Seguidamente reproduzco el tercer artículo del director del diario Expreso, de Lima, Luis García Miró Elguera, titulado:
El espejo español
Interesa sobremanera comprender lo que viene aconteciendo en España, porque sus problemas los vienen sintiendo las bolsas mundiales, y porque se trata de una nación querida que tras el ingreso al gobierno de la democracia monárquica empezó un largo, arduo pero firme camino de florecimiento, cuyo ápice se aprecia en toda su magnitud en el último cuarto de siglo.
No obstante, en apenas estos recientes cinco años y meses de gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, ese progreso ha sufrido un retroceso fenomenal. Como acaba de sentenciar el ex presidente español José María Aznar, “Nadie hizo tanto daño en tan poco tiempo. España ha vuelto dramáticamente a la segunda división. El resultado son 4.5 millones de parados y más de 100 puntos de pérdida de credibilidad de la deuda española con respecto a la alemana, cuando hay que recordar que nuestra deuda tuvo más credibilidad y confianza que la alemana”. Y es que, como lo señala El Mundo, “en poco más de cinco años, Zapatero ha pasado de gobernar uno de los países de referencia del continente a ser mirado de reojo porque España empieza a estar considerada un lastre para el futuro de Europa”.
Hace una semana resumimos en esta columna algunas opiniones escuchadas en el Fórum Económico de Davos que colocaban a la Madre Patria en muy mal predicamento ante el resto de la Unión Europea, preocupada por los 4.5 millones de españoles desocupados; su creciente desempleo; la continuación de la recesión por lo menos a lo largo de todo este año; la angustia de recursos estatales para atender los intereses de la deuda o las pensiones. Y en estos últimos siete días, lo que ha sucedido en ese país es grave. Por un lado, un Zapatero desesperado que, en vano intento por aquietar a los representantes de la comunidad europea y pacificar a los mercados –tras que Standard & Poors rebajase la calificación de la deuda española por primera vez desde 1996–, propuso un conjunto de reformas –sin consultar al Congreso, al sector empresarial o al gremio laboral–, destacando entre ellas una que prolonga de 65 a 67 años la edad para jubilarse, es decir, un costo social preocupante. De otro lado, la imagen de un gobierno que tras esconder la crisis durante dos años seguidos, reacciona con manotazos de ahogado –apenas limitándose a prometer ahorros por 50 mil millones de euros– sin exhibir un programa concreto, a sabiendas de que España tiene previsto emitir deuda pública nueva por 210 mil millones de euros, en medio de la desconfianza de los mercados.
La crisis que afecta ahora a España es entonces fruto de la ligereza con que ha manejado ese importante país un presidente como Rodríguez Zapatero, superficial, ávido por el aplauso de la tribuna, neófito en materia fiscal y económica. Esta lección la necesitamos recordar siempre. Porque siendo España un país desarrollado, primermundista, rico, con una infraestructura nacional inmensa, que recibe la visita de 50 millones de turistas al año, etc., aun así un mal gobierno ha conseguido revertir su progreso, haciéndole pagar una factura muy alta –y por muchos años– a sus ciudadanos. Si extrapolamos ese ejemplo al Perú, imaginemos lo que puede llegar a sucederle si un –nuevo– mal gobernante toma las riendas del poder el 2011.
Por ello hay que ser siempre consientes de lo que sucede cuando los pesos ligeros, los populistas, los irresponsables –los rojos– asumen la tarea de manejar el destino, en nuestro caso, de 28 millones de personas. Mucho cuidado entonces al momento de votar el 2011.
1 comentario:
FJEugenio, no te pierdas este video.
Es magistral.
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