miércoles, 18 de mayo de 2011

Los servicios de inteligencia y la crisis de los piratas del Alakrana.

Tripulación del "Alakrana", tras su liberación a bordo del buque Canarias.



En ESPAÑA, como en casi todos los paises, empezando por los USA, coexisten varios servicios de inteligencia:

- Centro Nacional de Inteligencia, CNI.
- Servicio de Inteligencia de la Guardia Civil, SIGC..
- Servicio de Inteligencia de Interior, ó Comisaría General de Interior CGI.
- Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, CIFAS, con sus respectivas Secciones y Divisiones de Inteligencia del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.

Aunque sobre el papel, todos estos servicios tienen más o menos bien definidas sus funciones y responsabilidades, la naturaleza misma de “la inteligencia”  hace que en muchos casos se yuxtapongan competencias y actividades, lo cual, unido a las rivalidades propias entre colectivos afines , con  sus celos y envidias,  apetencias de poder, y cómo no, el muy humano deseo de obtener “medallas” y apuntarse triunfos y méritos hace que se produzcan numerosas disfuncionalidades e interferencias entre ellos.

A todo ello se une el interés de los máximos responsables políticos del Gobierno por evitar una excesiva acumulación de poder en los distintos servicios, divide y vencerás,  que junto con las consabidas intrigas y luchas políticas entre los mencionados  responsables, alimenta todavía mas la competencia y rivalidad entre servicios, muchas veces, inclusive, fomentada ex profeso. 
 
Estos temas, por su propia naturaleza secretos, generalmente se silencian y ocultan ante la opinión pública, incluso ante el Parlamento, en donde existe una Comisión de Secretos Oficiales para tratarlos, los que llegan a tratarse,  discretamente,  por razones obvias.

Resulta por tanto, significativa y de sumo interes la publicación del artículo que sigue, firmado por P. Cervilla y que aparece, sin mayor alarde tipográfico, en la pág.31 del ABC de 17/05/2011.
F.J.

La Inteligencia militar fue apartada del caso Alakrana.

La manera como el Gobierno, el Ministerio de Defensa y la cúpula militar gestionaron en 2009 la crisis provocada por el secuestro del buque «Alakrana» dejó abierta varias heridas y puso de manifiesto la tensión existente entre los principales servicios de Inteligencia. Pero no solo allí, sino que en el seno del propio Ejecutivo de Zapatero, la tensión se trasladó también a la relación entre la entonces vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y la ministra de Defensa, Carme Chacón, al asumir la primera el mando del gabinete de crisis. Fernández de la Vega lideró la gestión del Gobierno y Chacón se pudo ver desplazada en un tema de su ámbito de competencia.Las fuentes consultadas por ABC indican que la mayor parte del esfuerzo de inteligencia lo realizó en la operación de liberación del «Alakrana» el denominado J-2, siglas que se corresponden con el área de Inteligencia en Operaciones del Mando de Operaciones. Este servicio de Inteligencia abrió unos canales directos de relación con el Centro Nacional de Inteligencia. Ello suponía que, en todo momento, el control de la información y de la relación entre ambos servicios de Inteligencia estaba concentrado en el responsable del Mando de Operaciones.Esta unión entre la inteligencia del Mando de Operaciones y el Centro Nacional de Inteligencia perjudicó al Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Cifas), que fue apartado de todas las reuniones donde se tomaron las decisiones operativas. Inicialmente sí participó e incluso cuestionó la detención de los dos piratas. La captura de estos dos secuestradores introdujo un elemento distorsionador en la negociación. La inteligencia del Mando de Operaciones fue informada, por parte de la Inteligencia Militar, de que esta detención podría tener repercusiones, aunque este extremo no era compartido por el Centro Nacional de Inteligencia.Sin embargo, al final, los hechos le dieron la razón a la Inteligencia Militar y la negociación se complicó cuando el Gobierno decidió traer a España a los dos piratas. Esta decisión estuvo motivada porque entonces no había ningún convenio con países de la zona para entregar los piratas. Posteriormente, la ministra Chacón anunció en un viaje a Kenia que se estaba estudiando la posibilidad de que los piratas fueran juzgados en España y cumplieran su condena en Somalia, pero finalmente no se ha producido.Esta valoraciones del CIFASsobre el Alakrana contrarias a lo que pensabanen el Mando de Operaciones y en el CNI,le pasó factura.La principal, la desautorización de la ministraChacón, a la que según fuentes consultadasse le llegaron a ocultar informes que el CIFAS presento sobre la forma de llevar la negociación.Las heridasque dejó la operación de liberación del Alakrana entre los dos servicios de inteligencia (CIFAS y CNI) lejo de cerrarsesiguió abriéndose y como publicó ABC, la ministra Chacón ha dejado agonizar este servicio de inteligencia.«Nunca» un informe oficialSin embargo, fuentes oficiales próximas a las Fuerzas Armadas aseguran a ABC que nunca recibieron un «informe oficial» de la Inteligencia Militar sobre ese extremo. Además, las mismas fuentes defienden que se hubiese otorgado el protagonismo al CNI, porque a su juicio es un centro que está a servicio del Estado y, por tanto, atiende también las necesidades del Ministerio de Defensa.
Escribe P. Cervilla.
Diario ABC, Madrid, 17/05/2.011

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