sábado, 7 de mayo de 2011

Despues de Osama Bin Laden: ¿Cómo quedan al-Qaeda y el terrorismo?

Seguidamente reproduzco una síntesis (*) del interesante articulo del prof. Dº Fernando Reinares
Investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano y catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos

Despues de Osama Bin Laden: ¿Cómo quedan al-Qaeda y el terrorismo?

Tema:
Al-Qaeda y su estrategia de desgaste se han visto gravemente menoscabadas con la muerte de Osama bin Laden, pero su verdadero legado es un terrorismo global de carácter polimorfo y con múltiples focos, que supone para las sociedades occidentales una amenaza compuesta y especialmente compleja.
Resumen:
La muerte de Osama bin Laden, que puede considerarse un éxito para la estrategia contraterrorista del presidente Barack Obama, no supone el fin de al-Qaeda, y mucho menos de la amenaza del terrorismo global. Pero, del mismo modo que deteriora aún más a aquella estructura terrorista y a su estrategia de desgaste, puede incidir a corto y medio plazo sobre el modo en que se configura el entramado transnacional del terrorismo yihadista. Mientras tanto, este fenómeno mantiene su carácter polimorfo y se encuentra, paradójicamente si se quiere, extendido como nunca antes en una multiplicidad de focos de amenaza terrorista. En la urdimbre del terrorismo global es posible distinguir analíticamente cuatro grandes componentes: (1) al-Qaeda; (2) sus extensiones territoriales; (3) los grupos y las organizaciones afines; y (4) las células independientes e individuos aislados. La amenaza que el terrorismo global plantea para distintos países o regiones del planeta dependen precisamente del modo en que eventualmente se combinen diferentes actores correspondientes a esos distintos componentes. Y de cualquiera de ellos pueden provenir represalias por el abatimiento de Osama bin Laden.
Conclusión:
La muerte de Osama bin Laden puede considerarse un éxito para la estrategia contraterrorista del presidente Barack Obama, centrada en, literalmente, una guerra contra al-Qaeda en el escenario conjunto que forman Afganistán y Pakistán. Pero ni detener o abatir a Osama bin Laden era el único importante desafío que dicha estrategia deberá afrontar ni su desaparición supone en modo alguno el fin de al-Qaeda, mucho menos de la amenaza del terrorismo global en su conjunto. Pero, del mismo modo que deteriora aún más a esa estructura terrorista y a su estrategia de desgaste, puede incidir a corto y medio plazo sobre el modo en que se configura el entramado transnacional del terrorismo yihadista. Mientras tanto, éste fenómeno mantiene el carácter polimorfo que ha venido adquiriendo en los últimos años y se encuentra, paradójicamente si se quiere, extendido como nunca antes en una multiplicidad de focos de amenaza terrorista. En la actual urdimbre del terrorismo global seguirá siendo posible distinguir, después de Osama bin Laden, cuatro grandes componentes: (1) la propia al-Qaeda; (2) sus extensiones territoriales; (3) los grupos y las organizaciones afines; y (4) las células independientes e individuos aislados. La amenaza que el terrorismo global plantea para distintos países o regiones del planeta depende del modo en que eventualmente se combinen diferentes actores correspondientes a esos distintos componentes. Este es el verdadero legado de Osama bin Laden.
(*) Nota: el artículo completo en la web http://www.realinstitutoelcano.org

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