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sábado, 2 de agosto de 2014

Ebola: La nueva epidemia que aflige al continente africano.


El continente africano padece cuatro heridas por las que poco a poco se va desangrando: las guerras y la violencia, la mortalidad materno infantil, el VIH y la tuberculosis. Desde hace relativamente pocos años una nueva y gravísima enfermedad, EBOLA, está asolando muchos países de ese desdichado continente. En Guinea, Liberia y Sierra Leona se han contabilizado ya un total de 964 casos de contagio de Ébola y se han registrado 603 muertes, según datos confirmados de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo hoy que su Gobierno está tomando las "precauciones debidas" frente a un posible contagio del ébola durante la Cumbre de Líderes Africanos que se celebrará en Washington la próxima semana.

El Ministerio español de Asuntos Exteriores, por su parte, desaconseja a los ciudadanos españoles viajar a Sierra Leona, Liberia y Guinea, salvo por razones de extrema necesidad, ante el brote de EBOLA que azota a África Occidental.

Historia de la enfermedad.

El Ébola hace referencia a varias cepas de un mismo virus que se identificó por vez primera en seres humanos en 1976. El científico belga Peter Piot, uno de los descubridores del virus del Ébola,en un laboratorio en Amberes (Bélgica),contribuyó a aislar este nuevo virus, en una muestra de sangre procedente de una religiosa católica fallecida en la República Democrática del Congo (RDC).En la última epidemia de ébola, a finales del verano de 2012, murieron docenas de personas en Uganda y en la RDC. Aunque el virus es muy peligroso sigue siendo poco frecuente. Desde que se descubriera en 1976 se han registrado aproximadamente 2.200 casos; de los cuales, 1.500 fueron mortales. Sin embargo, es indudable que casos esporádicos e incluso epidemias han pasado inadvertidos porque ocurren precisamente en áreas donde la población no tiene acceso a los servicios médicos.

Características distintivas de esta enfermedad.



Siendo una enfermedad relativamente poco frecuente y las epidemias limitadas (en comparación con el VIH, por ejemplo), siempre causan pánico porque el virus ébola es mortal entre el 25 y el 90% de los casos. Tras un periodo de incubación de 21 días, el virus causa una fiebre intensa, cefaleas, dolor muscular, conjuntivitis y debilidad general. La siguiente fase incluye vómitos, diarreas y, a veces, erupciones cutáneas. El virus se propaga por la sangre y paraliza el sistema inmunitario. Es especialmente temible porque el organismo no detecta estos virus de inmediato. Cuando el organismo reacciona en muchos casos ya es demasiado tarde. Para entonces, el virus ha producido coágulos que obstruyen órganos vitales y causan hemorragias graves. Los pacientes pueden tener un sangrado abundante.La enfermedad se contagia al estar en contacto con personas o animales infectados; por ejemplo, mediante la orina, el sudor, la sangre o la leche materna. Los familiares o profesionales de la salud que atienden a los pacientes corren riesgo de infectarse. La elevada tasa de mortalidad y el sangrado son tan aterradores que los profesionales de la salud llegan a huir abandonando a los pacientes.
Los ritos funerarios en los que los familiares lavan el cuerpo del difunto también son una fuente importante de riesgo de contagio en las comunidades afectadas.



Medidas terapeúticas aconsejadas para la epidemia del ébola.



Aunque no hay cura para esta enfermedad, es posible reducir su mortalidad tan elevada al tratar los síntomas. Esto incluye administrar suero a los pacientes deshidratados por la diarrea y confirmar que no han contraído otra enfermedad como, por ejemplo, malaria o una infección bacteriana como la tifoidea. Las vitaminas y los analgésicos también pueden ser útiles. Cuando la persona pierde el conocimiento y sangra copiosamente, ya no hay esperanza, solamente mitigar el dolor del paciente.

Una vez que el primer caso se confirma mediante un análisis de sangre, todos los que cuidan a un paciente infectado deben usar un traje contra riesgos biológicos, guantes, máscara y gafas protectoras, y extremar precauciones durante el tratamiento. Generalmente, se instalan cámaras de descontaminación entre los pacientes aislados y el exterior. Para limitar la epidemia es fundamental averiguar el origen de toda la cadena de contagio. Para ello, se realiza un seguimiento de todos los que hayan tenido contacto con los pacientes y que pudieran haberse infectado y se les aísla a la primera señal de infección. Además, debe informarse a todas las comunidades afectadas sobre la enfermedad y las precauciones que deben tomar para evitar el riesgo de infección. La higiene básica, como lavarse las manos, puede reducir considerablemente el riesgo de contagio.




Perspectivas de la lucha contra el virus Ebola.


La investigación es limitada, aunque interesa combatirlo también en lo referente a la protección contra la guerra bacteriológica o el bioterrorismo. El número, todavía, relativamente pequeño de víctimas de esta epidemia es la razón por la que los trabajos de investigación son relativamente escasos. También continúan las investigaciones sobre el origen del virus y sobre los murciélagos, el probable reservorio natural del Ébola.

En los últimos años,Médicos Sin Fronteras ( MSF) y otros organismos internacionales como Organización Mundial de la Salud (OMS) han intervenido en casi todas las epidemias del Ébola. Se requiere equipo y material considerables para aislar a los pacientes y evitar el contagio entre los profesionales de la salud y mejorar la capacidad de respuesta a esas epidemias, es la clave del éxito, debiédose actuar tan pronto como sea posible en cuanto se confirma el primer caso. La dificultad es que el Ébola se presenta en zonas aisladas y lamentablemente pobres; y se requiere tiempo para identificar la enfermedad y poner sobre aviso a las autoridades sanitarias.También la capacitación de todos los profesionales de la salud, médicos, enfermeras y asistentes sociales es fundamental para poder responder con la mayor celeridad y eficacia a la atención de estos desdichados..



F. J. de C.

Madrid, 2 de agosto de 2.014