La costumbre de poner nombre a los huracanes, desde hace un tiempo se ha extendido a asignar también nombre propio a las grandes tormentas, “bombas meteorólogicas” o ciclogénesis explosivas y así, «Nadja» ha sido el nombre asignado a esta última, que se formó hace unos días en el Atlántico y que por la confluencia de una serie de factores ha provocado que esta tormenta haya dejado un nefasto recuerdo por los destrozos sufridos en todo el litoral del norte de ESPAÑA.
«La coincidencia del mar de fondo generado por esta tormenta con el mar de viento levantado por un pequeño frente, la pleamar con coeficiente de marea muy alto y el ciclo lunar» han originado lo que perfectamente podríamos llamar «la tormenta perfecta». Las olas que llegaron desde el océano acumulando energía hasta romper con la costa española, sumadas a las que levantó el viento del pequeño frente que atravesaba el norte de España, se juntaron con las mareas y la Luna para arrasar todo el litoral norte. Y ahí está el incuestionable parte de destrozos causado por «Nadja» y sus aliados.
Desde La Coruña hasta San Sebastián, pasando por buena parte de las localidades y puertos del litoral septentrional, los daños han sido cuantiosos y las imágenes absolutamente insólitas
La boya de Estaca de Bares registró este fin de semana una altura significativa de oleaje (la media del tercio más alto de olas) de 12,77 metros, lo que implica que hubo alguna que superó los 20 metros de altura. Y una de esa magnitud debió de ser la que en La Coruña se llevó parte del paseo marítimo. Del tramo entre La Coraza y el estadio de Riazor ya solo queda lo que antes fue una balaustrada y bancos arrancados de cuajo y desperdigados a varios metros de su ubicación original.
Pero lo peor sucedió en Foz (Lugo), donde un adolescente de 15 años que montaba en bicicleta en las proximidades de la playa de Rapadora fue arrastrado por el mar, al igual que su amigo de 13 años que le acompañaba, y que sí pudo salir del agua.
En el Principado de Asturias, diez municipios costeros resultaron afectados por el embate del mar. Los concejos de Cudillero y Valdés fueron de los más dañados. En el de Cudillero, más de 50 metros del dique del puerto se hundieron, mientras que en Luarca las olas han dejado casi irrecuperables las instalaciones del Museo del Calamar Gigante, donde se alberga -o albergaba- una de las mejores colecciones del mundo de este coloso marino. En Luanco, numerosos bares, restaurantes y casas resultaron también dañados. Ni siquiera se libró Gijón, donde el oleaje provocó destrozos en buena parte del Muro de San Lorenzo; y en Ribadesella algunas calles se inundaron durante la madrugada.
En Cantabria las olas han provocado destrozos en mobiliario urbano, garajes, locales, restaurantes y viviendas de El Sardinero, en Santander; además de arrancar bancos, muros de piedra, árboles, farolas y decenas de metros de barandilla. El mar también golpeó con saña el entorno de la península de la Magdalena, arrastrando rocas al interior del recinto.
«Nadja» no se olvidó tampoco de Vasconia, especialmente de San Sebastián, que ha sufrido cuantiosos destrozos en todo su frente costero. Los cuatro puentes sobre el Urumea perdieron varios metros de sus barandillas y el muro de piedra del Paseo Nuevo fue rebasado por unas olas que dejaron una riada de más de un metro de altura en la Parte Vieja de la ciudad. En el puerto, varias piedras del espigón fueron arrancadas, hundiendo las embarcaciones atracadas. También Orio, Pasajes, Zumaya, Deba y Zarauz sufrieron daños. Y en Bermeo(Vizcaya) el mar se llevó parte del espigón, al igual que en Guechodesapareció un tramo del muro del paseo de la playa de Ereaga.
Puede que «Nadja» no haya sido un huracán, o un ciclón extratropical, pero se ha comportado como si lo fuese.
Seguidamente se ofrecen unos videos ilustrativos de la dureza inusitada de este temporal
F.J.de C.
Madrid, 3 de febrero de 2.014
Nota: Info de prensa y videos de YouTube.
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