Mostrando entradas con la etiqueta carrera armamentistica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta carrera armamentistica. Mostrar todas las entradas

jueves, 5 de mayo de 2011

Medio siglo de submarinos nucleares.

Introducción.

Sin ningún género de duda, la propulsión naval nuclear fue la revolución técnica más importante desde que el vapor relegó a la vela a un papel más bien deportivo y de asueto, cuando no de pura enseñanza. El primer buque nuclear de la historia fue, precisamente, un submarino, ya que podía obtener un mayor provecho de aquella nueva propulsión, pues lo convertía en un verdadero y genuino navío de esa clase, al evitarle la recarga de baterías y la dependencia del aire atmosférico en sus motores térmicos y en la propia vida de la dotación.

Un poco de historia.

Hacia 1950, el llamado padre del submarino nuclear, el almirante Hyman G. Rickover, comenzó a definir lo que debía ser el corazón del submarino de propulsión nuclear, para lo que se crearon las correspondientes oficinas técnicas y se llevó hasta el reactor de Arco (Idaho) un sumergible entero de verdad, ya que el reactor disponible resultaba demasiado grande y de ese modo podían verse mejor las medidas y espacios disponibles. Para los primeros estudios y modelos se partió de uno alemán del tipo XXVI, dado que sus formas de casco parecían las más adecuadas, aunque probablemente menores del tamaño necesario.
El que finalmente se adoptó fue el S2W, o reactor para submarino modelo dos, fabricado por Westinghouse. El buque desplazaba 3.180 ton. en superficie y 3.500 en inmersión, medía 98 m. de eslora máxima, 8,5 de manga y 6,7 de calado. La propulsión se realizaba con dos turbinas de vapor con 15.000 CV, lo cual le garantizaba una velocidad en inmersión de 25 nudos y de 20 en superficie. El armamento consistía en seis tubos lanzatorpedos de 533 mm. –a proa todos– con 19 torpedos de reserva. La dotación era de 109 hombres, que disponían de una habitabilidad con un grado de comodidad muy poco habitual en un submarino.

SS-571 Nautilus
El SS-571 Nautilus se puso en grada el 14 de junio de 1952, fue botado el 21 de enero de 1954, se entregó el 30 de septiembre de 1954 y completó el 22 de abril de 1955. Se dio de baja el 3 de marzo de 1980 y hoy es museo a flote en la base de New London, en Groton (Connecticut). Con su travesía polar en total inmersión del 3 de agosto de 1958, así como con el progreso del medio y la entrada en servicio de los lanzamisiles balísticos y de crucero, se inició verdaderamente la época que se dio en llamar de equilibrio del terror y también guerra fría, la cual, de momento, no ha pasado de su fase larvada. El planeta Tierra se ha librado de su total destrucción auque sea de momento.......

Armas y carrera armamentística con la URSS

Los submarinos nucleares están armados con torpedos de diversos tipos y constituyen el arma principal y primordial de los submarinos nucleares:
La tranquilidad con que vivieron los Estados Unidos en los años de la inmediata posguerra fue súbitamente truncada por la primera prueba nuclear rusa, el 20 de agosto de 1949, lo que significó un mazazo para los americanos y les llevó a iniciar una carrera de armamentos frente a la URSS, pues el que los rusos poseyesen armas nucleares –aunque por el momento no vectores desde donde lanzarlas, salvo un avión–, les llevó a desarrollar un tipo de bomba más poderosa –la llamada de hidrógeno, también termonuclear– de la cual los Estados Unidos hicieron la primera prueba el 1 de noviembre de 1952 y el 22 de noviembre de 1955 la URSS.
El lanzamiento del Sputnik ruso, el 4 de octubre de 1957, fue algo así como una tragedia nacional en los Estados Unidos, no por el satélite, sino por lo que les indicaba: la URSS había anunciado el 26 de agosto de 1957 la posesión de ICBM (Intercontinental Balistic Missil), lo que significaba que el territorio norteamericano, en caso de una guerra, no se iba a librar de bombas y destrucciones, pues Moscú disponía de vectores para lanzamiento de bombas nucleares cuyo alcance era más que suficiente, ya que su espionaje les informó que el cohete R-7 ruso –que había puesto en órbita el Sputnik– alcanzaba unos 8.800 km. De ahí la alarma por las rampas en Cuba, que motivó la crisis de octubre de 1962, pues su presencia ponía al alcance de simples misiles de crucero todo su territorio nacional continental, tal vez con la excepción de Alaska.
A todo esto, el 21 de octubre de 1967, dos misiles rusos Styx SS-N-2, que le dispararon dos lanchas egipcias cedidas por Rusia, hundieron al Eilath, un destructor israelí que patrullaba en las proximidades de Port Said. Fue el primer hundimiento de un buque de guerra por un misil, lo que justifica la conmoción internacional que comportó y el correspondiente tembleque. Los rusos, súbditos de una nación totalmente terrestre, tenían ante sí la flota militar más poderosa que hubiese existido jamás y, en consecuencia, su estrategia era distinta a la de los Estados Unidos, por lo que precisaba una flota capaz de disputarle el dominio positivo del mar, al tiempo de amenazar su propio territorio.
Aunque la OTAN y Europa formaban un conjunto, lo cierto es que el punto de partida de todo el armamento y pertrechos, es decir, la base de todo, como había sido durante la anterior guerra, hubiera sido los Estados Unidos, por lo que sería imprescindible que la flota rusa pudiese paralizar el tráfico marítimo y, a la vez, hundirle tantos barcos de guerra y mercantes como fuese posible, contando con la necesidad estratégica de bombardear su territorio y ciudades. De ahí que construyesen submarinos armados con poderosos misiles antibuque –muy en particular antiportaaviones–, junto con otros provistos de SLBM de largo alcance y poder destructivo, a la vez que antisubmarinos para impedirle a la US Navy utilizar los suyos, hundiéndolos.

URSS/Rusia

Los rusos comenzaron yendo un tanto a remolque de la tecnología nuclear propia, que se desarrollaba con cierta lentitud. De ahí que, para no quedar en inferioridad ante la US Navy, utilizasen en las primeras generaciones de misiles balísticos y crucero los buques convencionales de que disponían, reformándolos según necesidad, así como utilizando los misiles de los que ya disponían ubicándolos a bordo de buques convencionales.
La primera generación de SSG rusos fueron buques convencionales de la clase Whiskey modificados (Whiskey Long Bin y Whiskey One o Twin Cilinder), con, respectivamente, cuatro misiles SS-N-3,. De ahí, que aún siendo nuclear, lo consideremos de la misma primera generación. Posteriormente, alguno de los buques de estas clases utilizaron misiles SS-N-12.
La segunda generación dispuso de misiles SS-N-7, con once clase Charlie, los cuales debían estar en superficie para lanzar. En 1976 aún entraron en servicio otros dos, llamados Charlie II, cuya diferencia estribaba en disponer de diez misiles en vez de ocho.
Los propiamente de tercera generación fueron los Oscar I y II, con 24 misiles SS-N-19 con, respectivamente, dos y diez unidades. De la clase Oscar II fue el célebre Kursk, hundido en agosto de 2000 en el mar de Barents por causas aún no aclaradas, aunque se especule con un fallo al lanzamiento de uno de los nuevos torpedos cohete Shkval. Al contrario que la US Navy, que dispuso sus SLBM (Sea Launched Balistic Missile) a bordo de submarinos nucleares desde el primer momento (clase George Washington), Rusia, al no disponer de ellos, los instaló a bordo de buques convencionales, con los silos en la vela a toda su altura y la parte correspondiente de casco.
Les siguieron la clase Yankee (34 buques), con 16 SS-N-6 El colofón de los SSBN rusos fue la clase Typhoon (seis buques), con 20 SS-N-20, con sus 26.500 ton. en inmersión, considerados los mayores de toda la historia del submarino, entrados en servicio a partir de 1983, hasta que sobrevino el colapso de la URSS y comenzó el abandono, al no poderse mantener operativos.
Reino Unido, Francia China.

Disponen China, Francia y Reino Unido asimismo de submarinos SSBN y SSN, aún cuando en este último país se hayan oído chirridos en los medios en contra de mantener unos buques tan caros en plena crisis. Con la excepción de los británicos –que usan misiles norteamericanos– los franceses y chinos cuentan con tecnología propia misilística, la cual es también utilizada en su posible función aeroespacial o astronáutica, como es el caso del Ariane.

Conclusión.

La construcción y disposición de submarinos nucleares de todos tipos tuvo un punto álgido en las décadas de los años setenta y ochenta del pasado siglo, hacia cuya última década acaeció el derrumbe económico y político de la URSS. La consecuencia inmediata fue el semiabandono de muchos buques, cuyo mantenimiento no podía hacerse por falta material de medios, lo cual llevó a un intento de statu quo entre los dos grandes –a veces con protagonismo de uno y simple aquiescencia del otro–, con el fin de la llamada guerra fría.
Actualmente, podemos considerar que nos hallamos ante una situación un tanto anómala, más bien un compás de espera, que acabará con la subida de los países emergentes, principalmente Brasil, China e India, y la posible caída de algunos monstruos sagrados, que no podrán seguir disfrutando de su anterior posición.
No es probable que, si se llega a producir el llamado conflicto de civilizaciones que propugnó Huntington, intervengan en él submarinos y demás, sean del tipo que sean, pues el mundo islámico, por el momento y esperemos que vaya para largo, no parece disponer de la tecnología –del dinero sí, indudablemente– imprescindible para poner en solfa buques tan sofisticados, al tiempo que ingenios nucleares del tipo SLBM.
Aunque, ¿quién sabe?, Quevedo dijo aquello del poderoso caballero Don Dinero, o sea, que si los terroristas de Al Qaeda ponen sobre el tapete el suficiente, tal puedan comprar algo en el mercado mundial, listo y tripulado. Un poco al estilo de casa llaves en mano. Y si eso sucediese, ¿Qué es lo que iba a pasar y quién le iba a poner coto a las ambiciones de tipo mundial de los fundamentalistas/salafistas musulmanes?
Resumen del artículo escrito por  CAMIL BUSQUETS , www.defensa.com