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lunes, 26 de septiembre de 2011

Ciencia: La Teoría General de la Relatividad de Einstein y los neutrinos (II parte)

El artículo que sigue, puede considerarse que complementa mi artículo anterior sobre este mismo asunto y expone con rigor y claridad algunos abstrusos conceptos físicos relacionados con la Teoría de la Relatividad.
F.J.

Artículo de Rafael Bachiller,astrónomo y director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN). en La Gaceta http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/opinion/neutrinos-hereticos-fisicos-cautos-20110925.

Sesenta nanosegundos, un nanominuto, la milmillonésima parte de un minuto, no parece mucho tiempo. Pero cuando pensamos que es la ventaja que le sacan los neutrinos a la luz en una carrera de 730 kilómetros, concluimos que es una ventaja muy importante. Batiendo un récord próximo a los 2,4 milisegundos en la carrera, los neutrinos parecen viajar a 299.798,454 kilómetros por segundo, superando en un 0,002% a la velocidad de la luz.
La velocidad de la luz en el vacío, que ha sido muy bien medida por diferentes técnicas y a lo largo de casi tres siglos, es de 299.792,458 kilómetros por segundo. Que este valor es el límite superior de todas las velocidades en el universo es una de las hipótesis más fundamentales de la física de nuestros días. Tan sólo los fotones cuando se propagan en el vacío pueden viajar a esta velocidad máxima, una velocidad que es independiente del movimiento del sistema de observación.Al incorporar la invariancia de la velocidad de la luz en su teoría de la relatividad, Einstein tuvo que modificar la física clásica revelándonos toda una serie de nuevos fenómenos. Durante el siglo de vida de esta teoría, numerosos experimentos, tanto en el laboratorio como en las grandes escalas del cosmos, han confirmado la validez de las ideas de Einstein, reafirmando así la universalidad de las leyes de la física. Una de las pruebas más recientes ha sido aportada por la sonda espacial Gravity Probe B de la Nasa hace tan sólo unas semanas. Hay quien hablaba del fin de la física.Una de las implicaciones más sorprendentes de la teoría de la relatividad es que posibilitó los viajes en el tiempo... pero sólo hacia el futuro. En uno de los célebres experimentos mentales de Einstein, uno de dos hermanos gemelos emprende un viaje a muy alta velocidad (próxima a la de la luz), mientras el otro queda en reposo. El viajero observa como, para él, el tiempo transcurre más despacio; por poner un ejemplo: un día de los suyos equivale a una semana de su hermano.Así que el viajero resulta estar más joven que su gemelo cuando, al regreso, se reencuentra con él; es decir: ha viajado al futuro de su hermano, que quedó en reposo. Difícil de probar con humanos, este experimento se ha realizado con éxito utilizando partículas elementales. Lejos de ser una mera curiosidad, la modificación del tiempo con la velocidad es algo que hay que tener muy en cuenta en múltiples aplicaciones prácticas, por ejemplo en el funcionamiento de nuestros sistemas GPS.Si el viajero se aproxima más y más a la velocidad de la luz, sus minutos se van alargando progresivamente y, en el límite, si alcanzase la velocidad de la luz, sus intervalos de tiempo se harían infinitos. Por extrapolación, para un viajero más rápido que la luz, el tiempo comenzaría a correr en sentido contrario y el viajero llegaría a su destino antes del momento en que emprendió su recorrido. Pero el viajar al pasado no sólo es imposible en el marco de la relatividad, sino que siempre ha resultado muy incómodo filosóficamente, pues significaría que el efecto puede preceder a la causa.El límite de la velocidad de la luz es un ingrediente básico en nuestra concepción del universo. Entre las numerosas medidas que han corroborado este límite, cabe destacar algunas realizadas también sobre neutrinos. Por ejemplo, en el año 1987 llegaron a la Tierra (tras viajar durante 168.000 años) las señales procedentes de una espectacular explosión estelar en la Gran Nube de Magallanes (la muy conocida supernova SN1987A) y tanto la luz como los neutrinos generados en la explosión llegaron simultáneamente. Si los neutrinos hubiesen viajado, como parecen hacerlo los del CERN (Laboratorio Europeo de Física de Partículas), más aprisa que la luz, tendrían que haber llegado tres años antes a la Tierra que los fotones y, cabe esperar, habrían sido detectados en 1984.El experimento realizado en el CERN parece muy delicado, con numerosos parámetros experimentales que necesitan de un altísimo grado de control. Todos los físicos, comenzando por los autores del experimento, se han mostrado muy cautos, todos coinciden en que es prematuro extraer consecuencias de tan sólo estas medidas. Pero, aunque no se encontrase fallo en las medidas, las pruebas experimentales que apoyan las teorías de la relatividad de Einstein son tan abrumadoras que resulta difícil imaginar que pudiesen contener algún elemento radicalmente erróneo.Uno de los mecanismos que hace avanzar a la ciencia es el encontrar fenómenos inexplicables en el marco de las teorías existentes, lo que conduce a teorías cada vez más precisas, teorías que no contradicen a las anteriores sino que las engloban y generalizan. En este caso particular, aunque estas nuevas medidas heréticas se confirmasen, parece más plausible que el resultado se debiese a alguna propiedad aún no comprendida de los neutrinos (unas partículas extremadamente sutiles que son de difícil estudio) o a algún refinamiento teórico de la interpretación del espacio-tiempo o del vacío, que a un gran fallo conceptual de la teoría de Einstein.