Este sábado 17 de febrero se han cumplido diez años de la declaración de independencia de este pequeño país poblado por menos de dos millones de habitantes; Kosovo, una antigua provincia serbia de mayoría albanesa, declaró su independencia en 2008 con el apoyo de una parte de la comunidad internacional encabezada por Estados Unidos. Siete años después, su situación se parece bastante a la de un Estado fallido: con el PIB por habitante más bajo de Europa y una brutal tasa de paro, que se sitúa en el 30% de media, y un 50% entre los jóvenes que perciben total ausencia de futuro y una migración masiva hacia Occidente.
La declaración unilateral de independencia (DUI) es una variante de declaración de independencia establecida cuando el gobierno de una región se declara ella misma como estado soberano, sin un acuerdo formal con el estado del cual declara su secesión. Kosovo es el ejemplo más reciente de esta decisión dado que se independizó de forma unilateral sin contar con el acuerdo del país al que había pertenecido hasta entonces, Serbia todavía no reconoce la independencia de Kosovo a pesar de las continuas mediaciones de la UE para normalizar las relaciones.
Kosovo actúa oficialmente como un estado soberano,(el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, apreció que su D.U.I. no fue ilegal) pero a pesar de todo, el país no está reconocido por todos los miembros de la ONU, aunque haya sido reconocido por más de 100 países, sigue sin ser aceptado por Estados como China, Rusia o España junto con otros cinco paises de la UE.
Kosovo es el lugar donde empezaron y acabaron las guerras que asolaron los Balcanes en los años noventa.
Han pasado diez años, pero Kosovo aún está lejos de convertirse en un país funcional:
- No está reconocido por todos los miembros de la ONU y aún está bajo control internacional. La misión UNMIK de Naciones Unida continúa siendo la autoridad decisiva en la administración del país.
- Las estructuras internacionales, destinadas a ayudar en la creación de un Estado, a menudo se interponen en el camino de las nacionales y viceversa.Un país no puede ser soberano y al mismo tiempo seguir tutelado como un protectorado.
- Los casos de corrupción masiva han dañado la imagen de los trabajadores de ayuda extranjera.
- Serbia: Belgrado todavía no reconoce la independencia de Kosovo.
- El desarrollo del país todavía se caracteriza por crisis políticas internas y está paralizado. Varias leyes como la ley sobre un Tribunal Especial Internacional que es necesaria para el proceso de reconciliación en el país todavía no se pueden aprobar en el parlamento.
- Está pendiente la aprobación del acuerdo fronterizo con Montenegro para la obtención de visados, tan importante para Kosovo.
A pesar de todo, hoy, la república balcánica, de mayoría étnica albanesa, aborda su presente con más optimismo que hace veinte años. «Desde 2001 las cosas han cambiado aquí», afirma Miodrag Marinkovic, de la ONG Aktiv. Un informe del secretario general de la ONU del pasado 31 de enero señalaba que las recientes elecciones municipales han sido "genuinamente competitivas" en las municipalidades de mayoría albanesa; y que en las serbias del norte, si bien se registraron inaceptables episodios de intimidación, la tasa de participación casi se ha doblado respecto a la de 2013, que padecieron un amplio boicoteo. Crece el número de serbios en esas zonas que piden DNI kosovar, y el funcionamiento de los controles fronterizos, en un territorio lastrado por todo tipo de tráfico ilegal, mejora según constata la UE.
«Las tensiones étnicas se han amortiguado y nos encontramos en otro nivel de necesidades, necesidades sociales: trabajo, educación e igualdad de oportunidades entre comunidades»; «hoy es normal ver a serbios en el sur y albaneses en el norte» cosa que era algo impensable en el pasado; otros como Igor Simic, responsable de la principal formación electoral de la comunidad serbia en Kosovo, no son tan optimistas; le gustaría que Mitrovica fuera vista como un ejemplo de ciudad multicultural en paz. Sin embargo, Simic se queja de los problemas de integración entre comunidades todavía existentes.
A pesar de todo lo expuesto y con muchas mas sombras que luces, hoy será un día de celebración en este lejano rincón de los Balcanes.
Moraleja para ESPAÑA.
Nada mas lejos de mi intención que establecer un paralelismo entre Kosovo y Cataluña; tanto desde el punto de vista de la historia, de la política e incluso de la división étnica, cultural y religiosa son casos que no tienen absolutamente nada que ver.
Sin embargo si que es conveniente reflexionar seriamente sobre las consecuencias que desencadena el problema de los nacionalismos independentistas y radicales que se padecen por acá.
Sería muy bueno que los independentistas españoles de Cataluña, Vascongadas y Navarra, cuyos prebostes también tienen la tentación de jugar a la independencia de sus territorios y pretendan realizar una declaración unilateral de independencia D.U.I., como hizo el Parlamento Catalán hace pocos meses, que estudien bien la tragedia humanitaria que significó esto de Kosovo con resultado de odio, miles de muertos, heridos junto con completa ruina económica y fractura social.
F.J. de C.
Madrid, 18 de febrero de 2.018