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viernes, 8 de noviembre de 2013

A los veinticuatro años (9/11/1.989 - 2.013) de la destrucción del MURO de BERLIN.


Recordar el horror para no permitir que se repita jamás.



El día 09 de Noviembre de 2.013 se cumplen veinticuatro años de la caida del "muro de la infamia".

La destrucción del MURO de BERLIN merece un recuerdo muy especial durante todos los años de nuestras vidas y así lo hemos hecho (*) y D.m. lo seguiremos haciendo todos los años en este blog.

El 13 de agosto de 1.961 el gobierno del lacayo de Moscú, el comunista Walter Ulbricht,  ordena levantar el “muro de la infamia” para cortar el éxodo masivo de alemanes que huían del “paraíso” comunista de Alemania del Este hacia la libertad de la Alemania Occidental. El 24 de agosto cayó la primera de las más de doscientas víctimas que perdieron la vida tratando de cruzarlo para escapar del comunismo.

ALEMANIA, EUROPA y el mundo civilizado en general deben recordar siempre que durante 28 años y 128 días los comunistas dividieron artificialmente su nación soberana separando, cruelmente, mediante el MURO sus gentes y sus tierras.



  • Unos recuerdos personales de Berlín, derribado ya el MURO.



Tuve la fortuna de visitar Berlín, a principios de 1990, pocas semanas después del comienzo de la destrucción del MURO, y no me duelen prendas manifestar que ante las ruinas de lo que representó aquella ignominia, me emocioné intensamente y apenas pude articular una oración por las almas de los caídos que se atrevieron a traspasarlo en esos durísimos años.
Recuerdo vivamente ese viaje a Alemania; fue con motivo de acompañar a unos importantes clientes  a visitar la fábrica de HAGEN Batterie Ag. en Soest; al finalizar las jornadas de trabajo, un viernes, propuse una visita a Berlín dado el enorme interés despertado por los, entonces, recientes acontecimientos. Desde el pequeño aeropuerto de Paderborn, próximo a Soest,  partimos  hacia Berlín en un pequeño fokker; después de 40 minutos escasos de vuelo aterrizamos en el histórico aeropuerto de Tempelhoff, hoy ya cerrado (desde octubre de 2008). Dicho aeropuerto se hizo famoso durante el bloqueo de Berlín por ser utilizado intensamente como base del “puente aéreo”.
Berlín no nos defraudó; el escaparate de la libertad y prosperidad  occidentales ante la mugre y opresión soviéticas brillaba con máximo esplendor. Comercio de lujo, restaurantes de cinco tenedores, hoteles impresionantes, avenidas imponentes repletas de público, automóviles de las mejores marcas y…la iglesia evangélica luterana Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche que tras ser destruida en la Segunda Guerra Mundial, se ha conservado en estado de ruina como recuerdo de aquella tragedia.
A la mañana siguiente nos recogió en el hotel Maritim, en el distrito Tiergarten, un vehículo que nos condujo a la Puerta de Brandenburgo y a partir de allí iniciamos la visita a un desangelado Berlín oriental; en contraposición al Berlín occidental, calles semidesiertas, comercio inexistente, solo se veían algunos cochecitos “trabant”, los grotescos “trabi” , versión en cartón piedra de los utilitarios occidentales, que mostraban sin pudor las carencias  de  la industria soviética del automóvil.




Los aledaños de la Puerta de Brandenburgo se encontraban invadidos por indigentes que procedían  de toda  la zona comunista y que ofrecían a la venta, junto con trozos recientemente arrancados  del muro, todo tipo de utensilios domésticos, desde orinales hasta piezas sueltas de vajillas, platos, tazas, cubiertos, sillas, sábanas, mantas, etc. etc.; constituían un exponente lamentable de la miseria que padecían esos desdichados seres; a simple vista se percibía que precisaban para subsistir los escasos marcos producto de su venta.
A la hora de comer, no resultó tarea fácil encontrar un restaurante adecuado; después de un largo recorrido encontramos un hotel-restaurante con buen aspecto. Allí nos dirigimos; la carta, solamente escrita en alemán, era breve e indescifrable para nosotros; para elegir el menú aplicamos la acreditada regla de seleccionar los platos mirando solamente la columna derecha (o sea, su precio); únicamente recuerdo  que tomamos un excelente caviar ruso, (solamente dos abundantes raciones para los tres, pues no quedaban mas existencias);  el precio resultó muy razonable (nosotros manejábamos marcos de verdad, o sea occidentales) y a la hora de abonar la cuenta nos encontramos que no aceptaban las tarjetas de crédito, cosa lógica, por otra parte en un país comunista. El importe, en marcos de la RDA, se abonó en marcos de verdad, es decir de la República Federal de Alemania, RFA. Recuerdo que la tasa de cambio aplicada fue de 12 x 1.

  • Por fin, una sola Alemania, no dos.



Sin el Muro de Berlín como punto de apoyo, la república comunista de Alemania Oriental, R.D.A., se desmoronó y  el pueblo, dolorosamente harto del comunismo soviético y sus crímenes, clamaba en multitudinarias manifestaciones callejeras: “Somos un pueblo, somos un pueblo…”.
En Alemania occidental, el canciller democristiano Helmut Kohl, el otro personaje decisivo en este proceso, junto con el Papa Juan Pablo II, Reagan y Gorbachov,  apoyado por todos los partidos representados en el Bundestag, negocia con el nuevo Gobierno de Alemania oriental y paralelamente con las potencias aliadas de la Segunda Guerra Mundial para firmar los acuerdos que restauran la unidad de Alemania.

Han transcurrido veintitres años desde entonces; el mundo ha cambiado enormemente, tanto, que la amenaza para la civilización occidental ya  no viene del comunismo de la Unión Soviética felizmente desaparecida del mapa, aunque permanezca en otras naciones como Cuba, China, Corea del Norte, etc.
Sin embargo, hoy día otras graves amenazas se ciernen sobre nuestra civilización occidental: el terrorismo islamista, probablemente sea la principal y al cual ESPAÑA, por su posición geoestratégica y por su historia es, desdichadamente, uno de los países más expuestos.
F. J. de C.
Madrid 8 de noviembre de 2.013



(*)Artículos anteriores publicados en este blog:





jueves, 8 de noviembre de 2012

El MURO de BERLIN, derribado el 9 de noviembre de 1989


El día 09 de Noviembre de 2.012 se cumplen veintitres años de la caida del "muro de la infamia".
Se terminó así una dolorosa etapa comenzada el 13 de agosto de 1.961 cuando el gobierno comunista de Walter Ulbricht empieza a levantar el “muro de la infamia” para cortar el éxodo masivo de alemanes que huían del este comunista hacia el oeste libre . Era la medianoche del 13 de agosto y lo que primero fueron alambres de púas terminó convertido con los años en una pared de 45 kilómetros que dividió a Berlín en dos.
El 24 de agosto murió la primera de las más de doscientas personas que perdieron la vida tratando de cruzarlo.
ALEMANIA, EUROPA y el mundo civilizado en general deben recordar siempre que durante 28 años y 128 dias los comunistas dividieron cruelmente una nación soberana separando mediante un muro sus gentes, sus tierras.
Creo que la DESTRUCCION del muro de BERLIN merece un recuerdo muy especial durante todos los años de nuestras vidas y así lo hemos hecho y D.M. lo seguiremos haciendo en este blog.
Este acontecimiento fue posible gracias a la doble cruzada anticomunista emprendida por el Papa Juan Pablo II y el presidente de los USA Ronald Reagan, junto a la beneficiosa influencia de la “perestroika” de Gorbachov.

Unos recuerdos personales de aquéllos dias.



Tuve la fortuna de visitar BERLIN, a principios de 1990, a las pocas semanas del comienzo de la destrucción del muro de la infamia, y no me duelen prendas manifestar que ante las ruinas de lo que representó aquella ignominia, me emocioné intensamente y apenas pude articular una oración por las almas de los caídos que se atrevieron a traspasarlo en esos durísimos años.
Recuerdo vivamente ese viaje a Alemania; fue con motivo de acompañar a unos importantes clientes  a visitar la fábrica de HAGEN Batterie Ag. en Soest; al finalizar las jornadas de trabajo, un viernes, propuse una visita a BERLIN dado el enorme interés despertado por los, entonces, recientes acontecimientos. Desde el pequeño aeropuerto de Paderborn, próximo a Soest,  partimos  hacia BERLIN en un pequeño fokker; después de 40 minutos escasos de vuelo aterrizamos en el histórico aeropuerto de TEMPELHOF, hoy ya cerrado (desde octubre de 2008). Dicho aeropuerto se hizo famoso durante el bloqueo de Berlín por ser utilizado intensamente como base del “puente aéreo”.
Berlín, no nos defraudó; el escaparate de la libertad y prosperidad  occidentales ante la mugre soviética brillaba a su máximo esplendor. Comercio de lujo, restaurantes de cinco tenedores, hoteles impresionantes, avenidas imponentes repletas de público, automóviles de las mejores marcas,………
A la mañana siguiente nos recogió en el magnífico hotel Maritim, en el distrito Tiergarten, un vehículo que nos condujo a la Puerta de Brandenburgo y a partir de allí iniciamos la visita a un desangelado Berlín oriental; en contraposición al Berlin occidental, calles semidesiertas, comercio inexistente, solo se veían algunos cochecitos “trabant”, los ridículos “trabi” , versión en cartón piedra de los utilitarios occidentales, que mostraban sin pudor las carencias  de  la industria soviética del automóvil.

Los aledaños de la Puerta de Brandenburgo se encontraban invadidos por indigentes que procedían  de toda  la zona comunista y que ofrecían a la venta, junto con trozos recientemente arrancados  del muro (y algunos con manchas de sangre, fresca todavía), todo tipo de utensilios domésticos, desde orinales hasta piezas sueltas de vajillas, platos, tazas, cubiertos, sillas, sabanas, mantas, etc. etc.; constituían un exponente lamentable de la miseria que padecían esos desdichados seres; a simple vista se percibía que precisaban para subsistir los escasos marcos producto de su venta.
A la hora de comer, no resultó tarea fácil encontrar un restaurante adecuado; después de un largo recorrido encontramos un hotel-restaurante con buen aspecto. Allí nos dirigimos; la carta, solamente escrita en alemán, era breve e indescifrable para nosotros; para elegir el menú aplicamos la acreditada regla de seleccionar los platos mirando solamente la columna derecha ( o sea, su precio); únicamente recuerdo  que tomamos un excelente caviar ruso, (solamente dos abundantes raciones para los tres, pues no quedaban mas existencias);  el precio resultó muy razonable (nosotros manejábamos marcos de verdad, o sea occidentales) y a la hora de abonar la cuenta nos encontramos que no aceptaban las tarjetas de crédito, cosa lógica, por otra parte en un pais comunista. El importe, en marcos de la RDA, se abonó en marcos de verdad, es decir de la Alemania Federal RFA. Recuerdo que la tasa de cambio aplicada fue de 12 x 1.
Por fin, una sola Alemania, no dos.




Sin el Muro de Berlín como punto de apoyo, la república comunista de Alemania Oriental, R.D.A., se desmoronó y  el pueblo, dolorosamente harto del comunismo soviético y sus mentiras, clamaba en multitudinarias manifestaciones callejeras: “Somos un pueblo, somos un pueblo…”.
En Alemania occidental, el canciller democristiano Helmut Kohl,otro personaje decisivo en este proceso, apoyado por todos los partidos representados en el Bundestag, negocia con el nuevo Gobierno de Alemania oriental y paralelamente con las potencias aliadas de la Segunda Guerra Mundial para firmar los acuerdos que restauran la unidad de Alemania.
En agosto de 1990, la Cámara del Pueblo de la República Democrática Alemana decide que ésta debe entrar a formar parte de la República Federal de Alemania y, poco después, en la noche del 3 de octubre de 1990, la gente celebra la reunificación de Alemania.



F. Javier de Carlos.

sábado, 20 de agosto de 2011

Historia reciente.- Unión Soviética: 20 años de su caída


La hoz y el martillo símbolo de la desaparecida URSS.


En agosto de 1991, comunistas extremistas intentaron realizar un golpe de Estado contra el reformista soviético Mijail Gorbachov. Querían evitar la caída de la URSS, pero lograron todo lo contrario.

Era todo o nada. En 1991, la Unión Soviética se encuentra en caída libre.
El derrumbamiento del Muro en Noviembre de 1.989 presagia el hundimiento del imperio comunista.
La producción industrial se desacelera, el desempleo aumenta, y la inflación galopante se come los ahorros de los ciudadanos. Estallan conflictos étnicos, en Georgia y Azerbaiyán hay fuegos cruzados. Lituania es la primera república soviética en proclamar su independencia en 1990. En enero de 1991, Moscú envía un comando especial de la agencia de inteligencia KGB a Vilna, la capital lituana, en la que mueren 14 personas. A pesar de ello, el imperio soviético no recobra a Lituania. El presidente Mijail Gorbachov pierde cada vez más el control sobre su país.
En marzo de 1991, Gorbachov celebra un plebiscito. Según cifras oficiales, más del 70 por ciento vota a favor del "mantenimiento de la Unión Soviética como una federación renovada de repúblicas soberanas con igualdad de derechos".
El intento de golpe de Estado
Un grupo soviético extremista, conformado entre otros por los ministros de Defensa e Interior, así como el jefe de la KGB, crea un “comité de estado de emergencia”. Los comunistas de vieja guardia desconfían de las reformas de Gorbachov. Con la escusa de que Gorbachov estaba enfermo, los conspiradores encierran al jefe de Estado con su familia en su residencia de vacaciones en Crimea y cortan todas las conexiones con el mundo exterior. En la Unión Soviética se proclama el estado de emergencia. En Moscú los tanques de guerra se preparan. Los golpistas explican que buscan proteger a la URSS de una "catástrofe".
El Golpe fracasa.
El golpe fracasa, y agosto de 1991 se convierte en el momento estelar del recién elegido presidente ruso, Boris Yeltsin, quien se perfiló como adversario de los comunistas. Gorbachov vuelve el 22 de agosto a Moscú visiblemente afectado. Los golpistas son detenidos; algunos de ellos se suicidan. El Partido Comunista se prohibe.
Los extremistas buscaban salvar a la Unión Soviética con el golpe de Estado. Pero en realidad fueron un catalizador de su fracaso. Durante el intento de golpe, Estonia declara su independencia de la Unión Soviética, seguida de Ucrania y otras repúblicas. Gorbachov intenta -en vano- recobrar el tratado de Estado. Tres meses después del golpe, los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, forman la Comunidad de Estados Independientes (CEI). El 26 de diciembre de 1991, se disuelve oficialmente la Unión. Gorbachov pierde su poder y dimite como presidente.
Cronología tras la caida .
Adjunto enlace del interesante reportaje de  BBCmundo:
F.J.