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viernes, 7 de diciembre de 2012

Celebración del 34º aniversario de la Constitución



El Día de la Constitución, 6 de diciembre,  se ha celebrado este año en el Senado, por primera vez en todo el período democrático, con mas pena que gloria, pues ha resultado el acto de celebración más deslucido de toda la reciente historia democrática.
Una vez más, nacionalistas, soberanistas e independentistas de todas la “nacionalidades” españolas aprovecharon para dar un plantón a la celebración de la Carta Magna, pues como es bien sabido “el mayor desprecio es no hacer aprecio”.
En los últimos años, por ejemplo, los diputados de CIU se ausentaban mayoritariamente, aunque siempre acudían, por razones elementales, los miembros de las Mesas de las Cámaras;esta vez no estuvieron presentes.
Las ausencias de PNV, Amaiur(eta), ERC, Bloque Nacionalista Galego, Compromís-Equo y Geroa Bai fueron las esperadas. También faltó a la cita, por primera vez, Izquierda Plural (comunistas).
Pero las lagunas fueron además notables en lo referido a presidentes autonómicos. Sólo estuvieron presentes ocho de ellos, de un total de diecisiete: María Dolores de Cospedal (Castilla-La Mancha), Ignacio González (Madrid), Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Juan Vicente Herrera (Castilla y León), Luisa Fernanda Rudi (Aragón) y José Antonio Monago (Extremadura),además el socialista José Antonio Griñán (Andalucía) y el nacionalista canario Paulino Rivero (Canarias).
La Casa Real no envió al Príncipe, como hizo en algunas ocasiones anteriores;sólo acudió el Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. El Gobierno sí tuvo una amplia representación,como no podía ser menos, que encabezaron Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría. Entre las autoridades presentes estaban,el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, el del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gonzalo Moliner,el presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda y el del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, así como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.De los ‘padres de la Constitución’ estuvieron presentes dos de los tres supervivientes, José Pedro Pérez Llorca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. Faltó, significativamente, el catalán Miquel Roca.

  • El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, considera que la Constitución de 1978 está hoy, 34 años después "plenamente vigente", pues fija unas "reglas de juego claras" y debe conservarse "muchísimos años"; manifestó en su discurso:"La Constitución nos ha dado una etapa de bienestar, de progreso, España ha avanzado muchísimo".
  • El secretario general del PSOE, defendió adaptar la Constitución a los nuevos tiempos y sobre todo, que la cumplamos. Cumplirla y adecuarla a los tiempos: no se me ocurre mejor forma de defenderla”.
  • La secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, le siguió un poco la corriente y dijo que ve margen para poder modificar la Constitución, pero, en alusión a CIU, añadió que siempre y cuando se haga con la aprobación de todo el pueblo español, que es en quien reside la soberanía nacional, tal y como reza la Carta Magna. Por si acaso, advirtió que “las aspiraciones soberanistas no están dentro de la Constitución”.
En contraste con la frialdad de los actos oficiales,  miles de personas se concentraron en la madrileña Plaza de Colón para defender la unidad de España y la celebración de este 34 aniversario de la Constitución española de 1978.La Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) ha organizado este acto donde se izó la bandera de ESPAÑA y sonó el himno nacional.
También en Barcelona se manifestaron miles de ciudadanos en favor de la unidad de España el día de la Constitución. Han marchado desde la Plaza Urquinaona a Sant Jaume, donde está la sede de la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. De nuevo las banderas de España y de Cataluña han estado presentes en la marcha. Asimismo, los manifestantes pidieron la dimisión de Artur Mas por su deriva nacionalista e independentista y su reciente fracaso en las urnas.
Bajo el lema "España somos todos", los organizadores de la conmemoración del 34 aniversario de la Constitución, han hecho una defensa cerrada en favor de la Carta Magna, de la cohesión y de la unidad de España.
La brillante periodista Victoria Prego, escribe en El Mundo:

En 34 años no lo habíamos visto. Que los españoles salgan a la calle a defender España es un fenómeno nuevo en nuestro país, y el mero hecho de que sea una noticia para los medios de comunicación resultaría sorprendente para un extranjero no informado de lo que aquí se está cociendo.Porque lo que sucedió ayer en Madrid y en Barcelona no se puede equiparar de ninguna manera a las conmemoraciones públicas de Francia, Estados Unidos o Inglaterra, actos de masas que se celebran regularmente en honor de la nación o de algunos de sus hechos históricos. No.Lo de aquí fue otra cosa. Fue, en realidad, un acto de protesta. Una advertencia, incluso un desafío. Sobre todo en Barcelona, donde la sola fotografía de la página contigua, con esa gigantesca bandera española ocupando el espacio público que en estos más de 30 años se ha cedido gentilmente, y sin osar discutir, al nacionalismo y sus símbolos, produce una sensación de novedad, de conquista de una libertad política nunca ejercida hasta ahora.¿Eran muchos o eran pocos los que se concentraron en cada una de las dos ciudades? Pues eran muchísimos, sencillamente porque antes no era ninguno. Y porque una de las cosas que los responsables políticos han declinado hacer en este tiempo es el alentar entre la población el sentimiento patriótico........…...Por eso, quitando las ocasiones en que la Selección gana una Copa, resulta insólito ver una manifestación de españoles enarbolando banderas de España y, lo más llamativo, defendiendo en la calle el nombre de España y su significado como nación. Que en más de tres décadas no hayamos presenciado este tipo de expresión popular de pertenencia, algo que en otro país -y en cualquier autonomía- nos parece casi una rutina, evidencia la grave enfermedad política que hemos padecido y aún padecemos.........…....Al final, el independentismo como amenaza para la permanencia histórica de la vieja España va a resultar una fábrica de españoles orgullosos de serlo, decididos a decirlo y a exigir que se cuente con sus sentimientos y, por supuesto, con su opinión”.
Las encuestas de opinión del CIS dejan ver claramente y sin lugar a dudas el  descrédito de toda la clase política y lo que es mas grave, de todas las instituciones de la sociedad, ninguna de las cuales, salvo la Iglesia y sus organizaciones de caridad, merecen el aprobado en el aprecio de la ciudadanía, es más, son rechazadas por su ineficacia y en muchos casos, corrupción:
Siete de cada diez españoles están insatisfechos con la marcha de la democracia y más de la mitad tiene el mismo sentimiento hacia la Carta Magna.Son pocos los que opinan que la Constitución se respeta "bastante" (19,5 %) o "mucho" (1,7 %), frente a un 31,3 por ciento que creen que se respeta "poco", un 13,3 por ciento "nada" y un 26,7 por ciento "algo".

Esta es la situación actual de nuestra sociedad que los politicastros ni saben, ni quieren ver y que por tanto dificilmente pueden arreglar.
Sería pues necesario, además del plan de salvación económica, que ya está en marcha por el gobierno del Partido Popular, con el consiguiente coste político por la dureza del mismo,  regenerar la vida pública,  de forma que no tengan cabida en la Administración ni los incapaces, ni los corruptos y tratar de volver a un cierto  consenso y una voluntad política para abordar las necesarias reformas realmente democráticas para no despertar  esos “demonios familiares”  que deberían estar ya definitivamente olvidados.
Algunas medidas que debería incluir una nueva Constitución si de verdad existiera voluntad política de regeneración, serían:
  • Potenciacion de la sociedad civil.
  • Eliminación de subvenciones a partidos políticos y sindicatos.
  • Nueva ley electoral.
  • Supresión del Senado y del Tribunal Constitucional.
  • Definir claramente las competencias exclusivas del Estado.
  • Acotar las atribuciones de las Autonomías quedando supeditadas claramente al Estado Nacional.
  • Establecer la responsabilidad civil y penal para los gestores de los recurso públicos.  
Pero está meridianamente claro que ninguno de los políticastros del arco parlamentario están dispuestos a consensuar medidas tan razonables como las expuestas.
Por ello, no cabe demasiado optimismo de alcanzar un verdadera regeneración.
F.J. de C.