Conservas El Navarrico está en San Adrián, Navarra, y entre otras golosinas, envasan unos pimientos del cristal que están para chuparse los dedos. Es tan sencillo como abrir el tarro, repartir los pimientos en una bandeja e introducirla unos segundos en el horno microondas,para infiltrarles un puntico de calor. Que templen. Una vez en la mesa aliñarlos con un buen aceite de oliva virgen extra (el que tengo en casa es Assut, que lo elabora la familia Sagarra, vaya joya, señora), unas gotas de venerable y anciano vinagre de Jerez de Emilio Lustau 25 años y una pizca de sal (Añana) y el cohete que se forma le transporta a uno hasta una especie de empalme sesuál.
El pimiento está meloso, casi da la sensación de estar saboreando una pieza gelatinosa de buey de la sabrosura con la que uno tropieza a cada tarisco.
El tarro de 1/3 de kg. anda por los 6 euracos, sí, pero es que pelarlos debe ser tarea de chino sicópata, difícil, muy difícil. Vale la pena darse el homenaje.
(Glotonios, soitu.es)
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