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viernes, 12 de septiembre de 2014

La DIADA.


Un poco de HISTORIA.
Carlos II 'El Hechizado', último representante de la casa de Austria en España, murió sin descendencia en 1700;para sucederle se inclinaba por un príncipe de la rama austriaca de su  misma dinastía el archiduque Carlos, pero finalmente Carlos II decidió entregar la corona al todo poderoso Rey de Francia Luis XIV en la mano de su nieto el duque de Anjou, que reinaría como Felipe V de España y sería el fundador de la casa Borbón española.
Abierto el testamento a la muerte de Carlos II, fue rechazado  por el Imperio austriaco al que se unió la Corona británica lo que origina el inicio de la Guerra de Sucesión española, guerra que en definitiva  es una guerra europea librada en el interior de España y por tanto una guerra civil española.
El 8 de mayo de 1.701 jura solemnemente Felipe V como Rey de España ante las Cortes de Castilla en el convento de San Jerónimo.
Conocedor de la mayor afinidad de los catalanes hacia la Casa de Austria, decide celebrar Cortes en Barcelona, en las que aprueba privilegios tan importantes como la concesión de puerto franco para la ciudad así como catorce títulos de nobleza y otras mercedes nobiliarias e instalando su corte en Barcelona durante el invierno de 1701.La paz no iba a ser duradera ya que Leopoldo de Austria estaba  intrigando en las cancillerías protestantes de Holanda e Inglaterra contra la alianza francoespañola que hacía peligrar los intereses comerciales ingleses en América; en 1703 es proclamado en Viena el Archiduque Carlos de Austria como Rey Carlos III de España lo que supone un gran aliciente para los partidarios de la dinastía austriaca  y el 14 de octubre de 1705 el pueblo de Barcelona, se alza a favor de la causa de Austria, adhiriéndose al Archiduque Carlos.
La guerra, aunque en teoría acabó con los Tratados de Utrecht en 1713 (que supuso, entre otras cosas, la pérdida de Gibraltar), y de Rastadt marzo 1714 ,  continuó de facto en España. En Barcelona, los defensores austracistas (partidarios del archiduque) fueron sometidos a un sitio de catorce meses, hasta que la ciudad cayó ese 11 de septiembre de 1714. Los embajadores catalanes en Viena y Londres intentaron negociar una salida digna para Cataluña pero su traición al soberano borbónico desencadenaría los resultados finales del 11 de septiembre de 1714.
EL MITICO 11 DE SEPTIEMBRE DE 1714
Y llega el mítico Once de Septiembre de 1714. Pasada la media noche del 10 de septiembre, siete columnas compuestas por unos 20.000 soldados se preparan para el  asalto final a las murallas de Barcelona bajo  las órdenes del mariscal duque de Berwick, que manda las tropas borbónicas. Debido a la intensidad de las lluvias, las bombas defensivas de la ciudad no llegarán a estallar facilitando la entrada de los borbónicos.  
A las 4:30 de la madrugada del 11 de septiembre se desencadena el asalto final de las tropas borbónicas a la vez por todas las brechas.  Pasadas 2 horas de combate, y a solicitud del general Villarroel, se presentó en la muralla Rafael Casanova, alcalde de Barcelona,  enarbolando la bandera de Santa Eulalia; avisado por Villarroel de las dificultades para resistir,se presentó en la muralla con el estandarte de santa Eulalia, para dar ánimos a los defensores con aquel bando nítido y lleno de patriotismo español:
“Señores, hijos y hermanos: hoy es el día en que se han de acordar del valor y gloriosas acciones que en todos tiempos ha ejecutado nuestra Nación. No diga la malicia o la envidia que no somos dignos de ser catalanes e hijos legítimos de nuestros mayores. Por nosotros y por la nación española peleamos. Hoy es el día de morir o vencer. Y no será la primera vez que con gloria inmortal fuera poblada de nuevo esta ciudad defendiendo su rey, la fe de su religión y sus privilegios”


Por la tarde los generales Villarroel y  Sans Miguel aconsejan a los responsables políticos negociar para capitular y evitar la carnicería. Por la noche algunos consejeros de la Generalidad enarbolan bandera blanca señal de rendición final y entrega de la plaza.
Durante esta batalla destacaron gran número de patriotas que  murieron  luchando en bandos opuestos,  que lucharon por lograr una España más justa y más libre, por una España, en definitiva,  no sometida al despotismo político.
Rafael Casanova, cuya muerte heroica en defensa de Cataluña se ha glorificado falsamente tantas veces desde la mitología nacionalista, realmente no murió entregando su vida a la defensa de las instituciones catalanas; tampoco fue un mártir que muriera resistiendo a las tropas de Felipe V; la realidad es que Casanova después de recibir un balazo en el muslo fue trasladado al colegio de la Merced donde fue atendido con pronóstico reservado dos días más tarde de ser herido, logró escapar disfrazado de fraile del cerco de Barcelona y refugiarse en casa de su hijastro en Sant Boi de Llobregat.
Tras caer Barcelona en manos de las tropas de Felipe V, .en 1719 fue amnistiado por el Rey a quien juró acatamiento (el pragmatismo) volviendo a ejercer como abogado hasta retirarse en 1737. Murió en Sant Boi de Llobregat en el año 1743 a la edad de 83 años, un mártir realmente longevo.
Casanova fue, por tanto,  un burgués de Barcelona que en un momento crítico de la Historia de España, fue puesto al frente de una ciudad,peleó y defendió su idea de España: los fueros y leyes tradicionales austracistas (los fueros), como eran costumbre en la nación española de aquella época. Defendió Barcelona en nombre de esa España y lo hizo con la determinación que le obligaba la responsabilidad de su puesto de "Conseller en Cap" (Alcalde) de Barcelona .

Rafael de Casanova un Patriota Español

Pilar Paloma de Casanova y Barón, descendiente de Rafael de Casanova, habla de su antepasado y reivindica su "patriotismo" y "españolidad" frente a los que quieren "adulterar la Historia"
Termina la Guerra de Sucesión, Felipe V pudo dedicarse a la reforma de la administración de sus reinos españoles, dictando leyes y órdenes, entre las que se conoce como Ley de Nueva Planta. Para algunos historiadores, el monarca Borbón es el artífice de la plena unidad de España.Con el transcurso de los años volvió el pragmatismos catalán a llenar la hucha con muchas pesetas del imperio español y borbónico. El siglo XVIII, sobre todo con la llegada de Carlos III al trono, sería un éxito económico para Barcelona, gracias al esplendor de su puerto franco, abierto al inmenso negocio con América. La burguesía colaboraba con la monarquía borbónica durante una época de prosperidad y muestras de afecto a Carlos III.
Cataluña fue la gran beneficiada con el Decreto de Libre Comercio con América y otras disposiciones beneficiosas para el mercado nacional. Antes que catalanes eran burgueses; sacrificaron sus catalanismos en aras del balance económico cuando fue necesario. La burguesía catalana de aquella época no era liberal, ni defensora de la industria libre, ni de la libre competencia, ni de la modernidad, ni de la laicidad. Era católica y proteccionista hasta las entrañas y políticamente muy conservadora.
Los comerciantes catalanes compartían proyectos con Cánovas del Castillo. Fueron más colonialistas que Weyler y cerraron filas con Antonio Maura frente al anarquismo apoyando la represión la ley de fugas y al dictador Primo de Rivera.
La Guerra Civil 1936 - 1939 supuso el enfrentamiento de catalanes contra catalanes igual que en el resto de España. Antes de 1.936 con la II República las milicias social-comunistas y los anarquistas de  CNT-FAI se cargaron a un gran número de catalanes de clase media: abogados, periodistas, militares que no participaban del sueño de la progresía catalana. También la idea centralista y totalitaria de los victoriosos fue muy bien acogida (solamente hay que ver en YouTube los documentales del primer desfile de la victoria en Barcelona).
EPILOGO
Hoy mismo, 11-09-2014 se ha celebrado en Barcelona la esperada manifestación con miles de catalanes llenando esta tarde las dos principales arterias de Barcelona, la Diagonal y la Gran Via, para formar una V gigante que sirva de reclamación de cara a la consulta del 9-N.  Esta consulta,que sin duda será declarada ilegal por el TC, constituye un desafío soberanista catalán organizado por el gobierno pretendidamente moderado de CiU pero apoyado por los radicales de ERC que llevan años echando un pulso a la Constitución, al Estado de Derecho, a la paciencia de los españoles, a la verdad histórica y a la marcha de los tiempos.
Para terminar, las últimas revelaciones acerca de la fortuna oculta en paraisos fiscales de la familia Pujol han puesto al descubierto una fosa de corrupción que pronto tendrá que ser investigada a fondo por la Justicia.
F.J.de C.
Madrid, 11 de septiembre de 2.014


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jueves, 26 de septiembre de 2013

Historia de ESPAÑA : Blas de Lezo, heroico Almirante “mediohombre”






El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha inaugurado el día 18/09/2.013 en el Museo Naval de Madrid la exposición “Blas de Lezo, el valor de Mediohombre”. La muestra recupera la memoria del teniente general de la Armada, conocido por encabezar en 1741 la defensa de Cartagena de Indias con solo seis navíos de guerra frente a la flota inglesa del almirante Vernon, ocho veces superior. El control de la plaza colombiana, considerada estratégicamente como la “llave de Indias” fue clave para mantener el dominio español en América.
Blas de Lezo es uno de los marinos más importantes de la historia naval española, como señalan las comisarias de esta exposición,  Mariela Beltrán y Carolina Aguado:
"Sus hazañas navales, su participación en episodios clave del siglo XVIII europeo, su coraje en combate, sus convicciones inquebrantables y su calidad como estratega, trazan un relato épico de la vida de Blas de Lezo, y una biografía que por sí sola retrata medio siglo de la historia de España”.
Invicto en toda su carrera militar, murió poco después de la defensa de Cartagena sin el reconocimiento merecido, denostado por el rey borbón Felipe V, y fue enterrado en una tumba de emplazamiento desconocido. La Armada Española ha reconocido permanentemente este héroe teniendo siempre en activo un buque con su nombre; actualmente honra su memoria dando el nombre de la fragata F-103.
La muestra reúne 80 piezas procedentes del Patrimonio de la Armada, de 10 museos, archivos e instituciones españolas, además de un museo colombiano y dos colecciones particulares. Se exponen en España por primera vez dos retratos de gran valor iconográfico: el de Sebastián de Eslava, perteneciente al Museo de Arte Colonial de Bogotá, y el del propio Blas de Lezo, de la colección particular de la Condesa de Revilla-Gigedo.
La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 13 de enero en el horario habitual del museo, de martes a domingo, de 10 a 19  horas.



Blas de Lezo y Olavarrieta (Pasajes, España, 3 de febrero de 1689– Cartagena de Indias, Nueva Granada, Colombia,  7 de septiembre de 1741), primer marqués de Ovieco (a título póstumo), almirante español conocido como “Patapalo”, o más tarde como “Mediohombre”, por las muchas heridas sufridas a lo largo de su vida militar, es considerado uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada Española.

Su carrera militar empezó en 1704, siendo todavía un adolescente y sus hazañas posteriores de abnegación, valor y heroísmo son tan impresionantes que un guionista de cine encontraría en ellas materia mas que suficiente para crear una superproducción  bélica de tan alto interés como las que nos tiene acostumbrados Hollywood.
En el ANEXO que sigue se reproduce del diario ABC  http://www.abc.es/20121026/archivo/abci-blas-lezo-201210251658.html
una extensa narración del doctor en historia militar, José María Ruiz Vidondo, colaborador del GEES (Grupo de Estudios Estratégicos) http://www.gees.org/ y profesor del instituto de educación secundaria Elortzibar.

F.J. de C.

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ANEXO que se cita:
En aquellos años, en España se libraba la guerra de Sucesión entre la dinastía de los Austrias, apoyados por los ingleses y  los Borbones , por Francia, por conseguir la corona tras la muerte del rey Carlos II. «Blas de Lezo había estudiado en Francia cuando esta era aliada de España en la Guerra de Sucesión. Tenía 17 años cuando se enroló de guardiamarina al servicio de la escuadra francesa al mando del conde de Toulouse», Ese mismo año se quedaría cojo. «La pierna la perdió en la batalla de Vélez-Málaga, la más importante de la Guerra de Sucesión, en la que se enfrentaron las escuadras anglo-holandesa y la franco-española». «Fue una dura batalla en la que una bala de cañón se llevó la pierna izquierda de Blas de Lezo, pero él continuó en su puesto de combate. Después se le tuvo que amputar, sin anestesia, el miembro por debajo de la rodilla. Aunque el combate finalizó sin un vencedor claro, «Blas de Lezo comenzó a ser conocido por su heroicidad por lo que fue elogiado por el gran almirante francés por su intrepidez y serenidad y por su comportamiento se le ascendió a alférez de navío».
El ojo lo perdió dos años más tarde, en la misma guerra, en la fortaleza de Santa Catalina de Tolón mientras luchaba contra las tropas del príncipe Eugenio de Saboya. «En esta acción y tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se le alojó en su ojo izquierdo, que explotó en el acto. Perdió así para siempre la vista del mismo.
Finalmente, cuando tenía 26 años, el destino volvió a ser esquivo con este marino. «La Guerra de Sucesión había prácticamente finalizado en julio de 1713 con la firma de la paz con Gran Bretaña, pero Cataluña seguía en armas por los partidarios de la casa de Austria. El marino participó en varios combates y bombardeos a la plaza de Barcelona. En uno de ellos, el 11 de septiembre de 1714, se acercó demasiado a las defensas enemigas y recibió un balazo de mosquete en el antebrazo derecho que le rompió varios tendones y le dejó manco para toda su vida». Así, y tras quedarse cojo, tuerto y sin mano, Blas de Lezo pasó a ser conocido como el«Almirante Patapalo» o el «Mediohombre». Su leyenda había comenzado.

Hazañas iniciales

Una vez finalizada la Guerra de Sucesión, Lezo se destacó por su servicio a España. Una de sus misiones más destacadas fue la que realizó en 1720 a bordo del galeón «Lanfranco». «Se le integró en una escuadra hispano-francesa al mando de Bartolomé de Urdazi con el cometido de acabar con los corsarios y piratas de los llamados Mares del Sur (Perú)», sentencia el historiador.
Por esta y otras hazañas, el rey ascendió al «Almirante Patapalo» a teniente general en 1734. Sin embargo, su misión más difícil llegó cuando fue enviado a Cartagena de Indias (Colombia) como comandante general.

Blas de Lezo, en Cartagena de Indias

El mayor desafío de Blas de Lezo se sucedió sin duda en Colombia, donde tuvo que defender Cartagena de Indias (el centro del comercio americano y donde confluían las riquezas de las colonias españolas) de los ingleses, ansiosos de conquistar el territorio. En este caso, los británicos aprovecharon una afrenta a su imperio para intentar tomar la ciudad.
El pretexto fue el asalto a un buque británico. «En este contexto se produjo en 1738 la comparecencia de Robert Jenkins ante la Cámara de los Comunes, un contrabandista británico cuyo barco, el Rebecca, había sido apresado en abril de 1731 por un guarda costas español, que le confiscó su carga. La oposición parlamentaria y posteriormente la opinión pública sancionaron los incidentes como una ofensa al honor nacional», determina Vidondo. La excusa perfecta había llegado y se declaró la guerra a España.
Los preparativos se iniciaron, y los ingleses no escatimaron en gastos. «Para vengar la oreja de Jenkins Inglaterra armó toda una formidable flota jamás vista en la historia (a excepción de la utilizada en el desembarco de Normandía), al mando del Almirante inglés Edward Vernon. La armada estaba formada por 195 navíos, 3.000 cañones y unos 25.000 ingleses apoyados por 4.000 milicianos más de los EEUU, mandados éstos por Lawrence, hermanastro del Presidente Washington».
Por el contrario, Blas de Lezo no disponía de un gran número de soldados ni barcos para defender la ciudad. «Las defensas de Cartagena no pasaban de 3.000 hombres, 600 indios flecheros, más la marinería y tropa de infantería de marina de los seis navíos de guerra de los que disponía la ciudad: el Galicia (que era la nave Capitana), el San Felipe, el San Carlos, el África, el Dragón y el Conquistador. La proporción entre los españoles y los ingleses era de 1 español por cada 10 ingleses».
Pero, lo que tenía a su favor el «Almirante Patapalo» era un terreno que podía ser utilizado por un gran estratega como él. Y es que la entrada por mar a Cartagena de Indias sólo se podía llevar a cabo mediante dos estrechos accesos, conocidos como «bocachica» y «bocagrande». El primero, estaba defendido por dos fuertes (el de San Luis y el de San José) y el segundo por cuatro fuertes y un castillo (el de San Sebastián, el de Santa Cruz, el del Manzanillo, el de Santiago -el más alejado- y el castillo de San Felipe).
Lezo se preparó para la defensa, situó varios de sus buques en las dos entradas a las bahías y dio órdenes de que, en el caso de que se vieran superados, fueran hundidos para que no fueran apresados y para que sus restos impidieran la entrada de los navíos ingleses hasta Cartagena de Indias. La guerra había comenzado y el Almirante «Mediohombre» se preparó para la defensa.

Comienza la batalla

«El 13 de marzo de 1741 apareció la mayor flota de guerra que jamás surcara los mares hasta el desembarco de Normandía. Para el día 15 toda la armada enemiga se había desplegado en plan de cerco. Al comienzo se notó la superioridad británica y fáciles acciones les permitieron adueñarse de los alrededores de la ciudad fortificada».
«La batalla comenzó en el mar. Tras comprobar que no podían acceder a la bahía, los ingleses comenzaron un bombardeo incesante contra los fuertes del puerto. Blas de Lezo apoyaba a los defensores con la artillería de sus navíos, que había colocado lo suficientemente cerca. Usaba bolas encadenadas, entre otras artimañas, para inutilizar los barcos ingleses».
Tras acabar con varias baterías de cañones, Vernon se dispuso a desembarcar algunos de sus hombres, que lograron tomar posiciones en tierra. «Luego, el inglés se dispuso a cañonear la fortaleza de San Luis de Bocachica día y noche durante dieciséis días, el promedio de fuego era de 62 grandes disparos por cada hora», determina el experto en historia militar. El bombardeo fue masivo y los españoles tuvieron que abandonar en los días sucesivos los fuertes de San José y Santa Cruz.
El ímpetu del ataque obligó al español a tomar una decisión dura: «Lezo incendió sus buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, aunque el Galicia no prendió fuego a tiempo. Sin embargo,logró retrasar el avance inglés de forma considerable. Blas de Lezo decidió dar la orden de replegarse ante la superioridad ofensiva y la cantidad de bajas españolas».
A su vez, en Bocagrande se siguió la misma táctica y se hundieron los dos únicos navíos que quedaban (el Dragón y el Conquistador) para dificultar la entrada del enemigo. «El sacrificio resultó en vano, pues los ingleses remolcaron el casco de uno de ellos antes de que se hundiera para restablecer el paso y desembarcaron». Las posiciones habían sido perdidas y los españoles se defendían en el fuerte de San Sebastián y Manzanillo. Además, como último baluarte, se encontraba el castillo de San Felipe.

Vernon se cree vencedor

Los ingleses habían conseguido acabar con varias fortalezas y asentarse en las bahías de Cartagena de Indias tras pasar los obstáculos puestos por los españoles. Sin duda, sentían la victoria cerca. «Vernon entró entonces triunfante en la bahía con su buque Almirante con las banderas desplegadas dando la batalla por ganada».
Vernon envió en ese momento una corbeta a Inglaterra con un mensaje en el que anunciaba su gran victoria sobre los españoles. La noticia fue recibida con grandes festejos entre la población y, debido al júbilo, se mandó acuñar una moneda conmemorativa para recordar la gran victoria. En ella, se podía leer «El orgullo español humillado por Vernon» y. además, se apreciaba un grabado de Blas de Lezo arrodillado frente al inglés.

La victoria del «Mediohombre»

Vernon estaba decidido, la hora de la victoria había llegado. Por ello, quiso darle el broche final tomando el símbolo de la resistencia española: el castillo de San Felipe, donde resistían únicamente seis centenares de soldados. Sin embargo, el asalto desde el frente era un suicidio, por lo que el inglés se decidió a dar la vuelta a la fortaleza y asaltar por la espalda a los españoles. «Para ello atravesaron la selva, lo que provocó la muerte por enfermedad de cientos de soldados, pero al fin llegaron y Vernon ordenó el ataque».
Según narra el doctor en historia, Jesús María Ruiz Vidondo,  autor de toda esta detallada historia en ABC, el primer asalto inglés se hizo contra una entrada de la fortaleza y se saldó con la muerte de aproximadamente 1.500 soldados a manos de los 600 españoles que consiguieron resistir y defender su posición a pesar de la inferioridad numérica. Tras este ataque inicial, Vernon se desesperó ante la posibilidad de perder una batalla que parecía hasta hace pocas horas ganada de antemano. Finalmente, el oficial ordenó una nueva embestida, aunque esta vez planeó que sus soldados usarían escalas para poder atacar directamente las murallas.
En la noche del 19 de abril los ingleses se organizaron en tres grupos para atacar San Felipe. «En frente de la formación iban los esclavos jamaicanos armados con un machete», explica el doctor en historia. Sin embargo, los asaltantes se llevaron una gran sorpresa: las escalas no eran lo suficientemente largas para alcanzar la parte superior de las murallas. «El ‘Almirante Patapalo’ había ordenado cavar un foso cerca de los muros para aumentar su altura y evitar el asalto».Los españoles aprovecharon entonces y acabaron con cientos de ingleses. La batalla acababa de dar un giro inesperado debido al ingenio de un solo hombre, o más bien, «Mediohombre».
El día siguiente, los españoles salieron de la fortaleza dispuestos a aprovechar el duro golpe psicológico que habían sufrido los ingleses. En primera línea corría Lezo, cargando al frente de la formación mientras sujetaba el arma con su único brazo. Finalmente, y tras una cruenta lucha, los menos de 600 defensores lograron que el enemigo se retirara y volviera a sus navíos. Ahora, y de forma definitiva, la victoria pertenecía a los soldados españoles y, por encima de todo, a un solo combatiente: el «Almirante Patapalo».
Después de esa batalla, se sucedieron una serie de intentos por parte de los ingleses de conquistar la plaza fuerte, pero fueron rechazados. «Vernon se retiró a sus barcos y ordenó un bombardeo masivo sobre la ciudad durante casi un mes, pero no sirvió de nada».
Finalmente, Vernon abandonó las aguas de Cartagena de Indias con, según los datos oficiales, unos 5.000 ingleses muertos. Sin embargo, según determina el Dr. Vidondo, es difícil creer que la cifra sea tan baja, ya que el oficial tuvo que hundir varios navíos en su huída debido a que no tenía suficiente tripulación para manejarlos y no quería que cayesen en manos españolas. «Cada barco parecía un hospital», afirma el historiador.
De hecho, y según cuenta la leyenda, Vernon sentía tanto odio hacia el «Mediohombre» que, mientras se alejaba junto a su flota de vuelta a Inglaterra, gritó a los vientos «God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga, Lezo!). Podía maldecir todo lo que quisiera, pero había sido derrotado.

La mentira del inglés

Además, a Vernon todavía le quedaba un último mal trago: informar en Inglaterra de que la había perdido la batalla. Al llegar a su tierra, sin embargo, parece que no tuvo valor para dar a conocer la noticia públicamente, por lo que fue pasando el tiempo hasta que, finalmente, sus compatriotas descubrieron el engaño. Cuando salió a la luz, la vergüenza fue tan arrolladora para el país que se tomaron medidas más drásticas para acallar la gran derrota: «El rey Jorge II prohibió todo tipo de publicación sobre la batalla», finaliza el Dr. Ruiz Vidondo.

Cuatro preguntas a Jesús María Ruiz Vidondo:

1.-¿Cuáles fueron las últimas palabras de Vernon hacia Lezo tras la batalla?Vernon optó por una retirada enviando una carta a Blas de Lezo: «Hemos decidido retirarnos para volver pronto a esta plaza después de reforzarnos en Jamaica». Lezo le contestó: «Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir».
2¿Qué fue de Vernon una vez acabada la contienda?Vernon fue relevado y expulsado de la Marina en 1746, aunque la arrogancia y el orgullo inglés hizo que le enterraran en la Abadía de Westminster, panteón de los héroes, y en su tumba pusieron: «Sometió a Charges, y en Cartagena conquistó hasta donde la fuerza naval pudo llevar la victoria»; lo que era la forma más humillante de ocultar tan vergonzosa derrota.
3.- ¿Por qué cree que Blas de Lezo ha caído en el olvido en España?La historia militar llena las estanterías de las librerías, pero muchas veces se trata de libros que tratan asuntos de fuera de España. Últimamente se han publicado muchos libros sobre Blas de Lezo, pero se lee poco en España y solamente se interesa una limitada cantidad de personas. En los institutos la historia de España se da solamente en 2º de Bachillerato y pensando en la selectividad. Si hoy en día se hiciese una película sobre este personaje pasaría a ser tremendamente conocido. La historia de estos héroes que ha tenido España vende mucho menos que otro tipo de programas o artículos.
4.-¿Por qué cree que, mientras que los ingleses estudian por ejemplo a Nelson, en España no se cursa a Blas de Lezo?Como he señalado anteriormente se han publicado últimamente algunos libros y artículos sobre este personaje, pero la historia de España no vende ni en los medios de comunicación, ni en la enseñanza en general. Los ingleses están orgullosos de su historia, y a los españoles, que tenemos una historia mucho más rica que la británica, no nos interesa nuestro pasado, solamente lo utilizamos para tergiversarlo o utilizarlo políticamente.