En estos días de Semana Santa en los que ha arreciado una campaña contra la Iglesia y contra el Papa, por el lamentable y vergonzoso asunto de los sacerdotes pederastas, es ilustrativo leer el siguiente texto del teólogo
RONALD ROLHEISER, titulado, “THE HOLY LONGING”:
"Pertenecer a la Iglesia, lleva consigo aceptar la compañía de canallas, de gente belicosa, de farsantes, pederastas, adúlteros, asesinos, e hipócritas de todo tipo.
Ahora bien, en la Iglesia también estas siempre acompañado por los santos, y en ella te identificas con las personas más sublimes: gente llena de un espíritu heroico, y de un alma tan bella como única. La iglesia te acerca además a lo mejorcito de todos los tiempos, de todas las naciones, de todas las razas y de todos los géneros.
Pertenecer a la Iglesia supone cargar con las marcas, tanto del pecado más abominable, como del heroismo espiritual más sublime, ya que la Iglesia sigue mostrando la misma imagen que nos ofreció ya desde el comienzo: en la crucifixión, DIOS colgado entre delicuentes".
RONALD ROLHEISER, “THE HOLY LONGING”
2 comentarios:
Hola Eugenio, es la segunda vez que escribo un comentario en tu “blog”. En mi anterior etapa y como Fernando, también lo hice en alguna otra ocasión.
El tema es muy espinoso pero creo que sinceramente que la Iglesia viene equivocándose desde hace muchos siglos, demasiados diría yo. La sexualidad forma parte esencial del género animal y por tanto del humano. Reprimirla va contra de la propia naturaleza.
Desde siempre en la Iglesia Católica (Lutero entendió el problema y actuó con coherencia e inteligencia) se han producido abusos intolerables por parte de sus miembros que no han hecho otra cosas que desprestigiarla (aparte del mal moral y físico que han causando) con el agravante por parte de jerarquía de intentar ocultarlo siempre. Ahora ya no son posibles esos silencios cómplices y afloran todas las bajezas que muchos de sus miembros, como seres humanos que son, tienen. Es necesario, en mi opinión, un cambio total y decir sin ambigüedad que los miembros de la Iglesia Católica tienen derecho una vida normal en todos los sentidos, incluido el matrimonio heterosexual. El problema se resolvería en gran medida aunque no del todo, porque seres pervertidos, depravados y miserables, merecedores del castigo penal más severo, podrían seguir existiendo, como ocurre en la sociedad y la iglesia no sería ninguna excepción, pero se daría un paso determinante en muchísimos casos para tener unos sacerdotes más honestos, sinceros y dignos. En pocos años la situación se vería normal.
Es la opinión de un no creyente, no sé si será acertada., peor lo veo así.
Un cordial saludo.
Muchas gracias por su participación en el blog, cuyas puertas tiene permanentemente abiertas; considero sus comentarios enriquecedores y coincido con Ud. en lo espinoso del tema.
Sin quitar la más mínima importancia a la enorme gravedad de los casos de pederastia recientemente sacados a la publicidad, pienso que hay una maniobra mediática para atacar a la Iglesia y al Papa en particular, que no dudo en calificar como DIABOLICA.
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