Alfredo Pérez Rubalcaba es un peso pesado de la política. Por culpa de las ocurrencias y los despropósitos de Zapatero perdió las elecciones, pero no la inteligencia. El líder socialista sabe que carece de argumentos para debatir en el Congreso y ha decidido tomar la calle. La multiplicación de movilizaciones, manifestaciones, huelgas y violencias terminará por hacer reaccionar a la opinión pública contra el Gobierno, si se muestra incapaz de dominar las algaradas.
El pulso de Rubalcaba contra Rajoy está ya en la calle. No era difícil pronosticar lo que iba a ocurrir tras las elecciones generales. Lo hicimos no pocos articulistas. Rubalcaba se iba a defender con las armas que tiene a su alcance. “La oposición responsable” anunciada por el PSOE, ahí está. Sería absurdo negar la evidencia. No han pasado tres meses y la calle está ardiendo. La “oposición responsable” quería decir que Rubalcaba hará aquello que crea más conveniente para el PSOE. Y en eso estamos.
Hay, sin embargo, tal hartazgo de las contradicciones socialistas y, sobre todo, del negocio de los sindicatos, que se están forrando a ganar dinero en lugar de defender a los trabajadores, que muchos centenares de miles de personas están dispuestas a lanzarse a la calle para manifestarse en favor del partido y del líder al que votaron abrumadoramente en las elecciones de noviembre pasado.
Rajoy puede encauzar a esas multitudes con movilizaciones en la calle y dar la réplica a Rubalcaba en el terreno que el líder socialista cree que le pertenece. Puede también Rajoy aguantar mecha y esperar a que se cansen los vociferantes y violentos. Esta última fórmula, sin embargo, es muy peligrosa. Lo inteligente en estos momentos para el líder del PP sería dar réplica cuanto antes a la calle de Rubalcaba en la propia calle.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
de la Real Academia Española
4 comentarios:
No sé cuál de las dos posibilidades puede ser más razonable. Ni cuál de las dos encierra más peligro. Pese a lo que dice Ansón.
Un cordial saludo.
Yo personalmente, lo tengo claro: "Leña al mono que es de goma" que dijo el clásico.
El problema es que la izquierda ,cuando pierde en las urnas, cuando la sociedad les da la espalda, no aceptan la derrota y tienden a intentar ganar en la calle -mediante la violencia -, lo que perdieron en votos.
Y a este hecho se le podrán poner todos los eufemismos que quereamos, pero no es otra cosa que golpismo encubierto.
Alguien debería decirle a Rajoy que el modelo a imitar y emular en situaciones como las que vivimos -huelgas,violencia en las calles,terrorismo urbano- es el de Margaret Thatcher.
Tomar la calle por ambos partidos. eso es lo que mejor le iria a Rubalcalva,Claro que eso dividiria a la sociedad en dos bandos.Y eso seria volver a 1936,Aqui puede pasar de todo.un saludo.
Publicar un comentario