EN el excelente artículo que sigue, escrito por Rafael Luis Largo-Rodriguez Trillo, en Fundación Civil, http://www.fundacioncivil.org/2011/06/el-movimiento-del-15-m-origen-valoracion-y-futuro/comment-page-1/#comment-17665
el autor realiza un completo análisis, el mejor que he leido estos días, acerca de las causas y posterior desarrollo del llamado movimiento 15M.
Al final del mismo, el autor se pregunta:
“En qué cabe confiar para que no ocurra este escenario?”, y se responde a sí mismo:
“Primero, en la izquierda española, para que no genere tensión ni crispación social de aquí a las elecciones, ni tampoco si ganara el Partido Popular.............”
Solamente discrepo del autor en esta optimista apreciación .
Algunas manifestaciones de medios de comunicación muy significados por su izquierdismo desmienten rotundamente ese ligero optimismo que se desprende del entrecomillado de arriba.
La noticia de que el oportunista sr.Garzón (el ex-juez de la Audiencia Nacional) planea organizar una plataforma política con el apoyo de IU así lo hacen temer..... lo mismo que las reuniones de la sra Valenciano (jefa de campaña del PSOE) con dirigentes del mismo movimiento "indignado" son inquietantes.
Por lo demás,repito, mi más completa conformidad con su artículo, F.J.
El movimiento del 15M. Origen, valoración y futuro.
Autor: Rafael Luis Largo-Rodriguez Trillo.
Las causas profundas de los problemas presentes hunden sus raíces en la propia historia de España, mucho más allá, incluso, de la transición; siempre han estado ahí, como heridas que no curan, pero aceptadas.Ha pasado la sociedad española mucho tiempo resignada a la injusticias diarias de un poder que se ha autootorgado un trato preferente, generándose, además, una importante brecha entre pueblo y políticos, llegándose a constituir éstos en una especie de clase social; por no hablar de los banqueros, personas que gestionan nuestro dinero, pero de las cuales sabemos poco más que existen.La mil-nombrada crisis, junto con su pésima gestión, han agudizado durante los últimos años y, especialmente, meses, un clima de descontento generalizado hacia la estructura política del Estado.Sin embargo, la no existencia de una alternativa clara, causa principal que ha dado el gran triunfo, más aparente que real, al Partido Popular, en las elecciones municipales y autonómicas, ha mantenido los ánimos en un estado de contención.La situación detonó parcialmente el famoso 15 de mayo, con una multitudinaria manifestación, en la que la sociedad se rebeló contra la situación.Es, en cambio, a mi juicio, este movimiento muy inquietante, por varias razones.En primer y claro lugar, por el momento en el que tiene lugar: a menos de una semana de las elecciones autonómicas y municipales; ¿no ha habido tiempo de manifestarse, desde agosto de 2007, momento en el que se diagnostica esta crisis a nivel internacional, o contra la guerra, como en 2003, cuando levantó tantas críticas, o cuando se han producido las innumerables y auténticamente indignantes barbaridades en el poder, que se han repetido cientos de veces en los últimos años, mostradas en los telediarios de la hora del almuerzo?, o, si me apuras, incluso, ¿por qué no se levantó este movimiento frente al mayor acto antidemocrático, injusto e hipócrita de la última década: el dejar que los terroristas accedan a las instituciones públicas? Mientras, y, para más inri, se aplaudía la noticia del asesinato de Bin Laden.Pues no, el momento elegido por el pueblo para desembocar su estado de descontento fue a pocos días de las elecciones, en las que se pronosticaba, y así sucedió, una debacle para la izquierda en España.Otro punto inquietante de este movimiento es su trasfondo.Se declara auténticamente neutro políticamente, criticando, incluso, las decisiones del gobierno del PSOE, lo cual, por un lado, es muy fácil ahora, momento en el cual el barco socialista tiene sumergida la proa en las gélidas aguas del fracaso y, además, por otro, es muy ventajoso, ya que contribuye a tintar superficialmente al movimiento del preciado color apolítico del que presume, otorgándole confianza entre la población, debido al fuerte desprestigio que hoy existe hacia todo lo que rodea cualquier matiz político.Sin embargo, es esta neutralidad pura fachada, pues, observando las personas que a él hay adheridas, destacan movimientos ecologistas, feministas, homosexuales, partidarios del comunismo, sin olvidar la estética del propio movimiento y de las personas que se observan en él, que, si no es un signo decisivo, sí que cimenta aún más la teoría de su afinidad hacia la izquierda. También es sintomática la praxis asamblearia, rudimentaria, la forma de vida de muchos “acampantes”, improvisada, precaria, en fin, una serie de hechos con los que, de forma singular, uno puede identificarse o estar de acuerdo, pero que, todos ellos juntos, ofrecen un cuadro que, en mi opinión, diagnostica, de forma inequívoca, a este movimiento como proclive o afín ideológicamente a la “izquierda”, más allá de que hoy, puntualmente, critique al PSOE.Otros datos reveladores podrían ser la aversión que se ha podido observar en la Puerta del Sol hacia el grupo intereconomía, o el hecho de que: “cuando el PP se equivoca, hay que cambiar de gobierno, mientras que cuando el PSOE se equivoca hay que cambiar de sistema”.También hay que tener en cuenta el rápido y sincronizado despliegue del movimiento, con una enorme capacidad de convocatoria y una amplia propagación por todo el territorio. ¿Es suficiente la hipótesis de las redes sociales para explicar esto? Por mucho que canalice este movimiento el tan fuerte sentimiento colectivo de indignación, la comunicación a través de redes sociales no permite, por sí sola, el llevar a cabo un despliegue de semejante calibre en tan poco tiempo, ni tan bien coordinado, por más apariencia de improvisación y espontaneidad que quiera ofrecer.Por todo esto, llego a la conclusión, de la cual no puedo estar más seguro, de que detrás de la mera apariencia, mueven los hilos organizaciones y colectivos afines a la izquierda radical, partidarios y continuadores de la revolución cuasisoterrada que Zapatero ha comenzado a operar en los cimientos de la sociedad española; los cuales han estado mucho tiempo fuera del escenario, pero que hoy, ante la debilidad del gobierno y del Estado, en general, piensan desfagocitar la palestra política, a través de las heridas abiertas y palpables que existen en la sociedad española.Más allá de todo esto, ¿qué soluciones propone este movimiento?En la página oficial de Democracia Real Ya se publica un manifiesto en el que se efectúa un análisis de la situación, en mi opinión, muy cortoplacista y parcial de la problemática actual, sin obviar que sólo toca problemas vox populi, sobre los que nadie estaría en contra. Aquellos otros en los que existe división clara de opiniones, pero que, no por ello dejan de ser problemas, no son mencionados, porque nada se dice sobre la cuestión territorial de España, hoy profundamente afectada por los movimientos separatistas, sobre todo en Cataluña, ni tampoco se menciona directamente el problema energético, que constituye un profundo, primordial e histórico problema en España.Las soluciones a la situación versan tan solo sobre siete cauces: Eliminación de privilegios de la clase política, lucha contra el paro, derecho a la vivienda, servicios públicos de calidad, control de las entidades bancarias, fiscalidad, libertades ciudadanas y democracia participativa y reducción del gasto militar.A modo de anécdota, pero muy sintomático, la lucha contra el paro se pretende combatir mediante un reparto del trabajo a través de la reducción de la jornada laboral, aumentando la dificultad de despido, restableciendo la edad de jubilación en los 65 años y estableciendo un subsidio de 426€ para los parados de larga duración, entre las cuatro medidas más importantes.En fin, pura propaganda, idónea para sintonizar con el sentir de indignación colectivo de la sociedad, pero vacuo e ineficaz en cuanto a contenido de las soluciones.¿Cómo se va a desenvolver este movimiento en el futuro?, ¿qué va a ocurrir?Este movimiento no es puntual ni espontáneo ni aleatorio.En un primer momento, para sintonizar con el sentir popular, se ha ofrecido neutral, para conectar y canalizar con todo aquél que estaba harto del sistema político y de la pésima situación, constituyendo una importante alternativa y suponiendo una vía de esperanza; de esta manera, además, ha evitado que se le tilde políticamente, lo cual, en un país en el que todo es bipolar: azul-rojo, pobre-rico, del R. Madrid-del Barcelona, generalizando: blanco-negro; es muy importante, porque se evitan las antipatías del antagonista y la incomprensión; de esta manera, el movimiento se ha hecho fuerte numéricamente, adquiriendo relevancia mediática y peso específico.Conforme vaya transcurriendo el tiempo, el movimiento se irá radicalizando hacia la izquierda, tanto más, cuanto mayor debilidad muestre el gobierno y el Estado, y cuanto más avance el Partido Popular sobre el PSOE, trasladando la lucha política, desde las urnas, en las que el Partido Popular obtendrá ventaja, ante un gobierno en descomposición, hacia la calle, en las que la izquierda generará fuerte tensión, a través del hoy pacífico movimiento Democracia Real Ya.El punto de inflexión estará constituido por las elecciones generales.Si el Partido Popular obtiene la victoria, el movimiento se radicalizará aún más, dificultando la labor y gestión del supuesto gobierno popular, generándose conflictos sociales e intensificándose los económicos, el PSOE, desacreditado por la labor de Zapatero, perdería aún más representatividad tras la supuesta derrota electoral, y sus miembros tenderían a acercarse a otros movimientos de izquierda más radical. Además, los sindicatos, hoy callados, sacarían sus tropas a la calle si el Partido Popular emprendiera las reformas sociales y laborales que hoy Zapatero no hace, para lo cual, UGT y CCOO emplearían los anacrónicos mensajes decimonónicos, que tan bien impregnan la retina colectiva, para cargar contra el Partido Popular, en tanto que ETA, hoy también callada, volvería a atentar y sembrar miedo, y el separatismo nacionalista incrementaría sus pretensiones, generándose un clima de mayor desconcierto e incertidumbre que debilitaría fuertemente al gobierno que, quizás, tuviera que convocar elecciones anticipadas, tendiendo, a largo plazo, la situación, hacia la constitución de una República Federal, en la que Cataluña y País Vasco tendrían un gran peso relativo, con la anexión, de parte de Navarra, al segundo.Si el Partido Popular no llegara a gobernar, el movimiento calmaría las protestas y disminuiría la tensión social, a cambio de que el gobierno socialista, en sintonía con él, girase aún más hacia la izquierda, continuándose el tipo de reformas de ingeniería social que ha comenzado Zapatero, imponiéndose la persecución hacia la Iglesia, la sexualidad pública o la libertad total de aborto; en tanto que ETA, sindicatos y nacionalismos, mantendrían silencio, o realizarían actos puntuales para recordarle al gobierno su posición de debilidad, y así obtener ventajas. En cualquier caso, el Estado tendería también hacia la forma republicano-federal, con traspaso de competencias desde el Estado general hacia las Comunidades Autónomas de Cataluña y País Vasco, quizás, anexionando incluso, parte de Navarra al territorio de Euskadi, en un estado fuertemente descentralizado.¿En qué cabe confiar para que no ocurra este escenario?Primero, en la izquierda española, para que no genere tensión ni crispación social de aquí a las elecciones, ni tampoco si ganara el Partido Popular.También, en la sociedad española, para que sepa entender que, aunque los sistemas político y económico necesitan un profundo cambio, no es el camino entrar en tensiones sociales ni dejarse seducir por la primera alternativa que se presente, la solución pasa por dejar trabajar al Partido Popular cuando entre a gobernar y, cuando las aguas económicas hayan vuelto a su cauce, no volver a bostezar, sino comenzar el profundo debate sobre qué queremos realmente hacer con nosotros mismos.En tercer lugar, que el escenario internacional sea proclive a las dos primeras circunstancias