viernes, 13 de julio de 2012

HUMOR (negro): Imaginaria carta del Caudillo a los españoles

FRANCISCO FRANCO, Caudillo de España

Circula por internet la siguiente carta que imaginariamente dirige desde su sepultura en el Valle de los Caidos el Generalísimo FRANCO a todos  los españoles, vista la situación desdichada en que estos se encuentran en el año de (des)gracia de 2.012:


Españoles: Seré breve en mi carta. No me apetece escribiros por la gran vergüenza que siento de lo que he visto. Me he bajado del cielo por unos días, y me he quedado lamentablemente sorprendido y ofendido de una España que casi ni la conozco ni imaginé que fuera de tan mal en peor, después de 35 años que me fuera.
¿No os acordáis de lo que os escribí en mi testamento político?: “por el amor que siento por nuestra patria, os pido que perseveréis en la unidad y en la paz”, y sin embargo veo una España que se la reparten 17 inútiles y costosos parlamentos con sus 17 gobiernos descoordinados sin amor por el resto de las regiones españolas (y que cada uno va a por la suya, vendiéndose al mejor postor), y además para mayor torpeza habéis multiplicado exponencialmente el número de las casi escasas e imprescindibles leyes con las que yo os dejé.
Pero lo que más me escandaliza, es ver con qué vergüenza le han dejado al pobre obrero español al que tanto le debemos, porque si no hubiera sido por su respaldo y sacrificio España hubiera quedado sumida en el comunismo y en la pobreza crónica. ¿No os acordáis de que a mi me llamaban “el centinela de occidente” para salvaguardar vuestros típicos valores españoles de independencia, de libertad y de justicia, frente a la barbarie comunista?.
Dejé una España con pan y trabajo para todos, y ahora con gran pena veo más de cinco millones de parados, y un acceso imposible del obrero a la vivienda ni con un hipoteca para toda la vida, cuando mi principio era “ni un hogar sin lumbre, ni un español sin pan”. ¿Qué habéis hecho, españoles?, yo os daba trabajo para todos, y la mayoría de vosotros en apenas una década ya teníais pagada vuestra casa con la que acoger a vuestra familia. Con una peseta barata, yo me preocupé de que no le faltara casa al obrero más humilde, construyendo barrios de “casas baratas” por todos los rincones de España, y para eso exigí al ministro de la vivienda que nunca se os subiera el importe del pago de la vivienda aunque subieran los salarios, como tampoco era mi voluntad que subieran o se crearan nuevos impuestos.
·En la España de hoy, ningún jovencito que quiera independizarse y contribuir a levantar a España con su trabajo puede llegar a comprarse una vivienda, y además habéis puesto tantas nuevas leyes inútiles que a los jóvenes no les dejáis ni trabajar ni levantar a España. ¿Y de qué os sirven ahora tantos y tan caros impuestos?, ¿de verdad vivís mejor y con más libertad ahora que cuando yo tuve que dejar la patria para entregar mi alma al Altísimo?
Y lo que es curioso: mientras yo os dejé una España con las cuentas saneadas, y en la que alcaldes y concejales apenas cobraban nada del erario público, ahora veo escandalizado que España tiene una astronómica deuda pública a punto de sobrepasar el Billón de euros, de la que nadie sabe ni explicar cómo se tendrá que pagar esa escandalosa deuda con la que se ha ido gravando a todos los españoles
·¿Dónde está mi querida España de las campanas y las cruces?. Observo que la cosa no está de alucine, y no veo más que inmigrantes por todas partes, y además ya no veo ni curas, ni monjas,….os habéis quedado sin la sana moral cristiana, y encima parecéis los hazmerreíres del mundo subvencionando a toda esta chusma que os quita trabajo, vivienda, Dios y la misma Patria.
De verdad os sentís orgullosos de esta nueva España llena de extranjeros y gentes extrañas en culturas, credos, principios, valores, etc…, que estáis transformando, y que muy dudosamente es para beneficio nacional?.
· Modestia aparte, me llamaban “genio de la guerra y gobernante para la paz”: los únicos enemigos que tuve son los que lo fueron de España, y sin embargo tras mi muerte se cuentan por miles las victimas del terrorismo y nadie se acuerda de ellos, perdiendo honra y honor los que se suponen habrían que ser guardianes de la ley, y consintiendo que sus cómplices, sin pedir perdón ni condenar sus propios actos de violencia, acampen por España como Pedro por su casa, quebrantando el espíritu y hasta el imperio esa la ley que había de garantizar el derecho a la vida y a la libertad de todo ciudadano español. Y a esa maltratada Guardia Civil, que tanto me apoyó y se sacrificó por España, la hacen callar y le dejan que se trague su vergüenza.
Y por si fuera poco, habéis suprimido el servicio militar, un servicio en la que se enseñaba y aprendía a ser un patriota, y un lugar donde el analfabeto aprendía a leer, y el pijo aprendía humildad.

Españoles: Os di la Seguridad Social, el mejor legado de justicia, solidaridad y paz entre todos vosotros, una obra de la que nos es común, y que era mi mayor orgullo. Con ello os cubría la vejez, el accidente, la enfermedad, los gastos de médico y hospital, el desempleo, la orfandad y la viudez,….con el trabajo y la solidaridad del resto de todos los empresarios y trabajadores, de una generación para con la otra que ya había trabajado para sacar a España adelante. Por eso casi todo lo cubria y lo pagaba lo que vosotros llamabáis popularmente "el Seguro". Hoy la habéis adulterado y abusado de ella, malgastáis sus fondos para ir subvencionando a extraños y hasta a sindicatos que dudosamente os representan, y repartiendo aún más la miseria, con cada vez más subvencionados de todas clases al mismo tiempo que os habéis olvidado de lo más importante: de facilitar el trabajo a aquellos que deberían de aportar la solidaridad de sus cotizaciones, y que no son otros que esos largos cinco millones de españoles que no tienen ni curro, viviendo en la incertidumbre y en la indignidad que supone el desempleo.
Tras la guerra, vuestros padres tuvieron que trabajar como burros para sacar a España de la miseria y del retraso, vivir de modo austero, sacrificar su salud por la vuestra, procuraros unos buenos estudios, …y cuando yo me tuve que ir al otro mundo, os dejaron una España y un futuro en condiciones envidiables. Y vosotros, ¡ay! os habéis puesto a despilfarrar a sana y mansalva, a fomentar la cultura de la subvención y de la picaresca, a subiros entre todos los impuestos, a complicaros la vida abriendo las puertas del país para que se cuele cualquiera, a eliminar las señas identidarias propias de nuestras gloriosas tradiciones, incluída la supresión de los toros, por no citar más numerosos ejemplos.
Si esto es lo que habéis convertido a España, ¿qué herencia dejaréis para vuestros hijos y nietos?. ¡Ay, qué pena que me dais!. Pero el abuelo Paco no os puede dejar solos a vosotros, la Gran Familia Española. Sólo deciros que si volvéis a los valores del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, y del amor a España, de cuando yo tuve que dejar la Patria, podréis volver a vivir en esa unidad, progreso y paz de cuando yo la dejé. Sé que os dejo sin comentar muchas cosas más, pero ya os he dicho al principio: siento tanta vergüenza, que ya no me apetece escribiros
Postdata.- ¡Ah!, y casi se me olvidaba de Don JuanCa. ¿Cómo has podido consentir, tú mi sucesor a título de Rey, que dejaran tirada de esta manera a la Patria?. Viejo Borbón de España, debes de hacer algo, de espabilarte, que España ya hace tiempo que lo necesita. Antes de que te vengas conmigo, mi querido Borbón, España te exige un último servicio a la Patria. ¿Serías capaz, aunque fuera por una sola vez en tu vida, de hacer algo meritorio y que fuera el orgullo de nuestra Nación, ganándote ese sueldo que te pagan todos los españoles?.

Saludos a todos los españoles, especialmente a aquellos que no dejan de ser honrados, honestos y hombres de bien, y nuevamente me vuelvo por la puerta de San Pedro. ¡Suerte por vosotros, y por España!....
El Generalísimo: FRANCO.
Caudillo de España por la Gracia de Dios

P.D.: Claro que diréis que aquello tenía un precio, pues si, el de la LIBERTAD, ya que si eras un maleante, agitador o criminal, se te metía en la cárcel. También es verdad que algunos del régimen se aprovechaban de la situación y les salia bien, aunque desde luego no eran ni la centésima parte de los de ahora. Claro que gracias a laLibertad ahora un delincuente entra por una puerta de la Comisaría y sale por la otra..... salvo que sea por fumar en un lugar publico o ir a más de 120 km/h por autopista, que entonces se te cae el pelo.


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