Seguidamente reproduzco de la revista ATENEA, un interesante artículo histórico del C.N. Marcelino Gonzalez.
El pasado 8 de octubre se llevó a cabo en el Castillo Museo de la Real Fuerza de La Habana la presentación del libro El Santísima Trinidad. Un gigante de los mares regresa a La Habana, que ha sido editado en 2009, en español e inglés, por la Embajada de España en Cuba.
Trata del Santísima Trinidad, el mayor navío de línea de la historia, que fue construido en La Habana utilizando para el casco y las cubiertas la preciada madera de caoba, y fue botado en marzo de 1769. Resultó ser un poderoso barco de casi 60 metros de eslora, sobre todo cuando su armamento alcanzó las 140 bocas de fuego. Tras una larga vida de servicios y diversas transformaciones, se hundió en el temporal que siguió al combate de Trafalgar en octubre de 1805.
La primera parte del libro, titulada "El Santísima Trinidad. Un gigante de los mares", de la que es autor el que esto suscribe, incluye una breve reseña de la construcción naval en el siglo XVIII, cita características y armamento del barco, comenta obras y modificaciones que sufrió, y relata su vida desde su botadura hasta su hundimiento.
En la segunda parte, titulada "Santísima Trinidad, regresa a La Habana en 2009", el autor, el canadiense Ken Woods, director de escuela e investigador de la historia naval, narra el reciente proceso de construcción de un modelo del barco en La Habana, desde el momento en que sólo era una idea hasta prácticamente su finalización.
La presentación del libro fue el broche final de un sueño romántico que se ha hecho realidad. La idea de construir un modelo del barco nació en 2001 en la mente de un turista canadiense que visitaba Cuba, Woods, quien supo que en La Habana se había construido el mayor navío de línea del mundo. Se le ocurrió entonces la posibilidad de construir otro Santísima Trinidad en la capital cubana, pero como hacerlo a tamaño natural era imposible, pensó en construir un modelo de grandes dimensiones de la última etapa de la vida del barco. Entró en contacto con el Director del entonces Museo Marítimo de San Salvador de la Punta, que se interesó por su idea, le presentó a magníficos modelistas y, del estudio de la situación, surgió la necesidad de contar con planos del barco y herramientas apropiadas.
Continuando con las entrevistas y conversaciones, a principios de 2005 Woods entró en contacto con autoridades de La Habana, que también mostraron interés por el proyecto, lo que supuso su despegue. Continuó la búsqueda de técnicos, herramientas, información y financiación, y organizó el trabajo de los técnicos cubanos implicados. Se adoptó el acuerdo de construir y exponer el modelo en La Punta. Woods consiguió apoyo financiero y aporte de material entre amigos, conocidos e instituciones de su tierra, creó la organización sin ánimo de lucro "Amigos del Santísima Trinidad" y entró en contacto con historiadores canadienses conocedores del barco y su vida.
Hasta el momento la cooperación era sólo a dos bandas, Canadá y Cuba. Pero en aquel año 2005 Woods encontró en Internet información sobre el libro "Navío Santísima Trinidad. Un coloso de su tiempo", publicado en España en 2004 por quien esto suscribe -en aquella época Subdirector del Museo Naval de Madrid-, y así comenzó la cooperación a tres bandas, con un intercambio de información entre España, Canadá y Cuba, incrementado con visitas a Madrid y La Habana.
Por otra parte, en octubre de 2005, el huracán 'Wilma' azotó La Habana e inundó los bajos del castillo de La Punta, dejando claro que no era un emplazamiento adecuado para el futuro modelo, aunque el piso superior podía servir como taller para su construcción. Allí se puso la quilla del nuevo barco en primavera del 2006; poco después los "Amigos del Santísima Trinidad" efectuaron los primeros pagos a los artesanos y, a la vista de lo ocurrido con "Wilma", la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana dictaminó que el modelo iba a ser instalado en el castillo de La Fuerza.
El proyecto siguió adelante bajo la supervisión de Woods, los "Amigos" pagaban lo acordado, los modelistas desarrollaban sus tareas, el Museo Naval de Madrid colaboraba con libros e información gráfica y escrita sobre el barco y, en noviembre de 2007, se inauguró el casco del modelo en La Punta.
n reunión con representantes de la Embajada de España en Cuba se estudiaron formas de cooperación en el proyecto y se apuntaron dos a patrocinar por la Embajada, que con el tiempo se han convertido en realidades: la primera fue una visita de los modelistas del Museo Naval de Madrid a La Punta para asesoramiento, que tuvo lugar en el primer trimestre de 2008, y la segunda fue la edición de un libro sobre el barco y el modelo, cuya presentación se comenta.
En enero de 2009, 240 años después de la botadura del Santísima Trinidad, el modelo fue llevado en procesión al castillo de La Fuerza, donde continuó el montaje de la arboladura a la vista del público, al tiempo que empezaba a tomar cuerpo la publicación del libro sobre el modelo y el barco.
El modelo construido
El modelo, a escala 1:25, mide unos 4 metros de eslora total desde el bauprés hasta la botavara. Presenta toda su arboladura, embarcaciones menores y demás elementos del exterior. Tiene el costado de estribor completo y cerrado, y el de babor está abierto para poder ver con detalle su interior. En el interior y en el exterior medio centenar de figuras representan personajes realizando todo tipo de tareas a bordo.
3 comentarios:
Qué lástima que esté donde no podemos verlo.
Yo espero verlo, querida amiga Leona, cuando se produzca el "hecho biológico irreversible" que a no dudar se producirá antes ó después.
Hola, Eugenio. Tengo un amigo que antes de tener Internet, me pidió que le consiguiera documentación sobre la Batalla de Trafalgar y pude complacerle. Encontré en la Red unas páginas muy interesantes y completas.
Con todo lujo detalle se veía en los dibujos las características de todos los barcos de la Armada Española que participaron. Dimensiones, armamento de guerra etc. Una recopilación muy bien hecha. Entre ellos, no podía faltar el Santísima Trinidad, el mayor navío y mejor pertrechado del ejercito naval español. De verdad que era impresionante este barco construido en Cuba.
Igualmente se relataba todos los pormenores de la batalla naval y de las maniobras equivocadas del incompetente y torpe almirante francés que dirigía las operaciones aliadas. Al final, la derrota conjunta hispano francesa supuso un gran alivio para los ingleses que se vieron liberados de una posible invasión gala si al resultado hubiera sido el contrario.
El Santísima Trinidad, tuve un trágico final pero lleno de dignidad, como lo tuvieron todos los hombres que en él lucharon. Los piratas ingleses lo quisieron como botín pero se hundió y para siempre reposa en aguas españolas. Hoy me temo hubiera tenido otro final menos honroso.
Bonita e interesante noticia las que nos has dado hoy. No la conocía.
Saludos.
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