La Sala 61 del Tribunal Supremo |
Edificio del Tribunal Constitucional |
Todo ha sido un "paripé" montado por el Gobierno y siguiendo al pié de la letra los acuerdos (vergonzosos y traidores para las victimas) pactados con los asesinos de la banda, confirmándose así las "actas" de las reuniones con eta, tantas veces desmentidas por este falaz gobierno.
Primero, se excarcelan presos etarras con decenas de asesinatos, antes de cumplir su condena.
Segundo se dice que no están localizados aunque, dicen, que ni siquiera los buscan. Tercero, comienza el paripé judicial: se presentan ante la sala 61 del Tribunal Supremo,TS, pruebas policiales del contubernio eta-batasuna-ea-etc, la mitad de los jueces mas uno de esta sala, deniega, con toda justicia, la inscripción de Bildu, el nuevo partido disfraz de eta.
E l gobierno sabe, como la mayoría de los españoles, jueces incluidos, que Bildu es un engaño, un disfraz para ocultar la verdadera identidad de los terroristas, pero tiene que cumplir los compromisos negociados con los asesinos; para ello, nada mejor que acudir a los buenos oficios de sus siervos en el TC; el gobierno sabe que el TS no es de facto, SUPREMO; el verdadero supremo es el CONSTITUCIONAL, TC, donde allí si que manda de verdad Rubalcaba y sus muchachos, con Dº Pascual Sala, (a) "Don Pascualone" presidiéndolo, y que ya mostró su servidumbre al psoe en su etapa de presidente del "segundo" tribunal del Reino, es decir el TS, (que como se ve, de supremo solo tiene el nombre).
Mientras tantos, los corifeos de pnv, echan "suspense" al asunto y amenazan con romper su apoyo al gobierno, algunos les tranquilizan, otros callan....porque saben que "todo está atado y bien atado" no vaya a producirse otro "accidente" (como el de la T4) y salten por los aires cuatro o mas inocentes y se fastidie todo lo que tienen entre manos................
Además, ahora con Bin Laden afortunadamente ajusticiado, no se podría echar la culpa a AlQaeda como hicieron en Madrid un luctuoso 11M.
Señores, no nos dejemos engañar, las negociaciones siguen, Jaime Mayor Oreja, lo ha repetido hasta la saciedad y los hechos le están dando la razón.
Mientras tanto, este gobierno está realizando una completa destrucción del orden jurídico con el desprestigio de las más altas Institucionres del Estado.
Seguidamente reproduzco un interesante artículo de Mario Conde que desarrolla brillantemente estas amenazas a nuestra Constitución.
F.J
Vaciando la Constitucion,
escribe: Mario Conde
escribe: Mario Conde
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/vaciando-constitucion-20110507
Dicen que la decisión de legalizar a Bildu adoptada por el Tribunal Constitucional es una “victoria progresista”. Hace ya tiempo que no presto atención a las etiquetas porque prefiero concentrarme en las ideas. Pero esta definición quizás contribuya aclarar el verdadero alcance de ese término. Si esa sentencia es “progresista”, significaría que el “progreso” equivale a evidenciar la destrucción del orden jurídico al laminar una sentencia del Tribunal Supremo, máxima instancia judicial, por un órgano de sustancia política. No es la primera vez que sucede, desde luego, pero creo que es la más importante. Progresista sería, entonces, permitir que unas personas que según el Supremo se encuentran vinculadas, de alguna manera, con el terrorismo etarra accedan a posiciones oficiales dentro de las instituciones del Estado que tratan de demoler. Progresista sería evidenciar que un partido político, el PNV, está dispuesto a cambiar apoyos a una Ley de Presupuestos por una sentencia –así llamada– que legitime esa inclusión de quienes se dice vinculados a una organización terrorista en asientos de la organización estatal, y otro partido, el PSOE, acepta el intercambio. Progresista sería, entonces, poner de manifiesto que el Poder Judicial es sólo una terminal del poder político en su vertiente más obscena. Progresista sería, entonces, ejecutar ante la sociedad española una comedia con actores políticos y judiciales tendentes a conseguir un resultado apetecido en lo político a base de sacrificar la confianza en lo judicial.Es verdad que nuestra Constitución nació vieja. Fueron momentos difíciles en los que elaborar un texto destinado a ordenar nuestra convivencia no resultaba tarea fácil. Lo entiendo y así lo escribí hace ya muchos años. Se impone un cambio para mejorar a la vista la experiencia de estos años. Pero con la sentencia de Bildu, el Tribunal Constitucional ha dejado a una buena parte de esa vieja Constitución prácticamente sin contenido.
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