Iglesia de Jesuitas en San Sebastián |
El dia 31 de julio la Iglesia celebra la festividad de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas.
Iñigo López de Loyola, nació en Loyola (Guipúzcoa) en 1491. Recibió una educación elemental,aunque con una base religiosa sólida. Dedicado a la milicia, tuvo una intensa actividad tanto militar como cortesana.
Quiero recordar aquí mis felices años de niñez en los años 50 del siglo XX cuando pasaba con mis padres y hermanos largos veranos en San Sebastián; en contra de lo que sucede ahora, las iglesias se llenaban incluso en días laborables y no digamos los domingos y festivos con los fieles llegando hasta la calle pues no cabían materialmente en el templo; el dia de San Ignacio, 31 de julio, se celebraba la festividad del Santo,en toda Guipúzcoa,y particularmente en la iglesia de los Jesuitas de San Sebastián, (en la foto*) de forma tan solemne como apoteósica y se cantaba al final de cada misa, con gran devoción, el himno de San Ignacio, en vascuence por cierto, alguna de cuyas estrofas todavía recuerdo:
“Ignacio gure patroi handia /Jesusen Compañía/ fundatu….”
José María Pemán, en su obra "El Divino Impaciente" dedicada a San Francisco Javier, narra con verso ágil las andanzas en París de este grupo insigne de los proto-seguidores del de Loyola.
El Divino Impaciante" es un poema dramático en verso, dividido en un prólogo, tres actos y un epílogo.Fue la primera obra de teatro que escribió Pemán, en 1933. La obra tuvo un gran éxito de crítica tanto en España como en América.
Seguidamente reproduzco unos versos de esa obra, en los que Pedro Fabro, compañero de estudios y uno de los primeros jesuitas, explica a sus compañeros la figura del de Loyola:
Contesta Pedro Fabro, a la pregunta de Francisco de Xabier ¿Como es el?
…....
…....
Desmedrado;
más bien mala la presencia y la estatura; la color trigueña oscura,
la barba corrida y rala,
y unos ojos de carbón
que tanto, al mirar, afinan
que más que ver, adivinan
de penetrantes que son.
Por su porte y condición,
a pesar de andar raído,
se ve en toda su persona
la huella de quien ha sido
galán apuesto y florido.
En el cerco de Pamplona, siendo mozo,
le alcanzó una bala la canilla,
y aunque le desjarretó los huesos todos,
libró del trance por maravilla.
Sólo un vicio le quedó del que no pudo librar:
una indecisa cojera que le da cierta manera
casi graciosa de andar.
Éste es el hombre:
madera labrada de tan buen modo,
que sabe llegar en todo
más lejos que otro cualquiera.
Estando herido, en Loyola,
el Flos Sanctorum leía,y
en leyéndolo, le hervía
su buena sangre española
de tal modo, que ya ansia,
calzando siempre más puntos que el que más,
llegar a ser más Santo
que fueron juntos todos los Santos de ayer.
Según ha dado a entender,
ahora anda en trance de ir a Roma,
con intención secreta de conseguir
licencia de Fundación,
pues, según parece,
sueña no sé qué empeño futuro.
Y triunfará, de seguro;
que cuando en algo se empeña,
paso a paso, bien o mal,
repartiendo por igual la suavidad con el mando,
cojeando, cojeando, llega siempre hasta el final........
F.J.
(*)Esta foto está publicada en el blog http://jaquintal.blogspot.com
5 comentarios:
Lo expones muy bien : lo de la trascendencia del día de San Ignacio en Guipúzcoa, en otros tiempos.
Respecto al retrato que Pemán hace del personaje, difiere bastante de la realidad aunque no voy a refutarte ahora.
Para los AZPEITIANOS, lugar de origen del de Loyola, es el personaje más sagrado existente, incluyendo a batasunos.
Recuerdo perfectamente aquella época de celebraciones del día de San Ignacio, que describes. Hoy los únicos que lo hacen son los azpeitianos.
Respecto a la descripción de Pemán cabe decir que se le fué la mano en lo poético y que la realidad poco tenía que ver con el personaje. Se parecía más a las descripciones que Maquiavelo hace del "Principe", pero no voy a debatir hoy contigo sobre ello.
Muchas gracias por tus dos comentarios.
Nunca he estado en Azpeitia un 31 de julio pero creo que es apoteósico.
Si, conozco la iglesia de Loyola y me parece algo lúgubre, con pretensiones de Basílica romana al estilo de El Jesu.
Con respecto a Pemán y su obra El Divino Impaciente, siempre me ha gustado mucho, quizá porque se refiere principalmente a nuestro Santo Patrón; la referencia al de Loyola indudablemente no es histórica y su biografía nos daría para hablar largo y tendido y no digamos si además incluimos en la conversación el tema de los jesuitas....
Vaya de paso que yo también veraneaba en San Sebastián los años 40 y 50. Y también Franco, pura coincidencia.
Nunca pillé o nunca estuve en los festejos de San Ignacio.
Debo decir que no fue en ningún momento un santo de mi devoción, no por otra cosa sino por lo que creó. Y en este sentido quiero recordar a un amigo mío, ya fallecido, que repetía siempre en referencia a su hijo Ignacio: no es Ignacio de Loyola es Ignacio de Antioquía, uno de los padres de la Iglesia. En cualquier caso, habría que hablar de san Iñaki de Loiola.
Pasear por el blog de otro Iñaki, ahora Anasagasti, ofrece muchas cosas curiosas. No me resisto a reproducir un párrafo de uno de sus mensajes incluido en “Sobre San Ignacio y el inicio del varano”. Es éste: “Estuve el jueves en la Diputación Foral de Bizkaia. Allí cada año, se conmemora la fiesta de San Ignacio de Loyola, patrón de Bizkaia y de Gipuzkoa, con una recepción dada a la sociedad. No deja de ser un dato curioso que se haga solo en Bilbao y no en Donostia, siendo el santo de Azpeitia. Y es curioso que siendo San Francisco Javier el santo más vinculado por su biografía al nacionalismo, Sabino Arana eligiera ese día para fundar al PNV y un grupo de jóvenes fundara ese día, 65 años después, a ETA. Algo tiene pues ese santo para que Sabino Arana le pusiera el nombre de Iñaki y algo tiene, que además del Aberri Eguna, la fiesta de San Ignacio tenga no sólo solera religiosa sino tintes de fiesta nacional vasca.”
O sea, no fiesta vasca, sino fiesta nacional vasca. De solera religiosa, nada.
Gracias Holofernes por tus siempre atinados coments.
Desconocía que mi Santo Patrón Francisco de Xabier "fuera el mas vinculado por su biografía al nacionalismo...."
Yo le hacía como muy universal por sus viajes de misionero al que se la cansaba el brazo de tanto bautizar infieles, que nos contaban entoces.¡Qué tiempos!
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