual por la Confederación Nacional del Trabajo, CNT, la Federación Anarquista Ibérica, FAI, y el Partido Comunista de España, PCE.
En las elecciones de 19 de noviembre y 3 de diciembre de 1933, vencen ampliamente las fuerzas de la CEDA, derecha católica de Gil Robles,  que se convierte en el primer partido de las Cortes con 115 diputados; los radicales de Lerroux, centrista,  obtienen 79 escaños y los agrarios monárquicos 29 escaños; hasta Renovación Española obtiene 15 diputados; la hecatombe de la izquierda es total, los socialistas solamente obtienen 55 escaños y los fragmentados partidos republicanos de izquierdas,con  Acción Republicana azañista, solamente 5. Una estrepitosa derrota, propiciada, entre otras cosas, gracias al voto de la mujer, que se ejerce por vez primera en esta consulta, y a la abstención de los anarcosindicalistas, para quienes los republicanos son tan enemigos como los monárquicos y los católicos.
Los socialistas, ante esta derrota, creen ver una amenaza fascista similar a la que por aquellas fechas corría por Europa y asi desde la primavera de 1.934 la dirección del PSOE se declara resuelta a tomar el poder por la fuerza rompiendo la legalidad republicana y a practicar otra abiertamente revolucionaria.
El 1º de octubre, la CEDA retira su apoyo al gobierno de centro derecha de Ricardo Samper  y  exige formar parte del gobierno pues tenía pleno derecho a ello, por ser el primer partido en escaños del Congreso y por controlar, con sus aliados, la mayoría parlamentaria suficiente. Alcalá Zamora encargó la resolución de la crisis al líder del Partido Republicano Radical Alejandro Lerroux que accedió a la demanda cedista y formó el nuevo gobierno el 4 de octubre con la inclusión de tres ministros de la CEDA. Ese mismo día la Comisión Mixta socialista convocó la huelga general revolucionaria que se iniciaría a las 0 horas del día 5 de octubre. La CNT, que recientemente había protagonizado la insurrección anarquista de diciembre de 1933, se abstuvo de apoyar la convocatoria, salvo en Asturias.
Con exactitud de relojería estalló en la noche del 5 de octubre de 1934 la huelga general que resultó ser una reacción típicamente antidemocrática y chantajista de los partidos que admiten el primer precepto democrático de aceptar el resultado de las urnas.
Ante el estallido de lo que resulta una rebelión contra el orden institucional, el ministro de Guerra, Diego Hidalgo Durán llama al general Franco, que todavía ostentaba su mando de la Comandancia General de Baleares, y le entrega, la jefatura del Estado Mayor Central, desde la cual Franco organiza, los movimientos militares para sofocar la intentona de socialistas, comunistas y anarquistas en Asturias, y también la rebelión de la Generalitat de Cataluña, dirigida por un Gobierno de la Ezquerra, que se declara en la noche del 6 de octubre, pero este es otro tema.
La revolución asturiana fue intensa y duradera. El Gobierno envió a Asturias al general Eduardo López Ochoa, que con escasas fuerzas regimentales emprendió una marcha brillantísima desde Lugo a Ribadeo y Oviedo vía Grado y Avilés. Liberada la ciudad por López Ochoa se incorporan a la lucha las tropas de África -legionarios y regulares- enviados por Franco desde Ceuta a bordo de la Escuadra y tres columnas más formadas por orden de Franco, una desde Galicia, otra desde León y otra desde Santander, mientras el coronel Antonio Aranda Mata, cerraba los puertos de montaña en Asturias a la posible expansión revolucionaria. Franco, pone al teniente coronel Juan Yagüe Blanco al frente de la columna africana, expulsando a los revolucionarios de la ciudad de Oviedo y se apresta a penetrar en las cuencas cuando el 18 de octubre de 1934, el líder socialista Belarmino Tomás pacta con el general López Ochoa la rendición de los revolucionarios, que habían cometido desmanes incalificables contra el clero, la población civil, la Guardia Civil e incluso se habían desvalijado las arcas de algunos Bancos.
La revolución de octubre de 1934 fue una de las páginas más negras en la historia del socialismo español, reconocido por el propio Indalecio Prieto, que avergonzado por ello abandonó la bandera de Octubre a los comunistas. Dolores Ibárruri “La Pasionaria” se convirtió con este motivo en la estrella de Octubre y el PCE empezó a contar por vez primera en la política española.
Salvador de Madariaga  insigne diplomático e  intelectual caracterizado por su animadversión a Franco solamente superada por su feroz anticomunismo, condenó la revolución de octubre, de esa forma: “Con la rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936”.
Desde un punto de vista histórico, el drama de la “revolución de Asturias”  constituyó sin duda, un ensayo general para la guerra civil que habría de estallar en julio de 1.936, con una importante desemejanza como dice el historiador Ricardo de la Cierva: “en Asturias, el ejército español actuó unido a pesar de sus disensiones profesionales históricas y políticas; actuó unido y bajo la inspiración del general Francisco Franco.Por esa unión y esa inspiración no hubo en 1.934  mas que unas horas en Barcelona y dos semanas en Asturias de guerra civil declarada, por esa unión y esa inspiración, Franco salió de la experiencia asturiana convertido en el máximo prestigio de todas las Fuerzas Armadas españolas”.

F.J.de C.

Madrid,  5 de octubre de 2.013.