Parece deducirse de los últimos datos publicados y referidos a las economías de Francia y Alemania que “la locomotora” económica de Europa comienza a arrancar pues su PIB ha crecido un 0,3% en el último trimestre.

Aquí en ESPAÑA, lamentablemente todavía no marchamos a este ritmo. La recesión española empeora. El Producto Interior Bruto (PIB) cayó en el segundo trimestre un 4,1% respecto al mismo periodo de 2008 y un 1% inter-trimestral. El dato anual del segundo trimestre supone además un nuevo récord negativo: es el peor registro desde que se elaboran las estadísticas de Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística siendo este recorte peor, incluso, que lo previsto por el Banco de España.

Estamos inmersos en una deflación real, desempleo galopante y amenaza de quiebra de algunas cajas de ahorro todo ello junto a que el déficit del Estado llegará al 10 % del PIB a fin de año, y que se convertirá en un CATORCE POR CIENTO DEL PIB, una vez sumado el déficit de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

Esta es la verdadera situación a fecha de hoy 14 de agosto.

A pesar de todo, a mi no me daría tanto miedo esta enorme crisis si tuviéramos al frente del gobierno a un político responsable y decente; lo que me produce verdadero pánico es ver en qué manos tan irresponsables como demagógicas está ESPAÑA y ver en nuestros gestores la incapacidad, falta de profesionalidad e incluso ausencia total de decencia y buena voluntad de la que hacen gala, legislando a golpe de “ocurrencias” y medidas populistas (peronismo barato, en definitiva) sin abordar el verdadero plan de ajuste, doloroso e impopular que precisa nuestra economía; en este sentido lo que puede ocurrir es que se reproduzca en ESPAÑA el “corralito” argentino primero y la suspensión de pagos como nación después.

Cuanto más mejoren los países de nuestro entorno en la UE, por una parte, y mientras tanto nuestro país no cumpla los deberes que impone Europa, más cerca estará la temida expulsión de ESPAÑA DE LA ZONA EURO; sería cosa muy dolorosa y temible pero posible, al paso que vamos, como advierte alguien tan poco dudoso como el comisario europeo y exministro socialista Almunia.

F. J.