Seguidamente reproduzco este interesante artículo de Santiago González
publicado en “El Mundo”de hoy,4/12/16, que se relaciona con el anterior mío,(publicado en este blog * con fecha 1/12/16) en cuanto que trata del horror de Paracuellos donde tanta muertes inocentes fueron realizadas por los comunistas españoles en el año 1.936.
F.J. de C.
Tal día como hoy se acabaron las sacas de las cárceles madrileñas para el asesinato de los presos de las cárceles madrileñas. Los dos gráficos reproducidos arriba muestran, el de la izquierda, la ruta que seguían los autobuses de la Empresa Municipal de Autobuses, verdes, de dos pisos hasta el lugar de fusilamiento.La primera matanza se produjo el 7 de noviembre de 1936, el mismo día que el Gobierno de Largo Caballero abandona Madrid y se marcha a Valencia. Jorge Martínez reverte aporta en su libro ‘La Batalla de Madrid’ un documento inédito, un borrador del acta de una reunión entre la CNT y las Juventudes Socialista Unificadas. Hace diez años, con motivo del 70 aniversario de las matanzas, Martínez Reverte, resumía así el acta y la clasificación de los presos que en ella se establecía, con el tratamiento adecuado para cada uno:“Una vez constituida la Junta, los cenetistas y representantes de las JSU se reúnen en un aparte y llegan a un acuerdo: hay que dividir a los presos en tres categorías. A los de la primera, compuesta por fascistas y elementos peligrosos, se les aplicará la muerte inmediata, “cubriendo la responsabilidad”, es decir, ocultando el origen de la decisión y el nombre de quienes la han tomado; a los de la segunda, los que tienen responsabilidades menores, se les enviará a Chinchilla, con todas las garantías; la tercera categoría, de la que forman parte los que no tienen responsabilidades, será ofrecida a los embajadores, serán puestos todos en libertad para demostrar el “humanitarismo” de la Junta. El acuerdo tiene un carácter tan decidido que durante la noche se produce la primera saca, la de San Antón. Luego, siguen las demás”.La primera saca se produjo la mañana del día 7 y fue de las cárceles de San Antón y Parlier a Paracuellos del Jarama, donde fueron fusilados.. Sus cadáveres fueron inhumados en la fosa nº 1. El día 7 por la tarde, hubo otra saca, ésta de la Cárcel modelo. Fosa nº 2. La saca del día 8 es enviada al Soto de Aldovea a Torreón de Ardoz, en un caz, una antigua acequia de riego, que tenía la ventaja de ofrecer la excavación hecha. Bastaba rellenarla de tierra. Se hizo así, porque los lugareños de Paracuellos no habían acabado de enterrar las víctimas de la víspera, cuyos miembros se veían por doquier. Y así se hizo. Después de la guerra, fueron exhumados 414 cadáveres que se llevaron a enterrar a Paracuellos, en la fosa nº 7.Estos fueron los únicos cadáveres que se movieron. Frente al argumentar de la memoria histórica sobre la reparación y justicia que se hizo con los asesinados en el bando republicano, hay que decir que no es cierto. Los cadáveres de las seis fosas restantes se quedaron donde los dejaron sus asesinos.El día 9 se produce otra saca, enterrándose las víctimas en la fosa 3. Ese mismo día asume la responsabilidad de las prisiones madrileñas Melchor Rodríguez, un anarquista que se tomó a pecho la seguridad de los presos y las sacas se interrumpen mientras le dura el cargo. A finales de noviembre se reanudan las sacas, cuyos fusilados van a las fosas 4, 5 y 6. Mientras se van a producir protestas internacionales y algunas nacionales, como la del nacionalista Manuel de Irujo, el presidente del Tribunal Supremo de Madrid, Mariano Gómez, el Colegio de Abogados de Madrid y, por supuesto, Melchor Rodríguez que va a Valencia a entrevistarse con el ministro García Oliver. Al regresar a su cargo, el día 4 de diciembre, emite una orden: “a partir del día de la fecha, ningún preso saldrá de las cárceles madrileñas sin mi autorización expresa”.Y se acabó. Todas las órdenes de excarcelación habían sido firmados por el delegado de Carrillo en Orden público, Segundo Serrano Poncela. Las intervenciones de dirigentes internacionales fueron entorpecidas por Margarita Nelken, la jefa del abuelo de Pablo Iglesias, a la que ésta admira. Los primeros conocedores y denunciantes de las matanzas fueron el delegado de la Cruz Roja, George Henny cuyo avión fue tiroteado y abatido por fuerzas republicanas, cuando llevan alas pruebas a Suiza y el encargado de Negocios de Noruega, Felix Schlayer, a quien Carrillo tildó de nazi. Schlayer había nacido en la localidad alemana de Reutlingen en 1873. Con 22 años se trasladó a Madrid en 1895 y allí vivió hasta su muerte en 1950.Santiago González
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