El presidente de los USA, G. BUSH se ha dirigido a su país para exponer de forma muy clara cuál es la situación actual de la economía en el país y cómo es necesario aplicar medidas excepcionalmente rigurosas para hacer frente a la misma; los candidatos Mc Cain y Obama se van a reunir en la Casa Blanca con su Presidente para ser informados de primera mano de la situación.
Se ha criticado mucho a BUSH y su nivel de aceptación parece ser el más bajo de todos los presidentes; sin embargo, esta actitud al final de su mandato, donde ya nada tiene que ganar ni perder le honran como estadista.
Las medidas que ha propuesto a la Cámara son excepcionales, diríase que constituyen medidas “de guerra” y evidentemente no pueden analizarse con criterios de ortodoxia de teoría económica. Se trata de resolver una gravísima crisis y no se puede esperar a que estalle; aquí no vale dejar los problemas en la carpeta: “resolver por el tiempo” ó en la otra, más nefasta de: “se resolverán solos”.
Como contraposición a esta actitud, seria, responsable y decente, de auténtico estadista, del presidente BUSH, aparece en la reunión anual de la ONU un individuo, que se apellida Rodríguez, que representa a ESPAÑA, y se dirige al pleno, en el cual además de algunos países todavía semicivilizados, está representada la flor y nata de la democracia y la inteligencia mundiales.
Si hubiera que calificar con una sola palabra la intervención de este sujeto, podría decirse que fue OFENSIVA para la inteligencia mundial allí representada.
Seguramente ningún medio de comunicación solvente se habrá dignado reseñar tantas mentiras y si alguno lo ha hecho, será resaltando las carcajadas que ha producido en los delegados serios, o mas bien el enfado de los representantes de Francia, Italia, Alemania, etc.
Pero lo peor y más triste del caso es que en ESPAÑA estamos en una enorme crisis y que para solventarla lo primero que se requiere es que el máximo responsable del gobierno lo reconozca.
Solamente así podría iniciarse un proceso de curación y un tratamiento, doloroso, por supuesto.
Pero, desgraciadamente, con este equipo político-económico-social existente tendrá que pudrirse la situación mucho más para comenzar a tomar las medidas necesarias. Tampoco los sindicatos, ni los empresarios (CEOE) todos ellos amamantados por las ubres del gobierno quieren tomar conciencia. Aunque el paro se dispare exponencialmente eso no les importa a estos sindicatos mucho más amrillos que los antiguos verticales.
Y lamentablemente, entonces será demasiado tarde.
FJ.
Madrid, 25 octubre 2.008
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