domingo, 17 de octubre de 2010

De pactos, y traiciones.

 Recogido del blog amigo www.tellagorri.blogspot.com:


"¿Escrúpulos de un bergante?"



Vamos a situarnos : escrúpulo : Duda, temor o recelo sobre si una cosa es o no cierta, moral, justa, etc.. bergante : Persona capaz de actuar sin honradez, sin escrúpulos, bribona.

El acuerdo final de Zapatero con el PNV para garantizar su continuidad en el poder hasta 2012, arrumbando a un gobierno de los suyos para beneficiar a los totalitarios peneuveros, en los foros de internet de izquierdas lo ven así : "Más de 30 años luchando para que en Euskadi gobierne un partido no nacionalista y ahora Zapatero le regala el poder al PNV. ¡Os va a votar vuestro padre!", decía uno. O "El PSOE y Zapatero cederían Andalucía a Bin Laden con tal de mantenerse en el poder". 

El tono del 80% de los comentarios en dichos foros da una idea de que esta última maniobra de supervivencia de Zapatero tendrá un coste nefasto para él. 
El masón Zapatero ha copiado los pasos del masón Allende punto por punto. Dos bergantes de envergadura.

Simultaneamente y en relación a la política exterior todos estupefactos. Nuestros aliados y rivales en el escenario internacional asisten al increíble espectáculo que esta ofreciendo España, con mil años de embajadas de sus reinos, quinientos de inmensa presencia en el mundo, una historia como imperio y protagonista en el concierto de naciones.

Solo Francia y el Reino Unido pueden presumir en el mundo de una historia de relaciones internacionales similar a la nuestra. Y nadie se puede explicar fuera como hemos caído en este estado de postración en el que la miseria moral de apoyar a Cuba se une a la cobardía frente a Marruecos o Venezuela, a nuestra estulticia frente a Gibraltar, nuestra ineptitud y dimisión en la política europea y nuestro cretinismo en la política africana. 
El provincianismo de los gobernantes, su semianalfabetismo en historia y su ñoñería efectista, siempre adobados por una subcultura ideológica izquierdista grotesca, nos ha convertido en hazmerreír de muchos y en objeto de compasión para otros. 

La tragedia no es menor. Porque en política interna cabe alegar que la culpa es de los electores que insistieron en darle el poder a quienes no habrían podido hacer más daño con un plan diseñado por traidores. Pero en la política exterior, cuando se pierde el respeto y los amigos, ya no depende de uno mismo recuperarlos. 

Ahí estamos.

Tellagorri

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