Suecia ha cancelado la búsqueda de un supuesto submarino cerca del archipiélago de Estocolmo después de intensos rastreos y un enorme despliegue militar durante una semana.
La semana pasada no se habló de otra cosa en Suecia: los infructuosos intentos de encontrar un submarino supuestamente al acecho en sus aguas, como se expuso en el artículo fecha 23/10 en este blog. ¿Qué fue lo que pasó?
Los representantes del Ejército de Suecia han declarado que el alto mando ha ordenado que las fuerzas navales suspendan el rastreo de un supuesto submarino extranjero, mientras algunas tropas terrestres seguirán estando involucradas en la operación.
El rastreo de un supuesto submarino extranjero le ha costado a Suecia alrededor de 20 millones de coronas (4,8 millones de dólares), según declaró en una rueda de prensa el contralmirante de la Marina sueca, Anders Grenstad.
En el archipiélago de Estocolmo hay como unas 30.000 islas e islotes y es un lugar sin comparación en Europa durante una de esas largas y cálidas noches de verano en las que el sol se niega a ponerse.Pero no es necesariamente donde uno querría estar si, como esta semana, no para de llover y menos si estás buscando el equivalente naval a una aguja en un pajar. Es decir, tras "una actividad submarina extranjera", como la llamaron las autoridades suecas, o, según la prensa más sensacionalista, "la caza de rojos en octubre".Como quieran llamarlo, a lo que se refieren es a la búsqueda entre los islotes de Estocolmo de un supuesto submarino que no debería haber estado allí y que, de paso, trajo al presente los recuerdos de la Guerra Fría.
El viernes se retiraron sin haber encontrado rastro del supuesto intruso.
Recuerdo de la Guerra Fría
No en vano, en los años 70 y 80, los suecos solían rebuscar en sus aguas submarinos soviéticos, casi siempre sin éxito.
Pero en una ocasión un submarino de la clase whiskey con armas nucleares quedó encallado cerca de una base naval sueca.
El hecho, que inevitablemente acabó siendo conocido como "whiskey a las rocas", supuso un serio incidente diplomático.
Y lo de la semana pasada fue algo así pero actualizado, con el resurgimiento de las actividades de Rusia causando nervios entre los países del Báltico.
Después de lo de Crimea y la situación en el este de Ucrania, esos países no pueden evitar preguntarse cuál es el próximo movimiento de Moscú.
El Kremlin se rió de la idea de que uno de sus navíos estuviera involucrado en la última telenovela y adoptó un tono burlón hacia la respuesta militar sueca.
Pero hubo pistas: un mensaje codificado en ruso supuestamente interceptado por la inteligencia sueca y que fue enviado desde el archipiélago hacia el enclave ruso de Kaliningrado, ubicado en la costa sureste del mar Báltico.
Y si de verdad fue un submarino ruso, ¿qué hacía ahí? Los expertos en defensa suecos tienen teorías diversas.
Podía haber estado haciendo mapas, en un ejercicio de entrenamiento o, por supuesto, en una misión de espionaje.
O incluso tal vez hubiera querido que lo detectaran para enviar un mensaje de "aquí estoy, ahora cázame si puedes".
El mes pasado, los suecos protestaron ante Moscú por la incursión de dos aviones caza en su espacio aéreo.
Y, también en el Báltico, en Estonia, un oficial de inteligencia que trabajaba cerca de la frontera fue capturado y llevado a Moscú por agentes rusos.
Esta semana, un avión de vigilancia ruso despegó de Kaliningrado y voló primero hacia Dinamarca y después Suecia. Finalmente entró en el espacio aéreo de Estonia hasta que fue interceptado por aviones de la OTAN.
Toda esta actividad está cambiando los cálculos el mapa de fuerzas en la región.
Suecia ya ha anunciado que se dispone a incrementar su presupuesto en defensa y el gobierno de Letonia dijo que la búsqueda submarina sueca podía ser un punto de inflexión.
Aunque viendo los barcos zarpar en el malecón del puerto de Nynashamn, el asunto no parece tan grave ni peligroso.
F.J.de C.
Nota: Con info. de prensa general y BBCMundo en particular.
Madrid, 27 de octubre de 2.014
No hay comentarios:
Publicar un comentario