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domingo, 5 de febrero de 2017

El Presidente Trump y la Unión Europea.


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En las dos semanas que lleva en la Casa Blanca, Donald Trump parece estar haciendo algo infrecuente para un político: cumplir sus promesas electorales; en efecto, así lo demuestran sus primeras medidas: vetar la entrada a EE.UU. de refugiados y emigrantes musulmanes; sacar  a su país del ambicioso Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés)  y ordenar la construcción del famoso muro a lo largo de la frontera con México.
Pero no son estos aspectos de su programa los que constituyen el objeto del presente artículo sino más bien las repercusiones, en principio poco beneficiosas que pueden tener para la Unión Europea,  U.E., las políticas aislacionistas de Trump, decidido partidario de centrar sus principales  esfuerzos en la política interior de los EE.UU.Fijémonos en los siguientes aspectos:
  • El programa de Trump sobre la OTAN que derivaría la carga financiera para la defensa de Europa a los presupuestos nacionales de los estados de la UE.
  • En lo que respecta las políticas comerciales, Donald Trump ha sabido conquistar a una parte de su electorado reacio al libre comercio, partidario de políticas proteccionistas bajo el lema “América primero” .Todo ello podría tener consecuencias para el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), el acuerdo de libre comercio entre Europa y Estados Unidos, que podría verse frenado a corto plazo tras la victoria de Trump.
  • El futuro de la U.E. tras el “Brexit” y las negociaciones preferenciales que se anuncian entre los EE.UU. y la Gran Bretaña; el peligro incluso de la desaparición de la U.E. y del euro en el caso de que mas estados se sumaran al Brexit británico.

El Presidente del Consejo de Europa,el polaco Donald  Tusk ha dirigido una carta  a los jefes de Gobierno  de los 28 Estados Miembros de la U.E. reunidos en la Cumbre de  Malta el viernes 2 de febrero (dedicada este año a la inmigración y, al estudio del Brexit), asegurando que :
"los desafíos a los que se enfrenta la UE son los más peligrosos desde la firma del Tratado de Roma": "Hoy lidiamos con tres amenazas. La primera, una externa, está relacionada con la situación geopolítica del mundo. Una China cada vez más, llamémoslo así, firme, especialmente en los mares. La agresiva política rusa hacia Ucrania y sus vecinos. Guerra, terror y anarquía en Oriente Próximo y África, con el islam radical jugando un papel principal", escribe Tusk. Y además, ahora,  añade "las preocupantes declaraciones de la nueva Administración estadounidense". Factores, todos ellos, que hacen "que nuestro futuro sea altamente impredecible".Con esta carta, el presidente Tusk está pidiendo abiertamente que "tengamos el coraje de oponernos a la retórica de los demagogos", en referencia velada al presidente de EEUU, y apelando a los europeos a que se pongan "de pie por nuestra dignidad, por la dignidad de una Europa unida, sin importar si estamos hablando con Rusia, China, Estados Unidos o Turquía".En su carta a los 28, Tusk habla también de las "amenazas internas" como el "nacionalismo y el populismo que se están convirtiendo en una alternativa atractiva a la integración", así como el auge de la xenofobia dentro de nuestras fronteras.La tercera amenaza es "el estado de ánimo de las élites proeuropeas. La pérdida de la fe en la integración política, la sumisión a los argumentos populistas y la puesta en duda de los valores fundamentales de la democracia liberal son cada vez más visibles".

Aquí conviene recordar que se cumple este año el 60º aniversario del Tratado de Roma (1.957) que  generalizó el Mercado Común; Mercado Común que fue un impulso personal de dos grandes figuras históricas y dos viejos católicos: Charles de Gaulle y Konrad Adenauer, buscando una vía de colaboración para dos naciones, Francia y Alemania, que llevaban un siglo dirimiendo sus diferencias en las trincheras, con las armas.
Previamente, en 1951 se puso en marcha el embrión del MC, la Comunidad Europea del Carbón y el Acero. Otros protagonistas de esa iniciativa fueron los galos Robert Schuman, y  Jean Monnet y el italiano Alcide de Gasperi, fueron considerados los “padres de Europa” junto a los citados.
Hoy la U.E. como queda dicho, está sometida a grandes retos que amenazan incluso su supervivencia y desdichadamente carece de una estructura fuerte que le permita afrontar los mismos al carecer de una política común de Defensa, Seguridad,  Economía,  Relaciones Exteriores, Inteligencia,etc. y desde luego un liderazgo como el que en su día ejercitaron De Gaulle y Adenauer, por ejemplo que hoy no existe.
En relación  y como complemento a todo lo expuesto anteriormente, me parece oportuno reproducir del digital DW la siguiente entrevista con Siebo Jannsen  que es un politólogo e historiador alemán que se ocupa de temas del este de Europa. Imparte clases en el Instituto de Historia Anglo-Americana de la Universidad de Colonia.En la entrevista trata de la nueva actitud de aislacionismo de Estados Unidos y del lugar de liderazgo internacional que otros países, sobre todo Alemania, asumirán a partir de ahora.


Deutsche Welle(DW): El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dejado claro que desea llevar a cabo una política exterior aislacionista y advierte que otros países miembros de la OTAN deben también contribuir a la alianza militar.  Este repliegue ¿da a otros países, como Alemania, la posibilidad de asumir un rol más importante en la comunidad internacional?

Siebo Janssen:  Estados Unidos siempre protegió contra la amenaza soviética o rusa a la Alemania occidental y después a todo el país una vez reunificado. Estados Unidos considera a Alemania como un factor de estabilidad en Europa y dentro de la Unión Europea. Ahora, con Trump, nos encontramos ante lo que podemos describir como una "posición brutalmente aislacionista”. Trump dice cosas como: "A mí no me interesa lo que pasa en el resto del mundo. Me interesa solo aquello que sucede en Estados Unidos y acabar con el llamado Estado Islámico”. El reto ahora para Alemania será desempeñar un papel enteramente nuevo. Más independiente. Pero tendrá que asumir un rol de liderazgo dentro de la Unión Europea y el mundo libre.
DW:¿Realmente puede Alemania asumir un papel más predominante?
En ese aspecto soy escéptico. No estoy seguro de si Alemania sabrá manejarse en esta nueva posición de poder. Es algo que nunca hemos aprendido y nunca hemos querido y, sin embargo, ahora tenemos ante nosotros dos grandes retos de poder político. El primero tiene que ver con la Unión Europea. Alemania es el actor más importante dentro del grupo, ya que la influencia política y económica de Francia retrocede. Además, ocupamos cada vez un lugar más poderoso dentro de la comunidad internacional. Nadie buscó eso aquí en Alemania, es algo con lo que nos hemos encontrado. Todo el mundo sabe que Trump cambiará la posición de Alemania en el mundo, pero nadie quiere aceptarlo de momento, porque no hay precedentes.
DW: ¿Qué tendría que hacer Berlín? ¿Cómo debería reaccionar?
Creo que la Unión Europea con liderazgo alemán  -y después, tal vez, quizá también con el francés- debe desarrollar su propia política exterior y de defensa. Debemos construir a partir de dos columnas: la diplomática, terreno en el que ya somos muy fuertes, y tenemos que reforzar el poder militar de la Unión Europea en su conjunto, no solo para Alemania o Francia.
DW: El hecho de que Europa comience a perseguir su propia agenda en política exterior ¿conducirá a confrontaciones con los Estados Unidos?
Eso es algo que ya estamos viendo. Por ejemplo, aquí en la Unión Europea no hay interés alguno en desestabilizar el este y el sureste de Europa, algo que Rusia trata de hacer actualmente. Si Estados Unidos se va aislando progresivamente, me temo que la Unión Europea y Alemania se tendrán que ocupar con mayor intensidad de sus vecinos. Ya no podemos pedir a Estados Unidos que lo siga haciendo por nosotros. Tenemos que agarrar nosotros el toro por las astas, ya que Trump ha dicho que no quiere que el conflicto con Rusia continúe escalando. Por ejemplo, si Rusia tratar de ampliar su papel en Ucrania, en el este de Europa y en Georgia, tendremos entonces que reaccionar en los países Bálticos. Si Estados Unidos no quiere, la Unión Europea tendrá que hacerlo. No podemos aceptar lo que Putin ha hecho en la mayor parte del este y sureste de Europa.
DW: Además de reforzar la parte militar e impulsar los esfuerzos diplomáticos ¿qué otras reformas son necesarias como reacción a Donald Trump y la nueva política estadounidense?
Creo que necesitamos un asiento en la ONU para toda la Unión Europea. Sería una señal clara para el resto del mundo, para Rusia, Estados Unidos y China, de que la Unión Europea está unida por su política exterior y no se guía solo por sus intereses nacionales. El problema es que, por otro lado, tenemos a una Unión Europea en declive, que se debilita progresivamente. Tenemos muchos problemas internos y externos, no hay más que mirar a Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia y el "brexit”. Nos encontramos en un punto de inflexión: podemos tender hacia el fortalecimiento de la Unión Europea en temas de política exterior y defensa. O podemos perder influencia en el mundo, trasladando la responsabilidad de Europa del este y otras partes del mundo a Estados autoritarios como China, Rusia e incluso Estados Unidos.

F.J. de C.

Madrid, 5 de febrero de 2.017