Tengo el privilegio de haber viajado a COLOMBIA en varias ocasiones por lo que conozco de cerca ése maravilloso país, equiparable en su seriedad a México y Brasil y en cambio tan desconocido en ESPAÑA; tengo bastantes amigos colombianos y he podido apreciar que, además de expresarse en un español de gran calidad, poseen un nivel cultural, técnico y profesional muy elevado.
Sin embargo, COLOMBIA padece desde hace medio siglo una lacra infame: la “guerrilla” y el terrorismo de las FARC que para su mayor desgracia todavía, están íntimamente ligados con el narcotráfico.
Los políticos colombianos habían afrontado, hasta ahora, con muy poca decisión y menor éxito todavía, la lucha para derrotarlo, razón por la cual este problema se ha convertido en endémico y ha sido la causa de que COLOMBIA no haya podido ocupar la posición de liderazgo que le corresponde en el continente. Particularmente inoperante y nefasta resultó la presidencia del Dr. Pastrana (1998-2002) que pretendió un proceso paz, mediante diálogo, negociaciones y cesiones incluso de territorio a los narco-terroristas, llegando al colmo de la extravagancia retratándose con el guerrillero Marulanda, al que, al parecer, consideró “un hombre de paz”; en la ESPAÑA de Zapatero, por desgracia, sabemos bastante de los resultados que se obtienen mediante las negociaciones y diálogos con “hombres de paz” criminales del estilo de Marulanda.
Las cosas, afortunadamente, han empezado a cambiar en COLOMBIA desde que en agosto de 2002 asume la presidencia el Dr. Álvaro URIBE. Su llegada al poder se basó en “la promesa de la mano firme contra la guerrilla, el corazón grande en lo social y una dura lucha contra la politiquería y la corrupción”. Se han cumplido, por tanto siete años de gestión de Uribe con logros enormemente significativos.
A raíz de la desaparición de la base militar de Estados Unidos en Manta, Ecuador, y el inminente declive de los recursos del Plan Colombia, el gobierno colombiano vio la oportunidad de fortalecer esa alianza militar con los USA para tratar de desterrar, de una vez por todas, los tentáculos de los grupos criminales que azotan el país..
Por eso inició en febrero una negociación confidencial en Washington, según la cual Estados Unidos podrá usar siete bases militares en Colombia, a cambio de incrementar el apoyo a las operaciones que el país desarrolle contra narcotraficantes y guerrilleros. El acuerdo en curso de negociación, tiene a Colombia en medio de una tormenta diplomática regional que obligó al presidente Álvaro Uribe a hacer una gira relámpago por Suramérica, para explicarles a los Presidentes de la región los alcances del mismo.
Sin lugar a duda, el país ganará con este acuerdo capacidades de inteligencia que son cruciales en este momento. La información en tiempo real que recibirá le servirá para asestarles golpes definitivos a los grupos armados. Pero no todo va a resultar tan sencillo; es bien conocida la animadversión de la izquierda “bolivariana” contra los USA y para los vecinos se trata de bases militares norteamericanas en territorio colombiano con proyección en el resto del área.
La palabra clave en todo esto es disuasión. Es obvio que Colombia, además de fortalecer su lucha interna, también busca disuadir a los vecinos que son laxos con las FARC para que no sigan siéndolo. El tema de la guerrilla se ha convertido en fuente de conflicto permanente con Ecuador y Venezuela. Colombia no tiene cómo hacerle frente a la carrera armamentista de Venezuela, pero sí como enviar un mensaje disuasivo con el respaldo de Estados Unidos. Al tiempo, los norteamericanos quieren disuadir a los gobiernos que están haciendo entusiastas acuerdos militares con Rusia, Irán o China. Y Brasil, a su tiempo, cómo líder de Unasur, quiere disuadir a la inefable potencia estadounidense de no seguir tomando a América Latina como su patio trasero.
A diferencia de la mala acogida que dicho plan ha tenido en Venezuela, Ecuador, Brasil, Bolivia, y también, cómo no, en la Argentina de los corruptos e imprevisibles Kirchner, en Lima, Uribe es percibido como un aliado natural, siendo considerado un amigo muy querido del Perú; es visto como un hombre fuerte que ha puesto en jaque a las FARC por lo que, el tema de las bases no molesta en el Perú, salvo a algunos sectores favorables a la corriente política de Chávez; a eso hay que sumar que Perú entiende la sensibilidad colombiana en el tema de la lucha antiterrorista mejor que otros países, pues ha enfrentado a grupos como Sendero Luminoso; hay, por tanto, una afinidad muy grande entre los presidentes García y Uribe, y una distancia con todo este eje Chávez-Morales-Ortega-Correa.
En cuanto a CHILE, su gobierno respeta la soberanía, el interés nacional y las decisiones políticas de cada país en este continente, y en este caso particularmente de Colombia, según manifestaciones de su ministro de exteriores.
Finalmente, la postura de ESPAÑA manifestada por la Vice presidenta De La Vega ha expresado el respeto de España en relación con la decisión "soberana" de Colombia de permitir el uso de Estados Unidos de siete bases militares en su territorio; la vicepresidenta desautorizó así al ministro de exteriores Moratinos, cuando hace una semana éste, imprudentemente, pidió a Estados Unidos desde Brasil que intentara "evitar una militarización" de la región. De la Vega ha recalcado que el Gobierno colombiano "ha tomado una decisión en el ejercicio de su soberanía" que el Ejecutivo español "respeta".
Desde España hemos de estar atentos a Colombia; es un país clave en el área hispanoamericana; es además un país con graves problemas de terrorismo (tan antiguos como los nuestros) y del que podemos aprender mucho en cuanto a la firmeza necesaria para derrotarlo, y abandonado de una vez para siempre cualquier ilusión de negociar todo aquello que no sea donde entregan las armas los criminales.
F. J.
1 comentario:
Chavez está haciendo todo lo posible y lo imposible por desestabilizar a Colombia.
El pancomunismo populista que ya ha implantado con sus remedos en Ecuador,Bolivia y Nicaragua se le queda cojo si no logra que en Colombia las FARC y el narcoterrorismo desestabilicen la región.
Su último ataque a Uribe por el tema de las bases USA busca precisamente eso.
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