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| Banderas comunista y republicana en la C.Universataria |
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| Homenaje a las Brigadas Internacionales en la C. Universitaria |
Las trincheras de la Guerra Civil, desgraciadamente, han vuelto a levantarse 75 años después, en la Ciudad Universitaria de Madrid donde tantas y tan cruentas batallas se libraron entre 1.936 -1.939.
El pasado 22 de octubre hubo banderas republicanas, vivas a la República y marchas guerreras, de la contienda entre hermanos, cuyas heridas, hasta hace poco, estaban casi cicatrizadas.
Se trataba del homenaje a las Brigadas Internacionales, promovido por el Rector Magnífico de la Universidad Complutense, José Carrillo Menéndez, hijo de Santiago Carrillo Solares, el verdugo de Paracuellos del Jarama (Madrid), responsable de la matanza que se produjo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936.
Asistieron, además de los Carrillo, padre e hijo, cuatro provectos nonagenarios, brigadistas internacionales como invitados de honor.
Las “Brigadas Internacionales” , fueron un cuerpo expedicionario que hace 75 años llegaron a España para apoyar al bando rojo contra las tropas nacionales de Franco en la Guerra Civil.
Dicho acto de homenaje se convirtió en un acto de exaltación del bando republicano y se inscribe en el contexto diseñado por el gobierno socialista de Zapatero, (felizmente agonizante despues de su clamorosa derrota electoral), para despertar unos sentimientos de odio entre españoles que ya parecían muy amortiguados con el paso del tiempo y la superación de la “transición”.
La Iglesia sin embargo, ha conmemorado este 75 aniversario de los luctuosos hechos de Paracuellos con el más puro enfoque y sentimiento religioso mediante el recuerdo y la oración a los cientos de santos y beatos que allí murieron precisamente por su condición de cristianos, fuera de toda consideración de ideología política. El obispo de Alcalá de Henares, monseñor Reig Plá, diócesis a la que pertenece este lugar, ha celebrado una Eucaristía.
La capilla del Cementerio de los Mártires de Paracuellos estaba a rebosar para recordar el martirio de los 104 beatos cuyos restos mortales aún descansan en este camposanto. Junto al obispo copresidieron la Eucaristía un gran número de sacerdotes y de religiosos, entre ellos padres provinciales y representantes de muchas de las 20 órdenes religiosas a las que pertenecían los más de 200 religiosos asesinados en este lugar.
En su homilía, el obispo de Alcalá recordó "cómo los beatos de Paracuellos fueron requeridos por la Divina Providencia para dar testimonio, hasta el martirio, como testigos de la Fe. Amaron y perdonaron a quienes les tenían por enemigos con la certeza de la vida eterna. Sabían que su muerte no sería en balde; a ellos, Dios los llevó a su presencia, pero su sangre también se constituyó en semilla de nuevos cristianos y oración por la Iglesia, oración por sus verdugos, oración por el perdón y la reconciliación, oración por la paz, oración por España".
Recomiendo vivamente la lectura del artículo de Javier Lozano en Libertad Digital al que puede accederse por el siguiente enlace:
http://www.libertaddigital.com/sociedad/2011-11-27/martires-de-paracuellos-75-aniversario-de-una-masacre-que-rego-la-tierra-de-santos-1276442636/
F.J.
El pasado 22 de octubre hubo banderas republicanas, vivas a la República y marchas guerreras, de la contienda entre hermanos, cuyas heridas, hasta hace poco, estaban casi cicatrizadas.
Se trataba del homenaje a las Brigadas Internacionales, promovido por el Rector Magnífico de la Universidad Complutense, José Carrillo Menéndez, hijo de Santiago Carrillo Solares, el verdugo de Paracuellos del Jarama (Madrid), responsable de la matanza que se produjo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936.
Asistieron, además de los Carrillo, padre e hijo, cuatro provectos nonagenarios, brigadistas internacionales como invitados de honor.
Las “Brigadas Internacionales” , fueron un cuerpo expedicionario que hace 75 años llegaron a España para apoyar al bando rojo contra las tropas nacionales de Franco en la Guerra Civil.
Dicho acto de homenaje se convirtió en un acto de exaltación del bando republicano y se inscribe en el contexto diseñado por el gobierno socialista de Zapatero, (felizmente agonizante despues de su clamorosa derrota electoral), para despertar unos sentimientos de odio entre españoles que ya parecían muy amortiguados con el paso del tiempo y la superación de la “transición”.
La Iglesia sin embargo, ha conmemorado este 75 aniversario de los luctuosos hechos de Paracuellos con el más puro enfoque y sentimiento religioso mediante el recuerdo y la oración a los cientos de santos y beatos que allí murieron precisamente por su condición de cristianos, fuera de toda consideración de ideología política. El obispo de Alcalá de Henares, monseñor Reig Plá, diócesis a la que pertenece este lugar, ha celebrado una Eucaristía.
La capilla del Cementerio de los Mártires de Paracuellos estaba a rebosar para recordar el martirio de los 104 beatos cuyos restos mortales aún descansan en este camposanto. Junto al obispo copresidieron la Eucaristía un gran número de sacerdotes y de religiosos, entre ellos padres provinciales y representantes de muchas de las 20 órdenes religiosas a las que pertenecían los más de 200 religiosos asesinados en este lugar.
En su homilía, el obispo de Alcalá recordó "cómo los beatos de Paracuellos fueron requeridos por la Divina Providencia para dar testimonio, hasta el martirio, como testigos de la Fe. Amaron y perdonaron a quienes les tenían por enemigos con la certeza de la vida eterna. Sabían que su muerte no sería en balde; a ellos, Dios los llevó a su presencia, pero su sangre también se constituyó en semilla de nuevos cristianos y oración por la Iglesia, oración por sus verdugos, oración por el perdón y la reconciliación, oración por la paz, oración por España".
Recomiendo vivamente la lectura del artículo de Javier Lozano en Libertad Digital al que puede accederse por el siguiente enlace:
http://www.libertaddigital.com/sociedad/2011-11-27/martires-de-paracuellos-75-aniversario-de-una-masacre-que-rego-la-tierra-de-santos-1276442636/
F.J.
