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jueves, 3 de mayo de 2012

El poder disgregador de las asimetrías en España y Europa.



Interesante artículo de Mario Conde en
En la primera parte de este artículo, MC recuerda su conocida postura contraria a la adhesión de España a la moneda única, cuando aquéllo todavía era un proyecto a finales de los años 90 con Felipe González en la presidencia del gobierno. Fundamentaba el entonces banquero y presidente de Banesto su postura en “la asimetría de las economías europeas”.
Este recordatorio de sus tesis contrarias al euro, (acertadas o no, eso da igual ahora, con el euro ya circulando por España), da pié a M.C. para, en la segunda parte de su artículo, que considero precisamente del máximo interés,
trasladar ,“mutatis mutandi” a ESPAÑA, el problema de las asimetrías entre comunidades autónomas y cómo son utilizadas estas “como excusa para afectar a la idea de España”, advirtiendo:...”cuando, al contrario, se pretende que esas diferencias se conviertan en elementos disgregadores de la idea de nación y de Estado, el asunto es muy serio”.  F.J.
Seguidamente el artículo citado:
Recuerdo aquellas conversaciones con el entonces Presidente del Gobierno F. Gonzalez en las que le advertía privadamente, después de haberlo hecho públicamente, de los riesgos derivados para una economía como la nuestra de la inclusión en el espacio de una moneda única como el euro. La razón de mi advertencia se centraba en algo elemental: la asimetría de las economías europeas. Dicho con mas claridad: las diferencias estructurales entre ellas, lo que, en el plano de las mas débiles, podría traducirse en perjuicios evidentes derivados de dos factores: la pérdida de competitividad y la imposibilidad de subsanarla mediante el mecanismo elemental para reconocer la verdad que consiste en algo tan simple como ajustar el valor de la moneda.Es curioso que en el capitulo que publicó El País hace unos días del nuevo libro del Nobel Krugman se alude específicamente a este asunto como el riesgo esencial de aquella moneda. Lo mismo me dijo un profesor de Lovaina, funcionario del BCE, con quien me entrevisté el pasado 29 de Marzo, el día de la huelga general. Todos son coincidentes. Krugman, claro, lo ve a toro pasado, aunque señala en el capitulo que he podido leer que eran muchos los intelectuales americanos que lo advirtieron. Seguramente, aunque a España, al menos que yo sepa, no llegaban esas voces. Yo hablé en ese sentido con responsables de JP Morgan pero en privado. En público no vi tantas voces americanas. Pero da igual. Lo sabemos.¿Por qué lo ignoraron los políticos?. Porque como me dijo el profesor antes citado, les maravilló la idea del euro, les provocó un exceso de entusiasmo. Vieron en ella el proyecto de mayor envergadura política de la vieja Europa. Puede que también vieran un mecanismo de consolidación de un nuevo Sistema mas poderoso que el que vivía en cada uno de sus países. Y si tomamos en cuenta que han conseguido evitar gobiernos democráticos en países tan viejos como Italia o Grecia nominando a técnocratas al frente de esos gobiernos, hay base para sospechar  que la idea no es una mera entelequia de un iconoclasta de tercera. Pero, en cualquier caso, como me dijo el profesor belga, se saltaron todas las advertencias y así estamos. Lo curioso es que un hombre como Felipe González diga ahora que ya sabía de esos riesgos. A mi, personalmente a mi, me los negó, diciendo que eso de las asimetrías tenía valor nulo, que eran cosas de economistas y que había que crear la moneda única, que España tenia que estar en el euro por un argumento muy sólido: porque tenia que estar y punto final. Claro que de determinadas estructuras personales solo cabe esperar un tipo de conducta.Si ahora examinamos la situación nuestra, la de España, al margen del euro, volvemos a descubrir un problema: las asimetrías. Las diferencias estructurales entre, por ejemplo, Navarra y Andalucía, en términos de magnitudes que definen sus economías, léase, por ejemplo, nivel de paro, crecimiento o decrecimiento del PIB, absentismo laboral, nivel de inversión en tecnología, presencia de los sectores públicos, en fin, todo eso que sabemos,  son realmente notables. España se compone de partes que tienen serias diferencias entre si. Todas las naciones las tienen, se me contestará y diré que es absolutamente cierto. Basta con examinar, por ejemplo, EEUU. Pero hay un dato elemental: esas diferencias si existe un proyecto de nación serio, sólido y consolidado, se integran en ese proyecto, se disuelven en el modelo de Estado. Pero cuando, al contrario, se pretende que esas diferencias se conviertan en elementos disgregadores de la idea de nación y de Estado, el asunto es muy serio. Lo digo porque un amigo, una persona muy poco aficionada a los independentismos, me aseguraba el otro día que en Cataluña se usa cada día mas la noción de independencia económica para justificar lo que no se acaba de rematar por la via ideológica o cultural. Por eso las asimetrías son peligrosas.Así que tenemos unas asimetrías que afectan a la idea de Europa y unas asimetrías utilizadas como excusa para afectar a la idea de España. Hay que romper este circulo, pero empezando, claro, por donde mas nos afecta: España. Esta bien la idea de Europa si la sabemos entender, pero es prioritaria la idea de evitar la descomposición de España. El asunto es como hacerlo, como lograrlo. Por el camino de dejar que las cosas sigan como van, estamos convencidos algunos, desde hace tiempo, por cierto, de a dónde van a llegar. Si dejamos que desde Cataluña o desde País Vasco se insista en que sus problemas derivan “de España”, dado que la crisis no tiene solución fácil a corto plazo, no es muy dificil aventurar que ese proceso de disolución tiene tendencia a continuar y ya sabemos lo que eso significa. Cuestión de entender la importancia del factor tiempo en la solución de determinado tipo de problemas. Y cuestión de querer abordar lo importante que además es urgente