miércoles, 19 de diciembre de 2018

El Árbol como símbolo de la Navidad.


El Árbol de Navidad es mundialmente famoso.
Como elemento importante de la fiesta cristiana del nacimiento de Cristo y también como símbolo de la paz. Muchísimas familias de todo el mundo decoran el Árbol para la ocasión. Ante el árbol iluminado, pocos se preguntan sobre su origen; los romanos adornaron las calles durante las Saturnales(*), pero fueron sobre todo los celtas quienes decoraron los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno. Era una forma de reanimar el árbol y asegurar el regreso del sol y de la vegetación. Desde tiempos inmemoriales, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de la regeneración.
El cristianismo adoptó y transformó estas costumbres paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que "representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes" y porque su copa "señala al cielo".
Dos ciudades bálticas se disputan el mérito de haber erigido el primer Árbol de Navidad en una plaza pública: Tallin (Estonia) en 1441 y Riga (Letonia) en 1510. Unos comerciantes locales instalaron un abeto en la plaza del mercado de Riga, lo decoraron con rosas artificiales, bailaron a su alrededor y finalmente le prendieron fuego.
Hoy se iluminan con luces eléctricas, como en esta fotografía de la plaza de la Ciudad Vieja de Praga, donde la ceremonia de encendido atrae cada año a miles de personas.

Árboles de Navidad en la tierra donde nació Jesucristo.





También en Tierra Santa los cristianos participan en los festejos del encendido de los Árboles de Navidad en Belén y Jerusalén.
En Jerusalén el árbol se encendió el 14 de diciembre junto a la Puerta Nueva; es una tradición ya consolidada y una fiesta no solo para los cristianos sino también para los muchos habitantes de otras religiones que pueblan la Ciudad Santa.
En la ciudad palestina de Belén, también se encendió el árbol de Navidad el pasado 2 de diciembre en la Plaza del Pesebre, situada junto a la Basílica de la Natividad; es una gran fiesta y Belén se transforma. La atención de todos los cristianos en el mundo en estas fechas se dirige a Belén y aunque a menudo, el nombre de Belén evoca guerras, conflictos, problemas sin embargo estos son días de fiesta. La Navidad en el Rockefeller Center.


Desde 1931 en la plaza del Rockefeller Center de Nueva York, en el corazón de Manhattan, cada año se instala un gran árbol de Navidad de más de veinte metros de altura y se monta una gran pista de patinaje sobre hielo.  

Los bosques de acebo de Soria.


Uno de los secretos mejor guardados de la provincia de Soria son sus acebales, estos arbustos que con sus bayas rojas nos dicen que la Navidad ya está aquí. Por la comarca soriana de las Tierras Altas se hallan importantes extensiones de acebo que en esta época del año son recolectados con sumo cuidado en podas controladas para abastecer mercados navideños y talleres donde realizan los típicos adornos para esta época del año.
La belleza de los acebales con sus hojas de espino y sus bayas rojas en la población de Oncala, puerta de la comarca de Tierras Altas,se aprecia con una ruta por los acebales, que se inicia en el puerto de Oncala a más de 1.454 metros de altura y recorre unos seis kilómetros.
F.J. de C.
Madrid, 19 de diciembre de 2.018
(*)Las Saturnales, eran unas fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, y que originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno

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