Salpicadero e instrumentación de un coche automático típico
Introducción.
La industria del automóvil está inmersa en el reto de enfrentarse continuamente al desarrollo de nuevos modelos que representen grandes innovaciones sobre los convencionales. Por ejemplo desde hace años está empeñada en conseguir la motorización completamente eléctrica; mas recientemente, una de sus metas principales, consiste en conseguir la conducción totalmente automatizada.
En el presente artículo vamos a referirnos exclusivamente al segundo de esos objetivos, la obtención de un coche automático, es decir, cuya conducción esté totalmente automatizada.
La conducción automatizada.
La conducción automatizada busca, ante todo, lograr que el tráfico sea más seguro reduciendo el número de accidentes originados por errores humanos y disminuyendo la fatiga del conductor que aparece en las condiciones de conducción rutinarias.
Cada año, se estima que 1,3 millones de personas en todo el mundo mueren en accidentes de tráfico. En el 90 por ciento de los casos, los accidentes se pueden atribuir a errores humanos. Además, la conducción automatizada podrá conseguir que el tráfico rodado no sólo sea más seguro, sino también más eficiente, en términos de optimización de consumo energético.
La tecnología de la automatización de los coches cuenta con una serie de problemas de distinta índole que se tienen que resolver:
En primer lugar, es preciso abordar los cambios en el marco jurídico existente para adaptarlos a la conducción automatizada y por consiguiente crear una nueva normativa legal diferente.
Una limitación legal con la que nos encontramos actualmente es la Convención de Viena sobre la circulación vial de 1968, que dictamina que los conductores deben mantener el control de su vehículo en todo momento. Hasta ahora, esto descarta la conducción totalmente automatizada. Sin embargo, hay señales de cambios inminentes en las regulaciones que se aplican en numerosos países. Una posibilidad sería permitir la conducción automatizada, siempre que el conductor sea capaz de anularla o desactivarla. El debate sobre cómo revisar los reglamentos para permitir esta excepción está sobre la mesa.
- Las homologaciones de vehículos presentan otro obstáculo; así, el reglamento R.79 de la CEPE, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, sólo permite la intervención automática en la dirección hasta un límite de 10 kilómetros por hora. Hasta ahora, sólo ha habido tímidos intentos dirigidos a cambiar esta normativa. Sin embargo, un grupo informal de trabajo de la CEPE está trabajando en el tema.El Estado de California en los EE.UU.,ha decidido dar un paso al frente preparando una legislación exclusiva para este tipo de coches automáticos. La nueva legislación, que espera en vigor en 2016, establece una serie de requisitos básicos.California ha propuesto que todos los coches automáticos cuenten siempre con volante y pedales para poder hacer uso de ellos en situaciones de emergencia. Así pues, estos vehículos deberán ser llevados, en todos los casos, por conductores con licencia de circulación. España desde el 16 de noviembre de 2.015, la Dirección General de Tráfico aprobó una nueva regulación que instaura un marco para permitir realizar pruebas con coches automáticos en carreteras.Con esta decisión, España se ha situado entre los países más punteros en regular la conducción automatizada.
El coste del nuevo vehículo es otro importante factor dado que la conducción automatizada afecta a todo el diseño del mismo: su sistema de propulsión, frenos, dirección, instrumentos de visualización, navegación y sensores, así como a la conectividad dentro y fuera del vehículo. La clave del éxito se basa en un conocimiento profundo de todos los sistemas.
Repercusión económica a nivel presupuestario estatal de las adaptaciones necesarias en carreteras y otras vías, que deberán incluir señalizaciones adecuadas, etc.
Prototipos actuales de coches autónomos.
Prácticamente todas las grandes marcas del sector del automóvil están desarrollando sus primeros prototipos;
citemos a título de ejemplo las siguientes:
- Citroën C4 Grand Picasso, primer coche automático que circula por España, habiendo recorrido los 599Km. que separan Vigo de Madrid por carretera; una prueba de conducción real, sin conductor y sin que tampoco interviniera ningún humano durante el trayecto, circulando por autovía y autopista.
Citroën C4 Grand Picasso
Ford Motor iniciará en 2016 las pruebas en carretera de su primer coche automático; será en su Centro de Innovación y Desarrollo de Palo Alto (California) donde más de 100 investigadores, ingenieros y científicos integran el plan de la compañía para alcanzar un nivel superior en las características de sus desarrollos en este campo.
Renault-Nissan también está en esta “guerra”. La compañía ha prometido 10 coches autónomos para 2020
- Mercedes y BMW tienen sus propios planes: Mercedes cuenta con un prototipo de coche y camión autodirigido y una aplicación compartida, y BMW junto a la china Baidu acaba de probar un Serie 3 durante un recorrido de 29 kilómetros por las calles de Pekín.
- Google cuyo primer prototipo -presentado en el año 2014- no disponía de volantes ni pedales, aunque finalmente, su nueva versión sí contaría con estas medidas extra para los pilotos.
- Robert Bosch Automotive Steering GmbH a pesar de no ser una empresa fabricante de vehículos, pocas empresas de automoción en el mundo tienen tanto conocimiento en esta área y cuenta con dos equipos que trabajan en la conducción automatizada, uno en Abstatt, Alemania, y otro en Palo Alto, Silicon Valley, al norte de California (EE.UU.), donde están desarrollando la conducción automatizada desde 2011.
- Tesla Motors, Inc. es una compañía estadounidense ubicada en Silicon Valley, California, que ha diseñado y producido el vehículo eléctrico “S Model” que combina los dos retos actuales de la industria del automóvil: electrificación y automatización.
Todas las compañías mencionadas y muchas otras no citadas ya han probado sus primeros prototipos; la mayoría de ellos funcionan correctamente, aunque aún necesitan ampliar funciones principalmente en todo lo concerniente a la seguridad de uso; así están incluyendo la redundancia de sistemas de seguridad críticos, tales como el frenado y la dirección.
Los vehículos altamente automatizados deben ser capaces de funcionar de manera segura, incluso si fallara cualquier componente
Consideraciones finales.
Todavía está por ver con qué rapidez despega la conducción automatizada. Hay mucha inversión y muchos intereses en juego pero hasta ahora ningún coche automático en el mercado. Sin embargo, esta tecnología, que hace solo unos años se veía como de ciencia ficción, empieza a hacerse realidad. Se invierten grandes cantidades de dinero en el desarrollo de coches automáticos y previsiblemente aparecerá una importante demanda en cuanto se perfeccione. La gente dedica muchas horas a conducir y cualquier sistema que signifique mayor comodidad y seguridad encontrará numerosos y entusiastas compradores potenciales siempre que también el precio su sitúe dentro de unos niveles asequibles para ellos.
Dos preguntas cruciales son qué empresas van a beneficiarse más de esa transformación y en qué países se van a localizar; la respuesta a ambas coincide en señalar que deberán ser en países que posean sectores automovílistico y tecnológico muy fuertes.
Lo que queda muy claro es que se está produciendo un cambio decisivo para pasar de una tecnología a otra y ello requiere destinar grandes esfuerzos en I+D+i para poder seguir el ritmo de estos nuevos desarrollos.
F.J. de C.
Madrid, 16 de enero de 2.016