Como continuación y complemento del artículo del pasado 6/01/14 seguidamente inserto dos videos muy ilustrativos de cuanto allí sucedió; ya se sabe que una imagen vale mas que mil palabras:
Pretende recoger todo tipo de informaciones y opiniones que puedan resultar interesantes; desde la ciencia pura hasta la literatura y el arte; tanto de temas de actualidad política, económica, defensa, etc. como de historia, religión, geografía, viajes, gastronomía, etc. siempre enfocados desde un punto de vista crítico y riguroso y muchas veces con sutil sentido del humor.
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miércoles, 8 de enero de 2014
lunes, 6 de enero de 2014
Los terroristas de ETA, excarcelados gracias al beneficio de Estrasburgo no piden perdón y exigen el derecho a decidir vasco.
El sábado 4 de enero de 2.014 se reunieron en Durango cerca de sesenta presos, asesinos convictos y confesos de ETA, excarcelados gracias a la derogación de la «doctrina Parot»,( por infame sentencia del TDHde Estrasburgo), en un acto que el Gobierno vasco permitió de buen grado, lo cual no es de extrañar y con el beneplácito de autoridad judicial, lo que si resulta cuando menos, sorprendente por no emplear un calificativo mas grueso que podría constituir desacato a la magistratura.
Los presos excarcelados, como si aún tuvieran en sus manos las pistolas, que probablemente si las tienen aunque quizá en “zulos”, exigieron ayer al Gobierno el reconocimiento del «derecho a decidir que tiene el pueblo vasco» como única vía para la «solución del conflicto» y reclamaron «repatriar y liberar hasta el último» de los exiliados y presos.
Quien expuso estas reivindicaciones, fue José Antonio López Ruiz, alias «Kubati», (sus apellidos, López y Ruiz no parecen ser de honda estirpe euscaldún) dejando claro que quienes han salido de prisión siguen perteneciendo a ETA, no se arrepienten, no piden perdón y no exigen la disolución de la banda. El «Kubati» , terrorista condenado a 1210 años de prisión por 21 asesinatos, y ya excarcelado, fue el terrorista que asesinó a la disidente etarra Yoyes cuando esta paseaba con su hijo de tres años en su pueblo natal de Ordicia.
Un ráfaga de aire fresco circuló al final de ese asqueroso “aquelarre” cuando el periodista de Intereconomía Cake Minuesa preguntó: «¿No vaís a pedir perdón a las víctimas?». El portavoz del Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK), Estanis Etxaburu, se aferró al guión del acto para contestar: «Hemos dicho que no vamos a responder a ninguna pregunta y aquí termina la rueda de prensa». Una respuesta que no contentó a Minuesa: «No teneís la hombría, la dignidad y la vergüenza de decir "queremos pedir perdón"». Poco después, dos personas de la organización obligaron al periodista a abandonar el lugar del acto.
Seguidamente me complce reproducir el artículo "El Hoyo" publicado por Ignacio Camacho en ABC en el cual glosa con su habitual buena pluma este acto.
F.J.deC.
Madrid, 6 de enero de 2.014
El hoyo
ABC
05/01/14
IGNACIO CAMACHO
El proyecto político de ETA está vivo, y los criminales, libres para perseguir los objetivos por los que han matadoLos nuestros en la calle y los vuestros en el hoyo. Con esta demoledora frase –un certero diagnóstico de situación, fuera de su crueldad extrema– recibieron la semana pasada a las víctimas del terrorismo en los valles de la muerte vascos, la geografía de la infamia donde habita el olvido de los allí asesinados con la complicidad activa o pasiva de quienes ahora gobiernan esos territorios. Y para confirmar la precisa crudeza del análisis los batasunos desplegaron ayer su viscosa e impune exhibición de fuerza: un tipo con veintiún muertos a sus espaldas, un serial killer capaz de despachar a dos decenas de ciudadanos, leyó en voz alta delante de otros 60 colegas de oficio un programa de autodeterminación con la impostada seriedad de cualquier encorbatado político nacionalista. Artur Mas debería sentir una cierta cosquilla de enojo: le ha salido un epígono llamado Kubati, al que cualquier día vemos en coche oficial con un acta de diputado.Lo que los matarifes recién liberados expusieron ayer en Durango es un discurso más profundo que el de su vulgar manifiesto soberanista. Estaban allí reunidos, con la complacencia de un juez y una Fiscalía timoratos, para dejar claro que el proyecto político de ETA está vivo aunque la banda agonice. Los muertos están enterrados y los criminales libres, dispuestos a proseguir la búsqueda de los objetivos por los que han matado. Porque ETA no mató por gusto ni por psicopatía sino por el poder y por la independencia. Y aunque ésta no la han logrado el poder ya lo tiene en sus manos a través de unos testaferros que ni siquiera han condenado los asesinatos. Ya no matan, es cierto y es importante. Pero además de borrón y cuenta nueva parecen pretender que se lo agradezcamos.A estos jiferos los vamos a ver convertidos en próceres, tiempo al tiempo. Con las capuchas quitadas se van a erigir en paladines de la independencia vasca, y eso no daría exactamente la impresión de una victoria del Estado. Estrasburgo les ha dado por cumplidas las condenas pero se están saltando un pequeño trámite de reinserción: la petición de perdón, el arrepentimiento y la repulsa expresa de su pasado de sangre y violencia. Aun con ello deberían quedar inhábiles para la política en un país higiénico, pero como mínimo tienen que cumplir ese requisito moral sin casuismos ni atajos. En vez de eso se ecochinean del sufrimiento causado y tratan de levantar un relato de dignidad sin que nadie, salvo unas víctimas estigmatizadas como si fuesen rehenes del rencor en vez de vestales democráticas, les afee sus perfiles de canallas. Habrán perdido pero la sociedad no ganará si ellos están cómodos en la derrota.Porque lo peor es que tienen razón: los suyos están en la calle y los nuestros, los de todos los ciudadanos decentes, en el hoyo. Alguna respuesta debería provocar la evidencia de que esa frase brutal es rigurosamente cierta.
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