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domingo, 18 de enero de 2015

El accidente nuclear de PALOMARES: El recuerdo de un suceso que pudo ser una tragedia de dimensiones incalculables.
En el 49º aniversario de la que pudo ser una tragedia mayor que la ocurrida en Hiroshima y Nagasaki, se reproduce el artículo publicado en este blog el 19 de enero de 2.014, con la única modificación de que en este año transcurrido (enero 2014 / enero de 2015) el Beato Juan XXIII  ha sido elevado a los altares como SAN JUAN XXIII.

1.-Descripción del suceso.


Palomares es una pequeña población de Almería, situada en Andalucía, en el término municipal de Cuevas de Almanzora.
El 16 de enero de 1966 se produjo un accidente de aviación militar durante una operación de abastecimiento de combustible en vuelo. La colisión tuvo lugar en el espacio aéreo de Palomares; como consecuencia de un fallo en la maniobra de acoplamiento para el suministro de combustible colisionaron las aeronaves y se produjo la destrucción y caída del super bombardero B-52 y del avión nodriza, KC-135 desprendiéndose las cuatro bombas termonucleares tipo Mark 28, modelo B28RI, de 1,5 megatones cada una que transportaba el primero, (mucho más potentes que las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki). Murieron en el acto los cuatro tripulantes del KC-135 y tres de los siete tripulantes del B-52. Los otros militares salvaron la vida saltando en paracaídas; tres de las bombas cayeron en tierra y fueron localizadas en cuestión de horas, pero la cuarta cayó al mar y se tardó cerca de 80 días en localizarla, apareciendo finalmente a 5 millas de la costa.
Palomares se convirtió, con dicho motivo, en centro de atención de las dos grandes superpotencias. Durante doce días un buque soviético, vigilaba las operaciones que se estaban efectuando. Hasta que los norteamericanos les obligaron que se retirarse.

2.- La situación internacional del momento.

En 1966, el mundo estaba en plena guerra fría, 340 aviones superbombarderos B-52 de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, concretamente de su Comando Aéreo Estratégico (SAC: Strategic Air Command), se mantenían permanentemente en el aire, sobrevolando el planeta (sin duda, como otros tantos o mas de la URSS) . Cada uno de ellos transportaba una carga de cuatro bombas termonucleares de 1,5 megatones. Cada una de estas bombas tenía un poder destructor 75 veces superior a la lanzada sobre Hiroshima; las cuatro bombas de cada uno de los B-52, con una potencia conjunta de 6 megatones, equivalían a más de 300 bombas de Hiroshima.
Esta estrategia militar, estaba basada en la necesidad de estar muy cerca, lo más cerca posible, del objetivo enemigo -la Unión Soviética- en caso de urgencia en el ataque o contraataque nuclear dadas las circunstancias de “guerra fría” que entonces se vivían.
Así pues, los B-52 salían cada mañana de la base Seymour Johnson de las fuerzas aéreas norteamericanas, en Goldsboro, Carolina del Norte, y se dirigían hacia el Este del Mediterráneo, hacia la frontera turco-soviética. Al sobrevolar España en dirección Este repostaban combustible en vuelo suministrado por aviones-nodriza de la base aérea de Zaragoza, en un punto situado entre esta ciudad y la costa mediterránea. Al regresar a Estados Unidos, los B-52 volvían a repostar. En este caso, el avión nodriza provenía de la base de Morón (Sevilla) y la maniobra se realizaba sobre la costa mediterránea de Almería.
Las autoridades españolas sin embargo no sabían que los aviones norteamericanos transportaban armas nucleares. El entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Castiella, conoció lo sucedido por un desliz del embajador norteamericano. El Pentágono en aquellos momentos ya había reaccionado con la operación " Broken Arrow" (Flecha Rota) un dispositivo previsto en caso de accidentes nucleares, que los norteamericanos pusieron en práctica por primera vez fuera de territorio estadounidense.

3.-Cómo se generó el accidente.

Dos de las cuatro bombas que cayeron con sus respectivos paracaídas, se recogieron intactas, una cerca de la desembocadura del río Almanzora y la otra, en el mar. Las otras dos cayeron sin paracaídas, ya que, según parece, la colisión originó el derrame del combustible, unos 12.000 litros de keroseno, y su ignición, quemando los paracaídas de estas segundas bombas. Una de estas bombas cayó en un solar del pueblo y la otra en una sierra cercana.
A causa del choque violento con el suelo y la detonación del explosivo convencional que llevan estas armas como iniciador, se produjo la fragmentación de esas dos bombas, la ignición de parte de su núcleo fundamental y la formación de un aerosol, de una potente nube de finas partículas compuesta por los óxidos de los elementos transuránicos constitutivos del núcleo fundamental de la bomba. Asimismo, al romperse éstas se liberó, vaporizándose, el tritio (hidrogeno-3, radiactivo beta débil), elemento esencial para la reacción de fusión termonuclear definitoria de ese tipo de bombas.
La acción del viento que soplaba en aquellos momentos en la zona dispersó el aerosol que se había formado en los dos puntos de contacto e hizo que sus componentes se depositaran posteriormente en una zona de unas 226 hectáreas, más de 2 kilómetros cuadrados, que abarcaba, monte bajo, campos de cultivo e incluso zonas urbanas.

4.- Contaminación radiactiva y operaciones de descontaminación.

Los norteamericanos crearon un campamento en la playa de Palomares, que bautizaron como"Campo Wilson". Lo componían unos cinco mil hombres; Palomares se convirtió en territorio prácticamente exclusivo de los norteamericanos, pues los acuerdos firmados en 1953 entre España y EEUU, especificaban que en caso de accidente nuclear, todas las responsabilidades recaían en las autoridades norteamericanas.
Como consecuencia del accidente, se produjo la contaminación de la zona por diversos isótopos del plutonio y, en menor proporción, americio 241. La contaminación alcanzó valores superiores a 7.400 Bq (1).  Algunas áreas próximas a los puntos de impacto alcanzaron valores extremadamente elevados. Es pertinente mencionar que el nivel real de contaminación alfa varía según las fuentes consultadas y las cifras fueron reconocidas en su momento por la Junta de Energía Nuclear (JEN).
La contaminación alcanzó sus valores máximos, como es lógico, en las proximidades de los puntos de contacto de las bombas con el suelo, disminuyendo con la distancia a dichos puntos. La mayor parte de las viviendas, que constituían una zona urbana muy dispersa, quedaron situadas en la zona que NO resultó contaminada directamente o que resultó afectada en menor medida. La zona que tenía mayor contaminación, y en mayor extensión, fue la correspondiente a los eriales situados entre colinas al suroeste de Palomares, y que distaban un kilómetro y medio de la zona urbana. Todo esto está descrito con cierto detalle en un informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Según un informe del WISE (World Information Service on Energy: Servicio Mundial de Información sobre la Energía)  de enero de 1986, se desarrolló por parte de los EEUU un intenso programa de descontaminación con recogida de vegetales, tierra y fragmentos de los aviones y las bombas.
Aunque no se conocen con precisión los grandes datos de la operación, pero se sabe que unas 1.700 toneladas de material contaminado se trasladaron a Estados Unidos en el interior de 5.500 bidones de 209 litros de capacidad. Como dato curioso, las carcasas de las dos bombas Mark-28 que se recuperaron intactas en Palomares pueden contemplarse en el Museo Atómico Nacional (National Atomic Museum) de los EEUU, en Alburquerque, Nuevo México.

5.- Paco, el de la bomba.

La llegada de la Sexta Flota, para la búsqueda de la bomba caída al mar y la caja negra, hizo de la costa almeriense la más vigilada del Planeta. Pese a todo este dispositivo la mejor ayuda para los norteamericanos fue la de un sencillo pescador local,  Francisco Simó, "Paco el de la bomba", que definió con precisión la situación de caída del artefacto, aunque para hacerle caso los norteamericanos tardaron un mes en verificar su relato, donde indicaba que el había visto caer la bomba y la caja negra. Seguramente, aparte de este hombre sencillo, nadie ha visto caer una bomba atómica y vivir para contarlo.Después de 81 días de búsqueda, los militares norteamericanos encuentran la bomba a mil metros de profundidad. Para recuperar el artefacto nuclear se tomaron todo tipo de precauciones. Se comprobó que no emitía radiación, se controló con cámaras de televisión y la subieron al muelle cuando comprobaron que no había peligro por radiación.

6.- El baño de Fraga y el embajador USA.
El Gobierno del Generalísimo Franco quiso quitar dramatismo a la gravedad del asunto, con el baño de Manuel Fraga en aquel entonces Ministro de Información y Turismo, junto al embajador norteamericano, Biddle Duke, en la playa de Palomares, en la mañana del 10 de marzo de 1966, Fraga fue a bañarse a una playa próxima a Palomares en compañía del embajador Biddle Duke. Con aquel baño en pleno mes de marzo, apenas dos meses después del accidente y ante las cámaras de una incipiente Televisión Española, se trató de demostrar a la ciudadanía española y mundial que aquel accidente nuclear no tenía importancia grave,  siendo profusamente  difundidas las imágenes por todos los medios de comunicación nacionales y extranjeros.

7.- Conclusiones finales.

Han transcurrido 48 años del accidente de Palomares; en este periodo de tiempo las circunstancias geoestratégicas del mundo han cambiado sustancialmente; la Unión Soviética ha desaparecido del mapa y también la “guerra fría” pero no así el peligro comunista en zonas calientes de Asia, como Corea, Vietnam, y China; igualmente Rusia, aunque liberada del yugo comunista sin embargo es una gran potencia dotada de todo tipo de armas nucleares y una gran flota de submarinos nucleares que está presente en todos los mares (véanse artículos de este blog).La proliferación de armas nucleares se ha extendido por muchos países, y por tanto el peligro de que se repita algún nuevo accidente como el de Palomares es evidente.
Actualmente hay, al menos, diez países con armamento nuclear comprobado. Cinco de ellos están considerados "estados nuclearmente armados", un estatus reconocido internacionalmente otorgado por el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT por Non-Proliferation Treaty, en inglés). En orden de adquisición de armas nucleares, éstos son: los Estados Unidos de América, la Federación Rusa (antigua URSS), el Reino Unido de Gran Bretaña, la República Francesa y la República Popular de China
Desde que se firmó el tratado NPT, otros tres países no firmantes del mismo han realizado pruebas nucleares: India, Pakistán y Corea del Norte.Irán ha desarrollado la tecnología de enriquecimiento de uranio y existen fundadas sospechas de hacerlo con el fin de poseer armamento atómico. Por otra parte existen suficientes indicios de que Israel posea un arsenal de armas nucleares, aunque nunca haya sido confirmado ni desmentido por el propio país.
Finalmente,  recordar como en su  encíclica Pacem in Terris San Juan XXIII, reafirmó la petición del Vaticano a realizar un efectivo desarme nuclear.
“La Santa Sede comparte el pensamiento y los sentimientos de la mayor parte de los hombres y mujeres de buena voluntad que aspiran a la eliminación total de las armas nucleares”.... Por lo tanto “queremos utilizar este momento para renovar nuestra invitación a los líderes de las naciones, para que pongan fin a la producción de armas nucleares …..”.
Lamentablemente, y a la vista de lo que anteriormente se expone, parece que estas sabias palabras del SANTO Papa JUAN no han sido ni escuchadas ni mucho menos atendidas por los dirigentes de las naciones..
F.J.de C.
Madrid, 18 de enero de 2.015
Nota:

(1) El becquerel o becquerelio (símbolo Bq) es una unidad que mide la actividad radiactiva

miércoles, 20 de agosto de 2014

La bomba nuclear que se podría encontrar hoy en día en Groenlandia.


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En 1968, un bombardero B-52 con cuatro cabezas nucleares se estrelló por accidente en Groenlandia -una provincia autónoma de Dinamarca-, junto a la base aérea militar estadounidense de Thule. Tras el impacto, se desperdigaron por la zona los fragmentos de las piezas. EE.UU. inició un operativo, junto a Dinamarca, para recuperarlas y retirar cerca de 200.000 metros cúbicos de nieve, hielo y agua, que se habían visto afectados por el material radioactivo. Cuando los americanos analizaron los fragmentos encontrados se percataron de que sólo habían aparecido tres bombas. Para encontrar la cuarta, un submarino comenzó un nuevo operativo secreto que también resultó infructuoso. Los problemas técnicos y la bajada de temperaturas, que empezó a congelar el agua, hizo que los expertos redujeran la búsqueda y, finalmente, la abandonaran.
¿Por qué se clasificó?
Las indicaciones que se incluyen en el informe son claras: “El hecho de que esta operación tenga por objeto la búsqueda de armas, o parte de armas, perdidas debe ser tratado como confidencial NOFORN”, que es el término empleado para referirse a países extranjeros en las comunicaciones internas americanas, siendo la excusa que dada a Dinamarca que se iba a estudiar la zona donde habían caído las bombas, que supuestamente ya habían encontrado.
¿Tuvo consecuencias su desclasificación?
Tras salir a la luz nueva información, en 2008, un diputado danés por Groenlandia exigió que se realizase un estudio sobre la salud de sus conciudadanos para constatar si tanto las bombas encontradas, como la desaparecida, han podido causar –o siguen causando- daños en la población por la contaminación radioactiva.
Lo más sorprendente
La base aérea de Thule era un enclave estratégico para la defensa americana durante la Guerra Fría. Hasta el punto de que Estados Unidos estaba convencido de que si Rusia se proponía atacar el país, lo primero que destruiría sería esa base. Por eso, ordenó la operación Chrome Dome, en 1960. Constantemente, un grupo de bombarderos –uno de ellos, el que se estrelló- sobrevolaban la zona, preparados para, en caso de un eventual ataque, partir hacia Rusia y atacar Moscú. Esta operación se suspendió tras el accidente.
Los más perjudicados por su desclasificación
Los documentos desclasificados han puesto de manifiesto que Estados Unidos no informó a Dinamarca de la gravedad real del accidente, a pesar de ser el principal afectado.
Este grave accidente recuerda el ocurrido en ESPAÑA, mas o menos por la misma época aunque dos años antes.
El 16 de enero de 1966 se produjo un accidente de aviación militar durante una operación de abastecimiento de combustible en vuelo. La colisión tuvo lugar en el espacio aéreo de Palomares, una pequeña población de Almería, situada en Andalucía; como consecuencia de un fallo en la maniobra de acoplamiento para el suministro de combustible colisionaron las aeronaves y se produjo la destrucción y caída del super bombardero B-52 y del avión nodriza, KC-135 desprendiéndose las cuatro bombas termonucleares, de 1,5 megatones cada una mucho más potentes que las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Murieron en el acto los cuatro tripulantes del KC-135 y tres de los siete tripulantes del B-52.
Dos de las cuatro bombas, se recogieron intactas, una cerca de la desembocadura del río Almanzora y la otra, en el mar. Las otras dos cayeron , una en un solar del pueblo y la otra en una sierra cercana.  Algunas áreas próximas a los puntos de impacto alcanzaron valores extremadamente elevados de radiactividad.
La mejor ayuda para los norteamericanos fue la de un sencillo pescador local,  Francisco Simó "Paco el de la bomba", que definió con precisión la situación de caída del artefacto, Después de 81 días de búsqueda, los militares norteamericanos encuentran la bomba a mil metros de profundidad. …


Se puede leer con todo detalle este suceso en el siguiente artículo:

Lamentablemente, en Groenlandia, no había ningún "Paco el de la bomba" .
F.J.deC.
Madrid, 20 de agosto de 2.014