El sufrido habitante de MADRID no contento con soportar ruidos de todo tipo, en particular las molestísimas sirenas de ambulancias, contaminación, tráfico agobiante, etc. se ha convertido desde la época del alcalde socialista Tierno Galvan, de infausto recuerdo, en victima y rehen de las más variopintas manifestaciones, todas ellas por las calles del centro de la capital para fastidiar todavía mas al desdichado contribuyente; éste se ve atrapado e inmovilizado, hoy por ovejas, otro día por carrozas repletas de alegres “gays” en su día de orgullo, cuando no por ciclistas que reivindican su derecho constitucional a moverse sobre dos ruedas.
Así ha ocurrido el domingo 25 de octubre, en que quinientas ovejas y 120 pastores han recorrido Madrid en la Fiesta de Trashumancia.
En el siguiente artículo, recogido de la agencia Europa Press se narra la increible jornada vivida por los madrileños.
F. J.
Un total de 500 ovejas procedentes de Badajoz desfilarán hoy por las calles del centro de la capital, en el marco de la tradicional Fiesta de la Trashumancia, una jornada que recrea las tradiciones y las costumbres pastoriles, y que su decimosexta convocatoria quiere homenajear a la mujer rural.
En declaraciones a Europa Press, Jesús Garzón, el presidente de la Asociación Trashumancia y Naturaleza, que organiza el evento en colaboración con el Ministerio de Medio Rural y Marino y el Ayuntamiento de Madrid, entre otras instituciones, explicó que el paso del ganado por la antigua Cañada Real de Madrid comenzará hoy a las 10 horas desde la Casa de Campo.
Las ovejas merinas llegaron ayer de la localidad pacense de Castuera, en la comarca de La Serena. De hecho, las rutas trashumantes más frecuentes partían de Extremadura para adentrarse por los verdes pastos de Soria (de ahí el refrán de 'Soria pura, cabeza de Extremadura') y Burgos o al norte de León.
"Pero este año, por culpa de la sequía que hasta ahora sufríamos, las ovejas no han podido llegar caminando desde su lugar de origen, porque no había agua en las cañadas para que pudieran aguantar el viaje. Por eso han llegado a Madrid desde camiones", agregó.
Los animales pasaron la noche en el Cerro de las Covatillas de la Casa de Campo, un "precioso encinar con abrevaderos, y desde el que se observa unos amaneceres espectaculares, con la catedral de la Almudena y el Palacio Real al fondo", relató el presidente de la asociación organizadora.
La ruta pastoril saldrá a las 10 horas de la Casa de Campo por el Puente del Rey para llegar media hora después a la catedral de La Almudena. El rebaño continuará por la calle Mayor hasta llegar a la plaza de la Villa. Allí, siguiendo la tradición, el pastor mayoral entregará a un representante del Consistorio de la Villa y Corte matritense los 25 maravedíes --moneda española del siglo XV-- estipulados por cabeza de en la Concordia entre los Hombres Buenos de la Mesta de los Pastores y los Procuradores del Concejo de la Villa de Madrid firmada el 1418 como pago para atravesar las dehesas y prados de la capital durante cuatro días, a razón de 50 maravedíes por millar.
Después las 500 cabezas ovinas llegarán a la Puerta del Sol, donde varios grupos de coros y danzas representarán diferentes piezas pastoriles. Partirán luego hacia por la calle de Alcalá hasta la plaza de La Cibeles (12:00 h.). Las ovejas volverán por el mismo itinerario a la Casa de Campo, donde está prevista la entrada hacia las 13:30 h. del mediodía.
El desfile animal estará acompañado por 50 pastores de Reinosa (Cantabria), 50 de las montañas burgalesas y 20 de Extremadura. Eso sí, el rebaño estará dirigido por un mayoral o rabadán, que encabeza y guía la marcha, con sus correspondientes perros pastores, que se encargan de defender a los animales de osos, lobos y otros depredadores que se encuentran en el camino.
Les acompañan los llamados caballeros de la sierra, que merodean y limpian el camino que luego seguirán las ovejas para evitar pozos, puertas abiertas y controlar que las sendas a seguir sean las correctas. Por su parte, en los lados del rebajo se situará un pastor, un ayudante y un zagal, que se encarga de controlar el rebaño. Por último, y para cerrar el rebaño, se colocan los pendones de Castilla, que se dedicaban a evitar que las ovejas se dispersen o atraviesen campos sembrados.
UN POCO DE HISTORIA
La historia de la Trashumancia se remonta al rey Alfonso X El Sabio, que concedió en 1273 los privilegios al Concejo de la Mesta de los Pastores para que pudieran moverse libremente con sus rebaños, respetando las cinco cosas vedadas: panes, viñas, huertas, dehesas y prados de guadaña. El tributo de cinco ovejas por millar, que debían pagar los pastores a la Corona al atravesar los Puertos Reales en su viaje de primavera se convirtió en el ingreso más importante y regular del Reino de España, pues durante siglos transitaron anualmente por las cañadas de 3 a 5 millones de ovejas entre las montañas del norte y los valles del sur.
Además de la Concordia de los Hombres Justos de la Mesta, por privilegio concedido a Madrid a principios del Siglo XV por el rey Juan II, padre de Isabel la Católica, se instituyó la Feria de Ganados de San Mateo, que durante tres días se celebraba en la calle de Alcalá, que es cañada real o camino de cordel.
Se llamaba así porque los ganaderos, acogidos a los privilegios del Honrado Concejo de la Mesta, defendían sus derechos de paso con una copia de la Ley en la mano y con un cordel, que llevaba en sus puntas dos sellos de plomo, troquelados por el fiel contraste de pesos y medidas. El mayoral avanzaba delante del rebaño y en los lugares donde veía que habían dejado menor anchura de la pertinente, medía con el cordel el ancho de la calle, presentando ante la autoridad la denuncia correspondiente.
"Y alrededor del mercado los naturales medios de expansión y regocijo, los puestos de refrescos, vinos y aguardientes, alguna barraca, alguna rifa y la concurrencia de fulanitas al olor del dinero logrado por los tratantes en sus ventas de ganado" según narra José María de Mena en sus 'Leyendas y Misterios de Madrid'.
Hasta mediados del siglo XX era habitual ver pasar por la calle de Alcalá en primavera y otoño los rebaños de ovejas merinas con sus pastores, que regresaban o se dirigían hacia Extremadura.
2 comentarios:
Esas ovejas venían a conocer al enorme rebaño que vive en Madrid y, de paso, aprovechar el Manifestódromo.
Es una tradición preciosa, que debe conservarse.
Las cañadas reales son un bien a proteger al igual que la trashumancia y el pastoreo, que no reciben ayudas de ningún tipo y están abandonados a su triste suerte.
Saludos.
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